Espíritu Santo consolador, en este día de Pentecostés damos la bienvenida a tu presencia. Como Jesús nos prometió, nos das la alegría que permanece en lo profundo de nuestro ser. Incluso nos acompaña a través de nuestras pruebas. No te impones, vienes a fortalecernos, defiendes la dignidad de cada ser humano. Y en nuestra gran diversidad, en ti encontramos la unidad y la paz. AMÉN
Comunidad de Taizé
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