LA VIDA CONSAGRADA, PARÁBOLA DE COMUNIÓN
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Hna. Carmen Herrero Martínez |
CLAVE:
- El pasado miércoles 19 de abril 2023 se desarrolló una charla por la religiosa Carmen Herrero Martínez en Sabiñánigo (Huesca) organizada por el EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO, compartimos el contenido íntegro de dicha intervención
«La unidad de los cristianos es obra y don del Espíritu Santo,
la unidad va mucho más allá de nuestros propios esfuerzos».
(Benedicto XVI)
INTRODUCCIÓN
Primero agradecer la confianza que el grupo ecuménico de Sabiñánigo ha tenido al invitarme a este encuentro. He de decirles que el tema de la unidad de los cristianos desde muy joven lo llevo muy dentro; el deseo de implicarme en el ecumenismo nació en mi a los 24 años; fue a raíz del “Decreto sobre el Ecumenismo” del Concilio Vaticano II., Unitatis Redintegratio. Don Pedro Cantero Cuadrado, arzobispo de Zaragoza, dio un fuerte impulso al ecumenismo en la diócesis. Él participó activamente en las cuatro sesiones del Concilio Vaticano II. (1962-1965), y presidió el Secretariado Nacional de Ecumenismo. Pronto creo el Secretariado Diocesano de Ecumenismo y Relaciones Interconfesionales en la diócesis. También publicó una Instrucción acerca de la Pastoral Ecuménica en la que proponía que tanto las parroquias como las comunidades religiosas celebraran la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que tiene lugar del 18 al 25 enero.
En aquel entonces, con otras religiosas, seguía clases de ecumenismo que impartía don Antero Hombría, él era el delegado de ecumenismo en la dióceis. A mí me entusiasmó, y fue a raíz de esta formación cuando sentí la llamada a la unidad, una llamada dentro de mi vocación religiosa. “En el corazón de mi madre la Iglesia quiero ser semilla de unidad”. Este anhelo de unidad sigue creciendo constantemente en mí, puedo decir que forma parte de mi vocación más profunda. Hago mía la oración sacerdotal de Jesús: “Padre que todos sean una para que el mundo crea te tú me has enviado” (Jn 17, 1ss). Este capítulo del evangelio de san Juan es una maravilla, les invito a orarlo y profundizarlo.
Se me ha indicado que les hable de la aportación de la vida consagrada al ecumenismo, a la unidad de los cristianos. Pero antes quiero –como introducción- resaltar tres puntos que me parecen esenciales en el camino de la unidad, tanto para la vida religiosa como para los laicos.
Ustedes forman un grupo ecuménico de laicos, hermanos y hermanas de distintas confesiones y creo que estos puntos que vamos a exponer pueden ayudarnos a seguir trabajando con celo por la unidad; pero desde una apertura a la acción del Espíritu Santo que es quien mueve los corazones y realiza la unidad.
El Espíritu Santo agente de unidad.
El papa Benedicto XVI en la semana de oración por la unidad de los cristianos, del año 2009 dijo: «La unidad de los cristianos es obra y don del Espíritu Santo, la unidad va mucho más allá de nuestros propios esfuerzos”. Los que obramos en favor de la unidad de los cristianos, esta afirmación del papa Benedicto XVI hemos de tenerla muy presente; porque es la acción del Espíritu quien mueve los corazones a la conversión y a cambiar las estructuras de las Iglesias que tanto dificultan la unidad, y no nuestros propios esfuerzos. Y esto no quiere decir que no tengamos que esforzarnos, por supuesto que sí; hemos de seguir trabajando con entusiasmo y anhelo por la unidad, sin jamás cansarnos ni desanimarnos; ahora bien, siempre desde la certeza de que es el Espíritu Santo el verdadero Artífice de la unidad, y nosotros sus obreros, su mano de obra. ¡Bonita misión, ser mano de obra del Espíritu Santo! Hemos de ser sencillos porque a veces creemos más en nuestra propi capacidad de acción y en nuestros propios esfuerzos y organizaciones que en la acción del Espíritu Santo. En esto hemos de revisarnos y convertirnos. El Espíritu Santo siempre está obrando, esto hemos de creerlo profundamente. De aquí la importancia de invocarle, de escucharle, de estar atentos a al viento que sopla donde quiere, como quiere y cuando quiere; allí donde menos lo esperamos surgen signos de reconciliación, de amistad, de unidad fraternidad. El Espíritu nos sorprende contantemente. A nosotros nos toca estar atentos a sus inspiraciones para llevarlas a la vida y también para dejarnos unificar por su acción divina.
El segundo punto es la fe.
Ella es la base para el ecumenismo. La fe es inseparable de la unidad. La unidad es dada por el Espíritu según nuestra fe. Cito de nuevo al papa Benedicto XVI: “Sin la fe -que es ante todo un don de Dios, pero también respuesta del hombre- todo el movimiento ecuménico quedaría reducido a una forma de contrato, al que se adhieren por un interés común”.
Y a la fe añadimos la caridad.
Porque es el amor mutuo lo que nos lleva a la unidad. “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado” (Jn 13, 31-34). Estas tres disposiciones interiores son fundamentales para quienes queremos ser fermento de unidad cada uno allí donde está.
Seguido de esta introducción paso a exponer el tema: “la aportación de la vida consagrada al ecumenismo”.
La presentación de la actividad y de la Hna. Carmen corrió a cargo del periodista Juan Manuel Fonseca, miembro del EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO
LA VIDA CONSAGRADA, PARÁBOLA DE COMUNIÓN
La vida consagrada en sí misma es una parábola de comunión. La vida consagrada es Cristo-céntrica, ella tiende a vivir la comunión universal desde Cristo y con Cristo. Podemos decir que cuanto más se avanza en el camino espiritual, más se acentúa esta necesidad de vivir en comunión con la humanidad, incluso más allá del cristianismo; porque la comunión es el deseo de Cristo, (cf. Jun 17, 21), y si la meta de la vida consagrada es la identificación con Cristo, este deseo de Jesús hemos de hacerlo propio. A través de la oración, de los actos concretos de la vida, desde una mentalidad abierta y acogedora a la diferencia; porque en todo ser humano -sea de la confesión que sea, o creencia-, mora la presencia del Creador; y de manera esencial en aquellos que reconocemos un mismo bautismo. La gracia del bautismo es más fuerte que toda división causada en el pasado, por el pecado de unos y de otros. Cierto, que cada confesión guarda su propia identidad; pero la diferencia hemos de vivirla desde la comunión, no plena, es cierto; pero sí con la esperanza de llegar a formar una Iglesia unida desde la diversidad. Idea tan querida del papa Francisco. Vivir el bautismo es involucrarse en la misión de Cristo que es reunir todo, y a todos en la unidad. Tal vez no seamos conscientes de la profundidad y el significado que el sacramento del bautismo significa y la unidad que él nos confiere. Por el bautismo todos somos hijos de un mismo Padre, salvados por Jesucristo y vinculados los unos a los otros por los lazos de la caridad evangélica. En la Carta a los Gálatas, el Apóstol Pablo, afirma: “Todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Ga 3, 27-28).
Ecumenismo y vida monástica, contemplativa
Ecumenismo y vida monástica, contemplativa. Monje significa (unus). Unificado para ser unifícate. (Jn 17,21) Unificado en sí mismo y unido a sus hermanos. Lazo que une el cielo con la tierra, el hombre con Dios. No es la soledad, evidentemente, la que es un bien en sí misma, sino la comunión. (Rm 12,9-10)
Voy a enumerar algunas personas y comunidades que son una parábola de unidad, de comunión, signos vivos de la acción el Espíritu Santo para la construcción del pueblo de Dios. De muchas otras comunidades podríamos hablar, pero estamos limitados por el tiempo. Su aportación y colaboración a la unidad de la Iglesia es, ante todo, desde su vida escondida con Cristo en Dios, unida a la oración; pues si a alguien le duele la división es a las personas que más unidas están a Cristo.
La voz de Juan Pablo II. “Confío particularmente a los monasterios de vida contemplativa el ecumenismo espiritual de la oración, de la conversión del corazón y de la caridad. A este respecto les invito a que se hagan presentes allí donde viven comunidades cristianas de diversas confesiones, para que su total entrega a lo «único necesario» (cf. Lc 10, 42), al culto de Dios y a la intercesión por la salvación del mundo, junto con su testimonio de vida evangélica según el propio carisma, sean para todo un estímulo a vivir, a imagen de la Trinidad, en la unidad que Jesús ha querido y ha suplicado al Padre para todos sus discípulos”.
Si al principio hemos hablado de la importancia de la acción del Espirito Santo, de la fe y de la caridad, ahora hemos de decir que la oración es fundamental en la tarea ecuménica, como ya lo hemos señalado: la oración es el corazón del ecumenismo. El padre Paul Couturier, sacerdote católico francés, un gran profeta del ecumenismo del siglo XX., y el primer promotor del Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos, en el año 1939, es uno de los primeros en fomentar y alentar el ecumenismo espiritual. El Padre Congar dirá de él: “La gracia y la vocación del sacerdote Paul Couturier fue abrirle al ecumenismo el camino espiritual, darle su corazón de amor y de oración”. El ecumenismo espiritual es una llamada orante al alcance de todos los cristianos. Sin embargo, la vida monástica, lo viven de una manera más intensa, dada su vocación radical en el seguimiento de Cristo y de su vocación orante.
El ecumenismo espiritual no solamente consiste en orar, sino en vivir esa relación de amistad y de intimidad con Dios, porque «cuanto más se unan en estrecha comunión con el Padre, con el Verbo y con el Espíritu, tanto más íntima y fácilmente podrán acrecentar la mutua hermandad». Desde esta vida orante y de unión con el Señor la vida monástica es una parábola de comunión para los creyentes y para la humanidad. El ecumenismo de la vida monástica es una historia de Amor por Cristo y por su Iglesia indivisa. La división duele, pues casusa una gran tristeza ver rasgada, hecha pedazos, nuestra Madre, la Iglesia. Muchos monasterios también tienen actividades ecuménicas, e intercambios entre comunidades de distintas confesiones. También por la acogida en la hospedería y actos ecuménicos organizados.
Quiero destacar el monasterio de Monjas Trapenses de “Nuestra Sra. de San José” de Grottaferrata, hoy Vitorchiano en Italia, donde Hna. María Gabriela Sagheddu a sus 25 años ofreció su vida “por la unidad de los hijos de Dios dispersos”, actualmente Beata. La llaman: “María Gabriela de la Unidad”. (la Santa Teresita del Ecumenismo). Nació en 1914 y falleció en 1939).
LAS COMUNIDADES RELIGIOSAS PROTESTANTES
Sabemos que tanto Lutero como los demás Reformadores rechazan la concepción medieval de los votos y el estado monástico, sin embargo, el proyecto evangélico de vida consagrada cenobítica ha conservado su poder de atracción en algunas de las Comunidades eclesiales surgidas de la Reforma, sobre todo de la rama femenina. Y estas ramas de diaconesas ya en el siglo pasado dieron una orientación contemplativa y ecuménica.
Las diaconesas de Reilly.
En el siglo XIX nació el movimiento de las diaconesas, de Versalles, Francia, seguido en Estrasburgo, con una dimensión orante y ecuménica. En Estrasburgo trabajamos muy unidas y organizamos vigilias y encuentros; entre ambas comunidades se creó una sincera amistad.
La comunidad de Grandchamp.
La comunidad de Grandchamp fundada en los años 1930, es una comunidad monástica, -muy en comunión con la comunidad de Taizé-, en la actualidad, está formada por unas cincuenta hermanas de diferentes confesiones y de varios países. Su presencia y pastoral ecuménica es una aportación rica y profunda a la unidad de los cristianos, es una comunidad que sirve de puente entre diversas confesiones. Esta comunidad está enraizada en Suiza, la parte francófona, también tiene pequeñas presencias en otros países.
En su página web afirman: “Nuestra vocación ecuménica nos compromete en el camino de la reconciliación entre los cristianos y dentro de la familia humana, y a respetar toda la creación”. Esta comunidad forma parte de un redescubrimiento monástico dentro de las Comunidades protestantes, estado de vida que ya existía antes de los cismas y que esta comunidad ha querido recuperar dándole una orientación ecuménica. “El redescubrimiento de la importancia del silencio para nuestra vida de fe y para hacer resonar la Palabra de Dios en nuestro interior nos llevó a fundar este estilo de vida”. Testimonio de las Hnas. fundadoras.
Si recuerdan, en el año 2022, esta comunidad participo – junto con el equipo de preparación- para el documento del Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos, que como muy bien saben se celebra del 18 al 25 de enero. El lema elegido fue “Permaneced en mi amor y daréis fruto en abundancia”. El texto se basa en Juan 15, 1-17, y refleja la vocación a la oración, a la reconciliación y a la unidad de la Iglesia, y de toda la familia humana. La labor de estas hermanas en favor de la unidad de los cristianos es remarcable, por su presencia orante, de acogida a todo el huésped que desea compartir con ellas el silencio, la oración y la liturgia. También organizar retiros y quienes lo desean pueden tener un acampamiento, puntual o continuado.
Esta comunidad también colaboró en los encuentros organizados por el Metropolita Emilianos Timiadis de Silyvrie, (representante del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, en el Consejo Mundial de Iglesias) y por el padre Julián García Hernando y las Misioneras de la Unidad, invitando a religiosas de diferentes confesiones y de diversos países. Pasos muy importantes para la vida religiosa, protestante, ortodoxa y católica. Estos encuentros comenzaron en 1970 y creo continúan en nuestros días. Dichos encuentros permiten compartir intercambios de experiencias, un mayor conocimiento, a través del cual nace y crece la amistad. La amistad en el ecumenismo es esencial.
La comunidad de Taizé.
Todos conocemos esta comunidad ecuménica, de origen protestante, y el impacto que tiene en el ámbito de la evangelización, especialmente con los jóvenes; también en el ámbito social y en la creación de espacios de diálogos ecuménicos e interreligiosos. Esta comunidad fundada en 1940 por el teólogo suizo Roger Schutz, conocido como Hermano Roger, en la localidad de Taizé, Francia, es reconocida mundialmente como un foco de ecumenismo y de dialogo interreligioso; y también como promotora de la acción social y la concordia entre los pueblos. La vida orante de esta comunidad, cimentada en la Palabra y la liturgia, es la que fecunda su misión y su unidad, y la que da credibilidad a sus acciones pastorales y propuestas a escala casi mundial. Conocidos son los encuentros anuales que convocan para jóvenes en los distintos países. Su apertura y a cogida a cuantos llegan al monasterio desde el respeto a la diversidad, los ejercicios y retiros orantes que organizan, la liturgia diaria, sencilla y profundan, dan a esta comunidad un rostro universal de sencillez evangélica y de comunión universal.
COMUNIDADES ECUMÉNICAS EN EL SENO DE LA IGLESIA CATÓLICA
En el seno de la Iglesia católica también han nacido diversas comunidades religiosas con una vocación ecuménica en respuesta la oración de Cristo al Padre antes de la Pasión, para que sus discípulos permanezcan en la unidad (cf. Jn 17, 21-22).
Monasterio de Chevetogne.
Una de las primeras comunidades ecuménicas monásticas fue el monasterio benedictino: “Monasterio de la Unión”, en Chevetogne (Bélgica) En este monasterio se celebran el rito romano y el rito bizantino. Fue fundado Dom Lambert Beauduin (1873-1960), uno de los grandes pioneros del ecumenismo y de la renovación litúrgica. Este monasterio es un punto importante de encuentro entre las Iglesias de Oriente y Occidente, contribuyendo a un mejor conocimiento y valoración de la tradición oriental: liturgia, iconografía y música religiosa. Estableciendo estrechos vínculos de amistad y cooperación con estas Iglesias hermanas, sobre todo, a nivel de las comunidades monásticas masculinas ortodoxas.
Esta comunidad es un lugar de acogida, centro de espiritualidad y de formación ecuménica, eclesial y litúrgica. La aportación del fundador de Chevetogne fue, además, decisiva en las Conversaciones de Malinas (1921-1927). Pues elaboró el informe sobre La Iglesia anglicana unida, no absorbida, una expresión programática que se adelantaba a su tiempo y sigue conservando plena actualidad.
Personalmente tengo la dicha de haber estado varias veces en este monasterio, he participado en su liturgia, y he seguido formación ecuménica y litúrgica; pero lo que más me marcó fue orar ante la tuba del Dom Lambert. Momento muy importante, profundo e inolvidable para mí.
Fraternidades Monásticas de Jerusalén.
Fundadas en 1975 tienen un carácter ecuménico, interreligioso. “Guarda en tu corazón un verdadero anhelo de comunión con todos los hijos de Abrahán, judíos y musulmanes, que adoran, como tú, al único Dios y para quienes también Jerusalén es una Ciudad Santa. No te canses de orar, a lo largo de toda tu vida, para que llegue el día en que no haya más que un solo rebaño y un solo pastor (Jn 10,16). Esto que fue la gran pasión de Cristo, apasione también tu vocación monástica. Jesús se consagra por ti para que tú quedes consagrado en la verdad (Jn 17,19). Sólo la unidad de los hijos de Dios podrá expresarle al mundo el misterio del Dios verdadero” (Jn 17,23).
Misioneras de la Unidad.
Hemos enumerado algunas comunidades francesas y belgas, tal vez porque son las que más conozco; también Hna. María Grabriela Sagheddu, ahora quisiera recordar el movimiento ecuménico surgido en España y en primer lugar al gran ecumenista que fue el Padre Julián García Hernando, quien él mismo nos cuenta: “La preocupación por la unidad de los cristianos es en mí anterior al Vaticano II. Me nació durante los 14 años que estuve de profesor de Historia de la Iglesia en el Seminario de Segovia, al estudiar y explicar el hecho de las separaciones eclesiales a lo largo de la historia, y sus calamitosos frutos”.
El Padre Julián es el fundador de las “Misioneras de la Unidad y del Centro ecuménico de Madrid”. Fue secretario de Ecumenismo de la Conferencia Episcopal Española. Para la mayoría de los que aquí estamos tanto el Padre Julián como las Misioneras de la Unidad son muy conocidas y muy queridas por la labor tan intensa y profunda que han realizado a lo largo de estos años y sigue realizando.
Recordamos los Encuentros Interconfesionales de El Espinar, que se celebran anualmente en esa localidad segoviana, donde gozábamos de esa fraternidad y amistad entre hermanos y hermanas, y aprendíamos a conocernos y a querernos. La liturgia, celebrada por las distintas confesiones, eran un anticipo de los que nos espera el día que lleguemos a la plena comunión. Se profundizaban temas teológicos y pastorales, se dialogaba y también había espacio para la “fiesta”, para el encuentro gratuito.
Otra iniciativa del padre Julián fueron los “Encuentros Internacionales e Interconfesionales de Religiosas y Religiosos, y el diálogo interreligioso”, que ya hemos mencionado. Una gran labor ecuménica, acompaña por la formación que se propone en el Centro Ecuménico de Madrid, unido a la revista de “Pastoral ecuménica”. Uno de sus libros a profundizar es: “La unidad es la meta, la oración el camino”. El padre Julián insistía en la necesidad de la formación ecuménica y de la oración.
En un encuentro que tuvo el Padre Julián -en los años 1962- con el Hno. Roger de Taizé – ambos pioneros del ecumenismo- el padre Julián le preguntó al Hno. Roger: “¿Sabe usted cuándo llegaremos a la unidad? Respuesta del H. Roger: Cuando ustedes, los católicos, se hayan identificado con Cristo de tal modo que puedan repetir las palabras de San Pablo: “ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gal 2,20), y cuando nosotros, los protestantes, podamos repetir auténticamente las mismas palabras del Apóstol. Ese día habremos llegado a la unidad”.
El Padre Julián tuvo contacto con las grandes personalidades ecuménicas de su tiempo y fue un ardiente pionero del ecumenismo en España, con visión muy abierta para su tiempo. Recordemos la situación y mentalidad de nuestro país en aquel entonces y la falta de apertura a otras confesiones. El Padre Julián fue un profeta en el ámbito ecuménico. Demos gracias al Espíritu Santo que en todos los tiempos suscita profetas que abren los caminos que el mismo Espíritu va trazando.
COMUNIDADES RELIGIOSAS DE VIDA APOSTÓLICA EN ESPAÑA
La vida consagrada es un don para la Iglesia. La relación entre el ecumenismo y vida consagrada puede considerarse como una historia de amor, de comunión. Comunión con Jesús, comunión con la propia comunidad y comunión con todos los cristianos. Esta comunión se va tejiendo poco a poco, hasta llegar a vivir la comunión con la humanidad y con el cosmos.
El Sínodo para la Vida Consagrada ha puesto de relieve la profunda vinculación de la vida consagrada con la causa del ecumenismo y la necesidad de un testimonio más intenso en este campo. “Si el alma del ecumenismo es la oración y la conversión, no cabe duda que los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica tienen un deber particular de cultivar este compromiso. Es urgente que en la vida consagradas se dé un mayor espacio a la oración ecuménica unida al testimonio evangélico, para que, con la fuerza del Espíritu Santo, sea posible derribar los muros de las divisiones y los prejuicios entre los cristianos para avanzar en el camino de la unidad”.
La vida apostólica juega un papel primordial en la tarea ecuménica, sobre todo en el campo de las misiones; trabajar unidos por el mismo anuncio del evangelio desde la atención social, caritativa, pastoral y catequética es un acercamiento de unos hermanos con otros, más allá de las distintas confesiones; porque la caridad va más lejos que la división. La colaboración con las distintas confesiones cristianas, sobre todo en los países de misión, es una un verdadero testimonio de unidad. Podemos decir que se dan verdaderas experiencias de colaboración entre las distintas confesiones muy interesantes.
El Papa Francisco dijo, en el encuentro con el arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia Anglicana, Justin Welby, que para avanzar en el camino común de los cristianos y profundizar en el ecumenismo tres ejes son esenciales: oración, testimonio y misión. La vida religiosa responde da respuestas de oración, testimonio y misión.
Estos tres puntos: oración, testimonio y misión forman parte de la pastoral misionera de escucha, acogida y ayuda a los más necesitado como son los emigrantes, las personas enfermas y solas, etc. La pastoral para las diversas confesiones cristianas tiene la misma raíz y la misma exigencia: el anuncio del evangelio, promover las bienaventuranzas, el amor fraterno y liberar a la persona de toda clase de esclavitud. Ser hombres y mujeres de reconciliación y de paz por el bien de la humanidad, y en todo esto dar a conocer a Cristo para que conociéndolo lo amén. Los misioneros realizan una obra callada y sencilla de verdores testigos de unidad.
Madres Canonesas del Santo Sepulcro, Zaragoza.
Muchos de entre nosotros conocemos este maravilloso monasterio y a estas hermanas que con tanto empeño y desvelo obran por la unidad de ellos cristianos. Su monasterio está abierto a diversos encuentros y celebraciones que hacen realidad de la convivencia fraterna, el conocimiento de unas confesiones con otras, tejiendo lazos ce cercanía y de amistad. Diríamos de esta comunidad que es puente que acortan la distancia y crea cercanía de unas confesiones con otras, incluso entre los mismos católicos.
Monasterio de la Conversión.
Las mismas hermanas son quienes nos hablan de su carisma: “oramos, vivimos, trabajamos y buscamos la unidad como carisma propio de esta casa que quiere ser un lugar de conversión y por ello, como fruto precioso del encuentro con Dios, de comunión. "Que todos sean uno para que el mundo crea", está impreso en nuestro carisma.
Comunión y Conversión. Dos llamadas que se convierten en una sola: hacer de la Unidad, de la Comunión, nuestra Palabra de Conversión para el hombre, porque solo desde la unidad puede darse un testimonio creíble y ella es, a la vez, una provocación tan potente, en un mundo tan individualista y tan deseoso de amor como el nuestro, que puede hacer emerger la pregunta sobre Dios y la necesidad de volver a Él.
Una aportación a la unidad de la Iglesia muy real y concreta: Comunión y conversión. Todos los documentos eclesiales sobre el ecumenismo insisten en estas dos disposiciones del corazón. La conversión es esencial para llegar a la comunión.
Comunidad de Chemin Neuf.
La Comunidad del Chemin Neuf es una comunidad católica con vocación ecuménica, de la Renovación Carismática, nacida en Francia en 1973 de un grupo de oración. El Camino Nuevo, como sabemos, está presente en la diócesis de Zaragoza, la Cartuja.
Movimiento de los Focolares.
¿Cómo no recordar a Chiaria Lubich? esta gran mujer, fundadora de los Focolares, uno de los Movimiento de laicos consagrados, que más trabajan por la unidad de las Iglesias y el dialogo interreligioso, siendo los pioneros en vivir y promulgar la espiritualidad de comunión. Chiara Lubich, pionera del ecumenismo, amiga del Hno. Roger de Taizé, ¡todas las grandes personas se encuentran!
Hnas. de la Caridad de Santa Ana.
Muy conocidas de todos ustedes, cuando ellas nacieron no se hablaba del ecumenismo, lejos de ello. Sin embargo, en sus Constituciones tienen un número que puede ayudarnos a profundizar y vivir la comunión, bien que este número no se refiera a la unidad entre los cristianos. Dice así: “Inaugurar un nuevo estilo de familia donde se va a vivir el amor y la comunión a semejanza de la Trinidad como fundamento y expresión de la vida fraterna”. Este era el fundamento de esta comunidad naciente.
¿No es a este estilo de Iglesia, a la que estamos llamados a vivir los cristianos? Vivir la comunión a semejanza de la Trinidad. La comunión es el principio de donde nace la vida, y el amor trinitario es el modelo de toda comunidad cristiana, y a este amor hemos de aspirar los cristianos, porque es este amor el que hace que los muros de la separación se derrumben y renazca la Iglesia indivisa, la Iglesia querida y soñada por Jesús, sin manchas ni arrugas, sin muros de separación.
CONCLUSIÓN
El movimiento ecuménico es una gracia de Dios como respuesta a tantas personas orantes que han hecho propia la oración de Jesús y han ayudado a avanzar en el camino de la unidad, derribando muchos muros y construyendo puentes que acortan las distancias y favorecen el encuentro y la amistad. El ecumenismo de la amistad entre hermanos de distintas confesiones es esencial. Citamos al Cardenal Mercier que nos ha legado este testamento espiritual: “Para unirse, hace falta amarse; para amarse, hace falta conocerse; para conocerse, hace falta que uno vaya al encuentro del otro.” Si cada coda uno guardamos nuestra distancia, nunca será posible la unidad.
El Papa Francisco nos alienta al decir que “lo que nos une supera con creces a lo que nos separa". Es verdad, los pasos dados, el camino realizado y los puentes tendidos hacia la unidad son muchos, y con gozo vemos que dan frutos en abundancia, y por ello damos gracias a Dios; pero no hemos de conformarnos con lo ya realizado, con los logros alcanzados; sino que, continuamente, tenemos que tender a conseguir la unidad perdida y alcanzar la plena comunión; porque este es el gran deseo de Cristo, el legado que él nos dejó: “Padre, te ruego para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste” (Jn 17,21).
Como nos recuerda el papa Francisco en la actualidad vivimos el “ecumenismo de sangre”. “Por desgracia, en nuestros días, los cristianos vivimos un ecumenismo de sangre. Somos perseguidos en muchos países. Y nos persiguen, no por ser ortodoxos, evangélicos, luteranos, católicos o apostólicos. Lo hacen porque somos cristianos; es decir, discípulos de Cristo. Y esa sangre nos une”. Esta realidad es muy fuerte, ella debe de llevarnos a una profunda reflexión.
Quiero terminar este encuentro con las palabras de san Pablo a los Efesios: “Un solo es el cuerpo y un solo es el Espíritu, como también es una sola esperanza que encierra la vocación a la que habéis sido llamados; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Un Dios que es Padre de todos, que está sobre todos, actúa en todo y habita en todos” (4, 4-6).
Esta es la meta del ecumenismo. Legar un día a profesar todos los cristianos estas palabras de Pablo, a confesar un mismo Credo y poder comulgar del mismo cáliz.
Que este encuentro despierte en nosotros el deseo de caminar con Cristo y de dejarnos transforma por él para ser testigos de su gran amor.
Hna. Carmen Herrero
Salón Club Parroquial de Cristo Rey. Sabiñánigo La aportación de la vida consagrada al ecumenismo, por Carmen Herrero
Carmen Herrero Martínez
- Nacida en Atea localidad de la comarca de Campo de Daroca, provincia de Zaragoza, pero desde joven vivio en Zaragoza.
- Le gustan las cosas sencillas y las presentaciones también, cree que ella no es lo importante, sino el contenido de su trabajo, su misión, por eso ha sido difícil hacer esta biografía.
- Entró como postulante en las Hnas. de la Caridad de Santa Ana, Zaragoza, a los 20 años, el mismo día que los cumplió, desde muy niña tenía el deseo de ser amiga de Jesús, este deseo poco a poco se convirtió en una consagración total en la vida religiosa.
- Años más tarde, por una llamada a una vida contemplativa ciudadana, hizo un traslado a las Fraternidades Monástica de Jerusalén, Francia, donde pudo vivir una rica y profunda experiencia ecuménica. Actualmente por diversas razones ha vuelto a mi su vocación, a su primer hogar. Siempre guardó, manifiesta, una muy buena relación con la Congregación de las Hnas. de la Caridad de Santa Ana. Todo esto sirve para comprender su itinerario religioso, y su involucración en el ecumenismo.
- Sus estudios: Un diploma bíblico. Casa de la Biblia Madrid, (por correspondencia) Una licencia de teología en pastoral (Université Catholique Marc Bloch Strasbourg) Diploma en francés (Université Catholique Marc Bloch Strasbourg) Un diploma de escucha y acompañamiento humano y espiritual (Université Catholique Marc Bloch Strasbourg).
- Ha realizado trabajos muy diversos, donde cabe destacar es el de capellana de hospital. Una experiencia muy interesante a todos los niveles. En el plano ecuménico, trabajó con varios pastores luteranos, las relaciones muy cordiales, muy buen entendimiento en las celebraciones ecuménicas. Recibió una interesante formación, católica; protestante y musulmana, pues las tres confesiones estaban representadas en el hospital, el mundo francés es muy distinto, y sobre todo en Alsacia y Lorena donde todavía tienen un Concordato particular de tiempos de Napoleón.
- En el seno de su comunidad fundó una fraternidad ecuménica de laicos que acompañó durante 13 años. Esta fraternidad se llama: “Fraternidad ecuménicas piedras vivas”. Años de de gran actividad ecuménica. Experiencia inolvidable. Donde estuvo muy apoyada por su comunidad.
- Le gusta escribir y tiene varios artículos publicados en varias revistas, es asidua colaboradora de este blog "Todos juntos".
AGENDA – PRÓXIMOS ACTOS
28 abril 2023 - 1 mayo 2023
Diálogo entre Religiones para una espiritualidad compartida
Encuentro de Oriente a Occidente y viceversa con John Martin Sahayananda
Albergue de Sta. María de Bruis, en Palo (comarca de Sobrarbe, Huesca)
SANTA MARÍA DE BRUIS - PALO (Huesca)
28 abril 2023 – 21’00 horas
Oración de la Cruz (Taizé)
Parroquia de Sant Marcel, c/ Petrarca, 52
HORTA (Barcelona)
28 abril 2023 – 21’00 horas
Oración común al estilo de Taizé
Iglesia de Nuestra Señora de Gracia y San José (Els Josepets), plaza Lesseps, 25
BARCELONA
28 abril 2023 – 21’00 horas
Oración común de Taizé
Iglesia de San Miguel, plaza del Rector Homs s/n
TERRASSA (Barcelona)
29 abril 2023
Pascua ecuménica
CASTELLÓN
29 abril 2023 – 21’30 horas
Oración al estilo Taizé
Convento de Hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna, c/ Doctor Furest
CALDES DE MALAVELLA (Girona)
30 abril 2023 – 18’30 horas
Oración Común. Taizé
Parroquia de Santa María, c/Joan Puig, 3
RUBÍ (Barcelona)
30 abril 2023 – 20’00 horas
Oración común Taizé
Parroquia de Santa Cristina, c/ Mosén Salvador Durán, 2
ARO (Girona)
Mayo
1 mayo 2023 - 11'00 horas
Ceremonia de hermandad y Luz - Aralar 2023
Junto al dolmen Eubi-Hegoa
SIERRA DE ARALAR (Navarra)
3 mayo 2023 - 19'00 horas
Luz de interior: Encontrar la libertad con John Martin Sahayananda
En colaboración con la Asociación de Diálogo lnterreligioso e lnterconviccional de Aragón (ADÍA)
Casa de las Culturas. c/ José Palafox, 29
ZARAGOZA
4 mayo 2023 – 18’00 horas
Oración por la Unidad con cantos de Taizé
Iglesia finlandesa luterana. Seurakuntakoti, avenida de las Salinas, 5
LOS BOLICHES (Málaga)
4 mayo 2023 - 20'00 horas
Espiritualidad y sentido de la vida con John Martin Sahayananda
En colaboración con el EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO
Salón Parroquial Cristo Rey. Plaza España, 2
SABIÑÁNIGO (Huesca)
7 mayo 2023 - 18'30 horas
Oración de Taizé
Parroquia Madre de Dios de los Dolores, c/ Begur, 8
BARCELONA