Todos juntos
Un espacio propuesto por EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

jueves, 30 de abril de 2020

AGENDA INTERRELIGIOSA MAYO 2020

AGENDA
INTERRELIGIOSA
MAYO
2.020


MAYO 

Mayo “Mes de María”

Durante siglos la Iglesia Católica ha dedicado todo el mes de mayo para honrar a la Virgen María. 

La costumbre nació en la antigua Grecia. El mes mayo era dedicado a Artemisa, la diosa de la fecundidad. Algo similar sucedía en la antigua Roma pues mayo era dedicado a Flora, la diosa de la vegetación. En aquella época celebraban los ludi florals o los juegos florales a finales de abril y pedían su intercesión. 

En la época medieval abundaron costumbres similares, todo centrado en la llegada del buen tiempo y el alejamiento del invierno. El 1 de mayo era considerado como el apogeo de la primavera. 

Durante este período, antes del siglo XII, entró en vigor la tradición de Tricesimum o "La devoción de treinta días a María". Estas celebraciones se llevaban a cabo del 15 de agosto al 14 de septiembre y todavía puede observarse en algunas áreas. 

La idea de un mes dedicado específicamente a María se remonta al tiempo barroco o siglo XVII. Si bien, no siempre se llevó a cabo en mayo, el mes de María incluía treinta ejercicios espirituales diarios en honor a la Virgen María. 

Fue en esta época que el mes de mayo y de María se combinaron, haciendo que esta celebración cuente con devociones especiales organizadas cada día durante todo el mes. Esta costumbre se extendió sobre todo durante el siglo XIX y se practica hasta hoy. 

1.- 

Celebración Bahai del Duodécimo día de la Festividad del Ridván 

Esta es la ocasión en que los bahá'ís celebran la Fiesta de "Ridván" (Paraíso), nombre por el que se conoce al jardín donde Bahá'u'lláh permaneció doce días y donde se realizó su declaración como el Profeta universal. Podemos leer en los “Pasajes de los Escritos de Baha'u'llah”. “Te hemos escogido a ti para que seas nuestra poderosísima Trompeta, cuyo toque anunciará la resurrección de toda la humanidad." 

7.- 

Fiesta budista del Vesak, día de Budha 

Principal fiesta theravada del nacimiento, la iluminación y la extinción de Buda. Es el día más sagrado para millones de budistas de todo el mundo. Fue en el día de Vesak hace 2.500 años, más exactamente en el año 623 A.C., cuando nació Buda. Asimismo, fue también en este Día de Vesak cuando Buda alcanzó la iluminación y también fue en el Día de Vesak cuando falleció a los 80 años de edad. 

12.- 

Fiesta judía de Lag Baomer 

Es un día festivo en el calendario judío, celebrado con excursiones, hogueras etc. Muchos visitan la tumba (en Miron, al norte de Israel) del gran Rabi Shimon bar Yojai, el sabio y místico, ya que en este día es el aniversario de su muerte. 

Rabi Shimon bar Yojai, que vivió en el siglo II de la era común, fue el primero en enseñar públicamente, la dimensión mística de la Tora conocida como la “Cábala,” y es el autor del libro más importante de la Cábala, “el Zohar”. 

13.- 

Nuestra Señora de Fátima.

Fiesta de la iglesia católica 

15.- 

Aoi Matsuri 

Fiesta sintoísta del Aoi Matsuri o Festival de la Malva Real es considerado uno de los tres mayores festivales de Kioto. También es considerado el festival más antiguo del mundo, celebrado sin interrupción desde el siglo VI. Este festival se originó como agradecimiento a los dioses de los truenos y el clima (Kamo) tras sufrir Kioto un fuerte temporal de tormentas que causaron enfermedades y hambrunas. 

20.- 

Fiesta islámica de Laylat al Kadr 

(Fecha variable según los países) Laylat al-Qadr, habitualmente llamada en castellano Noche del Destino, es la celebración de una de las dos fechas muy importantes en el Islam durante el mes de Ramadán. Se celebra durante la noche del día 27º de Ramadán y se conmemora la primera revelación del Corán al Profeta Muhammad. Se dice que esta noche en oración, es mejor que mil meses, por lo que se dedica a la lectura del Corán y a la oración. Los creyentes musulmanes creen que durante esta noche se decide el destino del próximo año y, por lo tanto, rezan a Dios durante toda la noche, invocando su piedad y salvación. 

21.- 

Ascensión del Señor 

Jueves de la Ascensión del Señor, traslada la Fiesta, en muchos lugares, al domingo siguiente. 

23.- 

Fiesta Baha’í. Declaración del Báb 

Aniversario de la proclamación del precursor de Bahá’u’lláh. En este día los bahá'ís recuerdan el día en el que, en 1844, el Báb predijo la llegada de un nuevo mensajero de Dios. Después de la muerte del Báb, su seguidor Bahá'u'lláh se proclamó a sí mismo como este mensajero y fundó la fe bahá'í. La Declaración del Báb es uno de los nueve días festivos en el calendario bahá'í. 

“Aïd al Fitr” o Fiesta del Fin del Ayuno de Ramadán

(Fecha variable según los países) Es una importante fiesta musulmana para celebrar el final del mes del Ramadán. El día comienza con las oraciones en la mezquita que hacen como muestra de agradecimiento por haber cumplido con el estricto ayuno del mes de Ramadán. 

29.- 

Zoroastrismo. 

Zartusht-no Diso: Para los “parsis” de la India es la conmemoración de la muerte de ZARATUSTRA. Los mazdeos iraníes lo celebran el 26 de diciembre. 

Fiesta Bahai de la Ascensión de Baha'u'llah 

Conmemoración de la muerte de Bahá’u’lláh, el 29 de mayo de 1892, ocurrida en Bahji, cerca de Akko (Israel). 

29 y 30 

Celebración judía del Shavuot 

La “Fiesta de Shavuot” denominada también como “Fiesta de las Semanas” tiene un gran significado histórico al conmemorar la entrega de la Torá por parte de Dios a Moisés, en el Monte Sinaí. 

Esta festividad tiene también un marcado carácter agrícola, ya que coincide con la época del año en la que se recogen los primeros frutos. Es costumbre pasar la primera noche despiertos en la sinagoga estudiando la Torá. 

Una de las costumbres más difundidas es la comer lácteos, acompañados por las siete especias características de Israel. 

31. – 

Pentecostés. 

Con Pentecostés termina el tiempo pascual de los 50 días. Los cincuenta días pascuales y las fiestas de la Ascensión y Pentecostés, forman una unidad. No son fiestas aisladas de acontecimientos ocurridos en el tiempo, son parte de un solo y único misterio.



miércoles, 29 de abril de 2020

"EL ECUMENISMO HOY" - IGLESIA CATÓLICA (2.004)

Un documento del Consejo pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos basado en los Resultados de una encuesta del Consejo pontificio  para la promoción de la unidad de los cristianos realizada en 2004


El ecumenismo hoy. La situación en la Iglesia católica


Introducción

En el mes de noviembre de 2004, el Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos organizó un encuentro internacional cerca de Roma para conmemorar el 40° aniversario de la promulgación del decreto Unitatis redintegratio del concilio Vaticano II sobre el ecumenismo, realizada el 21 de noviembre de 1964. Entre las más de doscientas cincuenta personas que participaron en el encuentro se hallaban los presidentes -o los secretarios- de las comisiones ecuménicas de la mayor parte de las Conferencias episcopales y de los Sínodos de las Iglesias orientales católicas, los moderadores de los diálogos teológicos bilaterales con las principales comuniones cristianas, y los miembros y consultores del dicasterio.

Asimismo, asistieron al encuentro más de treinta delegados fraternos de otras Iglesias y comunidades eclesiales, del Consejo mundial de Iglesias de Ginebra y de la Conferencia de Iglesias europeas, así como huéspedes de la Curia romana, de las universidades pontificias y de las facultades de teología. La reunión tenía como finalidad celebrar el 40° aniversario del compromiso ecuménico de la Iglesia, pero también reflexionar sobre el significado permanente del decreto Unitatis redintegratio,  analizar el camino recorrido desde el Concilio en adelante, y formular propuestas para la actividad futura.

En la preparación de ese importante encuentro, el Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos había enviado a las Conferencias episcopales y a los Sínodos de las Iglesias orientales católicas un cuestionario con el fin de elaborar un informe sobre la situación actual del ecumenismo en la Iglesia católica y en el ámbito local. Con esa iniciativa, el Consejo pontificio quería comprobar el grado de aplicación práctica tanto del decreto Unitatis redintegratio cuarenta años después de su promulgación, como del Directorio ecuménico diez años después de su publicación. De los 163 cuestionarios enviados, el Consejo pontificio recibió 83 rellenados. Por continentes y regiones, las respuestas llegadas fueron: 20 de África (44% de los organismos episcopales y sinodales presentes en el continente); 17 de América Latina y el Caribe (71%); 1 de América del norte (50%); 12 de Asia (60%); 24 de Europa (60%); 7 de Oriente Medio (46%); y 2 de Oceanía (40%).

El Consejo pontificio es plenamente consciente de que la encuesta tiene limitaciones; el cuestionario no estaba formulado de forma científica; las respuestas fueron menos numerosas de lo que se esperaba y correspondían a situaciones cuantitativamente muy diversas entre sí, lo cual no ha permitido una comparación fiable de los datos y las estadísticas. Por poner un ejemplo, Brasil no se puede comparar con Gibraltar, o Alemania con Kazajstán. A pesar de ello, creemos que se puede disponer de una base sólida para trazar un cuadro del estado actual del compromiso ecuménico. Ofrecemos a continuación una breve síntesis de los resultados de la encuesta.

Los datos recogidos se han clasificado según cuatro temas:
- el progreso de la conciencia ecuménica en el ámbito de la Iglesia católica
- la organización del ecumenismo
- la acción ecuménica de la Iglesia en el ámbito local
- sugerencias para el trabajo futuro

El progreso de la conciencia ecuménica en el ámbito de la Iglesia católica

Signos positivos

La encuesta ha mostrado de forma evidente que en todo el mundo el decreto Unitatis redintegratioha contribuido a una mejora radical de las actitudes católicas con respecto a los demás cristianos; se ha superado en gran parte la actitud polémica que predominaba en el pasado. Los católicos han adoptado una actitud positiva en lo que atañe al compromiso ecuménico. Desean conocer más a las otras Iglesias y comuniones cristianas, y por lo general están dispuestos a participar en actos y encuentros ecuménicos, especialmente cuando se trata de orar juntos por la unidad. El ecumenismo espiritual es una actividad muy generalizada. Además de la Semana de oración por la unidad de los cristianos, que sigue siendo el momento principal de la actividad ecuménica, casi por doquier se han multiplicado las celebraciones comunes de las más importantes fiestas y conmemoraciones litúrgicas, así como de las festividades civiles, nacionales o locales.

Por doquier se suelen compartir lugares de culto. Dos terceras partes de las respuestas al cuestionario se han referido a la colaboración ecuménica en el ámbito parroquial y a la publicación de orientaciones para la actividad ecuménica en las regiones respectivas. Por lo general, se puede asegurar que en la Iglesia prosigue y se difunde cada vez más el deseo de vivir el compromiso ecuménico impulsado por el concilio Vaticano II.

Problemas y resistencias

Al mismo tiempo, no podemos ser ingenuos. Aunque no todas las dificultades mencionadas en las respuestas al cuestionario existan en el mismo grado en todos los lugares de la Iglesia, una mirada de conjunto sobre dichas dificultades puede resultar útil, pues ponen de manifiesto los desafíos que deben afrontar los que trabajan para promover en la práctica la unidad de los cristianos.
Sintetizando, se puede afirmar que las cuestiones teológico-pastorales a las que se alude con más frecuencia en las respuestas son las siguientes:

— El problema del reconocimiento recíproco del bautismo y la costumbre de algunas Iglesias y comunidades eclesiales de volver a bautizar a los católicos. Después de su asamblea plenaria del año 2001, el Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos envió a las Conferencias episcopales una presentación de las directrices que algunas de ellas habían emanado sobre el reconocimiento recíproco del bautismo. La presentación fue publicada en el Boletín del dicasterio (cf. El reconocimiento recíproco del bautismo. Síntesis de las respuestas de las Conferencias episcopales. Documento de estudio. En: Service d'Information Information Service, n. 109, 2002/I-II. El documento se publicó en inglés y francés).

— La cuestión de los abusos en lo que atañe a la communicatio in sacris.

— Las cuestiones relativas a los matrimonios mixtos.

— Los problemas planteados en algunos lugares por aparentes excesos en devociones católicas de culto a la Virgen María.

— La cuestión de la unificación de la fecha de la Pascua -tema discutido en varios ámbitos desde el concilio Vaticano II-, que constituye una preocupación muy sentida de modo especial en Oriente Medio.

— La diversidad en la organización y en las estructuras eclesiales en algunos países impide a los católicos encontrar interlocutores ecuménicos en algunas otras confesiones.

— Asimismo, se ha constatado que son frecuentes por doquier (América Latina, Egipto, Rusia...) las acusaciones mutuas de proselitismo.

— Por último, numerosas Conferencias episcopales coinciden en señalar que la falta de escritos de carácter ecuménico al alcance de los fieles menos preparados constituye un problema.

Entre los factores no teológicos que tienen repercusiones sobre el ecumenismo, las respuestas destacan los siguientes: las situaciones sociales y políticas (especialmente en la ex Unión Soviética); los conflictos étnicos (África y Balcanes); y el hecho de que la Iglesia constituya una mayoría o una minoría en el país. En la Europa del este muchas respuestas se refieren a las tensiones producidas por la restitución de los bienes eclesiásticos. En ciertos lugares, algunos grupos islámicos ven como una amenaza la búsqueda de la unidad de los cristianos.

Respuestas procedentes de todos los continentes aluden a la persistencia de actitudes marcadas por el miedo, la sospecha y la desconfianza recíprocos. Otros cristianos albergan el temor de que pueden ser absorbidos por la comunidad católica, más fuerte que ellos; y, viceversa, los católicos miran con desconfianza a ciertos grupos que usan los medios de comunicación, con campañas públicas de opinión, para criticar la doctrina católica, insistiendo en situaciones negativas o escandalosas, a fin de atacar a la Iglesia.

En resumen, persisten aún muchas sospechas acerca de las intenciones mutuas reales y de las motivaciones evangélicas de los programas y las actividades de unos y otros. Aunque se haya progresado mucho en la purificación de la memoria histórica, algunas Iglesias locales afirman que el recuerdo de los acontecimientos del pasado, tanto antiguos como recientes, impide aún o entorpece las relaciones ecuménicas. La purificación de la memoria histórica es un tema hacia el que el Papa Juan Pablo II ha llamado nuestra atención en numerosas ocasiones, y sigue siendo uno de los desafíos más importantes para los que trabajan en favor de la unidad de los cristianos.

Algunas respuestas han puesto de relieve la falta de motivación y de entusiasmo que deriva, en ciertos casos, de la sospecha de que el ecumenismo debilita la misión evangelizadora de la Iglesia. Algunos católicos consideran que el ecumenismo pone en peligro su fe y equivale a admitir una insuficiencia de la Iglesia católica, algo que no están dispuestos a aceptar. En algunas regiones donde la Iglesia católica tiene una amplia mayoría, el escaso número de cristianos pertenecientes a las demás Iglesias suele aducirse como justificación para la falta de iniciativas ecuménicas.

En otros lugares, a menudo, las comunidades evangélicas y pentecostales más recientes no suelen ser consideradas como genuinamente eclesiales, y el uso indiscriminado del término "secta" sigue provocando problemas en todos los continentes. Las comunidades eclesiales (baptistas, evangélicos, pentecostales) con las que la Iglesia católica mantiene un diálogo teológico y relaciones internacionales, que en algunos casos se llevan a cabo desde hace decenios, suelen incluirse en la lista de las sectas. Por otra parte, de modo especial en América Latina, las respuestas al cuestionario frecuentemente indican que algunos grupos evangélicos y pentecostales no reconocen el carácter cristiano de los católicos.

Podría resultar útil recordar que esa dificultad recíproca ya ha sido objeto de documentos de estudio elaborados por varias comisiones mixtas de diálogo (por ejemplo, con respecto al diálogo católico-pentecostal: Evangelización, proselitismo y testimonio común; y con respecto a las "Consultas entre la Iglesia católica y la Alianza evangélica mundial": Iglesia, evangelización y los vínculos de la koinonía).

La organización del ecumenismo

El concilio Vaticano II encomendó de modo especial a los obispos el compromiso ecuménico. El Directorio para la aplicación de los principios y las normas sobre el ecumenismo recomienda la creación de comisiones ecuménicas en cada diócesis, así como en el ámbito nacional y regional, o al menos la designación en cada diócesis de un delegado que se encargue de promover el espíritu ecuménico y las relaciones intereclesiales.

El Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos ha constatado con satisfacción que sólo pocas Conferencias episcopales carecen de un departamento o comisión de ecumenismo. Por otra parte, muchas de las respuestas al cuestionario destacan que la acción de esas comisiones o delegados es bastante limitada. A este respecto, se alude a la falta de continuidad en el desarrollo de proyectos, a la necesidad de contar con gente nueva, más joven, entre las personas comprometidas en la actividad ecuménica.

En el ámbito de las diócesis el panorama no es muy alentador: la falta de personal, de preparación específica, de recursos económicos y de otro tipo, indica que la actividad ecuménica se deja con frecuencia a la iniciativa espontánea de los fieles. Por el contrario, en algunos países se señala la presencia viva de grupos y asociaciones de apoyo, compuestos por personas bien preparadas en el campo ecuménico, que promueven activamente la formación ecuménica en las diócesis, en las parroquias, en los seminarios y en los grupos. Es preciso poner más empeño en detectar esos expertos y voluntarios, y en desarrollar su formación.

Por lo que atañe a la participación en los Consejos de Iglesias, se ha constatado un cambio fundamental en los años más recientes. Hace cuarenta años, la Iglesia católica no participaba en ninguno de esos Consejos. Hoy, de los 120 Consejos existentes, es miembro de 70, y participa en tres de los siete Consejos regionales de Iglesias, y en siete de los Consejos regionales de Iglesias asociados al Consejo mundial de Iglesias de Ginebra (según los datos con que se contaba en septiembre de 2004, la Iglesia católica es miembro con pleno derecho en tres Consejos regionales de Iglesias: el Caribe, Oriente Medio y el Pacífico. La Iglesia católica es miembro de catorce Consejos nacionales cristianos o Consejos de Iglesias en África, de tres en Asia, diez en Oceanía, doce en el Caribe, veinticinco en Europa, uno en América del norte y cinco en América del sur. Cf. "Inspired by the same vision: Roman Catholic participation in national and regional Councils of Churches, Apéndice E).

Está a punto de publicarse un nuevo documento, elaborado por el Grupo mixto de trabajo entre representantes de la Iglesia católica y del Consejo mundial de Iglesias, que presenta un análisis de las implicaciones y las formas de participación católica en dichos Consejos, y brinda sugerencias para afrontar las dificultades y los desafíos que impiden la participación católica en algunos lugares.

La actividad ecuménica de la Iglesia en el ámbito local

Por lo que atañe al diálogo, 42 de las 83 Conferencias episcopales que respondieron a la encuesta del Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos confirman la presencia en su territorio de organismos permanentes de diálogo con las demás Iglesias y comunidades eclesiales; 38 de ellas refieren la existencia de comisiones mixtas de diálogo.

En lo referente a la aceptación de los documentos de diálogo, sólo 35 Conferencias episcopales reconocen una buena difusión de los resultados de los diálogos oficiales, y afirman que han promovido el estudio y una activa discusión con la publicación de subsidios. Algunas respuestas aluden también a las iniciativas que se han puesto en marcha para utilizar internet con vistas a la promoción del ecumenismo en algunos países, un aspecto que el Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos tiene gran interés en desarrollar. En el ámbito social, 44 Conferencias señalan que participan en actividades de cooperación con otras confesiones. A este respecto, es preciso admitir también que se podría haber hecho mucho más.

La necesidad de una formación ecuménica más adecuada es un tema que indican prácticamente todas las comisiones ecuménicas que respondieron a la encuesta. Esa formación debería contar con la presencia y la contribución de representantes de otras Iglesias y comunidades eclesiales. En efecto, el Consejo pontificio espera que, donde sea posible, esa formación se realice cada vez más con mayor colaboración. El documento elaborado por el dicasterio en 1995: La dimensión ecuménica de la formación de quienes se dedican al ministerio pastoral, que ofrece sugerencias para un curso de ecumenismo y aconseja subsidios para organizarlo, no es bastante conocido y conviene distribuirlo más ampliamente.

El Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos, junto con la Congregación para la educación católica, ha tomado la iniciativa de promover una encuesta, a escala mundial, en los seminarios católicos que cuentan con un Estudio teológico, en las universidades y las facultades de teología, para conocer exactamente cómo se imparte la enseñanza del ecumenismo, y para saber si se le presta la atención que merece en el conjunto de la formación católica. Actualmente se están recogiendo los datos con el fin de publicar luego los resultados de la encuesta.

Algunos puntos de reflexión sobre el futuro del ecumenismo

La consulta ha mostrado que el grado de compromiso ecuménico en el ámbito local está aumentando en intensidad y extensión en toda la Iglesia. En un mundo globalizado, los cristianos de todas las Iglesias se sienten impulsados a superar su estado de división. El ecumenismo espiritual -conversión de la mente y del corazón a Cristo, oración común por la unidad- está logrando una atención cada vez mayor. Las respuestas al cuestionario han ofrecido numerosas sugerencias positivas para la futura actividad ecuménica, poniendo de relieve tres aspectos que es preciso considerar con urgencia en el contexto actual y con vistas al futuro: incluir las iniciativas ecuménicas en los programas pastorales orgánicos de las diócesis; promover la formación ecuménica de los seglares, los religiosos, los seminaristas, los sacerdotes y los obispos; y reflexionar sobre el modo como se ha de afrontar el problema del proselitismo agresivo.

En un mundo que ha cambiado mucho durante los años que han pasado desde el concilio Vaticano II, la actitud católica con respecto al restablecimiento de la unidad está impregnada de un realismo nuevo. Hoy resulta más claro que nunca que el ecumenismo sólo se puede promover sobre una sólida base doctrinal y un riguroso diálogo entre los cristianos separados. Sobre todo, se comprende cada vez mejor que sólo se puede trabajar en favor de la unidad con una espiritualidad convincente y profunda, una espiritualidad de esperanza cristiana y valentía.

El Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos desea que la conmemoración del 40° aniversario de la promulgación del decreto Unitatis redintegratio haya infundido nueva esperanza y nueva valentía en los que se encargan más directamente de la aplicación del compromiso ecuménico de la Iglesia.






martes, 28 de abril de 2020

CORONAVIRUS Y RAMADÁN

Compartimos la traducción del artículo de opinión del Sr. Fethullah Gülen, erudito , predicador y activista social, publicado en NBC News en relación al para los musulmanes sagrado mes de Ramadán y la situación que se está viviendo en todo el mundo por la pandemia de coronavirus, Covid-19.



El coronavirus cambió el aspecto del Ramadán, pero no cambiará nuestra fe en Dios

por Fethullah Gülen

El mes sagrado musulmán del Ramadán será diferente este año. En todo el mundo, las mezquitas estarán cerradas, cuando normalmente tendrían adoradores derramándose en la calle. Las familias extendidas permanecerán separadas, cuando normalmente se reunían para el Iftar para romper el ayuno y compartir los dulces caseros. Y los centros comerciales, cafeterías y calles estarán inquietantemente tranquilos, cuando normalmente cobran vida después del anochecer.

Sin embargo, el Ramadán empezó el jueves por la noche, y en las primeras horas del viernes por la mañana, las familias se reunieron, como lo han hecho durante siglos, para compartir un suhur somnoliento – la comida previa al amanecer.

Incluso mientras el mundo se enfrenta al COVID-19, los rituales anuales del Ramadán continuarán. A lo largo del mes sagrado, la mayoría de los 1.800 millones de musulmanes del mundo ayunarán entre el amanecer y la puesta de sol, pasarán tiempo en la recitación coránica, la autorreflexión y la oración en un esfuerzo por acercarse más a Dios, y darán gracias por las bendiciones. Pero este año, las excepciones prescritas del ayuno para niños pequeños, viajeros, mujeres embarazadas y cualquier persona que esté enferma se extenderán ahora a aquellos que sientan los síntomas del COVID-19.

Y este año, nuestras oraciones incluirán un énfasis especial en los trabajadores sanitarios, los trabajadores de emergencias y otros empleados esenciales que están en la primera línea de la lucha para proteger a nosotros. A los ojos de Dios, salvar vidas humanas y beneficiar a la humanidad son esfuerzos muy nobles: El Corán compara salvar una vida con salvar a toda la humanidad, y el profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dice que los mejores humanos son aquellos que benefician a otros humanos. 

Nuestra obligación de ayudar y apoyar a los necesitados también adquiere un significado añadido este año, ya que nuestros vecinos y comunidades se enfrentan a la enfermedad, el dolor, las dificultades económicas y la soledad del autoaislamiento.

Sin embargo, quizás la obligación más difícil para muchos será renunciar a las reuniones largamente planificadas para cumplir con las precauciones emitidas por las autoridades. Pero seguir estas medidas es un deber de nuestra ciudadanía y una necesidad de nuestra responsabilidad social de respetar las leyes de Dios en el universo. Por ejemplo, el profeta Muhammad, cuya creencia y confianza en Dios era indescriptible, incluso aconsejó poner en cuarentena un pueblo en caso de una enfermedad infecciosa.

Todos y cada uno de nosotros debemos tomar el tiempo y espacio extra que le ofrecen las medidas de distanciamiento social de la pandemia como una oportunidad para examinar más a fondo nuestra conexión con Dios, nuestras familias y nuestros valores fundamentales. Este tiempo ofrece un retiro obligatorio de la naturaleza ocupada de nuestras vidas diarias y una oportunidad de volvernos hacia Dios, profundizando nuestra fe, conocimiento y práctica. Espero que los imanes ofrezcan recordatorios sobre estas oportunidades a sus congregaciones.

Este período también nos obliga a confiar en Internet y las tecnologías construidas sobre ella. Nuestras jóvenes generaciones han estado bien versadas en estas tecnologías antes que sus padres. A lo largo de la historia, los Mensajeros de Dios y aquellos que se esfuerzan por la iluminación de la humanidad siempre utilizaron las herramientas y prácticas culturales disponibles para difundir sus mensajes. También debemos tomarnos este tiempo para conectar con nuestras comunidades de nuevas maneras, incluyendo el hacer nuestros recursos espirituales accesibles a las generaciones más jóvenes usando su lenguaje y sus tecnologías familiares.

Los desafíos de responder a la pandemia y alterar nuestras vidas podrían empujar a algunos de nosotros a buscar personas a las que culpar o criticar. Al entrar en el Ramadán, es primordial que nos dediquemos a ayudar a los necesitados, en lugar de buscar a otros a quienes culpar. Incluso cuando las personas, grupos o naciones con las que hemos tenido diferencias en el pasado pueden estar sufriendo, cada uno de nosotros debe rechazar como inhumano el pensamiento de que alguien merece una calamidad.

En un mundo globalizado, nadie está aislado de un problema grave, ya sea ambiental, médico o económico. Este es un momento para compartir conocimientos y colaborar para encontrar soluciones. Este es un tiempo para realizar nuestra interdependencia como naciones, como comunidades y como habitantes de un ecosistema global, un tiempo para reconocer que todos somos miembros de la familia humana y que cada uno tiene la oportunidad de mostrar el verdadero potencial de la humanidad.

Al entrar en este mes sagrado, es crucial que miremos hacia adelante con esperanza y no con desesperación, la cual ahoga a la gente y al progreso. La humanidad ha superado grandes desafíos en el pasado y encontraremos formas de superar este desafío también. Si nos centramos en las oportunidades que presenta esta pandemia, podremos mantener la moral alta y llegar al final de este túnel mucho más rápido.

Nuestra observancia del Ramadán será necesariamente diferente este año. Pero en muchos sentidos será como cualquier otro año: Ayunaremos, rezaremos, recitaremos nuestro Libro Sagrado y nos tomaremos tiempo para la reflexión y la caridad durante todo el mes sagrado. Que Dios nos permita beneficiarnos plenamente de la fiesta de la abundancia en Ramadán.

ARTÍCULO PUBLICADO EN:
www.NBCNEWS.com

FUENTE:
http://arcoforum.es/





lunes, 27 de abril de 2020

LIBERTAD DE RELIGIÓN DURANTE LA PANDEMIA

Conferencia de Iglesias europeas reflexiona sobre la libertad de religión durante la pandemia COVID-19


El Grupo Temático de Derechos Humanos de la Conferencia de Iglesias Europeas ha reflexionado sobre la libertad de religión o creencias durante la lucha contra COVID-19.

"Este año, los cristianos en muchos países no pueden reunirse en persona para conmemorar y celebrar en los servicios de Pascua la crucifixión, muerte y resurrección de Jesucristo", se lee en el documento. "La protección de los débiles y vulnerables también es un valor muy alto desde una perspectiva religiosa y debe equilibrarse con la necesidad de comunidad y reunión".

Es importante reconocer que la prohibición de las asambleas no significa discriminación y persecución religiosa, continúa el documento. "En la actualidad, esta medida tiene por objeto salvaguardar la vida humana, tanto de los creyentes como de otros miembros de la sociedad", dice el texto. "Sin embargo, todas las restricciones de los derechos fundamentales deben tener una base legal, ser necesarias, adecuadas, razonables y en general proporcional en relación con el objetivo que sirven y el derecho que limitan ".

Reflexiones sobre la libertad de religión o creencias durante la lucha contra la pandemia Covid-19

TEXTO COMPLETO (En inglés)


CEC Thematic Group on Human Rights reflections on 
Freedom of Religion or Belief during the fight against the COVID-19 pandemic 

2020 marks a unique point in the history of Christianity in Europe, and indeed the entire world. This year Christians in many countries are prevented from gathering in person to commemorate and celebrate in Easter services the crucifixion, death and resurrection of Jesus Christ. The reason is legal measures to slow down the spread of the highly contagious Sars-CoV-19 virus and especially for vulnerable groups lethal Covid-19-desease caused by it. The prohibition of Easter celebrations in churches is just one example of far reaching restrictions on the exercise of many human rights and civil liberties world-wide, which are part of an effort to make physical distancing effectively prevent person-to-person infections. 

Because there has not been any comparable restriction of religious freedom or many other fundamental rights in modern times, and because these rights are usually seen as the legal backbone of our democracy and the rule of law in Europe the Thematic Group on Human Rights of the Conference of European Churches has closely considered the issues at stake. It came to the following reflections: 

1.) The new type of corona virus is a serious challenge for humankind. With no wide-spread immunity, no vaccination and no approved medical remedy, this pandemic outbreak has the potential to disrupt national health systems worldwide and cause more deaths than medically indicated by the virus itself. It is therefore paramount to slow down its spread to allow national health systems to keep up with the rate of infection and to treat the number of people falling ill at any one time. 

2.) The best way to contain the epidemic is to severely limit physical contact between people. This means that all activities that are not absolutely essential have to be kept to the minimum. To shut down businesses, close shops, cancel commercial, cultural and sportive events, even prohibit private gatherings and celebrations is only possible, however, by seriously limiting several fundamental rights enshrined in national, international and European law. 

3.) These restrictions include the right to Freedom of Religion or Belief (FORB), which encompasses the freedom of every person to, “either alone or in community with others and in public or private, to manifest his [her] religion or belief, in worship, teaching, practice and observance1 ”. 

4.) While some fundamental rights – such as freedom of conscience or of expression – do not depend on social contact others necessarily do. The Freedom of Religion or Belief, and the Freedom of Assembly or Association – are rights closely linked to community and gatherings, and are thus particularly affected by the current measures. 1 European Convention on Human Rights and Fundamental Freedoms art. 9 

5.) The European Convention on Human Rights, as well as other human rights instruments, specifically mention public health as a reason for restricting FORB. Some states have even declared national emergencies, which also allow for some restrictions of fundamental rights under the Convention. However, even those national constitutions – for example the German Basic Law, which do not mention concrete reasons to limit FORB will always regard the fundamental rights of others and key values of the constitutional order as inherent barriers to the exercise of FORB, and balance them accordingly in cases of conflict. 

6.) The current restrictions to fundamental rights, including FORB, are therefore generally legal and acceptable from the perspective of human rights. The protection of the weak and vulnerable is also a very high value from a religious perspective and needs to be balanced against the need for community and gathering. 

7.) Whilst in times of persecutions, massacres and genocides, and even previous pandemics, churches have been places of refuge and consolation for many believers, it is important to acknowledge that the prohibition of assemblies, including services, are not meant as religious discrimination and persecution. At present this measure is intended to safeguard human lives, both of the believers and of other members of society. 

8.) However, all restrictions of fundamental rights must have a legal base, be necessary, suitable, reasonable and generally proportionate in relation to the aim they serve and the right they limit. The principle of equal treatment, including the consistency of measures, must also be considered. In legal practice, these requirements give cause to complex assessments and complicated balancing, leading to decisions on a case by case basis. 

9.) The current threat – imminent and dangerous as it is – does not generally discharge the executive, or even the legislative branch of government from these requirements. Our legal order depends on them. Voices from the legal community and from several religious communities are raising questions asking if all measures are proportionate or if there is plausible consistency in the application of the ‘shut down’, especially with regard to the need to treat equally all actors according to their objective comparability. 

10.) At the same time, the imminence and danger of the situation has required governments to take very serious and far reaching decisions at very short notice and in many cases without any precedence to draw upon. It may be argued that medical institutions have for some time warned of the danger of a pandemic, and even suggested emergency plans. However, even if such warnings had been heeded and better pandemic plans had been prepared in advance, such a situation would have been new and threatening for all those in positions of political responsibility. Society – the bearers of fundamental rights – must be aware that the current restrictions primarily serve the moral imperative to protect human lives and are not, with a few deplorable exceptions, used for other political means. 

11.) Therefore, while it is always necessary in rule-based democratic states closely to observe, question and control the actions of government, especially when they are restricting fundamental rights, this is not the time for misunderstood “civil disobedience”. This stricture includes religious communities that are wary of having to celebrate their high feasts – Easter, Pesach, and Ramadan – without the customary social life and physical rituals associated with them. 

12.) If citizens have any doubts about the legality of any measure, the legitimate and appropriate way is to call upon the courts of law to evaluate and, if need be, correct the measures in questions. To do so, is not a sign of a lack of solidarity, but of the exercise of another fundamental right – that of legal protection. 

13.) Seeing the complexity of the issues at hand courts may not be able to rule on complaints in urgent procedure and provide preliminary rulings. It is necessary to realise that the issues facing the courts include the difficulty of judging what is necessary to protect human life whilst bearing in mind that human dignity is more than human life, and that humans need social contacts. It must be realised that it may take weeks, even months, until the legal system has been able to evaluate all these measures. 

14.) Meanwhile, even though some of the measures clearly pose questions as to whether they are adequate and in proportion, and guarantee equal treatment to the different social actors, citizens of all faiths and beliefs should exercise patience and good will. They should continue to follow the official regulations designed to protect others from infection and offer their help in places where the restrictions on social life is causing special hardship.

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sábado, 25 de abril de 2020

PASCUA EN LAS IGLESIAS ORTODOXAS


Las iglesias ortodoxas honran la profunda tradición de Pascua, incluso en tiempos difíciles

Los 300 millones de cristianos ortodoxos del mundo celebraron la Pascua el 19 de abril, llevando a cabo tradiciones tradicionales incluso en tiempos difíciles.

Entrelazando tradiciones, creencias y un profundo espíritu comunitario, desde Jerusalén hasta Rumania, desde Grecia hasta Rusia, desde Turquía hasta Georgia, y en muchos otros lugares del mundo, las iglesias ortodoxas respetaron sus tradiciones al mismo tiempo que respetaron las reglas gubernamentales establecidas para detener el propagación de COVID-19.

El patriarca Daniel de Rumania describió, en su Mensaje de Pascua, la forma en que se celebró la "fiesta de la fiesta" este año en Rumania, pero también en la mayoría de las iglesias ortodoxas: "Este año celebramos la Santa Pascha en momentos de tristeza, durante una pandemia". lo que induce miedo, miedo a la enfermedad y la muerte, mientras que las autoridades estatales deben tomar medidas para detener la propagación de la enfermedad. En este contexto, la Iglesia sufre, ya que sus siervos y los fieles no pueden orar juntos en la misma iglesia, en el mismo lugar de culto. Desde este punto de vista, los hogares de los fieles de cada parroquia se convierten en capillas familiares unidas en oración con sus iglesias parroquiales, profesando su fe común en Cristo crucificado y resucitado ".

Difundiendo la luz de la resurrección

El arzobispo Anastasios de Albania recordó a los fieles ortodoxos que, este año, compartir la luz de la Resurrección, una de las tradiciones litúrgicas más significativas, tendrá un carácter diferente: “Este año no podremos transmitir la Luz de la Resurrección, de un candelabro a otro. ¡Transmitamos la luz de esperanza y valentía que Cristo nos da de un corazón a otro! ¡Cristo ha resucitado!"

En Rumania, los voluntarios con máscaras y guantes pudieron difundir la luz a las parroquias, como lo harían todos los años, para que la gente pudiera celebrar la Pascua.

Luego, cada hogar reflexionó sobre la Pascua, y la mayoría no pudo asistir a los servicios de la iglesia, pero aprovecharon la oportunidad para comprender sus valores, apreciar la tradición y estar juntos, aún conectados por la tradición.

Una sensación de conexión también era evidente en Grecia, a pesar de que la nación permanecía encerrada, mientras los ortodoxos griegos miraban en vivo las oraciones del Viernes Santo y los servicios de Pascua. El sábado por la noche, a medianoche, cuando el clero proclamó la Resurrección del Señor en las iglesias a puertas cerradas, la gente en sus balcones, con sus velas encendidas, cantaban juntos "¡Cristo ha resucitado!"

Muchas familias dijeron que se perdieron los viajes tradicionales a las aldeas ancestrales, una peregrinación que involucra a varios millones de personas que viajan al campo y las islas.

En Moscú, el Patriarca Kyrill celebró la Pascua en la Catedral de Cristo Salvador, rodeado de clérigos, pero sin la presencia de fieles. Mientras celebramos la gloriosa resurrección del Señor, el Patriarca Kyrill dijo en su mensaje de Pascua: “Estamos llamados a predicar al Hijo de Dios y al Hijo del Hombre, quienes en su inefable amor por nosotros derramaron su sangre más preciosa en la Cruz. Estamos llamados tanto en palabra como en hechos y con toda nuestra vida a dar testimonio de personas de Aquel que 'fue herido por nuestras transgresiones, aplastado por nuestras iniquidades' (Isaías 53: 5) y 'fue criado para nuestra justificación'. (Romanos 4:25) ".

Algunas iglesias ortodoxas no siguieron estrictamente las medidas del gobierno y abrieron las puertas de las iglesias a los fieles, aunque no asistieron muchas personas como, por ejemplo, en Bulgaria y Georgia.

Pascua en casa

En Turquía, la mayoría de los cristianos ortodoxos celebraron la Pascua en casa, con servicios transmitidos en vivo en las redes sociales por algunos líderes de la iglesia que realizaron los ritos.

En el sureste de la provincia de Mardin, solo unos pocos cristianos ortodoxos sirios se reunieron en la Iglesia Kırklar del siglo IV el domingo de Pascua, en línea con las medidas para detener la propagación del coronavirus. Los que se reunieron oraron por el fin inmediato de la pandemia mortal.

El Monasterio de Deyrülzafaran ubicado a las afueras de la ciudad de Mardin también celebró rituales de Pascua con un número limitado de personas.

Los líderes asirios en la ciudad de Mardin decidieron el mes pasado suspender indefinidamente todas las visitas a iglesias y monasterios y detener los rituales dominicales.

Sin embargo, se hizo una excepción para el domingo de Pascua. En la Iglesia Kırklar, el arzobispo Gabriel Akyüz dirigió los rituales el domingo, leyendo capítulos de la Biblia y cantando en turco, árabe, hebreo y siríaco.

El servicio se transmitió en vivo en las redes sociales, lo que permitió a los fieles mirar desde sus hogares.

Las comunidades ortodoxas en Turquía han apoyado las medidas gubernamentales para combatir el nuevo coronavirus y ayudar a los afectados por él.

Su Patriarca Ecuménico Santísimo Bartholomew celebró la Pascua con la pequeña comunidad del clero, viviendo con él en Phanar, y entregó un mensaje a la Iglesia Ortodoxa de todo el mundo para la Santa Pashca.

"El culto radiante, los misterios sagrados, la vida de oración, el ayuno y la ascesis, el ministerio pastoral y el buen testimonio en el mundo, todo esto emana la fragancia de la alegría pascual", dijo. “La presencia de dolor y muerte, no importa cuán tangibles puedan ser, no constituye la realidad última. Eso radica en la abolición definitiva de la muerte ".

En su Mensaje de Pascua, el Patriarca Ecuménico Bartolomé elogió a los médicos y enfermeras: “Es difícil permanecer humano sin la esperanza de la eternidad. Esta esperanza vive en los corazones de todos los médicos, enfermeras, voluntarios, donantes y todos aquellos que apoyan generosamente a sus hermanos y hermanas que sufren en un espíritu de sacrificio, ofrenda y amor. En esta crisis indescriptible, irradian resurrección y esperanza. Son los "buenos samaritanos" que, a riesgo de sus propias vidas, vierten aceite y vino sobre las heridas; son los 'cirenaicos' de hoy en día en el Gólgota de los que están enfermos.

Velas colocadas en las bancas de los feligreses durante un servicio ortodoxo de Pascua, en medio del brote del coronavirus, en la Iglesia de Agion Theodoron en Orestiada, Grecia, el 18 de abril de 2020. Foto: Iglesia de Agion Theodoron


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viernes, 24 de abril de 2020

BOLETÍN CEC-MASVITAL MARZO ABRIL 2.020

Nuestros hermanos de la Comunidad Ecuménica Cristiana Jaume Masvidal nos mandan su Boletín nº 31/ 042020 correspondiente a marzo - abril 2020

BOLETÍN CEC-MASVIDAL

Noticias 

Nueva tienda virtual

En la CEC-Masvidal hemos inaugurado nuestra Tienda Virtual, donde encontraréis todos los productos editoriales cristianos de los que hacemos difusión, así como los cursos gratuitos de formación: shop.cecmasvidal.org ¡Visitadla y animaros a hacer vuestras compras virtuales de libros y formación!





Estand de libros de San Jorge

El Ayuntamiento de Barcelona ha aplazado la feria de San Jorge para el 23 de julio. Por lo tanto, si Dios quiere tendremos el estand de libros en verano y esperamos encontraros para entonces. 

Expedición a Marruecos

Como ya os anunciamos, en julio haremos una expedición a Marruecos: será entre los días 21 y 25. Todavía estáis a tiempo para apuntaros a ella y venir con nosotros! Contáctanos a través de: net.cecmasvidal.orgnet@cecmasvidal.org

En el próximo boletín os presentaremos un proyecto en el que estamos trabajando para presentarlo en nuestra próxima visita, centrado en el desarrollo de las mujeres del campo en la comuna de Ait Saghrogen (Taza, Marruecos). Necesitamos apoyo económico para acabar de terminar los proyectos. Nos podéis ayudar con vuestros donativos: paypal.me/cecmasvidal

Opinión personal

Esclavos del miedo: Entiendo perfectamente que una sociedad rica, consumista, egocéntrica y narcisista, consentida y exigente, insolidaria con la pobreza que genera a otras sociedades, eminentemente atea y autosuficiente, exponente de un racionalismo excluyente, al fin y al cabo hija del mundo, dé muestras de ciudadanos sometidos al terror y proclives a la agresividad, que no entienden la contingencia humana ni la ligereza de nuestra existencia, a diferencia de las sociedades no occidentales acostumbradas a convivir con la enfermedad y la muerte.

También entiendo perfectamente que las personas bendecidas con una fe profunda, tengan la serenidad, la trascendencia, la aceptación y la libertad de los hijos de Dios, y no les venza el miedo. En fin... un buen tiempo para que 'el remanente' dé testimonio de la confianza que todo creyente tiene depositada en Dios. Algunas citas bíblicas: Mc 8:36 - 2 Co 10:3 - 1 Tm 6:7-8 - 1 Jn 5:4 

Enric Ainsa – misionero.

DE LA PÉRDIDA A LA GANANCIA

Los dos últimos años han sido de tristeza y pérdida para nuestra familia. Mi padre murió, ingresé a mi madre en un centro de asistencia y tuve que vaciar y vender su casa. 

Sentada en el despacho de mi padre, ordené papeles y lloré por lo que tiempo ha era su precisa caligrafía, antes de que se fuese tan temblorosa. Me dolía el corazón al ver las decoraciones navideñas que mi madre había creado con tanto amor. En cuestión de semanas, toda una vida de recuerdos se había empaquetado, almacenado, compartido o vendido. 

Mientras caminaba por la casa vacía, la pérdida me inundó. Sin embargo, de aquellas habitaciones vacías salió un dulce recordatorio de la garantía de Jesús: "En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros " (Jn 14:2). El peso de mi corazón marchó mientras daba gracias porque nuestro hogar celestial es eterno. Nosotros y nuestros seres queridos nos podemos alegrar, sabiendo que ya no habrá pérdidas, ni lágrimas ni separaciones.

“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron." 
Apocalipsis 21:4 (RVR1960)

Padre celestial, gracias por tu consuelo en tiempos de tristeza. Ayúdanos a recordar que has superado nuestras pérdidas terrenas con tu provisión eternal.










Sandra Sullivan (Virginia Occidental, EEUU)
‘El Cenacle’ vol.86.1 – © The Upper Room





jueves, 23 de abril de 2020

EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS


Cómo cuidar de sí y de los demás en tiempos del coronavirus 

por Leonardo Boff

Vivimos tiempos dramáticos bajo el ataque del coronavirus, una especie de guerra contra un enemigo invisible, contra el cual todo el arsenal destructivo de armas nucleares, químicas y biológicas fabricadas por los poderes militaristas son totalmente inútiles e incluso ridículas. El Micro (virus) está derrotando a lo Macro (nosotros). 

Tenemos que cuidarnos personalmente y cuidar a los demás, para que podamos salvarnos juntos. Aquí no valen los valores de la cultura del capital, no la competencia, sino la cooperación, no la ganancia sino la vida, no la riqueza de unos pocos y la pobreza de las grandes mayorías, no la devastación de la naturaleza, sino su cuidado. Estamos en el mismo barco y sentimos que somos seres que dependemos unos de otros. Aquí todos somos iguales y con el mismo destino feliz o trágico. 

¿Qué somos como humanos? 

En estos momentos de aislamiento social forzado, tenemos la oportunidad de pensar sobre nosotros mismos y en lo que realmente somos. ¿Sabemos quiénes somos? ¿Cuál es nuestro lugar en el conjunto de seres? ¿Para qué existimos? ¿Por qué podemos ser infectados por el coronavirus e incluso morir? ¿Hacia dónde vamos? Al reflexionar sobre estas preguntas impostergables, vale la pena recordar a Blaise Pascal (+1662). Nadie mejor que él, matemático, filósofo y místico, para expresar el ser complejo que somos: 

“Qué es el ser humano en la naturaleza? Una nada frente al infinito y un todo frente a la nada, un medio entre la nada y el todo, pero incapaz de ver la nada de donde viene y el infinito hacia dónde va” (Pensées § 72). En él se cruzan los cuatro infinitos: lo infinitamente pequeño, lo infinitamente grande, lo infinitamente complejo (Teilhard de Chardin) y lo infinitamente profundo. 

En verdad no sabemos bien quien somos. O mejor, desconfiamos de alguna cosa en la medida en que vivimos y acumulamos experiencias. En uno somos muchos. Además de aquello que somos, existe en nosotros aquello que podemos ser: un manojo inagotable de virtualidades escondidas dentro de nosotros. Nuestro potencial es lo más seguro en nosotros. De ahí nuestra dificultad para construir una representación satisfactoria de quienes somos. Pero esto no nos exime de elaborar algunas claves de lectura que, de alguna manera, nos guíen en la búsqueda de lo que queremos y podemos ser. 

En esta búsqueda el cuidado de sí mismo juega un papel decisivo. Especialmente en este momento dramático, cuando estamos expuestos a un enemigo invisible que puede matarnos o a través de nosotros causar la enfermedad o la muerte a los otros. En primer término, no es una mirada narcisista sobre el propio yo, lo cual lleva generalmente a no conocerse a sí mismo sino a identificarse con una imagen proyectada de uno mismo y, por lo tanto, alienada y alienante. 

Fue el filósofo Michel Foucault quien, con su exhaustiva investigación Hermenéutica del sujeto (1984), trató de rescatar la tradición occidental del cuidado del sujeto, especialmente en los sabios de los siglos II/III, como Séneca, Marco Aurelio, Epicteto y otros. El gran lema era el famoso “ghôti seautón”: “conócete a ti mismo”. Este conocimiento no se entendía de una manera abstracta sino concreta: reconócete en lo que eres, trata de profundizar en ti mismo para descubrir tus potencialidades; trata de realizar lo que realmente eres. 

Es importante afirmar en primer lugar que el ser humano es un sujeto y no una cosa. No es una sustancia constituida de una vez por todas (Foucault, Hermenéutica del sujeto, 2004), sino un nudo de relaciones siempre activo que, a través del juego de relaciones, se está construyendo continuamente. Nunca estamos listos, siempre nos estamos formando. 

Todos los seres en el universo, según la nueva cosmología, tienen una cierta subjetividad porque siempre están relacionando e intercambiando información. Por eso tienen historia y un cierto nivel de conocimiento inscrito en su ADN. Este es un principio cosmológico universal. Pero el ser humano lleva a cabo su propia modalidad de este principio relacional, que es el hecho de ser un sujeto consciente y reflexivo. Sabe que sabe y sabe que no sabe y, para ser completos, no sabe que no sabe, como decía irónicamente Miguel de Unamuno. 

Este nudo de relaciones se articula desde un centro, alrededor del cual organiza los sentimientos, ideas, sueños y proyecciones. Este centro es un yo, único e irrepetible. Representa, en el lenguaje del más sutil de todos los filósofos medievales, el franciscano Duns Scotus (+1203), la ultima solitudo entis, la última soledad del ser. 

Esta soledad significa que el yo es insustituible e irrenunciable. Pero recordemos: debe entenderse en el contexto del nudo de relaciones dentro del proceso global de interdependencias, de modo que la soledad no sea la desconexión de los demás. Significa la singularidad y la especificidad inconfundible de cada uno. Por lo tanto, esta soledad es para la comunión, es estar solo en su identidad para poder estar con el otro diferente y ser uno-para-el-otro y con-elotro. El yo nunca está solo. 

Cuidar de sí: acogerse jovialmente 

El cuidado de sí mismo implica, en primerísimo lugar, acogerse a sí mismo tal como se es, con las capacidades y las limitaciones que siempre nos acompañan. No con amargura como quien no consigue evitar o modificar su situación existencial, sino con jovialidad. Acoger la estatura, el rostro, el pelo, las piernas, pies, senos, la apariencia y modo de estar en el mundo, en resumen, acoger nuestro cuerpo. 

Cuanto más nos aceptemos así como somos, menos clínicas de cirugía plástica necesitaremos. Con las características físicas que tenemos, debemos elaborar nuestra manera de ser y nuestra mise-en-scène en el mundo. 

Podemos cuestionar la construcción artificial de una belleza fabricada que no está en consonancia con una belleza interior. Hay el riesgo de perder la luminosidad y sustituirla por una vacía apariencia de brillo. 

Más importante es acoger los dones, las habilidades, el poder, el coeficiente de inteligencia intelectual, la capacidad emocional, el tipo de voluntad y de determinación con la que cada uno viene dotado. Y al mismo tiempo, sin resignación negativa, los límites del cuerpo, de la inteligencia, de las habilidades, de la clase social y de la historia familiar y nacional en que está insertado. 

Tales realidades configuran la condición humana concreta y se presentan como desafíos a ser afrontados con equilibrio y con la determinación de explotar lo más que podamos las potencialidades positivas y saber llevar, sin amargura, las negativas. 

El cuidado de sí mismo exige saber combinar las aptitudes con las motivaciones. Me explico: no basta tener aptitud para la música si no nos sentimos motivados para desarrollar esta capacidad. De la misma manera, no nos ayudan las motivaciones para ser músico si no tenemos aptitudes para eso, sea en el oído sea en el domino del instrumento. De nada sirve querer pintar como Van Gogh si solamente se consigue pintar paisajes, flores y pájaros que a duras penas llegan a ser expuestos en la plaza en la feria del domingo. Desperdiciamos energías y recogemos frustraciones. La mediocridad no engrandece a nadie.

 Otro componente del cuidado consigo mismo es saber y aprender a convivir con la paradoja que atraviesa nuestra existencia: tenemos impulsos hacia arriba, como la bondad, la solidaridad, la compasión y el amor. Y simultáneamente tenemos en nosotros tendencias hacia abajo, como el egoísmo, la exclusión, la antipatía e incluso al odio. En la historia reciente de nuestro país tales dimensiones contradictorias han aparecido hasta de forma virulenta, envenenando la convivencia social. 

Estamos hechos con estas contradicciones, que nos vienen dadas con la existencia. Antropológicamente se dice que somos al mismo tiempo sapiens y demens, gente de inteligencia y lucidez y junto a esto, gente de rudeza y violencia. Somos la convergencia de las oposiciones. 

Cuidar de sí mismo impone saber renunciar, ir contra ciertas tendencias en nosotros y hasta ponerse a prueba; pide elaborar un proyecto de vida que dé centralidad a estas dimensiones positivas y mantenga bajo control (sin reprimirlas porque son persistentes y pueden volver de forma incontrolable) las dimensiones sombrías que hacen agónica nuestra existencia, es decir, siempre en combate contra nosotros mismos. 

Cuidar de sí mismo es amarse, acogerse, reconocer nuestra vulnerabilidad, saberse perdonar y desarrollar la resiliencia, que es la capacidad de pasar página y aprender de los errores y contradicciones. 

Cuidar de sí mismo: preocuparse del modo de ser 

Por estar expuestos a fuerzas contradictorias que conviven tensamente en nosotros, necesitamos vivir el cuidado como preocupación por nuestro propio destino. La vida puede conducirnos por caminos que pueden significar felicidad o desgracia: esas fuerzas pueden apoderarse de nosotros y podemos llenarnos de resentimientos y amarguras que nos incitan a la violencia. Tenemos que aprender a autocontrolarnos. Especialmente en estos tiempos de confinamiento social. Puede ser ocasión de desarrollar iniciativas creativas, de ejercitar la fantasía imaginativa que nos alejen de los peligros y nos abran espacio hacia una vida de decencia. 

Hoy vivimos bajo la cultura del capital que continuamente nos demanda ser consumidores de bienes materiales, de entretenimientos y de otras estratagemas, más enfocados a quitarnos nuestro dinero que a satisfacer nuestros deseos más profundos. Cuidar de sí es preocuparse de no caer en esa trampa. Es dejar huella de tu pisada en la tierra, no pisar en la huella hecha por otro. 

Cuidar de sí mismo como preocupación acerca del sentido de la propia vida significa: ser crítico, poner muchas cosas bajo sospecha para no permitir ser reducido a un número, a un mero consumidor, a un miembro de una masa anónima, a un eco de la voz de otro. Cuidar de sí mismo es preocuparse del lugar de uno mismo en el mundo, en la familia, en la comunidad, en la sociedad, en el universo y en el designio de Dios. Cuidar de sí mismo es reconocer que, en la culminación de la historia, Dios te dará un nombre que es sólo tuyo, que te define y que solo Dios y tú conoceréis. 

En la sociedad que nos masifica, es decisivo que cada uno pueda decir su yo, tener su propia visión de las cosas, no ser solamente un mero repetidor de lo que nos es comunicado por los muchos medios de comunicación de los que disponemos. 

El cuidado implica cultivar y velar por nuestros sueños. El valor de una vida se mide por la grandeza de sus sueños y por su empeño, contra viento y marea, en realizarlos. Nada resiste a la esperanza tenaz y perseverante. La vida es siempre generosa; a quienes insisten y persisten acabará dándoles la oportunidad necesaria para concretar su sueño. Entonces irrumpe el sentimiento de realización, que es más que la felicidad momentánea y fugaz. La realización es fruto de una vida, de una perseverancia, de una lucha nunca abandonada de quien vivió la sabiduría predicada por don Quijote: no hay que aceptar las derrotas antes de dar todas las batallas. El modo de ser que resulta de este cuidado con la autorrealización es una existencia de equilibrio que genera serenidad en el ambiente y el sentimiento en los demás de sentirse bien en compañía de tal persona. La vida irradia, pues en eso reside su sentido: no en vivir simplemente porque no se muere, sino en irradiar y disfrutar de la aleg- ría de existir. 

Cuidado como precaución con nuestros actos y actitudes 

El cuidado como preocupación por nosotros mismos nos abre al cuidado como precaución en estos tiempos del coronavirus. Precavernos de no exponernos a coger el virus avasallador ni de trasmitirlo a los demás. Aquí el cuidado lo es todo, particularmente ante los más vulnerables que son las personas mayores de 65 años, nuestros abuelos y parientes mayores. 

Alarguemos la perspectiva. En una perspectiva ecológica, hay actitudes y actos de falta de cuidado que pueden ser gravemente destructores, como la práctica de usar intensivamente pesticidas agrícolas, deforestar una amplia región para dar paso al ganado o al agronegocio, destruir la vegetación ribereña de los ríos. Las consecuencias no van a ser inmediatas, pero a medio y largo plazo pueden ser desastrosas, como la disminución del caudal del río, la contaminación del nivel freático de las aguas, el cambio del clima y de los regímenes de lluvias y de estiaje. 

Aquí se impone una cuidadosa precaución para que la salud humana de toda una colectividad no sea afectada, como está ocurriendo en este momento en todo el mundo. 

Con la introducción de las nuevas tecnologías, como la biotecnología y la nanotecnología, la robótica, la inteligencia artificial, mediante las cuales se manipulan los elementos últimos de la materia y de la vida, se pueden ocasionar daños irreversibles o producir elementos tóxicos, nuevas bacterias y series de virus, como el actual, el coronavirus, que comprometan el futuro de la vida (cf. T. Goldborn, El futuro robado, LPM 1977)

Como nunca antes en la historia, el futuro de la vida y las condiciones ecológicas de nuestra subsistencia están bajo nuestra responsabilidad. Esta responsabilidad no puede ni debe ser delegada a empresas con sus científicos en sus laboratorios para que decidan sobre el futuro de todos sin consultar con la sociedad. Aquí prevalece la ciudadanía planetaria. Cada ciudadano es convocado a informarse, a seguir y a decidir colectivamente qué caminos nuevos y más prometedores deben abrirse para la humanidad y para el resto de la comunidad de vida y no solo para el mercado y las empresas. 

Nuestras relaciones merecen también especial precaución-cuidado. Deben ser siempre abiertas y constructoras de puentes. Tal propósito implica superar las extrañezas y los prejuicios. Aquí es importante ser vigilantes y trabar una fuerte lucha contra nosotros mismos y los hábitos culturales establecidos. Albert Einstein, sabedor de las dificultades inherentes a este esfuerzo, consideraba no sin razón, que es más fácil desintegrar un átomo que remover un prejuicio de la cabeza de una persona. 

Cada vez que encontramos a alguien, estamos ante una manifestación nueva, ofrecida por el universo o por Dios, un mensaje que solamente esa persona puede pronunciar y que puede significar una luz en nuestro camino. 

Pasamos una única vez por este planeta. Si puedo hacer algún bien a otra persona, no debo postergarlo ni descuidarlo, pues difícilmente la encontraré otra vez en el mismo camino. Esto vale como disposición de fondo de nuestro proyecto de vida. 

Es importante que nos preocupemos de nuestro lenguaje. Somos los únicos seres capaces de hablar. Mediante el habla, como nos enseñaron Maturana y Wittgenstein, organizamos nuestras experiencias, ponemos orden en las cosas, y creamos la arquitectura de los saberes. Bien cantan los miembros de las Comunidades Eclesiales de Base de Brasil: La palabra no fue hecha para dividir a nadie/la palabra es un puente por donde va y viene el amor. 

Por la palabra construimos o destruimos, consolamos o desolamos, creamos sentidos de vida o de muerte. Las palabras antes de definir un objeto o dirigirse a alguien, nos definen a nosotros mismo. Dicen quienes somos y revelan en qué mundo habitamos. 

Cuidado de nuestra relación principal: la amistad y el amor 

Hay un cuidado especial que debemos cultivar sobre dos realidades fundamentales en nuestra vida: la amistad y el amor. Mucho se ha escrito sobre ellas. Aquí nos restringiremos a lo mínimo. La amistad es esa relación que nace de una afinidad desconocida, de una simpatía totalmente inexplicable, de una proximidad afectuosa hacia otra persona. Entre los amigos se crea algo así como una comunidad de destino. La amistad vive del desinterés, de la confianza y de la lealtad. La amistad tiene raíces tan profundas que, aunque pasen muchos años, cuando los amigos y amigas vuelven a encontrarse se anulan los tiempos y se reanudan los lazos y hasta el recuerdo de la última conversación mantenida. 

Cuidar de las amistades es preocuparse de la vida, penas y alegrías de la amiga o del amigo. Es ofrecerle un hombro cuando la vulnerabilidad le visita y el desconsuelo le roba sus estrellas guía. En el sufrimiento y en el fracaso existencial, profesional o amoroso es donde se comprueban los verdaderos amigos o amigas. Son como una torre fortísima que defiende el castillo de nuestras vidas peregrinas. 

La relación más profunda y la que trae las más importantes realizaciones de felicidad o las más dolorosas frustraciones es la experiencia del amor. Nada es más precioso y apreciado que el amor. Nace del encuentro entre dos personas que un día cruzaron sus miradas, sintieron una atracción mutua y respondieron sus corazones. Resolvieron fundir sus vidas, unir sus destinos, compartir las fragilidades y los quereres de la vida. 

Todos estos valores, por ser los más preciosos, son los más frágiles porque son los más expuestos a las contradicciones de la existencia humana. Cada cual es portador de luz y de sombras, de historias familiares y personales diferentes, cuyas raíces alcanzan arquetipos ancestrales, marcados ellos también por experiencias felices o trágicas que dejaron marca en la memoria genética de cada uno. 

El amor es un ars combinatoria de todos estos factores, hecho con sutileza, que demanda capacidad de comprensión, de renuncia, de paciencia y de perdón, y al mismo tiempo de disfrute común del encuentro amoroso, de la intimidad sexual, de la entrega confiada de uno al otro, experiencia que sirve de base para entender la naturaleza de Dios, pues Él es amor incondicional y esencial. 

Cuanto más capaz de una entrega total se es, mayor y más fuerte es el amor. Tal entrega supone un coraje extremo, una experiencia de muerte pues no se retiene nada y uno se zambulle totalmente en el otro. 

El hombre posee especial dificultad para este gesto extremo, tal vez por la herencia del machismo, patriarcalismo y racionalismo de siglos que carga dentro de sí y que limita su capacidad para esta confianza extrema. 

La mujer es más radical: va hasta el extremo de la entrega en el amor, sin resto y sin reservas. Por eso su amor es más pleno y realizador, y, cuando se frustra, la vida revela contornos de tragedia y de un vacío existencial abismal. 

El mayor secreto para cuidar del amor reside en esto: cultivar sencillamente la ternura, La ternura vive de gentileza, de pequeños gestos que revelan el cariño, de signos pequeños, como recoger una concha en la playa y llevarla a la persona amada y decirle que en aquel momento la recordó con mucho cariño.

Tales «banalidades» tienen un peso mayor que la más preciosa joya. Así como una estrella no brilla sin una atmósfera a su alrededor, de la misma manera el amor no vive y sobrevive sin un aura de afecto, de ternura y de cuidado. 

El cuidado es un arte. Como pertenece a la esencia de lo humano, siempre está disponible. Y como todo lo que vive necesita sustento, también él necesita ser alimentado. El cuidado se alimenta de una preocupación vigilante por su futuro y por el del otro. 

Eso a veces se hace reservando momentos de reflexión sobre sí mismo, haciendo silencio a su alrededor, concentrándose en alguna lectura que alimente el espíritu y, no en último lugar, entregándose a la meditación y a la apertura a Aquel mayor que tiene el sentido de nuestras vidas y conoce todos nuestros secretos. 

Conclusión: el cuidado es todo 

El cuidado es todo, pues sin él, ninguno de nosotros existiría. Quien cuida ama, quien ama cuida. Cuidémonos los unos a los otros, particularmente en estos momentos dramáticos de nuestras vidas, pues ellas corren peligro y pueden afectar el futuro de la vida y de la humanidad sobre este pequeño planeta que es la única Casa Común que tenemos. 

Leonardo Boff nació en Concórdia, Santa Catarina (Brasil), el 14 de diciembre de 1938. Es nieto de emigrantes italianos venidos del Veneto a Rio Grande do Sul a finales del siglo XIX. Hizo sus estudios primarios y secundarios en Concórdia-SC, Rio Negro-PR y Agudos-SP. Estudió Filosofía en Curitiba-PR y Teología en Petrópolis-RJ. En 1970 se doctoró en Teología y Filosofía en la Universidad de Munich-Alemania. Ingresó en la Orden de los Frailes Menores, franciscanos, en 1959.

Durante 22 años fue profesor de Teología Sistemática y Ecuménica en el Instituto Teológico Franciscano de Petrópolis, profesor de Teología y Espiritualidad en varios centros de estudio y universidades de Brasil y del exterior, y profesor visitante en las universidades de Lisboa (Portugal), Salamanca (España), Harvard (EUA), Basilea (Suiza) y Heidelberg (Alemania).

Estuvo presente en el comienzo de la reflexión que busca articular el discurso indignado ante la miseria y la marginación con el discurso de la fe cristiana, que generó la conocida Teología de la Liberación. Siempre ha sido un ardiente defensor de la causa de los Derechos Humanos, habiendo ayudado a formular una nueva perspectiva de los Derechos Humanos a partir de América Latina, con los “Derechos a la Vida y a los medios para mantenerla con dignidad”.

Es doctor Honoris Causa en Política por la Universidad de Turín (Italia) y en Teología por la Universidad de Lund (Suiza), y ha sido galardonado con varios premios en Brasil y en el exterior por su lucha a favor de los débiles, oprimidos y marginados, y de los Derechos Humanos. El 8 de diciembre del 2001 le fue otorgado en Estocolmo el Right Livelihood Award, conocido también como el Nóbel Alternativo.

Entre 1975 y 1985 participó del consejo editorial de la Editorial Vozes. En este periodo formó parte de la coordinación de la colección “Teología y Liberación” y de la edición de las obras completas de C. G. Jung. Ha sido redactor de la Revista Eclesiástica Brasileira (1970-1984), de la Revista de Cultura Vozes (1984-1992) y da Revista Internacional Concilium (1970-1995).

En 1984, en razón de sus tesis ligadas a la Teología de la Liberación expuestas en su libro Iglesia: Carisma y Poder, fue sometido a un proceso por parte de la Sagrada Congregación para la Defensa de la Fe, ex Santo Oficio, en el Vaticano. En 1985 fue condenado a un año de “silencio obsequioso” y depuesto de todas sus funciones editoriales y académicas en el campo religioso. Dada la presión mundial sobre el Vaticano le fue levantada la pena en 1986, pudiendo retomar algunas de sus actividades.

En 1992, habiendo sido amenazado de nuevo con una segunda punición por las autoridades de Roma, renunció a sus actividades sacerdotales y se autopromovió al estado laico. “Cambio de trinchera para continuar en la lucha”: sigue como teólogo de la liberación, escritor, profesor y conferencista en los más variados auditorios de Brasil y del extranjero, asesor de movimientos sociales de cuño popular liberador, como el Movimiento de los Sin-Tierra y las Comunidades Eclesiales de Base (CEB’s), entre otros.

En 1993 presentó concurso, y fue aprobado, como Profesor de Ética, Filosofía de la Religión y Ecología en la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ).

Actualmente vive en el Jardim Araras, región campestre ecológica del municipio de Petrópolis-RJ y comparte vida y sueños con la educadora/luchadora por los derechos a partir de un nuevo paradigma ecológico, Marcia Maria Monteiro de Miranda, convirtiéndose así en ‘padre por afinidad’ de una hija y cinco hijos, participando de las alegrías y dolores de la maternidad/paternidad responsable. Vive, acompaña y re-crea el despuntar a la vida de los ‘nietos’ Marina, Eduardo y Maira.

Es autor de más de 60 libros en las áreas de Teología, Espiritualidad, Filosofía, Antropología y Mística. La mayor parte de su obra ha sido traducida a los principales idiomas modernos.


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BOLETÍN DE “NOTICIAS Y COMUNICACIONES”
Nº 268 – 22 de Abril de 2020
Comunidad Ecuménica Horeb Carlos de Foucauld
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