Todos juntos
Un espacio propuesto por EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

sábado, 30 de noviembre de 2019

AGENDA INTERCONFESIONAL DICIEMBRE


DICIEMBRE
1.- 

Primer domingo de Adviento. 

El primer domingo de adviento se refiere al primer domingo del periodo del año litúrgico cristiano, en latín: “Adventus Redemptoris” el cual quiere decir “Venida del Redentor”.

Este periodo de tiempo está dado para preparar el espíritu para la llegada del nacimiento de Cristo (25 de diciembre) la extensión de este periodo varia de entre 21 a 28 días, ya que comprende los 4 domingos anteriores a navidad.

Los fieles lo consideran un tiempo de reflexión y perdón, y en la Iglesia ortodoxa, el Adviento se extiende desde el 17 de diciembre hasta el 6 de enero inclusive.

Fiesta del Beato Carlos de Foucauld. (1858-1916) 

Carlos de Foucauld (Hermano Carlos de Jesús) nace en Francia, en Estrasburgo, el 15 de septiembre 1858. Ya de adolescente, pierde la fe. A los 25 años emprende una peligrosa exploración de Marruecos (1883 - 1884). El testimonio de fe de los musulmanes despierta en él un cuestionamiento sobre Dios: «Dios mío, si existes, haz que te conozca». Pasa 7 años en la Trapa, primero en N.S. de las Nieves, después Akbes, en Syria. Después, vive solo en la oración y adoración cerca de las Clarisas de Nazareth. Ordenado sacerdote a los 43 años (1901) parte al Sahara, primero Beni-Abbes, después Tamanrasset en medio de los Tuaregs del Hoggar. Al atardecer del 1 de diciembre 1916, fue asesinado por una banda que rodeó la casa.

Siempre soñó compartir su vocación con otros: después de haber escrito varias reglas religiosas; pensó que esta «vida de Nazaret» podía ser vivida en todas partes y por todos.

2.- 

Estudio Bíblico Interconfesional

Centro Ecuménico “Julián García Hernando”
A las 18'00 horas
c/ José Arcones Gil, 37 – 2º
MADRID

3.-

Curso de Formación Ecuménica

A las 18'00 horas
La inspiración ecuménica de la convocatoria del Vaticano II
1959-2019
por Michelle Taba
Lugar: Centro Ecuménico “Julián García Hernando”
c/ José Arcones Gil, 37 – 2º. MADRID

San Francisco Javier. 

Fiesta de la Iglesia Católica.
Patrón de las Misiones..

5.-

Ciclo sobre las religiones y la paz mundial 

20'00 horas: 
"Mujeres místicas: Râbi'a de Basora y Teresa de Ávila", por Ana Salto Sánchez del Corral, licenciada en Filología Árabe y en Ciencias Religiosas.
Centro Pastoral "Padre Arrupe" c/ San Ignacio, 2
Málaga 

8.- 

Inmaculada Concepción. 

Fiesta de la Iglesia Católica.

Fiesta Budhista de BUDA.(Rohatsu). 

Fiesta mahayana del despertar de Gautama convertido en Buddha (Despierto) bajo el árbol de la iluminación. Día de Buda, o Rohatsu. En la tradición zen del Japón, Buda alcanza la iluminación cuando, en este octavo día, la estrella del amanecer aparece sobre el horizonte. Los monasterios Zen suelen programar una sesshin de una semana y meditar toda la noche del séptimo al octavo día, durante la llamada Rohatsu Sesshin.

9.- 

Estudio Bíblico Interconfesional

Centro Ecuménico “Julián García Hernando”
A las 18'00 horas
c/ José Arcones Gil, 37 – 2º
MADRID

10.-

Curso de Formación Ecuménica

A las 18'00 horas
La actualidad de la Declaración conjunta de la doctrina de la justificación
1999-2019
por Juan Sánchez
Lugar: Centro Ecuménico “Julián García Hernando”
c/ José Arcones Gil, 37 – 2º. MADRID

11.- 

Fiesta hindú Dattatreya Jayanti. 

Fiesta religiosa que conmemora a la divinidad Dattatreya, una encarnación de la Trinidad (Trimurti) de los dioses Brahmá, Vishnú y Shivá. Generalmente a Dattátreia se le representa con tres cabezas, que simbolizan a los tres dioses Brahmá, Vishnú y Shivá. Podría representar cualquier tríada (pasado, presente y futuro, o los tres estados de la conciencia en el hinduismo: la vigilia, el sueño y el dormir sin soñar).

Taller de Ecumenismo

El taller está elaborado por la Delegación episcopal de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de Zaragoza, y el Director del mismo para Sabiñánigo será D. Manuel Montañés, secretario de la delegación. El taller se compone de diez temas, cinco se desarrollarán este curso 2019-2020 y los otros cinco el curso que viene. Será un taller gratuito y abierto a toda persona que desee asistir. La hora: las 20’00 horas y el lugar el Salón del Club parroquial de Cristo Rey. 
Tema 1: ¿Qué es el ecumenismo?
Club parroquial Cristo Rey. 20'00 horas
Plaza de España, 2
SABIÑÁNIGO (Huesca)

12.- 

Nuestra Señora de Guadalupe. 

Fiesta de la Iglesia Católica.
Patrona de las Américas.

22 al 30.- 

Fiesta Judía de Janukáh. 

La Fiesta de Janucá (Hanukkah) comienza al anochecer de la víspera del 23 de diciembre, y las celebraciones se extienden durante ocho días. Estas fechas cambian todos los años, pero siempre tiene lugar durante el mes de diciembre.

El Janucá conmemora la derrota de los helenos, la recuperación de la independencia judía, y la posterior purificación del Sagrado Templo de Jerusalén que había sido tomado por el Imperio Greco-Sirio e impedía a los judíos profesar su fe.

Según tradición ocurrió un milagro, en el que pudo encenderse el candelabro del Templo durante ocho días consecutivos con una ínfima cantidad de aceite. Esto dio origen a la principal costumbre de esta festividad, que es la de encender de forma progresiva un candelabro de nueve brazos conocido como Menorá de Janucá.

Las Luminarias de Janucá se encienden al atardecer, que es cuando comienza el día según la tradición judía. Es costumbre encender progresivamente las velas, una la primera noche, dos la segunda, y así sucesivamente hasta completar las ocho. Una “vela extra” conocida como shamash (la vela que está al servicio, en lo alto) se enciende primero y se emplea para encender a las demás. Gracias a este candelabro, los niños de la casa pueden saber en qué noche de Janucá están, simplemente contando las velas (la más alta no se contabiliza).

El Janucá es una festividad muy especial para todos los judíos. Es una de las celebraciones más importantes del calendario de fiestas judías junto con el Pésaj (Pascua) y el Año Nuevo Judío.

25.- 

Navidad. 

Católicos y Protestantes. 
El 7 de enero es Navidad en los países ortodoxos que mantienen el calendario juliano en sus celebraciones litúrgicas. El desfase entre ambos calendarios es de 13 días y por eso la Navidad se celebra en Oriente 13 días después que en Occidente.

26.- 

San Esteban. 

Fiesta de la Iglesia Católica.
Primer mártir.

Conmemoración Mazdea de la muerte de Zarathushtra. 

27.- 

San Juan. 

Fiesta de la Iglesia Católica.
Apóstol y Evangelista.

28.- 

Santos Inocentes. 

Fiesta de la Iglesia Católica.
Mártires.

29.- 

Fiesta de la Sagrada Familia.

Fiesta de la Iglesia Católica. 

31 .- 

iesta sintoísta. OMISOKA Japonés. 

Festival japonés que se prepara para el nuevo año limpiando santuarios sintoístas y altares budistas. Las campanas de los templos budistas son golpeadas 108 veces para advertir contra los 108 males que deben ser vencidos. 
























viernes, 29 de noviembre de 2019

ECUMENISMO EN SABIÑÁNIGO

El pasado miércoles 27 de noviembre celebramos en Sabiñánigo (Huesca) un encuentro ecuménico que consistió en una Oración Ecuménica con motivo del Adviento, con el lema: "Es tiempo del Sí"


Se nos propone que el tiempo de Adviento sea como un momento para dejarse encontrar por Dios. Sí, es verdad, el Adviento es un camino... pero en el que sabemos que Dios ya ha dado el primer paso y que correrá a nuestro encuentro en cuanto vea de nosotros un tímide balanceo de nuestro cuerpo. 

ES TIEMPO DEL SÍ 

Un "sí" que cambió la historia... 

Algunas veces, un "sí" puede cambiar muchas cosas. Pero hay un "sí" que cambió toda la historia... la nuestra. 

Dios, nuestro Dios, es un Dios apasionado. Nada hacía preveer, en la historia de Israel, que fuera a dar un vuelco a su modo de hacerse presente en medio de su pueblo. Pero, sorprendentemente, dio un paso que ni los profetas habían contemplado, aunque sí intuido, pero no de modo tan radical. La Encarnación, el Dios que se vuelca en la humanidad a través de su Hijo Jesús, es el SÍ sin medidas del Dios Ternura: con este "sí" cambió el mundo... 

Dios mueve nuestra vida a decir "sí"... 

Lo hizo con María, tal vez llena de miedo, temblorosa, acobardada por lo que se le venía encima. Pero ella abre la puerta a la esperanza pronunciando su "aquí estoy", su "sí" a Dios. Es, por así decirlo, el momento en el que se encuentra el "sí" de Dios con el "sí" de toda la humanidad en la Madre, en María.

Participaron cristianos protestantes, ortodoxos, anglicanos y católicos. La predicación corrió en esta ocasión a cargo del padre Emilio Alejandro de la Iglesia ortodoxa rusa.


Jesús, ven tú,
entra en mi casa de nuevo.
Jesús, ven tú,
para encender nuestro fuego.
Jesús, Jesús

Como es habitual la oración fue muy participativa, en un sincero ambiente de oración y fraternidad






 




Es por Tu Amor Señor que no me rendiré
Y aunque quebrado estoy, me sostendrá la fe

Es por Tu Amor Señor, que llegaré hasta Ti
Y pediré perdón por todo lo que fui

Es por Tu Amor Señor , que no veré hacia atrás
Solo confiaré en Ti , Tu voz me guiará 

Es por Tu Amor Jesús que cambiaré mi mal
Tu Bien obrará en mi otro milagro más.

Es por Tu Amor Señor , que aún canto para TI
No por lo bueno que soy porque te conocí

Es por Tu Amor Señor , que sabré amar mi cruz
Tu gracia bastará me alumbrará tu luz

Es por Tu Amor Señor que pequeño me haré
Para llegar allí, a lavarte los pies

Es por Tu Amor Señor , que llegaré al final
cantando a viva voz que nadie me amó igual...

Es por Tu Amor Señor , que no me rendiré…
Y aunque cansado estoy te esperaré


La oración estuvo presidida por la Corona de Adviento que fue encendida al comienzo de la velada, con las cuatro velas una de cada color, el morado porque es tiempo de penitencia, el verde por tiempo de esperanza, el rojo por tiempo de alegría (gaudete) y el blanco porque es el tiempo del nacimiento de Jesús, de la Navidad

SUEÑO DE UN MUNDO NUEVO (Martin Luther King) 

Sueño que llegará un día en que los hombres se elevarán por encima de sí mismos, y comprenderán que están hechos para vivir juntos, en hermandad. 
Todavía sueño en aquella mañana de Navidad, que llegará el día en que todos los negros de este país, todas las personas de color del mundo serán juzgadas por el contenido de su personalidad y no por el color de la piel; que cada hombre respetará la dignidad y el valor de la personalidad humana. 
Todavía sueño hoy que en todos los ministerios y ayuntamientos serán elegidas las personas que obren con justicia y misericordia, siguiendo los pasos de Dios. 
Todavía sueño hoy que la guerra se acabará... 
Llegado este día, nos será revelada la gloria del Señor y la contemplaremos todos unidos. 
Todavía sueño que con esta fe seremos capaces de transformar los límites de la desesperación. 
Con esta fe podremos anticipar el día de paz en la tierra y de buena voluntad para todas las personas. 
Será un día glorioso: los luceros del alba cantarán unidos y los hijos de Dios exultarán de alegría.

Nos encantó compartir y sumarnos al sueño de Martin Luther King, y finalizar con una canción, antes del envío y la bendición, llena de optimismo

¡QUÉ SUERTE ES TENER UN CORAZÓN SIN PUERTAS!
¡QUÉ SUERTE ES TENER LAS MANOS SIEMPRE ABIERTAS!


La bendición fue impartida por los sacerdotes y el pastor presentes en el encuentro, en un verdadero testimonio ecuménico de fraternidad, gesto sencillo, cierto, pero lleno de todo significado.

Que la bendición del buen Dios sea con nosotros, y que abra nuestros ojos a su presencia y nuestros oídos a su llamada.

Que su Espíritu guíe nuestros pasos y su gracia mueva nuestro corazón hacia el amor, la vida compartida y el compromiso solidario. Y que así su Palabra sea puesta por obras en nuestras vidas.

Por Jesús, nuestro Señor. Amén.

La prensa provincial (Diario del AltoAragón) en su edición de hoy 29/11/2019 se ha hecho eco de nuestro encuentro de oración

(Pinchar sobre la imágen para ver más grande)


Fotografías gentileza de
Charo Martínez
Mercedes Portella




jueves, 28 de noviembre de 2019

LO QUE DICEN LAS RELIGIONES: RITUALES SAGRADOS

RITUALES SAGRADOS 

por José Luis Vázquez Borau


Se entiende por rito la costumbre o ceremonia que siempre se repite de la misma manera. O bien el conjunto de reglas establecidas para el culto y ceremonias religiosas. Los ritos son las celebraciones de los mitos, o historias sagradas, que no se pueden separar de estos. Tienen un carácter simbólico y su celebración puede consistir en fiestas y ceremonias según las pautas de la tradición o de la autoridad religiosa. 

1. Los ritos de ofrenda y de sacrificio en el animismo

Son actos que manifiestan el reconocimiento de la dependencia del ser humano respecto del creador. Estos ritos consisten normalmente en el ofrecimiento de las primicias de la cosecha, o en el momento de la siembra, para hacer que la semilla sea fecunda. También hay sacrificios de animales. Cada dios o cada antepasado tiene sus preferencias. Estos sacrificios son de acción de gracias y de petición de favores. A veces estos ritos tienen la función de calmar al dios ofendido. En este aplacamiento tiene un gran papel la sangre. Los animistas han conocido a veces los sacrificios humanos. La sangre de los sacrificios humanos o animales se ha representado simbólicamente, por ejemplo, entre los hombres prehistóricos con el color ocre o rojo. 

En ocasiones el sacrificio es una realidad que se impone como reparación de un desorden. El ayuno, practicado en todas partes, es la autopunición más frecuente, pero existen otras clases de privaciones voluntarias. Manifiesta que el ascetismo es una constante en toda vida religiosa, animista o no. El sacrificio tiene, finalmente, la misión de regenerar la fuerza vital, disminuida a veces por la enfermedad, la violación de un tabú, o dispersada por la muerte. En estas ocasiones es necesario restituirla derramando la sangre de una víctima. 

2. El rito del perdón en el Judaísmo 

Durante la fiesta del Yom Kippur se rememora la fe de Abraham, que encuentra su máxima manifestación cuando Dios, para ponerlo a prueba, le pide que sacrifique a su único hijo, en quien precisamente, tras tantos años de esterilidad, parecía cifrarse la única posibilidad de realización del linaje que Dios le había prometido. Y Abraham obedece sin discutir. Va al monte que Dios le había indicado, levanta el altar, dispone la leña, ata encima a su hijo y empuña el cuchillo para sacrificarlo, pero en este momento Dios le impide que lo haga y pone a su alcance un carnero, que será sacrificado en lugar del hijo. Dios le jura entonces que por no haberle negado su único hijo le colmará de bendiciones y hará su descendencia más numerosa que las estrellas del cielo y las arenas del mar. La tradición islámica cita a Ismael, no a Isaac, como el sacrificio perdonado. (Cf. El Corán, XXXVII, 101-111)

3. El ritual funerario en el Islam 

El ceremonial de la muerte y entierro se realiza de la siguiente manera: Primero se lava el cuerpo del difunto y se envuelve en una mortaja de dos piezas sin costura, como en el judaísmo. Después se hace una oración en honor de la persona muerta que puede hacerse en la mezquita, en la casa o cerca de donde vivía. El paso siguiente es llevar al difunto a la tumba. Las mujeres generalmente no van o sólo acompañan durante una parte del trayecto. Los familiares y amigos caminan junto a una especie de camilla donde llevan al difunto. El poder cargarla se considera un honor y un acto muy meritorio. Contra antes lleven el cuerpo a la tumba mejor, pues consideran que acelera su felicidad. 

Si una persona muere luchando por el país es considerado mártir (shahid). En este caso se envuelve su cuerpo con la bandera del país, y mientras se le conduce a la tumba se va diciendo shahid Aviv Allah, que quiere decir, “el mártir es querido por Allá”. Aunque tuviera pecados, todos le son perdonados en el momento de su muerte. Para todos los casos la tumba es cavada en la tierra, La medida será la de un hombre en posición vertical. Si es para el cuerpo de una mujer, la profundidad será hasta el pecho, y si es para un hombre será hasta la cintura. El cuerpo se coloca orientando la cabeza hacia La Meca. La persona que entierra dice: “Nuestra comunidad te sepulta en el nombre de Dios y la religión de Mahoma”. Luego, la tumba se cierra con ladrillos o tablillas y se rellena con tierra. En general se colocan inscripciones del Corán en la tumba. Una vez alejados cuarenta pasos se reza la profesión de fe, al creer que es en ese momento cuando dos ángeles comienzan a hacer las preguntas al difunto para comprobar su fe. 

Durante los dos días siguientes los familiares deben llevar ropas oscuras y las mujeres no se pintan. Al tercer día se visita la tumba y se recitan algunos versos del Corán. Al séptimo día y al decimocuarto se ofrece una comida a los familiares y amigos. Se recitan versos del Corán con el fin de que el difunto alcance la bendición celestial. 

4. El rito hindú al entrar en el templo 

Al entrar en el recinto del templo, el hindú se quita el calzado. En la piscina del templo toma un baño de purificación y luego se acerca al templo. Éste tiene la forma del monte universal y, si es un templo ricamente adornado, aparece en sus muros exteriores la multiplicidad de los seres: plantas, adornos, animales, seres humanos, genios celestes. En este mundo, representado en el exterior del templo, hay fecundidad y ternura, música y danza. Pero dentro está la divinidad. Se manifiesta fuera en las hornacinas principales del templo en algunas de sus figuras especialmente importantes. También los mitos adquieren vida mientras se recorre el templo en el sentido de las agujas del reloj. Al hacerlo, se da la derecha a la divinidad en señal de respeto. 

Cuando se llega otra vez a la puerta de entrada, hay que mirar y tocar con la mano el marco de la puerta, en el que a veces están representados los ríos sagrados y purificadores del Ganges y Yamuna, mientras que encima de la puerta se pueden ver los planetas y el dios que reside en el templo. Ante la entrada al sanctum se puede ver de ordinario el animal que transporta a la divinidad: un toro en el caso de Siva, y un ave en el caso de Visnú. Ambos están siempre presentes y veneran a sus señores sin cesar. Allí pende una campana. Se le puede hacer sonar, anunciando así al dios la llegada y, al mismo tiempo, expulsando con su diáfano sonido a eventuales demonios. El camarín es oscuro. Sólo por la puerta de entrada llega luz al interior hasta la imagen de Visnú o de Siva. 

El creyente, si no es brahman, sólo entra de ordinario al umbral del sanctum. Allí obtiene lo que ha ido a buscar, la manifestación de Dios. Ahora ya ha visto la multiplicidad exterior y la unidad interior. Entrega un don: unas cuantas flores, unas monedas. Como respuesta a su don, recibe del sacerdote un poco de agua consagrada por el contacto con el cuerpo del dios, una flor o una de las hojas que adornan al dios; también un ligero toque en la frente con pasta de sándalo o un poco de la comida que el dios ha consagrado por su aceptación. Dar y recibir se convierten aquí en símbolo. El don es solamente un signo; lo que se ofrece propiamente con él es un corazón lleno de entrega. Luego el visitante abandona el templo. El camarín no es lugar para quedarse largo rato. Es lugar de invocación, de ofrenda y de visión. Luego se detiene uno en el atrio del templo. Allí el fiel se sienta a la sombra de las paredes adornadas con imágenes o con un gran árbol, lee, medita, deja que la paz del atrio del templo actúe sobre él. 

5. El ritual budista de la Visakha 

El nacimiento, el sueño y la muerte de Buda se celebra en la luna llena que cae en el mes de mayo, en lo que se denomina la Visakha. Estos tres acontecimientos de la vida de Buda, los más importantes de su vida, tuvieron lugar, según la tradición, en el mismo día de luna llena, día en el cual se reúne la comunidad budista para beber, por medio de la meditación, de las fuentes de su inspiración. 

Se medita sobre las “Tres Joyas”: Buda, su Enseñanza, dharma, y su Comunidad, sangha. La Enseñanza se apoya a su vez en las “Cuatro Nobles Verdades”: la verdad del sufrimiento, el origen del sufrimiento, el término del sufrimiento y el modo de hacerlo cesar, que es mediante la meditación. Además de la meditación, en la Visakha los budistas son invitados a reunirse en el templo y escuchar un sermón sobre el significado de la fiesta. Hacen ofrendas de lamparitas, incienso y flores. Estas tres cosas coinciden en la particularidad de consumirse rápidamente y sirven para compararlas con la vida humana y reflexionar. Más tarde se reúnen en familia, algo así como los cristianos en Navidad.

6. El ritual del Año Nuevo Chino 

El mito se refiere a un pueblo de China que fue destruido por un monstruo maléfico una noche de invierno. Al año siguiente, el monstruo regresó y diezmó el pueblo. Anticipándose a la nueva visita del monstruo el año siguiente, los pobladores idearon un plan para espantarlo. Se utilizaron fuegos de artificios rojos, tambores y gongs para crear fuertes ruidos y así ahuyentar a la bestia y se colocaron estandartes por todos lados. El rojo simboliza el fuego y durante mucho tiempo se ha creído que espanta el mal y la mala suerte. El plan funcionó y la celebración duró varios días, durante los cuales la gente se visitó, intercambió regalos, bailó y comió deliciosas comidas. 

Un mes antes de la fecha del Año Nuevo Chino se comienza a comprar regalos, adornos, comida y vestimenta. Una exhaustiva limpieza comienza aproximadamente un mes antes del Año Nuevo Chino, cuando las casas se limpian profundamente, eliminando todo rastro de mala suerte. Se da una nueva mano de pintura, que por lo general es de color rojo, a las puertas y los vidrios de las ventanas. Luego se decoran con letras coloridas sobre diseños de papel y pareados con impresiones de temas como la felicidad, la fortuna y la longevidad. Todo esto debe realizarse antes de que comience la celebración del Año Nuevo Chino. 

7. La Eucaristía, fuente y cumbre de la vida cristiana 

La Eucaristía es "fuente y cima de toda la vida cristiana". Los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan. La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua. La Eucaristía significa y realiza la comunión de vida con Dios y la unidad del Pueblo de Dios por la que la Iglesia es ella misma. En ella se encuentra a la vez la cumbre de la acción por la que, en Cristo, Dios santifica al mundo, y del culto que en el Espíritu Santo los hombres dan a Cristo y por él al Padre. Finalmente, por la celebración eucarística nos unimos ya a la liturgia del cielo y anticipamos la vida eterna cuando Dios será todo en todos. 

El Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión. Este sacramento recibe el nombre de Bautismo en razón del carácter del rito central mediante el que se celebra: bautizar, baptizein en griego, significa "sumergir", "introducir dentro del agua"; la "inmersión" en el agua simboliza el acto de sepultar al catecúmeno en la muerte de Cristo de donde sale por la resurrección con El como "nueva criatura". 

Con el Bautismo y la Eucaristía, el sacramento de la Confirmación constituye el conjunto de los "sacramentos de la iniciación cristiana", constituyendo un todo. En efecto, a los bautizados el sacramento de la confirmación los une más íntimamente a la Iglesia y los enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo. De esta forma se comprometen mucho más, como auténticos testigos de Cristo, a extender y defender la fe con sus palabras y sus obras.

PUBLICADO EN:
REVISTA HOREB EKUMENE
ISSN 2605 - 3691
Diciembre 2019- Año II - No 15
Comunidad Ecuménica Horeb Carlos de Foucauld




miércoles, 27 de noviembre de 2019

GRAN RECOGIDA ECUMÉNICA DE ALIMENTOS 2019

Gran recogida ecuménica de alimentos 2019


En la diócesis de Segorbe-Castellón se ha realizado con gran éxitio una importante actividad ecuménica con la GRAN RECOGIDA DE ALIMENTOS 2019 para atención a las familias necesitadas de nuestras respectivas Comunidades. La recogida se hizo conjuntamente entre grupos formados por los miembros de las distintas Iglesias (evangéicos, católicos y ortodoxos). Ha sido una ocasión de compartir una experiencia solidaria. Desde la diócesis dan a Dios gracias por la colaboración de todos.





martes, 26 de noviembre de 2019

ENCUENTRO ECUMÉNICO EN CÁDIZ


Con el lema "La tierra está llena de tus criaturas" (salmo 104,24) el próximo sábado día 30 de noviembre a las 11'30 horas se ha organizado en Cádiz un ENCUENTRO ECUMÉNICO DE ORACIÓN EN EL TIEMPO DE ADVIENTO, será en la Parroquia gaditana de Nuestra Señora de Lourdes (calle Nueva de Puntales, nº 3) los organizadores son: Parroquia de la Asunción de Sevilla, de la IERE (Comunión Anglicana). Iglesia del Buen Pastor de San Fernando, de la IEE. Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes de Cádiz, de la Iglesia Católica romana.

Sábado 30 noviembre 2019
11'30 horas
Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes
Cádiz



lunes, 25 de noviembre de 2019

EL FUTURO DE LAS RELIGIONES


El futuro de las religiones. Explorando juntos un mañana más compartido.
Foro Espiritual de Estella, 
3, 4 y 5 de Julio de 2020

¿Es posible integrar distintas llamas que procedían de diferentes antorchas en una sola antorcha?”, la gran pregunta  la lanza Javier Melloni en un reciente libro se ha querido que constituya el eje del  próximo encuentro del Foro Espiritual de Estella. "Es un placer traer buena nueva, anunciaros que los credos diferentes, los hombres y mujeres distintos que llamamos a Dios con distintos nombres, nos volveremos a reunir en la ciudad del Ega. Es un gozo “llamar a las llamas”, anunciaros una nueva edición del Foro Espiritual de Estella. En este lugar donde se juntan los Caminos, los próximos 3, 4 y 5 de Julio del 2020 abordaremos la cuestión del futuro de las religiones. Exploraremos juntos y juntas un mañana más compartido"

"¿Estamos preparados para encender esa antorcha que reúna a tantos fuegos? ¿De qué forma y hasta dónde podríamos ir con ella? Las preguntas no se acaban cuando atendemos a un desafío empujado por tanto anhelo y que llevaba tanto tiempo aguardando: ¿Cómo hacer florecer la mutua fecundación, cómo evitar el pastiche, la mezcolanza, también la nueva religión a la carta…? ¿Cómo aplicar la fórmula del Dalai Lama de “preservar lo esencial y transformar lo cultural”?"

"Todos coincidiremos en que el mundo moderno está revolucionando las estructuras de los más diferentes órdenes. Las religiones no son ajenas al proceso de transformación y adecuación de todos los sistemas. El mundo religioso constata como le afecta el profundo cambio de paradigmas que estamos viviendo". 

"Fruto de esos cambios, el superior valor de la unidad en diversidad comienza a plasmarse en los diferentes ámbitos humanos. Ello es claramente perceptible en lo que se refiere al ámbito de la política, la economía, la cultura… El fenómeno de la globalización tiene no obstante el gran riesgo de manifestarse ya de forma ecléctica, ya de forma uniformante. Sin embargo, cada vez más corazones y voluntades apuestan por una globalización basada en la diversidad y el espíritu de colaborar y compartir. Paralelamente puja una apuesta grande en favor de estructuras más integradoras, democráticas y participativas". 

"Ante este panorama tan cambiante nos preguntaremos evidentemente por las religiones y su recorrido en el futuro. ¿Cómo interactuarán las diferentes tradiciones espirituales en un mundo cada vez más interconectado? ¿Está el humano llamado a hollar el camino de la unidad también en el ámbito religioso? ¿De ser así, qué aspectos se reservarán para lo particular y cuáles otros a lo compartido? ¿De qué forma se concretará ese creciente espíritu de unión y cooperación? ¿Está la religión llamada a comprometerse en la gestación de una “síntesis superior”, en la promoción de una comunión amplia e integradora, de una espiritualidad más universal…?"

Este tipo de preguntas que interpelan con fuerza a la sociedad creyente son las que desde el Foro Espiritual de Estella se desean abordar en los Diálogos del próximo Foro. Así pues consideran que “el futuro de las religiones” constituye, no sólo un tema de vivo interés, sino también de claro enfoque práctico. El Foro Espiritual de Estella cumple de esta forma con su doble cometido. Por un lado, el de seguir siendo plaza para la expresión de ese espíritu de creciente comunión espiritual y por otro el de manifestarse útil a la hora de intentar dar respuestas a las encrucijadas planteadas en nuestros días. por tanto, anhela contribuir, desde sus evidentes limitaciones, la búsqueda de respuestas a los grandes interrogantes vitales que se presentan hoy delante los humanos.


En estos momentos se está confeccionando el programa. Por ahora la organización solo nos puede adelantar que este año el Foro irá precedido de una breve peregrinación interreligiosa que se emprenderá desde la cercana localidad de Villatuerta (Navarra). Por otro lado la organización nos confirma la presencia de Javier Melloni que impartirá la conferencia inaugural, así como de Emilio Carrillo, Ulises, “Siete Águilas” (FBU)

Para más información: 







domingo, 24 de noviembre de 2019

HOMENAJE A D. OCTAVIO LÓPEZ MELÚS

Homenaje a D. Octavio López Melús

El pasado miércoles día 20 de noviembre a las 19'30 horas en la Casa de la Iglesia de Zaragoza (Plaza de la Seo, 6) se celebró un acto ecuménico en recuerdo de quien fue delegado de Ecumenismo de la diócesis de Zaragoza, Octavio López Melús, recientemente fallecido, quien durante casi 40 años fue Delegado diocesano de Ecumenismo y Relaciones Interconfesionales de la archidiócesis de Zaragoza.

Don Octavio nació en Viver de la Sierra el 6 de mayo de 1926 y fue ordenado sacerdote en Roma el 11 de marzo de 1951. Inició su ministerio pastoral como ecónomo de Tabuenca el 1 de julio de 1951. El 23 de junio de 1956 fue nombrado ecónomo de Nuez de Ebro. En 1959, se incardinó en la diócesis de Tarazona, pasando a ser canónigo-abad de la Colegiata de Santa María de Calatayud, y asumiendo, en 1960, la dirección de la Escuela de Magisterio de Calatayud. El 15 de septiembre de 1967 se incardinó de nuevo en la diócesis de Zaragoza y ocupó los siguientes cargos: profesor de Teología en el Seminario, director espiritual en el Instituto Goya, delegado para la Doctrina de la Fe, director de la revista ‘Fe Católica’ y delegado diocesano de Ecumenismo. A lo largo de este tiempo fue dejando dichos cargos y en 2006 fue relevado como delegado episcopal de Ecumenismo. Sus últimos años los pasó en la residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, de la avenida de San José en Zaragoza Falleció en la madrugada del 26 de octubre de 2019. Sus exequias se celebraron el domingo 27 de octubre, a las 11'00 horas en la iglesia de las Hermanitas. 

D. Octavio fue quién realmente impulsó el movimiento ecuménico en Zaragoza, no sólo dentro de la Iglesia católica ya que en los años 70 entró en contacto con otras confesiones fomentando los encuentros de estudio y oración con la Iglesia Evangélica Española, Iglesia Bautista (Delicias) y Hermanos Plymounth.

La Delegación de Ecumenismo y Relaciones Interconfesionales de Zaragoza quiso hacerle un homenaje a su figura y a su obra en favor de la Unidad de los Cristianos, con el deseo de que participaran el él, todos aquellos que quisieran rendir un recuerdo a quien durante muchos años movió el ecumenismo dentro de la Iglesia católica. Realizamos un resumen fotográfico de lo que fue dicho acto


Imágen de la mesa presidida por Jesús Jaime y Gregorio Hierro

Jesús Jaime, actual Delegado episcopal de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la archidiócesis de Zaragoza


El matrimonio Manuel Montañés y Mercedes, él el actual Secretario de la Delegación e Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de zaragoza

Fernando Gálvez durante su intervención


Lola Lafita, de la Iglesia Evangélica Española

Jesús Dominguez, quien relevó a D, Octavio como Delegado episcopal de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la archidiócesis de Zaragoza

El pastor Augusto Milián de la Iglesia Reformada de aragón (IEE)

Fotografías gentileza e Federico Isábal











viernes, 22 de noviembre de 2019

EL AMOR EN EL ISLAM


El amor en el Islam 

Moucharaf Paraíso 


Sí, Dios es Amor, y démosLe gracias por haberle permitido al hombre que tome parte en ello, con el fin de él también pueda divinizarse. 

Introducción

El hombre no puede conocer a Dios más que conociéndose a sí mismo, no puede conocer a Dios sin amarLo, y no puede amarLo sin conocerLo. Por lo demás, todo ello no es posible sino porque Dios ha dado al hombre la facultad de «conocerLo» y de «amarLo», pues Dios es la fuente de todo conocimiento y de todo amor. 

Sí, Dios es Amor, y démosLe gracias por haberle permitido al hombre que tome parte en ello, con el fin de él también pueda divinizarse. Sin embargo, la posibilidad de un conocimiento que dé acceso a la divinización del hombre, se sitúa mucho mas allá de la fraseología común sobre el amor de Dios que transmiten en el entorno de los esoterismos modernos. Se verá en efecto que, la profundidad de la experiencia sufí del amor espiritual se sitúa mas allá de las fáciles declamaciones de la retórica escolar propagada por ciertas corrientes teológicas y espirituales recientes con vocación proselitista. 

Los escritos de los autores musulmanes tienen una riqueza de miles de páginas entregadas en forma de tratados, poemas, canciones y relatos místicos sobre el amor. Encontramos particularmente allí enseñanzas y confidencias sobre lo que realmente es el Amor de Dios por su Servidor, esta cualidad divina inseparable de Su Total Misericordia. Encontramos allí también instrucciones precisas sobre el camino del amor que emprende el iniciado en su búsqueda de Dios y en su viaje hacia Dios, denominada como la vía del corazón o del amor espiritual: este afecto que hace llorar de felicidad al humilde creyente, tal como hace brotar del corazón del místico Sufí, sus más puros poemas y cantos de amor cuando, al realizar la experiencia de la unión entre él y su Señor, el éxtasis lo lleva a los cielos mas allá de toda dualidad. Todos esos escritos extraen de la fuente del Corán sus enseñanzas y doctrinas del amor. 

Es un hecho incontestable que tanto el mensaje muhammadiano, es decir, el Corán, Verbo de Dios y libro fundador del Islam, así como los Hadices del Profeta, hablan profusamente del Amor. Y sin embargo, ¿cuántas veces hemos escuchado decir que el Islam no es una religión de amor? Algunos incluso afirman que no se encuentran en el Corán el menor rastro de la palabra amor. Aquellos que conceden de manera discreta que el Corán habla a veces del amor, minimizando sin embargo su importancia, precisando que no se trata verdaderamente del amor, sino solamente de misericordia, una suerte de «contrato» entre Dios y el musulmán a cambio de la sumisión de este último a su dios. ¿Ignorancia o mala fe? Poco importa nos dice Ibn Arabi, nos basta con dar testimonio de que el amor es nuestra religión, así como es la religión de todas las religiones queridas por Dios: 

Hubo un tiempo en que yo rechazaba a mi prójimo
Si su religión no era como la mía
Pero Ahora mi corazón se ha convertido
en el receptáculo de todas las formas
Es pradera para las gacelas
Y claustro para los monjes
Templo para los ídolos
Y Kaaba para los peregrinos
Tablas de y le libro del Corán
Yo profeso la religión del Amor cualquiera sea
La dirección que tome su cabalgadura
Esa dirección es mi credo y mi fe.
(1).

Muhyiddin Ibn ‘Arabi (Santo Sufí del siglo XIII, nacido en Andalucía)

Después de una breve perspectiva de las diferentes nociones del amor mencionadas en el Corán, intentaremos profundizar sucesivamente los conceptos islámicos del Amor de Dios por el Hombre (o Amor divino) y del amor del Hombre por Dios (o amor espiritual). Haremos hincapié tanto en la perspectiva sufí del amor espiritual como sobre los misterios insondables del Amor divino. 

Todas las formas de amor se encuentran en el Mensaje muhammadiano. 


Un sobrevuelo rápido del Santo Corán y de los Hadices (las palabras, sermones y enseñanzas personales del Profeta, así como las Palabras divinas comunicadas al Profeta fuera de coránica) muestran que todas las formas del amor están presentes en el Islam: hay en el Corán más de una treintena de ocurrencias de raíces verbales que expresan la idea de amor en todas sus acepciones semánticas (2). Resumiendo, se puede constatar que la tradición islámica, a través del Corán y los Hadices del Profeta, mencionan especialmente las siguientes siete categorías del amor: 

El amor material de los bienes de este mundo y sus delicias: este amor es uno de los mayores obstáculos para la fe. En efecto, tal como lo señala el Corán (Sura 3, Versículo 14), el amor que los Hombres experimentan por el objeto de sus deseos les ciega la mayoría de las veces. Es por eso que puede ser para el creyente una fuente de extravío. El Corán da como ejemplo la historia de Salomón que, en un momento en que estaba prendado de la belleza de sus yeguas de raza olvidó su pasión por Dios, antes de arrepentirse de ello: “He amado más los bienes de este mundo que el amor que experimento al recordar a mi Señor” (Corán XXXVIII, 32) (3). Sin embargo, los bienes de este mundo pueden ser también un medio poderoso de servir a Dios sabiendo que: “No alcanzaréis la piedad auténtica mientras no llevéis a cabo actos de largueza respecto de lo que estimáis.” (Corán III, 92) 

El amor fraternal entre los creyentes: El Profeta declara según un dicho (hadith) que: “Ninguno de vosotros es un creyente en tanto que no améis para vuestro hermano lo que amáis para vosotros mismos”. Además, advirtió solemnemente a los creyentes en estos términos: “¡Por Aquél que tiene mi alma en Su Mano! No entraréis al Paraíso sino cuando seáis creyentes, y no seréis creyentes más que cuando os améis”. 

De hecho, el amor fraternal constituye lo esencial de la religión, tal como lo relata el Hadith del Beduino que hostigaba al Profeta con sus preguntas sobre el día del Juicio: sorprendido por la respuesta del Profeta según la cual los creyentes se reencontrarán ese día con aquellos que aman, Abu Bakr le preguntó si el amor alcanzará como único viático para estar al lado del profeta en el día del Juicio. La respuesta fue: “Si. El amor es lo más importante”. 

El amor universal entre todos los seres humanos cualquiera sea su religión o su raza. 


El islam enseña que este amor es el corolario de la verdadera fe en Dios, así como lo atestigua el Corán (II, 177): “La piedad no consiste en rezar hacia el levante o el poniente. No, la piedad es dar de vuestros bienes por amor a Dios, a los familiares, a los chicos, a los huérfanos, a los próximos, a los viajeros en dificultad, a los mendigos y para la liberación de los esclavos”. 

Sin embargo, para el islam, el Hombre permanece totalmente libre de asumir su fe y su deber de amor (Corán V, 105): “Vosotros sois responsables de vosotros mismos...”, “Que crea quien quiera, y quien no quiera que no crea...” (Corán XVIII, 29). La exhortación divina a creer y a amar a su prójimo no es entonces más que un simple “llamado” para los seres “dotados de inteligencia”, en particular los creyentes que se quieren coherentes y lógicos con su fe en un Dios único y universal. 

El Corán (LXVI, 8) hace su elogio en los siguientes términos: “Por amor a Él, ellos alimentan a los indigentes, a los huérfanos y a los prisioneros”. Aquí no se trata de la caridad habitual que pertenece a la obligación religiosa que incumbe a todo musulmán, sino más bien del amor al prójimo que se manifiesta por la solidaridad humana, verdadero acto de fe y de amor a Dios. Es en referencia a ese versículo del Corán que Ali, el Cuarto Califa, primo y yerno del Profeta, da la siguiente exégesis. “Los hombres son todos hermanos, hermanos en la religión o hermanos en la humanidad”. 

Esta enseñanza está expresada de manera más explícita por divinas (hadith qudsi) referidas por el Profeta (hadith) en estos términos: “...Dos hombres que se aman en Dios, que se reúnen y se separan así, forman una categoría especial de hombres entre las siete clases de gente que Dios protegerá con Su Sombra, el día de , cuando allí no haya otra sombra que”. 

En otro hadith el Profeta declara que “Aquellos que se aman en Dios estarán a la sombra del Trono (de Dios) el día que no haya otra sombra que Serán envidiados por los Profetas y los Mártires”. Eso significa que el amor entre dos personas, sean o no creyentes, se basta a sí mismo como un medio de redención fuera de todo tipo de acto de piedad, de sumisión, o de obediencia a los restantes mandamientos divinos. Esas palabras que ubican al amor activo y sincero entre dos creyentes por encima de todo acto de devoción, son propiamente extraordinarias. Abren la puerta a una perspectiva laica y agnóstica de salvación del Hombre. 

El amor conyugal: El versículo 21 de 30, recuerda que Dios ha querido que el amor presida a la armonía de la pareja: “Entre los signos de Dios, está el de haber sacado de vosotros mismos vuestra mitad para que permanezcáis en armonía cerca de ella. Él ha querido entre vosotros, amor y misericordia”. Este versículo exime de todo comentario. 


El amor maternal y su recíproco el amor filial. Su origen son los sentimientos naturales de ternura y protección, así como el impulso de posesión y afección nutricia que son totalmente inseparables de la idea de matriz maternal (en árabe: rahâm, palabra de la cual deriva el primer nombre de Dios: ar-Rahmân: el Todo Misericordioso). En árabe, la palabra ar-Rahmân deriva de una raíz verbal que evoca a la vez la matriz maternal, el amor maternal y la ternura de la compasión (4). 

Es la aptitud natural del alma para amar y sacrificarse por su “carne”, o amarla “por sí misma”. María, madre de Jesús, representa en el Corán el amor maternal que engendra a un ser excepcional que es reconocido a su vez como el símbolo viviente del amor universal. En lo que concierne al amor filial, Dios exhorta en el Corán a los hijos a amar a sus padres y a mostrarse tierno y dulce hacia aquellos que le han dado la vida y los han educado. 

El amor espiritual del Hombre por Dios. Es el amor que brota del Corazón del iniciado despertándose a sí mismo. Este amor se acrecienta con la fe, tal como lo afirma el Corán II, 165: “Aquellos que creen son los más ardientes en el amor de Dios”. El amor espiritual es la estación mística más elevada a la cual pueden aspirar los iniciados sufis. Es una gracia divina concedida al creyente que consagra a Dios un culto puro: Corán III, 31 “Dí: Si amáis verdaderamente a Dios seguidme, entonces Dios os amará y os perdonará vuestros pecados. Dios es el que perdona y es Todo Misericordia”. 

Dios quiere que en todo tiempo haya sobre la tierra un grupo de creyentes que Lo amen. Un hadith asegura que, en tanto que haya sobre la tierra creyentes que amen a Dios, la tierra no desaparecerá, pero a falta de ello y conforme a Su Palabra en , versículo 54: “Dios traerá a un pueblo que Él amará y que Lo amará”. He aquí un tema de meditación posible sobre la causa de la desaparición de las civilizaciones pasadas. 

El amor divino o el Amor Absoluto de Dios por el Hombre. Es el amor eterno y absoluto de Dios por Sus criaturas. Es la fuente y el origen de todas las otras formas de amor. Es el Amor Universal que Dios da a todo Hombre. El amor divino es a la vez trascendente e inmanente como todas las cualidades divinas. 

En su aspecto trascendente, es el Amor absoluto, universal, eterno e incondicional. Se esparce perpetuamente sobre el Hombre cualesquiera que sean sus pecados, porque es como la crema en la leche de Dado que ésta es la primera cualidad divina la que, según el Corán, “engloba a todas las cosas”, justificando de esta manera o absoluta y sin condición para todo Hombre cualesquiera sean sus faltas. Sobre el plano de la trascendencia, Amor absoluto y absoluta constituyen una sola y única cualidad divina, sin embargo precede totalmente al amor, tal como se puede decir para la comprensión humana, que la gallina es anterior al huevo o que el huevo precede a la gallina. En el plano de la trascendencia, no se puede aislar una cualidad divina de la otra sin atentar contra la unicidad de Dios. 

En efecto, es por su Total-Misericordia que Dios conserva su Amor Absoluto por el Hombre a pesar de sus felonías y sus crímenes, y esto es a causa de Su Amor Absoluto que su Total-Misericordia envuelve a todas las cosas. Es porque Dios habita en el Corazón del Hombre que el Hombre es capaz de amor, y es por Amor que Dios ha creado al Hombre, pero es por su Total Misericordia que Dios da al Hombre todo aquello que le pide, y le otorga perpetuamente toda suerte de beneficios, sin condición y de manera universal. 

En su aspecto inmanente, el Amor divino es relativo, es decir, es temporal y específico para cada hombre tomado individualmente. Este Amor inmanente de Dios se da o se rechaza según las cualidades del corazón de cada individuo, creyente o no creyente, así como castiga el Mal y recompensa el Bien. En virtud de Su función de Juez, Dios aprueba o desaprueba las acciones y los comportamientos de los hombres en los Dos Mundos, lo que prefigura su función de Rey y Juez de los Hombres en el día del Juicio Final. Así en el Corán Dios declara repetidamente que, aunque Su amor (en su aspecto inmanente) esté destinado en principio a todos los hombres, este amor está particularmente reservado a aquellos que aman a sus hermanos y a los que se arrepienten: Corán XI, 90: “E implorad el perdón a vuestro Señor y arrepentíos en Él. Mi Señor es verdaderamente misericordioso y lleno de amor”. Del mismo modo, Él a ama a los que hacen el bien (Corán II, 195), a los justos (Corán III, 148), a los pacientes, a los humildes, a aquellos que dan de sus bienes, a aquellos que tienen confianza en Él (Corán III, 159). El Corán afirma sin equívoco que: “A aquellos que creen y hacen buenas obras, el Todo-Misericordioso les otorgará Su Amor” (Corán XIX, 96) 

Por el contrario, Dios no ama a los corruptores, a los injustos, a los arrogantes, a los sembradores de desorden, a los transgresores. Mientras que al ser el Misericordioso, el Clemente, el Perdonador, el Suave, el Generoso, el Benefactor, el Consolador, Dios no ignora las debilidades del Hombre y su inclinación al Mal. Por eso Él afirma que el Corán es también la expresión de Su amenaza y Su cólera. Por esta razón en el Corán, Dios advierte al Hombre que Él es también el Juez, el Árbitro, el Vengador, el Castigador, y que en consecuencia de ello priva de amor a aquellos cuyas fechorías denuncia. Es la alegoría del Padre que permite comprender esa paradoja del Corán, como un padre que, por amor a sus hijos, los regaña y los amenaza con castigos por sus tonterías para protegerlos contra los graves peligros, sabiendo que no son sino niños a quienes terminará por perdonar. 

El Amor inmanente de Dios no se activa más que si la intención y la acción del Hombre no están dirigidas hacia el Bien, es decir, hacia lo que Dios ama y quiere que el hombre haga. Puesto que el fin de la sumisión libre y conciente (islam) a Dios, es poder disfrutar de la plenitud de Su amor en los Dos Mundos. Sin embargo, incluso esta privación de amor y la amenaza del castigo son esencialmente provisorias y relativas: no conciernen por un tiempo limitado más que a los réprobos que se obstinan a rechazar por orgullo el perdón de Dios. Empero, cesarán con el retorno final de todas las almas al Señor del Universo, pues así como lo afirma el Corán: Es a Dios a quien pertenecemos y es a Él hacia quien todos los hombres volverán. 

Recordemos que incluso aquellos que están voluntariamente cerrados al amor de Dios y todos los réprobos tendrán también toda su parte de el Amor de Dios, ya sea sobre la tierra porque se habrán arrepentidos, o sea después de la absolución absoluta que fluye de Su Misericordia universal después del juicio. En conformidad con el hadith del Profeta citado anteriormente, el ateo y el incrédulo que aman a sus prójimos con un sincero amor fraternal estarán más cercanos a Dios que el creyente transgresor y el criminal, porque se habrán amado activamente en Dios. Serán del número de aquellos que “estarán a la sombra del Trono (de Dios)...” por haber amado a sus hermanos. En cuanto a los otros, creyentes o ateos, cualquiera sea la enormidad de sus crímenes, la puerta del amor de Dios queda en todo momento abierta en virtud del pedido de perdón, tal como Dios lo proclama solemnemente en el siguiente hadith qudsi: “Oh mis servidores, vosotros pecáis tanto de noche como de día y Yo perdono todos los pecados, pedidMe pues que os perdone y os perdonaré”. 

Por lo tanto no hay pecado que Dios no perdone por Misericordia y por Amor: basta que el Hombre se tome el trabajo de pedir directamente y sin intermediario a Dios que lo perdone. 

Dios es el único Garante de lo que Él ha prometido, nos alcanza con pedirle sinceramente su perdón con un espíritu de arrepentimiento, para ser amados, absueltos y salvados. Esta es Nueva de la que habla el Corán, la de un Dios Amante (al Waddud) y Todo Misericordioso (ar-Rahman). A través del ejemplo de la redención universal se ve bien que la noción del amor de Dios por el Hombre es muy compleja y está muy lejos de las utopías fáciles con las que se relamen los paladines de los movimientos neo espirituales. 

Comprender la significación del Amor Divino y  del Absoluto. 


Hay más que una simple analogía entre las palabras amor y misericordia. En su sentido coránico, el Nombre ar-Rahman, que se lo traduce aproximadamente por el Todo Misericordioso, deriva etimológicamente de la noción de matriz maternal con todas sus acepciones de afectividad, impulso de ternura maternal, de compasión, de protección, de benevolencia, de clemencia y de solicitud. Muchos matices están contenidos en el sentido de este atributo divino. En la concepción espiritual que nos hacemos de las nociones de amor divino y de la toda misericordia divina, jamás está una sin la otra. La misericordia se acompaña siempre de amor y recíprocamente. En efecto, en el Corán el Amor de Dios esta casi siempre mencionado al lado del Nombre del Todo Misericordioso y se entiende en el sentido de ser una disposición propia de: “Mi Señor es verdaderamente Misericordioso y Pleno de Amor” (Corán XI, 90). Ver también Corán III, 31; Corán XIX, 91. El orden de los vocablos en de Dios no es indiferente, dicen los Sufis. 

Para el Islam, el Amor divino no es como el amor espiritual del cual el corazón humano es capaz, exactamente como Misericordia divina, no es la misericordia de la que el hombre es capaz. Esta última es denominada en el Corán por otra palabra, que también es un atributo divino: ar-Rahim, la misericordia a secas. Si el Hombre pudiese ser capaz de Misericordia divina no sacrificaría la vida de otras criaturas para alimentarse, sería como Dios, al-Qayyum, el que subsiste por Sí Mismo. Si el Hombre puede comprender la idea de Amor divino puesto que él mismo es capaz de amor, la noción de Misericordia Absoluta, sin embargo, se le escapa ya que está más allá de la posibilidad ontológica del ser humano: el Hombre mas perfecto y mas capaz de amor a Dios no puede subsistir sin extraer sus fuerzas vitales de las plantas, vegetales y animales, ya que tiene necesidad de la tierra para que lo lleve la energía del sol para calentarse y del agua para saciar su sed. El Corán recuerda que Jesús y su madre María “ambos consumían alimentos” (Corán V, 75), para significar que a pesar de que ellos fueron receptáculos excepcionales del Espíritu divino no estaban menos atados a la condición humana. Esto es una prueba de que, a diferencia de la misericordia absoluta y el amor divino, hay necesariamente un límite a la misericordia y al amor que el ser humano puede demostrar. 

Si Dios ha querido hacerse conocer en el Corán, antes que nada, como el Todo Misericordioso, es probablemente para que el hombre conserve la esperanza de salvación y redención total e incondicional. En efecto, es por de que ha sido dado a los musulmanes comprender la significación del Amor divino, porque es por esta Puerta que Dios concede Su absolución sin condición. Dios no ignoraba antes de la creación que el hombre sería un gran pecador que suscitaría Su Cólera, (también los Ángeles lo sabían: Corán, Sura II, versículo 30). Sin embargo, en razón de Su Amor absoluto sabía que ningún pecado del hombre jamás será más grande que Su Misericordia, como lo dice tanto en el Corán como en un Hadith “qudsi”. Para el Islam, es este Amor absoluto y trascendente de Dios, tanto como el Deseo de Dios de ser conocido por las Criaturas lo que constituye el origen de la creación del mundo. En efecto, según el célebre Hadith del Profeta, la razón y el fin de la creación del mundo es que: (es Dios que le habla al Profeta fuera del Libro de ): “Yo era un tesoro oculto, no era conocido. 

Entonces quise ser conocido. Creé entonces a las criaturas y Me hice conocer a ellas de manera tal que Me conocieron”. 

La sura 55 del Corán tiene por título: el Todo Misericordioso. Desde los primeros versículos, Dios declara que la creación del Hombre y la revelación del Corán son la obra de su Toda Misericordia. De tal modo que, todos los beneficios de Dios, desde la creación de los cielos, pasando por los ríos, los mares, la lluvia, los árboles, los frutos, hasta la facultad de hablar, en definitiva la naturaleza entera, son dones de Dios al hombre, ofrendas hechas en razón de su Toda Misericordia. En la más pura ortodoxia coránica, se puede afirmar que es por amor que Dios otorga su absolución al pecador y es por misericordia que el concede Sus beneficios al Hombre. Del mismo modo se puede invertir esta proposición sin riesgo a equivocarse y decir, que es por misericordia que otorga la redención al pecador, y es por amor que le concede Sus favores, Su gracia y Sus dones. Dios dice en el Corán que es por misericordia que envió a Jesús sobre la tierra, y es por la misma misericordia que Muhammad ha sido enviado a los mundos. Es por amor que Dios ha creado al Hombre, y es por misericordia que Dios a enseñado al Hombre lo que no sabía. 

En el plano de la trascendencia, no parece muy difícil imaginarse que el amor y la misericordia se reflejan el uno en la otra como dos espejos. Sin embargo, sin la dimensión envolvente de la misericordia absoluta que precede y engloba a todas las cosas, el amor absoluto no podría concebirse como un atributo de interacción de esas dos cualidades divinas, como un conjunto de muñecas rusas, nos hace comprender que si el Hombre puede aprehender por su imaginación ciertos atributos divinos, su perfecta comprensión y conceptualización está más allá de todo lo que el hombre puede imaginar como lo afirma el Corán. 

El Ser Supremo, que es necesariamente Absoluto y Trascendente está, como lo afirma el Corán, mucho más allá de lo que el hombre puede imaginar. Su trascendencia es incognoscible. Pero Dios ha permitido al Hombre poder comprender, como corolario del principio de Su Unicidad, que es necesariamente indivisible, única y uniforme, de manera que todos Sus Nombres de son un mismo nombre y que expresan la misma Naturaleza inefable de divina. Según los Sufis, el Amor divino es increado, es decir, que forma parte de los Atributos de y es entonces consubstancial a Dios, es decir que expresa una cualidad inherente a la naturaleza misma de Dios: Dios no puede ser sino Amor, Dios no puede ser sino Misericordia, Dios no puede ser sino Paz. Estos Nombres forman parte de los 99 Más Bellos Nombres de Dios, una de cuyas subcategorías se denomina Nombres de El primero de estos Nombres de es El Todo Misericordioso que, como divina misma, precede el acto de creación de los seres, exactamente como el medio (Toda Misericordia) precede al fin (Amor: Dios crea para ser conocido y amado por el Hombre). Es entonces totalmente absurdo querer dividir la trascendencia divina oponiendo un Dios de Amor en una religión dada a un Dios de Misericordia en otra, o de pretender limitar Su trascendencia al sólo atributo del amor. 

La principal enseñanza de 55 es que el homónimo de las palabras Amor Absoluto y Misericordia Absoluta proviene de Su Esencia. Para ayudar al iniciado a comprender mejor esta homonimia, algunos Maestros Sufis enseñan que el Amor es a lo que el jugo de naranja es a la naranja. Es en el plano de la inmanencia que se hace la más amplia distinción entre el amor y la misericordia, mientras que los homónimos permanecen perfectos sobre el plano de la esencia del mismo modo que la naranja y su jugo derivan de la semilla. Misericordia y amor tienen entonces una relación binaria, la una justifica al otro sin que se confundan totalmente, la una engloba al otro. Por esta razón ambos tienen el mismo efecto: constituyen la garantía de la salvación universal de la humanidad. 

El simbolismo del amor espiritual en los escritos sufis. 

El encaminamiento espiritual del iniciado Sufi se denomina viaje del corazón. El corazón es el símbolo del amor espiritual. En todo momento, los Maestros Sufis enseñan que el encaminamiento del iniciado hacia Dios y en Dios, es esencialmente una experiencia del amor. Tal como lo escribe el Sufi DhulNun, es el encaminamiento por Ruta, “pero si tú eliges Ruta conténtate en abandonar el pecado y la concupiscencia”. Para poder transitar Ruta el deseo de Dios debe acompañar al adepto a lo largo de todo su viaje. Es Dios mismo quien pone ese deseo y Su amor en el corazón del creyente, al igual que le concede la gracia y la fe de poder vincularse a sufi. “Él la concede a quien Él quiere” (Corán V, 54) 

En tanto que experiencia puramente espiritual e inefable el amor espiritual no puede ser fácilmente explicado al neófito. Es por eso que el ejemplo del amor erótico es a menudo utilizado por los Maestros sufíes como una alegoría del amor espiritual, para enseñar al Sufí principiante el encaminamiento hacia la unión con el Bienamado. Dios es el Bienamado y Su Belleza simboliza la gloria del Bienamado, los abrazos son los arrebatos de éxtasis del amor divino, el perfume es la presencia del Bienamado, el Rostro del Bienamado es la manifestación de Dios a través de Sus Nombres y Atributos. A veces, el Amante y el Bienamado son designados por los nombres de Zulaikha y José (hijo de Jacob, de legendaria belleza, al cual está consagrada 12), o de Leyla y Madjnun, el loco de amor errante en el fin de percibir el Rostro de su Bienamada. 

El simbolismo de la mujer “bella como la luna” es a veces utilizado para describir la búsqueda del alma sedienta de divina. La búsqueda amorosa de la hermosa Sassi entre los Sufíes del subcontinente indio culmina con la experiencia de la fusión con el Bienamado. El poder evocador de estos símbolos es una ayuda para aquel que medita o para el caminante que intuye cuán arduo y lleno de pruebas será su encaminamiento a través de los estados místicos del amor espiritual. Pero, estos símbolos permiten especialmente al iniciado darse cuenta de que el amor espiritual permanecerá siempre como una experiencia indescriptible. Sin embargo, puesto que su Maestro sabrá comprender sus estados espirituales, el adepto se contentará con trabajar para iluminar su corazón, sabiendo que “el Amante habla del Amor en la medida de que le ha sido acordada”. (Shabestarî: du Mystère). 

No es sino una vez que el caminante comience a vivir estados de conciencia más elevados pero extraños al común de los mortales, que ciertos símbolos más adaptados que los emanados del amor erótico, le ayudarán a experimentar inefables estados extáticos. Ello es así por ejemplo en el simbolismo de la mariposa atraída por de , o la metáfora del Vino Preexistente antes de la creación de la viña, cuya ebriedad (éxtasis espiritual) es buscada como signo de la comunión con Dios (Vino). La conciencia de que el Amor divino ha terminado por llenar el corazón del iniciado se expresa mejor por la alegoría de la gota de agua que se hunde en el océano (Unidad Divina) para que el mar entero sea contenido en la gota. En el momento en que se manifiesta la inefable conciencia de la aniquilación en Dios, comienza para aquel que realizó por fin del Amor, un nuevo viaje en Dios, después de su viaje hacia Dios, pero esta vez, es un viaje sin fin en el océano sin orillas de la infinitud de Dios. 

Sin embargo, al igual que su despertar al amor espiritual, el camino del iniciado hacia el Bienamado, no es posible más que por el permiso de Dios y Su gracia que Él otorga a quien Él quiere. En un momento inesperado, la gracia de Dios tomará al hombre aún el más inconciente y no lo dejará más, puesto que todo lo que llega es iniciado y comenzado por Dios. Basta que haya una voluntad fuerte y un deseo sincero de Dios para que el caminante encuentre la fuerza de franquear sin temor los primeros pasos hacia Aquel que es Todo Amor y toda Misericordia. Es entonces que Dios, por el poder de Su Amor, irá Él mismo a grandes pasos a su reencuentro, en conformidad con un famoso Hadith “qudsi” según el cual Dios le dice al Profeta: “Si el Hombre se aproxima a Mí un palmo Yo me aproximaré a él un codo. Si él se aproxima a Mí un codo Yo me aproximaré a él un brazo. Si él viene a Mí caminando Yo voy hacia él al galope”. Esta magnífica promesa de Dios a aquel que quiere caminar hacia Él, es de hecho una conmovedora declaración de amor y un estímulo a los Hombres para aproximarse a Él, según la capacidad de cada uno. 

La aproximación o la marcha hacia Dios se hace por medio de obras de piedad según la práctica sufí. Bajo esta forma, el encaminamiento no sólo es una búsqueda del amor de Dios, sino más bien nada menos que un proceso de santificación o de divinización del iniciado, proceso que Dios mismo cumple de conformidad con Sus Palabras en el siguiente Hadith “qudsi”: “Mi servidor no podría aproximarse a Mí por nada que no sea más agradable que el cumplimiento de lo que prescribí. Mi servidor no dejará de aproximarse a Mi más que por obras supererogatorias hasta que Yo lo amo. Y cuando lo amo, Yo soy su oído por el cual escucha, su mirada por la cual ve, su mano por la cual agarra, y su pie con el que camina; si Me pide una cosa, Yo se la concederé, y si busca cerca de Mi asilo, ciertamente, se lo ofreceré...” 

El método sufí de realización por la vía del Amor espiritual 


Para el Sufismo, el amor espiritual emana de la huella del Amor divino sellada en el Alma humana por el Soplo de Su Espíritu proyectado en el Hombre. Este Amor se despierta y se revela de la manera más sublime, por medio de la oración de pedido (pedir a Dios el amor, la luz y la gnosis). Se trata de una oración repetitiva que puede tomar la forma de una simple oración, de la meditación o del Dhikr. Para el humilde creyente, el musulmán cuya fe es suficientemente fuerte para hacerlo amar a su prójimo, existe un método simple y rápido enseñado por el Profeta Muhammad (según un hadith relatado por Al-Thirmidi), y que consiste en pedir muy sinceramente a Dios, en estado de presencia espiritual, por la siguiente breve oración, que despierte en sí mismo el amor espiritual: “Oh Dios mío, te pido Tu amor, el amor de aquellos que te aman, y el amor de todos los actos que se aproximan a Tu amor.” 

El iniciado sufí no despreciará esta magnífica plegaria a Dios, ni otras oraciones e invocaciones, y menos aún, las sesiones de meditación y otras obras supererogatorias de aproximación a Dios prescriptas por su Maestro. Cualquiera sea el método seguido por aquél que quiere amar a Dios debe tan a menudo como le sea posible, acordarse del Bienamado, puesto que es el recuerdo que reestablece el vínculo espiritual con Él y reanima el amor en su corazón. del corazón que emprende el iniciado Sufí es una vía de realización muy exigente en la cual el enamorado prueba su sinceridad y su cariño al Bienamado aplicando para ello la orden divina muchas veces repetida bajo diferentes formas en el Corán: “Acordáos de Mi y Yo me acordaré de vosotros” (Sura II versículo 152). Esta orden es el fundamento del famoso método del Dhikr, que hace caminar al adepto por “el Camino Ancho” y le permite vivir los procesos de aproximación y divinización descriptos en los dos Hadices “qudsi” precedentes. 

Cuando Dios ama a Su criatura, Él se vuelve su oído, su vista, su mano, por el contrario cuando el servidor ama a su Señor, él se reviste con Sus Cualidades y con Su más bellos Nombres. La perfección y la prueba del amor espiritual es entonces que el servidor se vuelva Él y que Él se vuelva él. El Dhikr o el recuerdo perpetuo de Dios a través de Sus Más Bellos Nombres y Cualidades, es un precioso e indispensable vehículo para aquel que quiere tomar del amor. En efecto, es el Fuego o la energía del recuerdo continuo del Bienamado que despierta al Amor espiritual oculto en cada uno de nosotros. Es el más potente activador de los estados superiores de conciencia que puede utilizar el iniciado para llegar progresivamente a la transmutación alquímica de su corazón en un Corazón que contiene a Dios en Su Totalidad, y así transfigurar su ser en espejo perfecto del Ser divino. 

La mayor parte de los 99 Nombres de Dios están declinados en el modo activo, es decir en tanto atributos dinámicos y activos de Dios. Así por ejemplo el Nombre es: El Todo-Misericordioso (Ar-Rahman) y no ; asimismo el Nombre es: El Amante, o Aquel que Ama (Al-Wadud) más bien que El Amor en modo pasivo e indefinido. Ese potencial dinámico permite en el Dhikr de concentrarse directamente sobre el Ser divino, Sus cualidades y atributos (por ejemplo: El Amante), y no sobre la idea o el concepto al cual esos atributos se refieren (como la palabra Amor). La razón de ello es que los nombres no expresan “estados” psíquicos divinos sino los atributos y las cualidades perpetuamente actuantes de Dios. Es probablemente la razón por la cual en el Corán Dios recomienda al creyente que tenga una buena opinión de Él y que se haga una imagen positiva y dinámica de Sus cualidades, pues, como Él lo dice en otro Hadith, Dios adopta la forma en el corazón de cada uno según la opinión que se haga de Él Su adorador. Los Nombres y cualidades divinas reveladas por Él en el Corán son Sus más bellos nombres y las más bellas ideas que nosotros nos debemos tener de Dios. Y es porque esas ideas son como imágenes de Dios en nosotros que podemos de esta manera “conocer” a Dios y amarLo, puesto que no se puede amar sino lo que es cognoscible. 

Al revelar a los hombres sus Atributos y Nombres Dios invita de hecho al Hombre a amarlo, a conocerse a sí mismo para conocerLo, puesto que el hombre a sido creado a la imagen (según los atributos) de Dios. En un Hadith bien conocido, el Profeta Muhammad recomienda al fiel que se impregne de las cualidades divinas según tal o cual atributo divino, con el fin de “formarse a la imagen de los caracteres divinos” (Hadith). Es al volverse una imagen viviente de Dios sobre la tierra que el hombre puede realmente asumir con toda legitimidad el Khalifato sobre la tierra, otra razón por la cual ha sido creado. La formación del alma humana según los atributos divinos es el Camino Recto del cual habla el Libro de Dios. Cuando por el fuego del Dhikr el enamorado guarda en su corazón el recuerdo permanente de uno de los Bellos Nombres del Bienamado, entonces el Nombre del Amado por el poder disolvente de su Fuego secreto termina por deshacer a las escorias del alma, y así purificar enteramente el Templo interior del Corazón (“Purificad mi Casa”: Corán II, 125), y atizar el Fuego del Amor divino que está inmanente en todo ser. Es a esta alquimia del Corazón que hace alusión la definición de amor divino dada por Mansur Hallaj (muerto en 922), uno de los más grandes Sufis extáticos que ha hecho del amor del Bienamado y del deseo de comunión mística el tema principal de su enseñanza: 

El Amor es que permanezcas de pie frente a tu amado, 
Cuando estás privado de todos tus atributos,
Es entonces que Sus Atributos se vuelven cualidades
. (5)

En otras palabras, es cuando tomamos conciencia de que somos “imágenes” imperfectas de nuestro Señor y que aspiramos sinceramente a reunirnos en el Origen que se vuelve posible remontar a de toda cosa, por un estado de contemplación que está cercano a vivida en el momento del Pacto de (Corán VII, 172). Tal es el fin y el sentido del encaminamiento del Sufi hacia Dios y en Dios. Viaje que recorre de Nombre en Nombre, de Cualidad divina en Cualidad divina, por la gracia divina y la energía del Dhikr, hasta , y del ser en el Ser y a la desaparición de de Agua en el Océano Sin Orillas. 

Experiencias del amor espiritual y enseñanzas de los Maestros.

Los Maestros sufíes no enseñan más que por la transmisión de su propia experiencia. Es por eso que la historia y los escritos de estos grandes portavoces de la vía sufí comprenden millares de páginas sobre sus enseñanzas y sus vivencias del amor espiritual y divino. Obras magníficas dan cuenta de la experiencia fabulosa de los antiguos Maestros sufíes tales como Hasan Al-Basri, Ibrahim Ibn Adam, Sufyân Al-Thawri, Dâ-ud Al-Ta-î, Fatimâ de Nishapûr, Sayyida Nafîsa, Dhul-Nûn, Bayazîd Al-Bistamî, Junayd, Mansûr Al-Hallaj, Farîd-ud-Dîn ‘Attar, Muhyîddîn Ibn ‘Arabi, Sa’uddîn Shabestarî, Djalâluddîn Rûmi. También extraordinarias son las experiencias vividas por Maestros contemporáneos como: Al-Hujwiri, Umar Khayyam, Abdurrahman Jâmi, Badruddîn Simawna, así como: Ahmed Al-Alawi, Nûr Ali Elâhi, o aún, Chah Abdul Latif, Mouhammad Iqbal entre los más modernos. Se destacará igualmente que la historia espiritual del Islam incluyen nombres de mujeres santas fervientes por el amor a Dios que, como Santa Teresa de Avila, se consagraron de manera entera al Bienamado. Nos basta con nombrar: Rabi’a Al-Adawiyya, Maryam Al-Basriyya, Fatima bint Al-Muthanna, Rabi’a As-Shamsiyya. 

A todo adepto que va hacia ellos los Maestros le explican que el Camino puede ser largo y difícil pero jamás estéril: aquél que está en la búsqueda de Dios lo encuentra siempre. Al hacer esto insisten muy especialmente sobre el hecho de que en realidad no hay más que un solo camino: la vía del corazón o camino del amor espiritual. Advierten enseguida al principiante en sufí que, no podrá jamás vivir realmente el Islam y los mandamientos de Dios, sin amar a sus hermanos y hermanas, y sin ser tolerante y afectuoso hacia todos los hombres y todos los seres creados. El Conocimiento esotérico que busca el adepto no le vendrá del maestro, le será otorgado por Dios mismo, y emergerá de su propio Corazón con la condición de que esté purificado y transparente como un espejo. A este efecto, el adepto deberá desconfiar de las divagaciones de la juridicidad desecada de la cual sin corazón y las Fatuas sin misericordia alejan de Dios. El adepto tendrá entonces esmero en liberar su Corazón y en despojarse de su conocimiento y, sobre todo, de la ciencia adquirida cerca de los conocedores de la letra, cuyo espíritu no ha sido vivificado por el amor espiritual y cuyo conocimiento religioso no ha sido iluminado por la sabiduría y el Conocimiento ofrecido por Dios mismo a aquellos que Lo buscan. 

La primera enseñanza es la necesidad de vivir y experimentar por sí mismo la palabra divina según la cual Dios dice: “Yo estoy cercano” (Corán). Se trata de despertar a la conciencia y a la sensación de presencia divina. Sostenida por la gracia divina, a la vez electiva, protectora y siempre activa, el amor espiritual se acrecentará en el corazón del iniciado, si hace para ello de manera sincera el pedido de ver la luz, es decir, del Bienamado, y si su intención y su deseo de Dios permanece constante y cálido así como lo enseña un Maestro: 

Aquel que pide recibirá, 
Verá al Bienamado.
Aquel que busca alcanzará
La morada de los milagros.
Tú que buscas, avanza entonces,
No se trata de una búsqueda temporal,
Jamás el Amigo está alejado
Del corazón de aquél que busca
(6).

(Chah Abdul Latif, santo sufi muerto en 1758)

Muhyi-ad-Din Ibn ‘Arabi (muerto en 1240) quien tuvo una influencia considerable y siempre actual sobre todas las órdenes sufíes, es uno de los más grandes portavoces de la vía Sufí del amor: toda su obra lleva su sello. La experiencia del autor de la célebre fórmula “Yo porfeso la religión del Amor” puede resumirse en las siguientes frases extraídas del largo capítulo de su monumental obra “Las Iluminaciones de La Meka” consagrada al amor espiritual: 

Sabe que la estación espiritual del amor es una distinción elevada y que el amor es el principio (açl) de universal (wujud)”. (7)

Para Ibn ‘Arabi el Amor divino es indefinible. Es pura aspiración del Corazón, Para hacerlo comprender ofrece para la meditación del joven adepto de de amor, estas palabras simples pero que encierran toda la quintaesencia de la sabiduría contemplativa del Maestro: 

Del amor somos nacidos.
Según el amor estamos hechos.
Hacia el amor nos dirigimos.
Al amor nos abandonamos.
(8)

La enseñanza de Farid-ud-Din ‘Attar (muerto en 1220) trae consigo las páginas más completas y detalladas sobre el encaminamiento del enamorado hacia su Bienamado. El iniciado debe hacer la experiencia del fin de la dualidad, lo que exige aniquilarse en divina. En este encaminamiento su única fuerza es la de su deseo de Dios. El iniciado deseoso de unirse al Bienamado deberá estar listo para dejarse consumir por las llamas del Amor. Es entonces que, ignorante del Bien y el Mal, y , la dualidad de su conciencia hará lugar a del Ser. Entonces se bañará en el Amor Divino. Es del Amor nacido en su corazón y no en su intelecto, que se le revelarán los más grandes conocimientos de los misterios y los secretos divinos. Pero, advirtió Attar, en tanto que el iniciado no haya alcanzado del Amor, no deberá creer que su viaje se ha completado: “Aún si os bañáis en la felicidad o si pensáis haber alcanzado el Trono de Dios, no olvidéis jamás preguntar «¿No hay nada más?»”. 

Rumi (muerto en 1273) en las “Odes mystiques de Shams de Tabriz” enseña que el corazón humano, símbolo del Amor y reflejo del Corazón espiritual imperecedero, es la morada original de Divina, en conformidad con el Hadith en el cual Dios dice al Profeta: “Mis cielos y Mi tierra no me contienen, pero Yo estoy totalmente contenido en el corazón de mi servidor fiel”. Al comparar el deseo de Dios del que debe dar prueba el iniciado, con la nostalgia de la flauta de la caña que ha sido cortada del cañaveral (para ser tallada en forma de flauta por el artesano), Rumi dice que sólo la experiencia del amor santifica el alma. Ningún acto de devoción, y en particular ninguna oración, no está completa sin la presencia del corazón: “Enciende en tu alma el fuego del amor, y destruye por su fuego el pensamiento y la expresión oral”. 

La obra mayor de Rumi, el Mathnawi, del Ruiseñor separado, contiene la suma de las experiencias y secretos iniciáticos que enseñan los Maestros Sufíes para elevarse hasta la inefable felicidad de la aniquilación en el Bienamado. Retendremos en particular que Rumi enseña que la experiencia extática del Amor de Dios no es ni más ni menos que la forma suprema de adoración del Único. Rumi enseña también allí que todos aquellos que desde hace más de seis siglos antes que él, han verdaderamente hecho la experiencia de “morar en Dios” y de vivir un amor intenso de Dios, efectivamente han alcanzado a concretar la experiencia directa del Amor divino absoluto que transfigura y santifica absolutamente al ser. 

Para Rumi, como para todos los Maestros del Tassawuf, el último secreto que se revela en el momento de la aniquilación en Dios, es que en realidad es el Bienamado el que es enamorado eterno y el que busca a los sedientos de amor. Este secreto es un secreto en el secreto: 

Los enamorados ni siquiera buscan ni languidecen 
En el mundo entero ¡Ningún otro que Él busca!

La aniquilación espiritual no es posible, enseña Rumi en la metáfora de la flauta de caña sino porque provenimos de Él. De la misma manera que Dios separó los Cielos de nos ha creado separándonos de Él, o más precisamente separando de Él una parte de su Ser Todo Amor y Toda Misericordia. Al haber tenido la experiencia de este último Secreto, el adepto puede entonces proclamar como Rumi, totalmente liberado de su yo: “No soy ni cuerpo ni alma, pertenezco al Bienamado”. Por pudor (adab), y observando la regla del secreto, no se pronunciarán jamás las palabras extáticas de Mansur Al-Hallaj: “Soy Lo Real”. El Amor es Realización suprema, Experiencia íntima y comunión perpetua. Todo lo demás no son más que palabras y divagaciones. Aquél que habla del Amor sin vivirlo se aleja de el para siempre. Aquél que lo vive sin hablar de ello no ha alcanzado todavía su fin. Aquél que lo ha gustado entra en del Alma apaciguada, y desde ese momento está listo para responder al Llamado para realizar el Retorno a del Amor. 

Oraciones de los Maestros sobre el Amor.

Al haber superado la dualidad del Amante y del Bienamado, el caminante hacia Dios y en Dios cuya alma en lo sucesivo se encuentra apaciguada, está ahora tanto listo para alcanzar del Amor, donde sólo el Amor existe. Una vez alcanzada del Amor al elevarse, de donde su Corazón Apaciguado ha recorrido los grados más elevados del Ser, el Santo Sufí no encuentra el consuelo más que a través de la oración mística y la contemplación insatisfecha del Real, es decir en el Estado de Munajat (momento de conversación íntima entre el Amigo y el amigo), desahogos durante los cuales su Corazón, como un Péndulo, va y viene del grado de al de He aquí algunas huellas de estas oraciones. No son simples poemas. Son el Verbo del amor que brota de un Corazón inflamado por el Amor divino todo a lo largo del camino hacia Él y en Él. Mansur Hallaj (9) 

Me he transformado en Aquel que amo,
¡Y aquel que amo se se ha transformado en mí!
¡Somos dos espíritus fundidos en un sólo cuerpo!
¡De esta manera, verme es verLo, y verLo es vernos!


Mohammad Iqbal (10).

Oh Tú que vertiste el vino divino en mi copa,
Haz que en virtud de su calor mi esencia se revele,
Haz del amor el principio de mi vida,
Por el ardor de mi hálito haz brotar de mi ceniza una llama audaz,
Cuando esté muerto haz de mi polvo una lámpara,
Y que avivada por mi dolor arda en el desierto.


Abu Madyan (11)


Me he extraviado en vuestra extraordinaria Belleza. No sé más donde está mi lugar en el océano de la pasión. Me habéis aconsejado que oculte mi secreto, pero el desbordamiento de mis lágrimas todo lo ha develado.

Farid-ud-Din Attar (12).

El sol de la proximidad clavó sobre ellos sus rayos y su alma fue por ello resplandeciente. 

Entonces en el reflejo de su rostro esas treinta aves (si murg) contemplaron el rostro del Simurg espiritual...
Cuando miraban el costado del Simurg veían que era el Simurg el que estaba en ese paraje,
Y si llevaran sus miradas hacia sí mismos se asegurarían de que ellos mismos eran el Simurg.
Finalmente, si observaban los dos lados a la vez, se asegurarían que ellos y el Simurg no formaban en realidad más que un solo ser.
Este único ser era Simurg, y Simurg era ese ser.

Rabiâ al-Adawiyya (13).

Oh Dios mío, todo lo que de hecho me has reservado de las cosas terrestres dáselas a Tus enemigos; y todo lo que me has reservado en el mundo postrero, dáselo a Tus amigos, pues Tú me bastas..
Oh Dios mío, si te adoro por el temor del infierno quémame en el infierno, y si Te adoro por esperanza del paraíso exclúyeme del paraíso, pero si Te adoro únicamente por Ti mismo no me prives de Tu Belleza eterna.
Oh Dios mío, mi única ocupación y todo mi deseo en este mundo, de todas las cosas creadas, es acordarme de Ti, y en el mundo por venir, de todas las cosas del mundo futuro es reencontrarTe. Y es ello para mi tal como lo dije; pero Tú haz todo lo que Tú Quieres.

Abdallah Al-Ansari (14).

¿Quieres convertirte en peregrino en el camino del Amor?
La primera condición es que te hagas humilde,
Como el polvo y la ceniza.

Rabiâ al-Adawiyya (15)

Te amo de dos formas de amor:
Amor que mira mi propia felicidad,
Y amor verdaderamente digno de Ti.
En cuanto a este amor de mi felicidad,
Consiste en que no me ocupe en pensar más que en Ti,
Y en nadie más.
En cuanto a este amor digno de Ti,
Consiste en que los velos caigan,
Y en que te vea. Ninguna gloria para mí,
Ni en lo uno ni en lo otro,
Sino gloria a ti,
Para esto y para aquello.


Mansur Hallaj (16).

He visto a mi Señor con el ojo del corazón,
Dije: “¿Quién eres Tú?”
Respondió: “¡Tú!”


Yunus Emre (17).

Oh Amigo, en el océano de tu amor
Quiero arrojarme, ahogarme allí y olvidarme del resto
De los dos mundos quiero hacer un lugar de fiestas
Quiero recorrerlos, quiero allí regocijarme y olvidarme del resto.
Quiero arrojarme en el océano y allí ahogarme
No quiero ser ni A, ni D, ni M
Quiero ser ruiseñor en el jardín del amigo
Recoger allí las rosas y olvidarme del resto.

Quiero ser ruiseñor y cantar
Quiero ganar corazones, perder almas (en el juego)
Quiero tener mi cabeza cortada en la mano
Quiero ofrecértela a tu paso y olvidarme del resto.

Quiero ser ruiseñor y después irme
Correr detrás de los corazones,
Y luego colmado de amor sin cesar,
Frotarme la cara en el polvo y olvidarme del resto.

Gracias Te sean dadas, Señor, he visto Tu rostro
He bebido en la copa de Tu Unión
Ahora quiero dispersar a los cuatro vientos
Esta “ciudad-de-lo-tuyo-y-de-lo-mío” y olvidarme del resto.

Yunus está loco por Tu amor, Señor
Es el más humilde de los sin remedio...
En Ti está mi único remedio,
Quiero pedírteLo y olvidarme del resto.


Rabiâ al-Adawiyya (18)

Muero, sin que sin embargo muera en mí
El ardor de mi amor por Ti,
Y Tu Amor, mi único fin,
No apaciguó en absoluto la fiebre de mi alma.


Rumi (19)

¿Qué hacer, oh musulmanes? Pues no me conozco a mi mismo.
No soy cristiano, ni judío, ni guebro, ni musulmán;
No soy de Oriente ni de Occidente...
No soy de la tierra, ni del agua, ni del aire, ni del fuego...
No soy de este mundo, ni del otro, ni del paraíso ni del infierno,
No soy ni de Adán ni de Eva...
Mi lugar es permanecer sin lugar, mi huella es ser sin huella;
No es el cuerpo ni el alma, pues pertenezco al Alma del Bienamado...
A Uno sólo busco, A Uno solo conozco, A Uno solo veo, A Uno solo llamo.
Él es el Primero, Él es el Último, Él es el Manifestado, Él es el Oculto.
Estoy embriagado por la copa del Amor, no tengo más que hacer en los dos mundos.
No tengo otro fin que la embriaguez y el éxtasis.


Rumi

A modo de conclusión

Dios ama a aquellos que confían en Él. Tengamos confianza en que podremos realizar plenamente Su promesa de Amor aquí abajo siendo para ello más y más concientes de Su presencia en cada uno de nosotros hasta que llegue el Tiempo de Elevemos entonces una plegaria al Señor del Trono Supremo y pidámosLe que nos ayude a sublimar las cualidades divinas que ha insuflado en nosotros con Su Espíritu. Que de Dios sea sobre todas las criaturas de Dios. Y finalmente, alabanzas a Dios que nos ha permitido amarnos los unos a los otros. 

Bibliografía

Para la bibliografía aconsejamos: 

- El libro de Eva Mitray-Meyerovith: “ en Islam”, Albin-Michel, París 2003
- “Anthologie du Soufisme” parís, 1995, de donde fueron extraídos los textos de las oraciones presentadas más arriba. 
- Ibn Arabi: Traité de l’Amour. Traducción de Maurice Gloton, París, Albin Michel, 1986 
- Annemarie Schimmel: L’incendie de l’âme. París, Albin Michel 1992 
- Khaled Bentounès: Le Choeur des Prophètes. 
- Eric Geoffroy: Le Soufisme. París 2009. 
- S. Majrouh: Rire avec Dieu. Aphorismes et contes soufis. Albin Michel. 
- Khaled Roumo: “Les Facettes infinies de lamour en Islam: http:// www.persocite.com/pmm/amourroumo.htm

Notas 

1 Henry Corbin, L’Imagination créatrice dans le soufisme d’Ibn Arabi. Pág 109 ; Paris, Flammarion, 1958. Ver también: Ibn Arabi: Traité de l’amour. Traduction de Maurice Gloton. Paris, 1986; también: Rodrigo de Zayas : Ibn Arabi ou le Maître de l’amour. Paris, 1998. 
2 Ver Khaled Roumo : «Les Facettes infinies de l’Amour en Islam », publicado en Internet: http://www.persocite.com/pmm/amourroumo.htm ». 
3 La mayoría de las traducciones son de: Le Saint Coran. Traduction et Commentaire de Muhammad Hamidullah. Paris 1989. Las referencias indican primero el número de la sura (números romanos), y lugo el versículo. 
4 Al Adjami: “Ce que dit vraimente le Coran”, Editions Srbs, Konya 2008, pág. 283 
5 Citado por el Sheikh Fadlalla Haeri, en The elements of Sufism, página 98, Shaftesbury, Elements Books, 1990 
6 Citado por Annemarie Schimmel en: Mon âme est une femme ; página 182. Paris, Ed. Lattès, 1998. 
7 Ibn Arabi. Traité de l’amour, page 322. Traducciónn de Maurice Gloton. Paris, Albin Michel. 1986. 
8 Ibn Arabi, idem, pág. 323. 
9 Mansûr Hallâj. Diwân ; página 117. Traducido por Louis Massignon. Paris 1981 
10 Mohammad Iqbal. Message d’Orient; page 85-86. Traducido por Eva de Vitray-Meyerovitch. Paris, édition Les Belles Lettres, 1956. 
11 Sidi Abû Madyan, citado en L’Islam et l’Occident, página 310, por Emile Demerghem y Bachir Messik. Paris, éd. Cahiers du Sud, 1947. 
12 Farîd-ud-Dîn Attar. Le Langage des Oiseaux. Page 295. Traduit par Garcin de Tassy. Paris, Albin mIchel, 1996. 
13 Rabia al-Adawiyya. Anthologie du Soufisme. Página 154. Textos seleccionados y traducidos por Eva de Vitray-Meyerovitch. Paris, éd. Albin Michel, 1995. 
14 Al-Ansari. Citado por Aldous Huxley en , página 110. Traducción de Jules Castier. Paris, Seuil, 1977. 
15 Rabi al-Adawiyya. Citado en: Les Plus Beaux Textes Arabes ; página 233. Paris, Editions d’Aujourd’hui, 1979. 
16 Louis Massignon. de Hallaj. Paris 1975. 
17 Anthologie de Página 13. Textos traducidos por Nimet Arzik. Paris, Gallimard, 1968. 
18 Nelly y Laroussi Amri: Les Femmes soufies ou la passion de Dieu. SaintJean-de-Braye. 1992. 
19 Annemarie Schimmel. L’incendie de l’âme: l’aventure spirituelle de Rûmi. Paris, Albin Michel, 1998. 

PUBLICADO EN 

REVISTA HOREB EKUMENE
ISSN 2605 - 3691 – Octubre 2019- Año II - No 13
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