EL PRESIDENTE TRUMP LLAMA AL PRATIARCA BARTOLOMÉ I

El presidente Trump llama al patriarca Bartolomé para felicitarle la Pascua:
19 de abril de 2020 – 9 p.m.

La llamada telefónica de Trump a Bartolomé I

por Pedro Langa Aguilar, O.S.A.

Con esto del coronavirus vivimos en un sinvivir. Y si encima del obligado confinamiento tenemos que soportar, como en España ocurre, las veleidades de un Gobierno inútil, incapaz y desastroso, los despropósitos estarán a la orden del día. Uno, claro es, ha tenido tiempo de comprobarlo con facilidad en estos meses inconclusos. Los medios han ofrecido ejemplos a manta, ya positivos, ya negativos, y no es cosa de traerlos a capítulo. 

Quedémonos con Trump. Todavía colean sus consejos a Boris Johnson, cuando este andaba en la UCI aquejado del Covid-19. Por aquellos días no faltaron periódicos informando de la “espiritina” suministrada por el americano al colega británico. Oye, que un día se despachó diciéndole nada menos que hasta rezaba por él. Pero ahora resulta que este pollo del Brexit, demuestra con sus bravatas de celérica desescalada, no haber aprendido ni mucho ni poco del achuchón. 

Al mismo Donal Trump, los días del coronavirus, que son precisamente nuestros días, le han venido grandes. Así que se ha puesto a darle a la hidroxicloroquina creyendo que así alejaba al bicho de la Casa Blanca, y está por ver que el día menos pensado no vuelvan los medios anunciando que este, el temible coronavirus, acaba de invadir el Pentágono, como los americanos la Bahía de Cochinos. Trump se ha puesto dale que te pego al teléfono diciendo que no tenía inconveniente en añadir a la gente en sus conversaciones privadas y hasta videoconferencias: “Si no es buena, os lo diré”. 

Por esos sueltos telefónicos regalados a la galería hemos venido a saber que el presidente habría estado tomando este fármaco cerca de semana y media, más o menos el tiempo desde que se detectaron varios casos positivos de coronavirus entre el personal del Ala Oeste de la Casa Blanca, incluido su ayuda de cámara. Claro que la maniobra ha sido todo menos inocente: "Estaba esperando a ver cómo ibais a abrir los ojos cuando lo dijera". O sea, que jugando con la prensa... el tío Donal este… Y la prensa estadounidense en particular, amén de los medios internacionales en general, se han llevado las manos a la cabeza, claro, reiterando lo peligroso de las afirmaciones de Trump. Pronto sabremos si la hidroxicloroquina le ha hecho a él tanto efecto como su “espiritina” al Boris. Bastará comprobarlo por el número de sinsorgadas que nos largue cada día. Conocido el personaje, dicho número tiene que ser muy alto, ya que ahora mismo se tiene batidas ya plus marcas. 

¿Dónde, pues, colocar la llamada que recoge el título de estas reflexiones? ¿Va de bromas o es algo serio? De momento, parece que ha de ir adjudicada a uno de los escasos paréntesis de lucidez que todavía le asisten al Presidente. Las agencias internacionales anunciaron que el domingo de Pascua ortodoxo, es decir, el 19 de abril de este 2020 en curso, poco después de las 9 p.m., el presidente Donald Trump llamó al patriarca ecuménico Bartolomé I para expresarle a él y a los ortodoxos en su jurisdicción sus más cordiales deseos para la Pascua. 

Agregan dichas agencias que el Patriarca agradeció al Presidente su iniciativa de haberle expresado sus deseos por teléfono y, en general, el interés de su país en los problemas del Patriarcado Ecuménico. También le agradeció su interés por el Arzobispado de América, dependiente de monseñor Elpidóforo y su feligresía. Resulta que los dos líderes tenían previsto reunirse en mayo, pero debido a la pandemia, la visita patriarcal a Estados Unidos se pospuso hasta el año próximo.

El patriarca Bartolomé durante la entrevista con Olga Budnyk de Ukrinform sobre la crisis de Covid-19 (19.04.2020)

Precisamente unas horas antes de la Pascua, víspera del Domingo de Resurrección para los ortodoxos, o sea el domingo 19 de abril de 2020, su santidad el patriarca ecuménico Bartolomé habló en una entrevista exclusiva con Olga Budnyk de Ukrinform sobre la filosofía de la existencia en tiempos de crisis, las lecciones de la situación actual y sobre cómo deben comportarse los creyentes ante la pandemia en la vida cotidiana y durante la celebración de la Pascua.

Al término de las respuestas, Su Santidad añadió este largo párrafo: “Permítanme concluir con nuestros más sinceros y profundos deseos para todo el pueblo ucraniano, para aquellos que ya celebraron la Pascua el 12 de abril y para los que celebraron/celebran la Pascua el 19 de abril […] Cristo ha resucitado, mis amados hermanos y hermanas, pero también mis amadas familias e hijos. Las nubes oscuras de la oscuridad y la sombra de la muerte fueron vencidas por su resurrección. Χριστός Ἀνέστη!”

Bartolomé I, pues, termina con una referencia explícita al pueblo ucraniano, a quienes celebraron la Pascua el 12 de abril, o sea la Iglesia católica, y a los del 19 de abril, esto es las Iglesias ortodoxas. Nada añaden las agencias sobre el contenido de la llamada de Trump.

Naturalmente que la administración de los EE.UU. sigue de cerca el conflicto entre los patriarcados de Moscú y de Constantinopla, sobre todo a través de los embajadores norteamericanos en Kiev y en Estambul. La monumental ensaimada que Trump luce en la cabeza no le impide conocer al detalle la guerra sorda que los ortodoxos rusos le hacen a Bartolomé y, en él y por él, al Primado de la Nueva Iglesia Ortodoxa de Ucrania, su beatitud Epifanio. 

Si Putin está con su mirada felina detrás de Kirill y del metropolita Onofrio, Trump sostiene los esfuerzos de Bartolomé frente a Putin, Kirill y Erdogan. En tal sentido, la llamada telefónica del día de Pascua es un signo impagable para los analistas del mundo panortodoxo.

El baile de fechas para celebrar la Pascua responde a uno de los problemas que el mundo cristiano debiera tener ya resuelto. ¿Como hablar de ecumenismo entre el Catolicismo y la Ortodoxia si ambas partes han sido hasta fecha incapaces de ponerse de acuerdo para celebrar la Pascua en una misma fecha? ¿Habrá que decir que ha conseguido más el coronavirus con el confinamiento planetario estos meses que los cristianos celebrando la Pascua cada uno por su lado?

La buena acogida dispensada al metropolita Elpidóforo, Exarca del Patriarcado Ecuménico en América, es una señal más de las buenas relaciones reinantes entre Estambul y Washington D. C. Relaciones, dicho sea de paso, que se vienen heredando desde los remotos tiempos del patriarca Atenágoras y el presidente Truman. En el fondo, pues, tenemos a la vista el cisma que ahora mismo aqueja a los patriarcados de Constantinopla y Moscú. Aquí ya no son fechas. Es todo un cisma originado por la excomunión fulminada por el patriarca Kirill y el Santo Sínodo de la Iglesia ortodoxa rusa a nada menos que el Patriarcado Ecuménico y sus seguidores. 

Se comprende, en fin, la clarividencia pastoral de Bartolomé I colocando como Exarca en América a un candidato de manifiesta brillantez cultural y eclesiástica por cuyo medio pasan ahora mismo las altas relaciones panortodoxas del Patriarcado Ecuménico en América, y con el que tanto tienen que ver también, después de todo, las políticas.

El arzobispo Elpidóforo de América recibido por Donal Trump en la Casa Blanca (17.07.2019)

Pedro Langa Aguilar, OSA. es sacerdote agustino burgalés de Coruña del Conde (1943). Licenciado en Dogmática por Comillas, doctor en Teología y Ciencias Patrísticas por el Augustinianum y profesor en universidades de Roma, Madrid y Salamanca, lleva cuarenta años consecutivos dictando cursos de Patrística, Agustinología y Ecumenismo.