Todos juntos
Un espacio propuesto por EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

martes, 31 de agosto de 2021

CALENDARIO INTERRELIGIOSO SEPTIEMBRE 2021

Agenda
Interreligiosa
Septiembre
2021


1.

Inicio del año litúrgico ortodoxo

El año litúrgico de las Iglesias ortodoxas se abre el 1º de septiembre y se acaba quince días después de la fiesta de la Dormición de María, madre de Cristo, o sea el 31 de agosto.

3 - 11.

Fiesta Jainita del Paryushana Parva

Período mínimo de 7 días de ayuno, oración y meditación que finaliza con el día más sagrado (Samvatsari) del año jainista.

4.

Ciclo de diálogo interreligioso e intergeneracional para la cohesión social en Europa

Ciclos de diálogo interreligioso e intergeneracional con personas migrantes, refugiadas y locales, experiencia online compuesta por cuatro sesiones de diálogo facilitado de carácter interreligioso, intercultural e intergeneracional. Su objetivo es inspirar y equipar a las personas migrantes. refugiadas, solicitantes de asilo y a la comunidad de acogida con habilidades para construir confianza en las comunidades locales.

6 - 7.

Rosh Hashanáh, Ayuno judío del del día noveno de Av

El “Año Nuevo Judío” (Rosh Hashaná) comienza el 6 de Septiembre de 2021 al atardecer, justo cuando sale la primera estrella. Así se inicia el año 5782, según el calendario hebreo. Esta festividad, que marca el comienzo del año judío, celebra la creación del mundo. También es el "día del juicio": "En Roch-ha-Chanah, dice el Talmud, el mundo entero desfila ante Dios como un rebaño de ovejas". Se invita a los fieles, durante esta conmemoración de dos días, a hacer balance de sus acciones durante el pasado año. Buscan corregir sus faltas y obtener el perdón de aquellos a quienes han lastimado.

8.

Natividad de la Virgen María, Madre de Jesús

El Nacimiento de la Virgen o Natividad de María es una de las trece fiestas marianas del calendario romano general de la Iglesia católica. Se celebra el 8 de septiembre, nueve meses después de la dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen que se celebra el 8 de diciembre. Fiesta ortodoxa y católica del nacimiento de María, madre de Jesucristo. .

9.

Ganesh Chathurthi

Es el festival hindú celebrado en honor del dios con cabeza de elefante, Ganesha. Las celebraciones se llevan a cabo generalmente en agosto o septiembre del calendario gregoriano. El dios Ganesh es una de las deidades más importantes en la India, El festival se celebra en público y en casa. La celebración pública implica la instalación de imágenes de arcilla de Ganesha en altares públicos temporales y la adoración en grupo. En las casas se coloca una imagen de arcilla y es adorada por los familiares y amigos. Al final de la fiesta, los ídolos serán inmersos (para que se disuelven) en una fuente de agua, o en un lago o estanque.

11.

Fiesta Jainita del Samvatsari

El día más sagrado del año jainista, el día del arrepentimiento, el perdón y el abandono de todo odio y maldad.

Ciclo de diálogo interreligioso e intergeneracional para la cohesión social en Europa

Ciclos de diálogo interreligioso e intergeneracional con personas migrantes, refugiadas y locales, experiencia online compuesta por cuatro sesiones de diálogo facilitado de carácter interreligioso, intercultural e intergeneracional. Su objetivo es inspirar y equipar a las personas migrantes. refugiadas, solicitantes de asilo y a la comunidad de acogida con habilidades para construir confianza en las comunidades locales.

13 - 25.

Simposio Internacional "Comunicación para la Justicia Social en la era digital"

Este simposio se centrará en el impacto de la transformación digital en las comunidades y las sociedades, y las medidas necesarias para garantizar un futuro digital justo e incluyente. Al unir la investigación, las experiencias de distintas regiones y comunidades, las aportaciones de expertos, y la reflexión ética y teológica, se identificarán oportunidades para la acción como una contribución a la 11ª Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias.

14.

Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz

La Exaltación de la Santa, es una fiesta religiosa de la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa y otras Iglesias cristianas. En ella se rememora y se honra la Cruz en la que fue crucificado Jesucristo. La fecha de esta celebración es el 14 de septiembre. Hay otra fecha relacionada con el tema de la Cruz de Gólgota, que es la invención de la Santa Cruz, que se celebra el 3 de mayo.

16.

Fiesta judía del Yom Kippur

Este día es la culminación del período de los llamados "diez días de arrepentimiento" que comenzó en Rosh-ha-Shanah. Antes de la destrucción del Templo en Jerusalén, era, según la tradición, la única ocasión en el año en que el Sumo Sacerdote podía entrar al Lugar Santísimo para pronunciar allí el Nombre Inefable de Dios. Hoy, la fiesta de Yom Kipur se dedica principalmente a la oración y la penitencia: los fieles, reconciliados con los demás, piden perdón a Dios. En este día tienen prohibido beber, comer, realizar abluciones no rituales o tener relaciones conyugales.

17.

Fiesta hindú Vishwakarma

Se celebra el nacimiento del dios arquitecto hindú Vishwakarma, que es el dios de los artesanos y los arquitectos, pues se le considera el «principal arquitecto universal», el artesano que fabricó y diseñó la geometría sagrada y la arquitectura divina a petición de Brahmā, el dios creador del universo.

18.

Ciclo de diálogo interreligioso e intergeneracional para la cohesión social en Europa

Ciclos de diálogo interreligioso e intergeneracional con personas migrantes, refugiadas y locales, experiencia online compuesta por cuatro sesiones de diálogo facilitado de carácter interreligioso, intercultural e intergeneracional. Su objetivo es inspirar y equipar a las personas migrantes. refugiadas, solicitantes de asilo y a la comunidad de acogida con habilidades para construir confianza en las comunidades locales.

21.

Día Internacional de la Paz

La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de septiembre "como Día Internacional de la Paz, y estará dedicado a conmemorar y fortalecer los ideales de paz en cada nación y en cada pueblo y entre ellos".

21 - 28.

Fiesta judía del Sukkot

El Sukkot (Sucot) ó “Fiesta de las Cabañas” comienza al anochecer de la víspera, y las celebraciones se extienden durante siete días. Se conmemora la culminación de la cosecha de los frutos. También recuerda los 40 años que los judíos estuvieron en el desierto habitando en cabañas (sucá), después de salir de Egipto. Es costumbre construir una cabaña con hojas de palma, situada en el jardín a cielo abierto. La Sucá tiene puertas, para que puedan entrar los invitados, y está abierta por los cuatro costados. Se rememoran las vicisitudes del pueblo hebreo durante su deambular por el desierto, y la precariedad de sus condiciones materiales, simbolizadas por habitar en cabañas (sucá). Es una de las fiestas más largas y gozosas de las celebraciones del calendario bíblico. Después de un año de esfuerzo cultivando la tierra llega el momento satisfactorio de la recogida. Se trata de una celebración de gratitud y alabanza al Señor por la cosecha.

25.

Ciclo de diálogo interreligioso e intergeneracional para la cohesión social en Europa

Ciclos de diálogo interreligioso e intergeneracional con personas migrantes, refugiadas y locales, experiencia online compuesta por cuatro sesiones de diálogo facilitado de carácter interreligioso, intercultural e intergeneracional. Su objetivo es inspirar y equipar a las personas migrantes. refugiadas, solicitantes de asilo y a la comunidad de acogida con habilidades para construir confianza en las comunidades locales.

28.

Fiesta judía Shemini Atzeret

El “Shemini Atzeret” es una festividad judía independiente de Sucot, pero comunmente considerado como el día final de Sukkot. Este día es una fiesta “adicional” para celebrar la alegría de nuestras vidas con Hashem, dando paso al día siguiente a la conmemoración de “Simjat Toráh”, donde se termina la lectura anual de la Torá.

29.

Fiesta judía Simjat Torah

Simjat Toráh significa “alegría de la Torá”, es una fiesta que se celebra con mucha alegría, con cantos y bailes. Se celebra al concluir la festividad de Sukkot. Es el día en que se termina de leer en las sinagogas la última parte del Pentateuco en un rollo de la Torá, y se recomienza a leer la primera parte, conocida también como Génesis. La lectura de la Torá, que es leída cada sábado durante el año, se completa en “Simjat Toráh”.

Fiesta de los arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael

Se celebra el 29 de septiembre la fiesta de los tres Arcángeles que la sagrada Escritura menciona por su propio nombre: Miguel, Gabriel y Rafael. En el día de la dedicación de la basílica dedicada a San Miguel construida en la antigua Roma, en la Via Salaria, se celebran juntos los tres arcángeles. La palabra Arcángel proviene de dos palabras: Arc (“el principal”) y ángel, es decir, “principal entre los ángeles”.





lunes, 30 de agosto de 2021

CARTA ECUMÉNICA EUROPEA

Carta Ecuménica de Europa


Directrices de la Conferencia de Iglesias Europeas (KEK) y del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas 
(CCEE) con vistas a una colaboración creciente entre las Iglesias en Europa (Estrasburgo, 22-4-2001)

"Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo"

La Conferencia de Iglesias Europeas KEK) y el Consejo de Conferencias Episcopales Europeas (CCEE), en el espíritu de¡ mensaje de las dos Asambleas Ecuménicas de Basilea en 1989 y de Graz en 1997, estamos firmemente determinados a mantener y desarrollar la comunión que ha ido creciendo entre nosotros. Damos gracias al Dios Trinidad por haber guiado nuestros pasos, mediante su Espíritu Santo, hacia una comunión cada vez más intensa.

Muchas formas de colaboración ecuménica ya han tenido ocasión de demostrar su valía. Fieles a la oración de Jesucristo: "Que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado" (Jn 17, 21). no debemos sin embargo conformarnos con la actual situación. Al contrario, conscientes de nuestras faltas y dispuestos a la conversión, hemos de esforzarnos por vencer las divisiones que aún nos separan, para anunciar juntos, de forma creíble, la Buena Nueva de¡ Evangelio entre los pueblos.

Escuchando juntos la Palabra de Dios en la Santa Escritura, y llamados a confesar nuestra fe común, así como a actuar conjuntamente conforme a la verdad que hemos recibido, querernos dar testimonio del amor y, de la esperanza ante todos nuestros hermanos y hermanas.

En nuestro continente europeo, desde el Atlántico hasta los Urales, de] Cabo Norte al Mediterráneo, territorio marcado hoy más que nunca por una pluralidad de culturas, queremos, con el Evangelio, comprometernos por la dignidad de la persona como imagen de Dios y, en nuestra calidad de Iglesias, contribuir a la reconciliación de pueblos y culturas.

Por ello adoptamos la presente Carta como compromiso común por el diálogo y la colaboración. Este documento describe las tareas ecuménicas básicas, de las que desprende una serie de directrices y compromisos. Pretende promover, en todos los niveles de la vida eclesial, una cultura ecuménica de diálogo y colaboración, proporcionando con ese fin una norma vinculante. Pese a ello, no tiene ningún carácter doctrina¡, dogmático o canónico.

Su carácter vinculante consiste más bien en el deber que asumen las mismas Iglesias y organizaciones ecuménicas que la suscriben, las cuales pueden formular, partiendo de esta base textual, sus propias adiciones, así como perspectivas comunes concretamente conjugadas con sus retos específicos y con las obligaciones que de éstos dimanen.


I. CREEMOS EN "LA IGLESIA, QUE ES UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA"

"Esforzaos en mantener la unidad del Espíritu, con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la meta de la esperanza en la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo" (Ef 4, 3-6)

1. Llamados juntos a la unidad en la fe. Conforme al Evangelio de Jesucristo, y tal y como atestigua la Sagrada Escritura y formula la confesión de fe ecuménica niceno-constantinopolitana de 381, creemos en el Dios Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Como en dicho símbolo confesamos "la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica", nuestro deber ecuménico insoslayable consiste en hacer visible esta unidad que siempre es y será don de Dios.

Diferencias esenciales en la fe siguen impidiendo la unidad visible. Se trata sobre todo de concepciones divergentes de la Iglesia y su unidad, de los sacramentos y los ministerios. No debemos asumir sin más este estado de cosas. Jesucristo nos reveló en la cruz su amor y el misterio de la reconciliación. Al seguirlo, queremos hacer todo lo que nos sea posible para superar los problemas y obstáculos que siguen separando a las Iglesias.

Nos comprometemos pues: 
  • A seguir la exhortación apostólica de la Carta a los Efesios y a acometer perseverantes esfuerzos por una comprensión común de la Buena Nueva de la salvación en Cristo propia del Evangelio.
  • A trabajar además, con el poder de¡ Espíritu Santo, por la unidad visible de la Iglesia de Jesucristo en la única fe, fe que halla expresión en un bautismo recíprocamente reconocido y en la comunión eucarística, así como en el testimonio y el servicio.

II. POR El CAMINO DE LA COMUNIÓN VISIBLE DE LAS IGLESIAS DE EUROPA

"La señal por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros" (Jn 13, 35)

2. Anunciar juntos el Evangelio. La tarea más importante de las Iglesias que están en Europa consiste en anunciar el Evangelio con palabras y obras para la salvación de todos los hombres. La falta de orientación en muchos ámbitos, el distanciamiento de los valores cristianos, pero también una búsqueda multiforme de sentido, constituyen otros tantos retos para un testimonio especial de la fe por parte de los cristianos. Para ello es menester un mayor compromiso y un intercambio de experiencias en la catequesis y en la pastoral de las comunidades locales. También resulta importante que todo el Pueblo de Dios se esfuerce por transmitir unido el Evangelio en el seno de la sociedad, así como a promoverlo mediante el compromiso social y la atención a la responsabilidad política.

Nos comprometemos pues:
  • A hablar de nuestras iniciativas de evangelización con las demás Iglesias, suscribir acuerdos al respecto y evitar con ello una competencia perjudicial, junto con el peligro de nuevas divisiones-
  • A reconocer que toda persona puede elegir su compromiso religioso y celesial con libertad de conciencia. Nadie debe verse inducido a la conversión por presión moral o por incentivos materiales. Análogamente, nadie puede verse impedido de convertirse con arreglo a su libre decisión.

3. Marchar los unos hacia los otros. En el espíritu del Evangelio, hemos de revisar juntos la historia de las Iglesias cristianas, historia marcada por experiencias positivas, pero también por divisiones, hostilidades e incluso conflictos armados. Fallos humanos, falta de amor y el mal uso frecuente de la fe y de las Iglesias con intereses políticos han deteriorado gravemente el crédito del testimonio cristiano.

El ecumenismo comienza pues para los cristianos por la renovación de los corazones y su disposición a la penitencia y a la conversión. La reconciliación ya ha registrado avances en el seno del movimiento ecuménico.

Resulta importante reconocer los dones espirituales propios de las diferentes tradiciones cristianas, para que unas aprendan de otras y puedan así recibir los dones de las demás. Para el desarrollo del ecumenismo, resulta particularmente necesario considerar las experiencias y expectativas de los jóvenes y fomentar la participación de éstos con arreglo a sus propios medios.

Nos comprometemos pues:
  • A superar nuestra suficiencia y rechazar los prejuicios, a buscar el encuentro entre nosotros y estar a disposición unos de otros.
  • A fomentar una apertura ecuménica y la cooperación en la educación cristiana, tanto en la formación teológica inicial y permanente como en la investigación.

4. Actuar juntos. El ecumenismo ya es una realidad en numerosas modalidades de acción común. Muchos cristianos de las diferentes Iglesias viven y actúan juntos en relaciones de amistad, de vecindad, laborales y familiares. Deberá ayudarse de manera especial a los matrimonios mixtos para que vivan el ecumenismo en el día a día.

Recomendamos que se organicen y sostengan grupos de colaboración ecuménica bilaterales y multilaterales en ámbito local, regional, nacional e internacional. Es preciso reforzar la colaboración en ámbito continental entre la Conferencia de Iglesias Europeas y el Consejo de Conferencias Episcopales Europeas y organizar más asambleas ecuménicas europeas.

Si surgieran conflictos entre Iglesias, deberán realizarse o apoyarse los correspondientes esfuerzos de mediación y pacificación.

Nos comprometemos pues:
  • A actuar juntos en todos los ámbitos de la vida de la Iglesia cuando las condiciones lo permitan, siempre y cuando motivos de fe o de mayor conveniencia no se opusieran a ello.
  • A defender los derechos de las minorías y ayudar a reducir en nuestros países las incomprensiones y prejuicios entre Iglesias mayoritarias y minoritarias.

5. Orar unos por otros. El ecumenismo se alimenta al escuchar juntos la Palabra de Dios y dejando que el Espíritu Santo actúe en nosotros y a través de nosotros. En virtud de la gracia así recibida, se dan en la actualidad muchas ocasiones de ahondar la comunión espiritual entre las iglesias mediante plegarias y celebraciones, y de orar por la unidad visible de la Iglesia de Cristo. La comunión eucarística aún por conseguir constituye una señal particularmente dolorosa de la división que todavía existe entre muchas Iglesias cristianas.

En algunas Iglesias subsisten reservas acerca de las oraciones ecuménicas en común; sin embargo de ello, muchas celebraciones ecuménicas, cantos comunes y oraciones litúrgicas -como el Padrenuestro- marcan ya de forma incisiva nuestra espiritualidad cristiana.

Nos comprometemos pues:
  • A orar unos por otros y por la unidad cristiana.
  • A aprender. a conocer y apreciar la liturgia y las restantes formas de vida espiritual de ¡as demás Iglesias.
  • A tender hacia el objetivo de la comunión eucarística.

6. Proseguir el diálogo. Nuestra pertenencia mutua, basada en Cristo, resulta de fundamental importancia ante nuestras diferentes posiciones teológicas y éticas. Al contrario de la diversidad enriquecedora que nos es dada, las oposiciones doctrinales en cuestiones éticas y normas canónicas han provocado también rupturas entre Iglesias; en ello, además, también han desempeñado un papel decisivo las circunstancias históricas específicas y los diferentes rasgos culturales.

Para ahondar en la comunión ecuménica deben proseguirse los esfuerzos con vistas a un consenso en la fe. Sin unidad en la fe no puede darse la plena comunión eclesial. No existe alternativa alguna al diálogo.

Nos comprometemos pues:
  • A continuar de forma tan consciente como intensa el diálogo entre nuestras iglesias en diferentes niveles, así como a examinar, en los resultados de los diálogos, lo que puede y debe declararse oficialmente obligatorio.
  • En caso de controversia, especialmente sí existiera una amenaza de división por cuestiones de fe y de naturaleza ética, a procurar el intercambio y discutir juntos dichas cuestiones a la luz del Evangelio.

III. NUESTRA RESPONSABILIDAD COMÚN EN EUROPA

"Dichosos los que trabajen por la paz, porque ellos se llamarán los hijos de Dios" (Mt 5, 9)

7. Participar en la construcción de Europa

En el curso de los siglos ha ido desarrollándose una Europa marcada, en el plano religioso y cultura¡, por el cristianismo. Contemporánea mente, el incumplimiento de los cristianos ha producido muchas desgracias tanto en Europa como fuera de ella.

Reconocemos nuestra cuota de responsabilidad en esta culpa, y pedimos perdón por ella a Dios y a los hombres.

Nuestra fe nos ayuda a aprender el pasado y a emplearnos para que la fe cristiana y el amor al prójimo difundan la esperanza en campo ético y moral, en la formación y en la cultura, en la política y en la economía, así en Europa como en el mundo entero.

Las Iglesias alientan la unidad del continente europeo. Sin valores comunes, ésta no puede alcanzarse de forma duradera. Estamos convencidos de que el legado espiritual del cristianismo constituye una fuerza de inspiración que enriquece a nuestro continente. Sobre la base de nuestra fe cristiana, nos comprometemos con vistas a una Europa humana y social en la que se impongan los derechos humanos y los valores fundamentales de paz, justicia, libertad, tolerancia, participación y solidaridad. Insistimos en el respeto a la vida, el valor M matrimonio y de la familia, la opción preferencia¡ por los pobres, la disposición al perdón, y, en toda materia, en la misericordia.

Como Iglesias y comunidades internacionales, hemos de hacer frente al peligro de una Europa que se desarrolle con un Oeste integrado y un Este desintegrado. También debe tomarse en consideración el desequilibrio Norte-Sur. Contemporáneamente, es preciso evitar todo eurocentrismo y reforzar la responsabilidad de Europa para con toda la Humanidad, especialmente hacia los pobres del mundo entero.

Nos comprometemos pues:
  • A ponernos a la escucha mutua de los contenidos y objetivos de nuestra común responsabilidad social, y a apoyar juntos en la mayor medida posible los objetivos y perspectivas de las Iglesias en relación con las instituciones seculares europeas.
  • A defender los valores fundamentales contra toda agresión.
  • A oponernos a todo intento de instrumentalizar la religión y la Iglesia con fines de afirmación étnica y nacionalista

8. Reconciliar pueblos y culturas

Consideramos una riqueza de Europa la diversidad de sus tradiciones regionales, nacionales, culturales y religiosas. Ante el gran número de conflictos, es misión de las Iglesias contribuir juntas al servicio de la reconciliación de pueblos y culturas. Sabemos que la paz entre las Iglesias resulta para ello una importante condición previa.

Nuestros esfuerzos comunes tienen como objeto la valoración crítica y la solución de las cuestiones políticas y sociales conforme al espíritu evangélico. Al considerar a toda persona y a su dignidad como imagen de Dios, nos hacemos garantes de la absoluta igualdad de valor de todos los hombres.

Como Iglesias, queremos alentar conjuntamente el proceso de democratización europea. Nos comprometemos con un orden pacífico, sobre la base de la solución no-violenta de los conflictos. Condenamos toda forma de violencia contra seres humanos, en especial contra mujeres y niños.

Es tarea de la reconciliación el fomento de la justicia social en todos los pueblos y entre ellos, y en primer lugar la superación del abismo entre pobres y ricos, así como la victoria sobre el desempleo. Juntos queremos contribuir a que los inmigrantes, los refugiados y los demandantes de asilo se vean acogidos con dignidad en Europa.

Nos comprometemos pues:
  • A oponernos a toda forma de nacionalismo, doctrina que lleva a la opresión de otros pueblos y de las. minorías nacionales, y a comprometernos con vistas a soluciones no-violentas.
  • A reforzar el papel de la mujer y la igualdad de sus derechos en todos los ámbitos de la vida, y a alentar una comunidad equitativa de mujeres y hombres en la Iglesia y en la sociedad.

9. Salvaguardar la creación

Por nuestra fe en el amor del Dios Creador reconocemos con gratitud el don de la creación, el valor y la hermosura de la naturaleza. Vernos sin embargo con temor que los bienes de la tierra son explotados sin consideración por su valor intrínseco y carácter limitado, y sin parar mientes en el bien de las generaciones futuras.

Juntos queremos cooperar en la creación de condiciones de vida duraderas para la creación en su conjunto.

Como responsables que somos ante Dios, hemos de hallar y desarrollar criterios comunes para determinar lo que los hombres pueden seguramente hacer desde el punto de vista científico y tecnológico, pero no desde la perspectiva ética. En todo caso, la dignidad única de cada ser humano debe mantener su prioridad ante lo que la técnica pueda realizar.

Recomendamos la institución de una jornada ecuménica de oración en las Iglesias europeas para la salvaguardia de la creación.

Nos comprometemos pues:
  • A fomentar el desarrollo de un estilo de vida con el cual, en contra de las presiones económicas y consumistas, pongamos de relieve una calidad de vida responsable y duradera.
  • A apoyar a las organizaciones eclesiales que actúan en beneficio de¡ medio ambiente y a los organismos ecuménicos en su responsabilidad con vistas a la tutela de la creación.

10. Ahondar la comunión con el judaísmo

Una comunión de carácter único nos une al pueblo de Israel, con el que Dios selló una Alianza eterna. Por la fe, sabemos a nuestros hermanos y hermanas judíos amados por Dios "en atención a los patriarcas, pues los dones y la llamada de Dios son irrevocables" (Rm 11, 28-29). Ellos "fueron adoptados como hijos, tienen la presencia de Dios, la alianza, ¡a ley, el culto y las promesas. Suyos son los patriarcas, de quienes, según lo humano, nació el Mesías ... " (Rom 9, 4S).

Lamentamos y condenamos toda manifestación de antisemitismo como los estallidos de odio y las persecuciones.

Pedimos perdón a Dios por el antijudaísmo cristiano y rogamos a nuestros hermanos y hermanas judíos que permitan que nos reconciliemos con ellos.

Urge sobremanera, en el culto y en la catequesis, en la doctrina y en la vida de nuestras Iglesias, poner en evidencia el profundo vínculo de la fe cristiana con el judaísmo, así como apoyar la cooperación judeocristiana.

Nos comprometemos pues:
  • A combatir toda forma de antisemitismo y antijudaísmo en la Iglesia y en la sociedad
  • A buscar e intensificar en todos los niveles el diálogo con nuestros hermanos y hermanas judíos.

11. Cultivar relaciones con el Islam

Hace siglos que viven musulmanes en Europa. Constituyen fuertes minorías en muchos países europeos. Han existido y siguen dándose numerosos contactos positivos y relaciones de vecindad entre musulmanes y cristianos, pero también reservas y prejuicios generalizados por ambas partes, basados en dolorosas vivencias de la historia y de¡ pasado más reciente.

Queremos intensificar en todos los niveles el encuentro entre cristianos y musulmanes, así como el diálogo entre Islam y cristianismo. Recomendamos en especial hablar juntos de la fe en el Dios único y esclarecer el. sentido de los derechos humanos.

Nos comprometemos pues:
  • A salir al encuentro de los musulmanes con actitud de estima.
  • A trabajar con ellos con vistas a objetivos comunes.

12. El encuentro con otras religiones e ideologías

La pluralidad de convicciones religiosas e ideológicas y de formas de vida se ha vuelto característica de la cultura europea. las religiones orientales y los nuevos grupos religiosos van extendiéndose y despertando también interés en muchos cristianos. Existen también cada vez más hombres y mujeres que se apartan de la fe cristiana y se comportan con indiferencia hacia ésta, o que siguen otras visiones del mundo.

Queremos esforzarnos por considerar con seriedad las críticas que se nos formulan y por entablar un debate leal.

También procede discernir con qué comunidades se puede buscar el diálogo y el encuentro y respecto a cuáles debe expresarse cautela desde el punto de vista cristiano.

Nos comprometemos pues:
  • A reconocer la libertad de religión y de conciencia de dichas personas y comunidades y a garantizar que tanto individual como colectivamente, en privado y en público, puedan practicar su religión y su visión del mundo en el marco del derecho vigente.
  • A estar abiertos a un diálogo con todos los hombres de buena voluntad, a procurar con ellos objetivos comunes y a testimoniar ante ellos la fe cristiana. Como Señor de la única Iglesia, Jesucristo es nuestra mayor esperanza de reconciliación y de paz. En su nombre queremos seguir juntos el mismo camino en Europa. Pedimos a Dios la asistencia de su Espíritu Santo. "El Dios de la esperanza os colme de todo gozo y paz en vuestra fe, hasta rebosar de esperanza por la fuerza del Espíritu Santo" (Rm 15, 13).

En calidad de presidentes de la Conferencia de Iglesias Europeas (KEK) y del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas (CCEE), recomendamos a todas las Iglesias y Conferencias Episcopales de Europa que acojan la presente Carta Ecuménica como documento de base, adaptándola cada una a su particular contexto.

Con esta recomendación, firmamos la Carta Ecuménica en el marco del Encuentro Ecuménico Europeo, hoy, primer domingo después de la fiesta de la Pascua común de este año 2001.




Metropolitano Jérémie, Presidente de la KEK

Cardenal Miloslav VIk, Presidente del CCEE





AGENDA – PRÓXIMOS ACTOS

22 - 31 agosto 2021
Peregrinea 2021
CAMINO LEBANIEGO

4 septiembre 2021
Ciclo de diálogo interreligioso e intergeneracional para la cohesión social en Europa
ON LINE

11 septiembre 2021
Ciclo de diálogo interreligioso e intergeneracional para la cohesión social en Europa
ON LINE

13 - 25 septiembre 2021
Simposio Internacional "Comunicación para la Justicia Social en la era digital"
ON LINE

18 septiembre 2021
Ciclo de diálogo interreligioso e intergeneracional para la cohesión social en Europa
ON LINE

25 septiembre 2021
Ciclo de diálogo interreligioso e intergeneracional para la cohesión social en Europa
ON LINE

22 octubre 2021 - 9'30 horas
Inicio curso Diploma "Ut unum sint"
ROMA (Italia)

22 - 28 noviembre 2021
IX Jornadas de Desierto: "Espiritualidad evangelizadora en Carlos de Foucauld"
ON LINE

24 - 26 noviembre 2021
XIX Simposio Teología Histórica: "Ut unum sint"
VALENCIA

domingo, 29 de agosto de 2021

INTERCAMBIO ECUMÉNICO ORIENTE - OCCIDENTE

INTERCAMBIO ECUMÉNICO DE REGALOS ENTRE ORIENTE Y OESTE


por Cardenal Kurt Cook

Conferencia en la Casa del Diálogo en Budapest el 9 de junio de 2021


En el curso de los dos mil años de historia del cristianismo tenemos que observar muchas y diferentes divisiones. Sin embargo, se puede distinguir entre dos tipos básicos de divisiones, a saber, por un lado, las primeras divisiones en Oriente en el siglo V y el gran cisma en la iglesia entre Oriente y Occidente en el siglo XI, y por otro lado el divisiones en la Iglesia Occidental en el siglo XVI. La superación de estas divisiones debe tener lugar en diálogos ecuménicos diferentes y específicos. Se pueden y deben distinguir unos de otros, pero no se deben separar unos de otros; porque el esfuerzo ecuménico por restaurar la unidad de la iglesia es indivisible. 1

Superando las primeras divisiones en Oriente

Con esta distinción, el Concilio se refiere al hecho histórico de que antes del gran cisma en la iglesia entre Oriente y Occidente en el siglo XI, ya se produjeron divisiones en los siglos IV y V en Oriente, ya que las comunidades eclesiales individuales hicieron la doctrina cristológica. decisiones de los Concilios de Éfeso en 431 y especialmente de Calcedonia en 451 no aceptadas y por lo tanto separadas de la iglesia imperial. Estas denominadas Iglesias Ortodoxas Orientales incluyen la Iglesia Ortodoxa Copta de Alejandría, los Patriarcados de la Iglesia Apostólica Armenia con sede en Etchmiadzin y la Católica de Antelias, el Patriarcado Ortodoxo Sirio de Antioquía - incluida la Iglesia Ortodoxa Siria Malankar -, las iglesias ortodoxas de Tewahedo de Etiopía y Eritrea y la iglesia ortodoxa siria de Malankar. 2 Dado que estas iglesias no han aceptado ni recibido el Concilio de Calcedonia, el Cuarto Concilio Ecuménico, también se les llama las iglesias de los tres primeros Concilios Ecuménicos; o se hace una distinción entre las iglesias calcedonias, a las que pertenecen las iglesias ortodoxas, la iglesia católica y las iglesias que surgieron de la Reforma, y ​​las iglesias no calcedonias. 3

En las divisiones del siglo V, los motivos políticos ciertamente jugaron un papel no insignificante, especialmente porque, en retrospectiva, no es fácil distinguir con precisión o incluso separar entre la responsabilidad de la iglesia por la fe y la política imperial. La razón teológica de las divisiones, sin embargo, fue la disputa sobre la formulación adecuada de la confesión de Cristo. Los participantes en el Concilio de Calcedonia decidieron, después de una larga lucha teológica, por la definición de que Jesucristo, siendo verdadero Dios y verdadero hombre, es una persona en dos naturalezas reconocidas como "pura e inmutable, indivisa e indivisible". Las iglesias precalcedonias entendieron que esta fórmula "en dos naturalezas" significaba el concilio hablaría de dos temas en Cristo y, en consecuencia, representaría una doctrina de dos hijos. Para superar tal doctrina, que se percibe como herejía, se han mantenido fieles a la creencia, particularmente viva en Alejandría, de que la única naturaleza divina se hizo carne en Jesús de Nazaret, y posteriormente enfatizaron que en Cristo hay no se dan dos naturalezas, sino una naturaleza. Se han librado violentas disputas sobre estas fórmulas diofisitas y miafisitas y los problemas subyacentes de lo que debe entenderse más precisamente por naturaleza, hipóstasis, prosopon y persona, que finalmente llevaron a divisiones en la iglesia. se han mantenido fieles a la convicción de la fe, particularmente viva en Alejandría, de que la única naturaleza divina se hizo carne en Jesús de Nazaret, y posteriormente han subrayado que en Cristo no hay dos naturalezas, sino una sola naturaleza. Se han librado violentas disputas sobre estas fórmulas dioofisitas y miafisitas y los problemas subyacentes de lo que debe entenderse más precisamente por naturaleza, hipóstasis, prosopon y persona, que finalmente llevaron a divisiones en la iglesia. se han mantenido fieles a la convicción de la fe, particularmente viva en Alejandría, de que la única naturaleza divina se hizo carne en Jesús de Nazaret, y posteriormente han subrayado que en Cristo no hay dos naturalezas, sino una sola naturaleza. Se han librado violentas disputas sobre estas fórmulas dioofisitas y miafisitas y los problemas subyacentes de lo que debe entenderse más precisamente por naturaleza, hipóstasis, prosopon y persona, que finalmente llevaron a divisiones en la iglesia.

Dado que las divisiones en el siglo V se referían a la confesión de Cristo y, por lo tanto, al centro más íntimo de la fe cristiana, es fácil comprender que al principio las conversaciones ecuménicas entre la Iglesia Católica y las Iglesias Ortodoxas Orientales, principalmente las cuestiones cristológicas tenían que ser ser tratado. 4 Los diálogos teológicos han llevado al resultado positivo de que las disputas cristológicas antes mencionadas eran esencialmente también un problema de lenguaje, en la medida en que se usaron diferentes términos filosóficos y teológicos de persona y naturaleza, pero básicamente querían dar testimonio de la misma creencia eclesiástica en Cristo. 5 La primera consulta Pro Oriente, que tuvo lugar en Viena en 1971 con representantes de las Iglesias Ortodoxas Orientales y se ha propuesto la tarea de analizar el gran conflicto que rodeó al Concilio de Calcedonia y así llegar a un acuerdo con el turbulento pasado, tiene un amplio consenso en la fe en Cristo y el La determinación de las diferencias terminó en terminología teológica. Este consenso se ha expresado con la denominada "Fórmula cristológica vienesa", en la que se registra claramente la unidad de Dios y la humanidad en Jesucristo y al mismo tiempo sus diferencias, sin los términos técnicos disputados en la historia como physis, hypostasis y utilizar prosopon. 6 Analizar el gran conflicto sobre el Concilio de Calcedonia y así llegar a un acuerdo con el pasado turbulento terminó con un amplio consenso en la fe en Cristo y la determinación de diferencias en la terminología teológica. 

Este importante trabajo preparatorio ecuménico preparó y posibilitó los diálogos oficiales posteriores y las posteriores declaraciones cristológicas entre el obispo de Roma y los jefes de varias iglesias ortodoxas orientales. Particularmente destacable es la declaración conjunta del Papa Juan Pablo II y el Patriarca Ortodoxo Sirio de Antioquía y de todo Oriente, Ignacio Zakk I. Iwas, en 1984, en la que destacaron que hoy “ya no hay una base real para las tristes separaciones y cismas "que surgieron entre nosotros como sus consecuencias acerca de la doctrina de la Encarnación": "Con palabras y con vida confesamos la verdadera doctrina acerca de Cristo nuestro Señor, independientemente de las diferencias en la interpretación de tales doctrinas, como surgieron en el momento del Concilio de Calcedonia ”. 7 Sobre la base de esta declaración conjunta, ambos líderes eclesiásticos firmaron un acuerdo pastoral que permite la recepción recíproca de los sacramentos de la penitencia, la Eucaristía y la unción de los enfermos en situaciones de emergencia. 8. Este acuerdo merece el atributo de “histórico” porque, por primera vez en la historia, a pesar de la continua separación de las iglesias, se ha hecho posible una comunicación in sacris limitada entre las dos iglesias. El respectivo obispo de Roma también ha acordado declaraciones conjuntas sobre las diferencias cristológicas y su superación en diálogos ecuménicos con otros líderes eclesiásticos. Sobre todo, debemos recordar la declaración conjunta del Papa Pablo VI. y el patriarca copto ortodoxo Shenuda III en 1971. 9

Con estas declaraciones conjuntas, más de 1500 años después del Concilio de Calcedonia, las diferencias cristológicas entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa Oriental podrían resolverse oficialmente. Por supuesto, esto no significa que se haya restaurado la comunión de las iglesias y la Eucaristía. Con el fin de prepararse aún más para el logro de este objetivo, en 2003 se estableció una comisión internacional mixta entre la Iglesia Católica y las Iglesias Ortodoxas Orientales, que mientras tanto ya ha aprobado dos documentos importantes:

En el primer documento "Naturaleza, Constitución y Misión de la Iglesia" 12, un amplio consenso sobre principios eclesiológicos fundamentales como el misterio de la Iglesia, el episcopado en la sucesión apostólica, la sinodalidad o la colegialidad y primacía y la misión de la se podría mostrar la iglesia; y luego se nombran aquellos temas que requieren mayor estudio. El segundo documento, publicado en 2015, sobre "El ejercicio de la comunión en la vida de la iglesia primitiva y las implicaciones para encontrar la comunión hoy" examina la naturaleza de las relaciones que existían entre las iglesias en el período anterior a que pasaran las divisiones en el siglo quinto, y Se muestra que la plena comunión entre las iglesias se ha expresado en los siguientes seis campos:

En su tercera fase, la comisión se ha dedicado principalmente a cuestiones de teología sacramental y actualmente está trabajando en la adopción de un documento relacionado. Luego se dirigirá a las cuestiones mariológicas para ayudar posteriormente a las Iglesias a superar las divisiones abordando los problemas eclesiológicos y poder dar un paso esencial en el camino hacia la comunión eucarística.

Por último, cabe mencionar que la Iglesia asiria de Oriente ha seguido su propio camino, en la medida en que sólo recibió el Concilio de Nicea en 325 y el Concilio de Constantinopla en 381, pero no el Concilio de Éfeso en 431 y, por lo tanto, considera el condena de Nestorio pronunciada en este concilio por ser injustificada. Dado que las Iglesias orientales ortodoxas la consideran una Iglesia "nestoriana" y no parte de su comunidad eclesiástica, la Iglesia católica lleva a cabo su propio diálogo bilateral con ella, que se basa en la declaración cristológica del Papa Juan Pablo II y del Patriarca Católico. Mar. Dinkha IV. Desde 1994. Esto lamenta las disputas en el pasado que han llevado al anatema, se admite que las divisiones que surgieron "se debieron en gran parte a malentendidos"; y se afirma que “sabemos que hoy estamos unidos” “en profesar la misma fe en el Hijo de Dios, que se hizo hombre, para que por su gracia seamos hijos de Dios” 13. Tras esta declaración cristológica, la comisión elaboró ​​un documento conjunto sobre los sacramentos, que fue firmado en 2017 con el título "Declaración común sobre la <Vida Sacramental>". En la siguiente fase de diálogo, la comisión se ocupa de las características esenciales de la iglesia con respecto a la herencia litúrgica, bíblica y patrística de la iglesia en el este.  

Superando el cisma entre Oriente y Occidente

Pasemos, por tanto, al cisma en la Iglesia entre Oriente y Occidente, que se asocia principalmente con el año 1054, cuando se manifestaron las mutuas excomuniones entre Roma y Constantinopla. Por supuesto, esta es una fecha menos histórica que simbólica. Porque en el cristianismo occidental y oriental el evangelio de Jesucristo fue recibido de diferentes maneras desde el principio y vivido y transmitido en diferentes tradiciones y formas culturales. Con estas diferencias, las comunidades eclesiásticas de oriente y occidente vivieron en una sola iglesia en el primer milenio. Pero se han distanciado cada vez más el uno del otro y se han vuelto cada vez menos capaces de entenderse.

Ante estos procesos de alienación, que se profundizaron de nuevo tras la separación en el segundo milenio, se puede apreciar que en la segunda mitad del siglo XX se realizaron intensos esfuerzos por el entendimiento y la reconciliación en la Iglesia entre Oriente y Occidente. Su punto culminante fue sin duda el gran acontecimiento del 7 de diciembre de 1965, cuando, inmediatamente antes del final del Concilio Vaticano II, la declaración conjunta de los máximos representantes de las dos comunidades eclesiásticas, el Patriarca Ecuménico Atenágoras y fue leída por el Papa Pablo VI. , con lo que los mutuos anatemas de 1954 "han sido eliminados de la memoria y del centro de la Iglesia", "para que ya no puedan representar un obstáculo para el acercamiento en el amor" 16. Al olvidar de esta manera las excomuniones de 1054, se declaró al mismo tiempo que ya no pertenecen al inventario oficial de las iglesias. Con este acto se extrajo del organismo de la Iglesia el veneno de la excomunión y se sustituyó el “símbolo de la división” por el “símbolo del amor” 17; y se ha convertido en el punto de partida del diálogo ecuménico del amor y la verdad. 18

El diálogo de la verdad, es decir, el procesamiento teológico de las cuestiones disputadas desde el pasado, lo lleva a cabo la Comisión Internacional Mixta para el diálogo teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa en su conjunto, que fue establecida en 1979 por el Papa Juan Pablo II. y el Patriarca Ecuménico Demetrio I y del cual son miembros catorce Iglesias ortodoxas autocéfalas o autónomas, con excepción de las de Bulgaria.

El diálogo teológico de la verdad puede partir de la gratificante observación de que la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas comparten una gran base común de creencias, sobre todo porque esa estructura eclesiológica se ha conservado en ambas comunidades eclesiásticas que se ha desarrollado desde el siglo II, a saber, la sacramental. -Estructura básica eucarística y episcopal de la Iglesia en el sentido de que la unidad en la Eucaristía y el episcopado en la sucesión apostólica se consideran constitutivos de ser Iglesia. El Papa Benedicto XVI tiene esta gran similitud. con las palabras claras: “Entre las iglesias y comunidades cristianas, la ortodoxia es sin duda la más cercana a nosotros teológicamente; Los católicos y ortodoxos han conservado la misma estructura de la iglesia de siempre; en este sentido todos somos la Iglesia vieja, siempre presente y nueva ”. 19 Esta es la razón teológica por la que la Iglesia Católica reconoce y honra a las iglesias de Oriente como“ verdaderas iglesias particulares ”, aunque no lo sean. vivir en unión vinculante con el obispo de Roma. 20

En vista de esta posición de partida positiva, el diálogo ecuménico entre las Iglesias ortodoxas y la Iglesia católica pudo concentrarse inicialmente en la consolidación del fundamento común de la fe. 21 Esto es especialmente cierto para la primera década de diálogo de 1980 a 1990, en la que se encontraron amplias convergencias entre la teología ortodoxa y católica en varias asambleas plenarias de la Comisión y se publicaron en tres documentos importantes, a saber, en 1982 sobre "El secreto de la Iglesia y la Eucaristía a la luz del misterio de la Santísima Trinidad", 22 en 1987 sobre" Fe, sacramentos y unidad de la Iglesia" 23 y en 1988 sobre" El sacramento del orden en la estructura sacramental de la Iglesia , especialmente la importancia de la Sucesión Apostólica para la santificación y unidad del pueblo de Dios”. 24 Con el último documento, la Comisión previó que el diálogo ecuménico en el futuro se dedicará al tema del primado y, como primer paso, a las consecuencias teológicas y canónicas de la naturaleza sacramental de la Iglesia y, sobre todo, a la cuestión de la las relaciones mutuas entre Autoridad y conciliaridad deben discutirse en la iglesia.

Sin embargo, esto no sucedió porque en la segunda década, entre 1990 y 2000, las discusiones ecuménicas se volvieron cada vez más difíciles y el diálogo teológico casi se paralizó. Una de las principales razones de esto fue la nueva situación que surgió tras el cambio político de 1989. Los cambios políticos en Europa del Este han llevado a las Iglesias Católicas del Este, especialmente en Ucrania, Transilvania y Rumania, que fueron brutalmente perseguidas y golpeadas contra la Iglesia Ortodoxa durante la dictadura de Stalin, fuera de las catacumbas y en la vida pública pudieran regresar. Este desarrollo ha provocado que las viejas polémicas del uniatismo y el proselitismo estallen de nuevo en el lado ortodoxo. lo que ha provocado un dramático deterioro del clima de diálogo y un cambio en la agenda ecuménica planificada. En dos reuniones generales de la Comisión en Balamand, Líbano en 1993 con el documento adoptado "El uniatismo - un método anticuado de unión - y la búsqueda actual de la comunión plena" 25 y en Baltimore en 2000, se intentó encontrar una solución Al problema del uniatismo encontramos lo que, sin embargo, falló, por lo que el trabajo de la comisión fue terminado por el lado ortodoxo. A pesar de un largo período de progreso teológico, el diálogo teológico ha naufragado por el problema del uniatismo; y parecía haber vuelto a cero, al menos al tratar con este delicado problema.

Poco después del inicio del pontificado del Papa Benedicto XVI. y como resultado de sus esfuerzos de mediación, se retomó el diálogo que se había interrumpido en 2000 para que la Comisión Mixta Internacional pudiera continuar su trabajo con la adopción del importante documento “Consecuencias eclesiológicas y canónicas de la naturaleza sacramental de la Iglesia. Comunión, conciliaridad y autoridad eclesiásticas” 26 en la Asamblea General de Rávena en 2007. Este documento explica en detalle que la sinodalidad y el primado en todos los niveles de la vida de la Iglesia son interdependientes y que la Iglesia en todos los niveles y con ella también necesita un protos o un cephale a nivel universal. Que católicos y ortodoxos pudieran explicar esto juntos por primera vez,

En conclusión, el documento de Rávena expresa la convicción de la Comisión de que las reflexiones presentadas sobre la comunión eclesiástica, la conciliaridad y la autoridad representan “un progreso positivo y significativo en nuestro diálogo” y “una base sólida para la discusión futura sobre la cuestión del primado en el nivel universal de la Iglesia ". Sin embargo, el documento también afirma que aún no existe consenso sobre la interpretación de la evidencia histórica sobre los privilegios del obispo de Roma como protos en el primer milenio. En Rávena, por lo tanto, se elaboró ​​el plan de que, sobre la base teológica del documento adoptado, la comisión debiera, en un próximo paso, discutir en un estudio histórico la cuestión del papel del obispo de Roma en el primero, jugó un milenio común en Oriente y Occidente para analizar en un segundo paso los diferentes desarrollos en Oriente y Occidente en el segundo milenio y en un tercer paso para desarrollar un entendimiento común de la primacía y su práctica para el tercer milenio. Tras un largo período y tras difíciles asambleas plenarias, en 2016 la comisión pudo publicar el denominado documento de Chieti “Sinodalidad y primacía en el primer milenio. Hacia un entendimiento común al servicio de la unidad de la Iglesia ”. La siguiente tarea es trabajar en la continuación del tema “Primacía y sinodalidad en el segundo milenio y hoy”. Dado que durante este período, en el que los cristianos de Oriente y Occidente vivían en su mayor parte separados unos de otros,

El trabajo futuro de la comisión se centrará entonces en el tema: “En el camino hacia la unidad en la fe. Preguntas teológicas y canónicas ”. El primer paso será recoger lo ya logrado en el diálogo teológico y, en un segundo paso, nombrar aquellas cuestiones teológicas y canónicas que aún deben resolverse para lograr la unidad de fe entre las Iglesias ortodoxa y católica para encontrar quien abrirá el camino a la comunión eucarística.

El diálogo ortodoxo-católico se ve ensombrecido actualmente por las profundas tensiones entre el Patriarcado ortodoxo ruso de Moscú y el Patriarcado ecuménico de Constantinopla sobre la cuestión de la autocefalia de la Iglesia ortodoxa en Ucrania. 27 Dado que el Santo Sínodo del Patriarcado de Moscú, en respuesta a las decisiones pertinentes del Patriarca Ecuménico Bartolomé I, decidió prohibir la participación de representantes del Patriarcado de Moscú en todas las comisiones copresididas por un Obispo del Patriarcado Ecuménico, este Es también la Comisión Internacional mixta para el Diálogo Teológico interesada. Sin embargo, dado que las Iglesias ortodoxas han determinado que la ausencia de una o más Iglesias ortodoxas no puede significar la abolición total del diálogo,

Intercambio ecuménico de regalos

La breve reseña de la historia del trabajo teológico en la Comisión Internacional muestra que actualmente es imposible prever cuándo llegarán a un acuerdo creíble y sostenible sobre el punto delicado que hasta ahora ha impedido la aceptación de la comunión de la iglesia, a saber, la cuestión de la primacía del obispo de Roma. Porque esta cuestión es un problema difícil al que debe dedicarse mucha exploración histórica y reflexión teológica. En vista de este gran desafío, el diálogo teológico solo conducirá hacia el futuro si los respectivos lados fuertes de ambas iglesias se ponen en diálogo entre sí, con la esperanza de una voluntad de aprender de ambos lados y en el mantenimiento de los principios básicos. principio de diálogo ecuménico,

La fuerza de las Iglesias ortodoxas es su sinodalidad, razón por la cual el Papa Francisco enfatiza repetidamente que la Iglesia Católica tiene la oportunidad en el diálogo con los Hermanos Ortodoxos de “aprender un poco más sobre el significado de la colegialidad episcopal y su experiencia de sinodalidad”. 28 En el espejo de la tradición de las Iglesias ortodoxas, la Iglesia católica tendrá que admitir que aún no ha desarrollado ese grado de sinodalidad en su vida y en sus estructuras eclesiales que sería teológicamente posible y necesario, y que una conexión creíble del principio jerárquico primario con el principio sinodal-comunial podría ser una ayuda esencial para un mayor diálogo ecuménico con la ortodoxia. El fortalecimiento de la sinodalidad representa una importante contribución ecuménica de la Iglesia católica a un posible reconocimiento del primado. Para el Papa Francisco es evidente que el compromiso católico de construir una iglesia sinodal es "rico en efectos sobre el ecumenismo" y también permite un nueva visión del primado del obispo de Roma: “Estoy convencido de que en una iglesia sinodal el ejercicio del primado petrino también puede aclararse mejor. El Papa no está solo por encima de la Iglesia, sino que está en ella como el bautizado entre los bautizados, en el Colegio de Obispos como Obispo por debajo de los Obispos y, como sucesor del Apóstol Pedro, está al mismo tiempo llamado a dirigir la Iglesia. de Roma, que está enamorada preside todas las iglesias ". 29

Por otro lado, se puede esperar que las Iglesias ortodoxas aprendan en el diálogo ecuménico que la primacía a nivel universal de la Iglesia no solo es posible y teológicamente legítima, sino también necesaria que las tensiones y conflictos internos-ortodoxos, que fueron claramente expresados, especialmente en el “Santo y Gran Sínodo” de Creta en 2016. 30 sugieren que un oficio de unidad también debe ser considerado a nivel universal de la Iglesia, y que esto no es de ninguna manera contrario a una eclesiología eucarística, sino que es compatible con él, como ha recordado repetidamente el metropolitano ortodoxo y ex Copresidente de la Comisión Mixta Internacional, John D. Zizioulas. 31

También se puede esperar que las iglesias ortodoxas comprendan que tal oficio de unidad debe ser más que una primacía honoraria pura, sino que también debe incluir elementos judiciales. La ortodoxia aceptaría fácilmente que el Papa es "el primero entre iguales". Porque reconoce que a nivel universal el Obispo de Roma es el Protos, como ya se estableció en el Concilio de Nicea. Desde el punto de vista católico, el obispo de Roma también es “el primero”, pero como tal tiene “funciones y tareas específicas”. 32 Pero incluso desde el punto de vista católico, el primado del Obispo de Roma no debe entenderse únicamente como un elemento jurídico y, desde luego, no como una adición puramente externa a la eclesiología eucarística, sino como enraizado en ella misma, en la medida en que la Iglesia, que vive como una red mundial de comunidades eucarísticas, necesita también un poderoso servicio a la unidad a nivel universal. 33 El ministerio del Obispo de Roma, por tanto, debe entenderse profundamente sólo desde la perspectiva de la Eucaristía, es decir, como primacía en el amor en el sentido eucarístico, que en la Iglesia se preocupa por una unidad que posibilita y protege la comunión eucarística y de manera creíble y eficaz. impide que un altar se coloque contra otro altar. Por tanto, el servicio de amor del Obispo de Roma debe ser también "un servicio dotado de medios judiciales", "que no gobierne sobre la Iglesia, pero sea capaz de mantener la unidad con los medios a su disposición y así soportar esta alianza de amor". 34 

Si, en este sentido, las fuerzas de la Iglesia ortodoxa y católica se ponen en diálogo ecuménico entre sí, el desarrollo de una síntesis teológica creíble de primacía y sinodalidad podría ser una etapa más en el camino hacia la unidad. Este intercambio ecuménico de dones entre Oriente y Occidente también podría resultar fructífero en cuestiones teológicas aún más fundamentales, que me gustaría aclarar con un solo ejemplo.

Si abre la dogmática en tres volúmenes del teólogo ortodoxo rumano Dumitru Staniloae, después de la primera parte, que está dedicada a la doctrina ortodoxa de Dios, encontrará el título de la segunda parte: “El mundo como obra del amor de Dios , destinado a ser divinizado para convertirse ". Esta parte se subdivide a su vez en 1. "La creación del mundo visible" y 2. "La creación del mundo invisible". Staniloae es consciente del hecho de que se diferencia de la tradición occidental en este enfoque, si afirma: “En la teología occidental a menudo hubo esfuerzos para die Erlö. 35 De hecho, en la tradición occidental, especialmente en los tiempos modernos, la dimensión cósmica de la fe cristiana y el pensamiento teológico ha desaparecido en gran medida de la conciencia y ha sido reemplazada por una fuerte antropocentricidad. Esta es probablemente la razón por la que la cuestión del Jesús histórico ha estado en primer plano en la tradición occidental de la cristología durante mucho tiempo hasta hoy, mientras que una cristología cósmica todavía está representada en la teología ortodoxa, en fiel herencia de la cristología de la iglesia primitiva.

La diferencia es aún más clara en la comprensión teológica del servicio de adoración. En la tradición occidental, en la práctica litúrgica y la ciencia litúrgica, el énfasis está en gran parte en la asamblea de la congregación y, en consecuencia, también en la cuestión de cómo debe diseñarse la liturgia para que corresponda a la conciencia religiosa de la congregación. En contraste con esta concentración forzosa de la liturgia en la perspectiva comunitaria, la liturgia en la tradición de la Iglesia oriental siempre se entiende también e incluso principalmente como un evento cósmico, en el sentido de que la liturgia, sobre todo, anticipa el himno escatológico de alabanza de todo el cosmos y de la Eucaristía la liturgia celeste ya sobresale en la liturgia terrena y está presente en ella, de modo que el cielo y la tierra se tocan. En el entendimiento de la Iglesia Oriental, la liturgia es mucho más que la reunión de una comunidad de personas más o menos grande. Más bien, se celebra en la inmensidad del cosmos, abarca la historia y la creación al mismo tiempo y hace transparente el muro entre la liturgia terrenal y celestial. Sobre todo, la celebración de la Eucaristía no se entiende simplemente como una revisión histórica de la Última Cena, sino en la previsión escatógica también y sobre todo como celebración de la perfección escatológica del cosmos y de la glorificación celestial de Dios. abarca la historia y la creación al mismo tiempo y hace transparente el muro entre la liturgia terrena y celestial. Sobre todo, la celebración de la Eucaristía no se entiende simplemente como una revisión histórica de la Última Cena, sino en la previsión escatógica también y sobre todo como celebración de la perfección escatológica del cosmos y de la glorificación celestial de Dios. abarca la historia y la creación al mismo tiempo y hace transparente el muro entre la liturgia terrena y celestial. Sobre todo, la celebración de la Eucaristía no se entiende simplemente como una revisión histórica de la Última Cena, sino en la previsión escatógica también y sobre todo como celebración de la perfección escatológica del cosmos y de la glorificación celestial de Dios.

Es solo en este contexto de la comprensión de la liturgia de la Iglesia Oriental, por nombrar solo un ejemplo, que uno puede comprender y apreciar adecuadamente la dirección oriental de la oración y celebración litúrgica que es evidente en las Iglesias ortodoxas. Porque en la tradición oriental, la orientación común de la comunidad y del sacerdote hacia Oriente se entiende como un "símbolo cósmico de la venida de Cristo". 36 La cuestión de la dirección de la celebración, por tanto, está relacionada principalmente con un mensaje cristológico-escatológico y no con un mensaje eclesiológico.

¿No deberíamos los cristianos de Occidente redescubrir esta dimensión cósmica de la fe y el pensamiento teológico y dejarnos enriquecer por la teología ortodoxa, como especialmente el Papa Benedicto XVI? considerado un elemento central de un nuevo movimiento litúrgico en la revitalización de la dimensión cósmica de la liturgia: "La liturgia cristiana es un acontecimiento cósmico - la creación ora con, nosotros oramos con la creación, y al mismo tiempo se abre el camino hacia la nueva creación , que todas las criaturas están esperando”. 37 ¿Esto es especialmente cierto en nuestra época, cuando estamos justificadamente preocupados por la creación en peligro de extinción? Porque tenemos que dar respuesta al desafío ecológico desde el núcleo de la fe cristiana.

Al mismo tiempo, este ejemplo de intercambio teológico-ecuménico de dones quiere dejar claro que esa voluntad mutua de aprendizaje es necesaria para que católicos y ortodoxos puedan avanzar en el camino de la recuperación de la Iglesia una e indivisa en Oriente y Occidente. que debe encontrar su significado en la reanudación de la comunión en la Eucaristía Como lo expresó el Patriarca Ecuménico Atenágoras con estas inquietantes palabras en 1968: “Ha llegado la hora de la valentía cristiana. Nos amamos; profesamos la misma fe común; Pongámonos juntos delante de la gloria del santo altar común, para hacer la voluntad del Señor, para que la Iglesia brille, para que el mundo crea y la paz de Dios venga a todos ". 38

Poder contribuir a este camino, que comenzó de manera tan prometedora hace más de cincuenta años, puede encontrar su objetivo en el Ágape Eucarístico, es una obligación difícil, pero ante todo una gran gracia. Porque el diálogo entre la verdad y el amor sirve al gran objetivo de recuperar la Iglesia una e indivisa en Oriente y Occidente, que debe y encontrará su máxima expresión en la reanudación de la comunión eucarística. Así como en la iglesia primitiva la palabra “amor” - “ágape” - también y especialmente denota el misterio de la Eucaristía, en el que el amor de Cristo por su Iglesia se experimenta de manera particularmente intensa, así también debe hacerlo hoy donde el ágape en un sentido serio es dado como realidad eclesial, para ser creíble también se convierte en ágape eucarístico.

NOTAS
[1] Unitatis redintegratio, núm. 13.
[2] Cfr. Ch. Lange, K. Pinggéra (ed.), Las antiguas iglesias orientales. Fe e Historia (Darmstadt 2010); P. Siniscalco, Le Antiche Chiese Orientali. Storia e letteratura (Roma 2005).
[3] Cfr. E. Ch. Suttner, Vorchalcedonische und Chalcedonische Christologie. La única verdad en diferentes términos, en: Ders., Iglesia en un mundo que avanza el uno hacia el otro. Nuevos ensayos sobre teología, historia y espiritualidad del Oriente cristiano (Würzburg 2003) 155-170.
[4] Cfr. K. Cardenal Koch, Jesús el Cristo: ¿motivo de unidad o motivo de separación? en: Th. Hainthaler, D. Ansorge, A. Wucherpfennig (ed.), Jesús el Cristo en la fe de la única iglesia. Cristología - Iglesias de Oriente - Diálogos ecuménicos (Friburgo i. Br. 2019) 365-384.
[5] Cf. Th. Hainthaler, Aspectos hermenéuticos de las explicaciones cristológicas con las iglesias de Oriente, en: S. Ernst, G. Gade (Ed.), Responsabilidad de la fe en la teología, pastoral y ética = Festschrift for Peter Knauer ( Friburgo i. Br.2015) 146-171.
[6] Cfr. D. Winkler, Ecumenismo entre escollos e hitos. El diálogo entre PRO ORIENTE y las Iglesias Ortodoxas Orientales, en: J. Marte, R. Prokschi (eds.)., WERKSTATT PRO ORIENTE. Historia de éxito de un diálogo Este-Oeste (1964-2014) = PRO ORIENTE Volumen XXVIII (Innsbruck - Viena 2014) 100-123.
[7] Declaración del Papa Juan Pablo II y del Patriarca Ortodoxo Sirio de Antioquía y de todo Oriente, Ignatius Zakka I. Iwas, sobre la ayuda pastoral mutua 23 de junio de 1984, en: H. Meyer, D. Papandreou, HJ Urban, L Vischer (Ed.), Documentos de correspondencia creciente. Volumen 2: 1982-1990 (Paderborn - Frankfurt a. M. 1992) 571-574.
[8] Véase J. Oeldemann, Fe común y cooperación pastoral. 25 años de compañerismo entre la Iglesia Ortodoxa Siria y la Iglesia Católica Romana (Basilea 2011).
[9] Declaración conjunta del Papa Pablo VI. y el Papa Patriarca Copto Shenuda III. con fecha del 10 de mayo de 1973, en: H. Meyer, HJ Urban, L. Vischer (ed.), documentos de acuerdo creciente: 1931-1982 (Paderborn - Frankfurt a. M. 1983) 529-531.
[12] Naturaleza, constitución y misión de la Iglesia. Comisión Conjunta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica y las Iglesias Ortodoxas Orientales, 2009, en: J. Oeldemann / F. Nüssel / U. Swarat / A. Vletsis (eds.), Documents Growing Agreement. Volumen 4: 2001-2010 (Paderborn - Leipzig 2012) 849-868.
[13] Declaración cristológica conjunta de la Iglesia católica y la Iglesia asiria de Oriente, 1994, en: H. Meyer, D. Papandreou, HJ Urban, L. Vischer (eds.), Documentos de acuerdo en crecimiento. Volumen 3: 1990-2001 (Paderborn - Frankfurt a. M. 2003) 596-598.
[16] Déclaration commune du pape Paul VI et du patriarche Athénagoras esprimant leur décision d'enlever de la mémoire et du milieu de l'Église les oraciones d'excommunication de l'année 1054, en: Tomos Agapis. Vaticano-Fanar (1958-1970) (Roma-Estambul 1971), n. 127.
[17] J. Cardenal Ratzinger, Roma y las Iglesias de Oriente tras el levantamiento de las excomuniones de 1054, en: Ders., Theologische Prinziplehre. Bloques de construcción para la teología fundamental (Munich 1982) 214-230, cita 229.
[18] Cfr. K. Cardinal Koch, En camino de restaurar una Iglesia en Oriente y Occidente, en: D. Schon (Ed.), Diálogo 2.0 - ¿Necesita el diálogo ortodoxo-católico un nuevo impulso? (Ratisbona 2017) 19-41.
[19] Benedicto XVI., Encuentro con los representantes de las Iglesias ortodoxas en Friburgo i. Breisgau el 24 de septiembre de 2011.
[20] Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración Dominus Iesus sobre la unicidad y universalidad de Jesucristo y la Iglesia, n. 17.
[21] Cfr. Hermano Patrice Mahieu, OSB, Se préparer au don de l'unité. La Commission internationale catholique-orthodoxe, 1975-2000 (París 2014); G. Martzelos, El diálogo teológico entre los ortodoxos y la Iglesia católica romana: Crónica - Evaluación - Perspectivas, en: K. Nikolakopoulos (ed.), Benedicto XVI. y la Iglesia Ortodoxa. Inventarios, expectativas, perspectivas (St. Ottilien 2008) 289-327; RG Robertson, Diálogo católico-ortodoxo oriental (desde 1980), en: HA Rodano (Ed.), Celebrando un siglo de ecumenismo. Explorando los logros del diálogo internacional (Ginebra 2012) 249-263.
[22] Documentado en: H. Meyer, D. Papandreou, HJ Urban, L. Vischer (Eds.), Documents of Growing Agreement. Volumen 2: 1982-1990 (Paderborn - Frankfurt a. M. 1992) 531-539.
[23] Documentado en: loc. Cit., 542-551.
[24] Documentado en: loc. Cit., 556-565.
[25] Documentado en: H. Meyer, D. Papandreou, HJ Urban, L. Vischer (eds.), Documents of Growing Agreement. Volumen 3: 1990-2001 (Paderborn - Frankfurt a. M. 2003) 560-567.
[26] Documentado en: J. Oeldemann, F. Nüssel, U. Swarat, A. Vletsis (eds.), Documents of Growing Agreement. Volumen 4: 2001-2010 (Paderborn - Leipzig 2012) 833-848.
[27] Cfr. B. Hallensleben (ed.), Iglesia Ortodoxa en Ucrania - ¿adónde? Documentos sobre el debate sobre la autocefalia = Studia Oecumenica Friburgensia 92 (Münster 2019); J. Oeldemann, Iglesias ortodoxas en Ucrania. Sobre la tensión entre Constantinopla y Moscú, en: Voices of the Time 144 (2019) 279-294.
[28] Francisco, Evangelii gaudium, n. 246.
[29] Francisco, discurso en el 50 aniversario de la creación del Sínodo de los Obispos el 17 de octubre de 2015.
[30] Cf. Th. Hainthaler, Después del “Santo y Gran Sínodo” de Creta 2016. Preguntas y consideraciones sobre un nuevo enfoque del diálogo ortodoxo-católico, en: D. Schon (Ed.), Dialog 2.0 - Does the ¿Nuevo impulso al diálogo ortodoxo-católico? = Escritos del Instituto de la Iglesia Oriental de la Diócesis de Ratisbona. Volumen 1 (Ratisbona 2017) 118-133.
[31] JD Zizioulas, Being as Communion (Nueva York, 1985); Idem, el uno y los muchos. Estudios sobre Dios, el hombre, la Iglesia y el mundo de hoy (Alhambra 2010).
[32] Benedicto XVI., Luz del mundo. El Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos. Una conversación con Peter Seewald (Freiburg i. Br. 2010) 114.
[33] Cfr. B. Forte, Il primato nell'eucaristia. Considerazioni ecumeniche intorno al minstero petrino nella Chiesa, en: Asprenas 23 (1976) 391-410; A. Garuti, Ecclesiologia Eucaristica e primato del Vescovo di Roma, en: R. Karwacki (ed.), Benedictus qui venit in Nomine Domini (Radom 200) 455-472.
[34] M. Kunzler, adiciones del Oriente cristiano, en: M. Heim - JC Pech (ed.), Sobre la teología en la obra de Joseph Ratzinger / Benedikt XVI. = Estudios de Ratzinger. Volumen 6 (Ratisbona 2013) 122-140, cita 139.
[35] D. Staniloae, Dogmática ortodoxa. Volumen I (Zurich-Gütersloh 1985) 293.
[36] M. Kunzler, adiciones del Oriente cristiano, en: M. Heim / JC Pech (ed.), Sobre la teología en la obra de Joseph Ratzinger / Benedikt XVI. = Estudios de Ratzinger. Volumen 6 (Ratisbona 2013) 122-140, cita 133.
[37] J. Ratzinger, Prefacio a la edición coreana de “El espíritu de la liturgia”, en: R. Voderholzer, Ch. Schaller, FX Heibl (ed.), Mitteilungen Institut-Papst-Benedikt XVI. Volumen 2 (Ratisbona 2009) 53-55, cita 54.
[38] Télégramme du patriarche Athénagoras au pape Paul VI, à l'occasion de l'anniversaire de la levée des anathèmes le 7 de diciembre de 1969, en: Tomos Agapis. Vaticano-Fanar (1958-1970) (Roma - Estambul 1971) No. 277.


FUENTE:
http://www.christianunity.va/


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