INTRODUCCIÓN
Dentro de este tiempo cuaresmal la oración recobra una importancia especial. Como sabemos muchas son las maneras de orar, pero hoy quiero compartir esta sencilla reflexión sobre la oración de intercesión que es una oración muy evangélica y sencilla la cual nos enseñó el mismo Jesús. La Cuaresma nos invita a interceder por el pueblo de Dios para que sea liberado de tantas esclavitudes que le impiden avanzar por el camino que lleva a la Pascua, a imagen del pueblo de Israel que entretenido en dar culto al becerro de oro, a dioses que no pueden salvar, no podían entrar en la tierra prometida; pero Moisés, fiel a Dios y a su pueblo, intercede ante Dios y es escuchado. “Moisés dijo a Yahveh: Este pueblo ha cometido un gran pecado al hacerse un dios de oro. Dígnate perdonar su pecado” (cf. Éxodo 32, 30-32).
Diremos que la oración de intercesión es un “ministerio” y así lo hemos de vivir. Este ministerio está al alance de todas las vocaciones y edades, pero de una manera especial de las personas mayores que disponen de más tiempo para este coloquio de intercesión ante el Señor. La oración de intercesión es una oración fecunda y muy necesaria para la Iglesia y la humanidad. Descubrir este ministerio puede ayudarnos a sentirnos apóstoles y evangelizadores y dar un sentido a nuestra vida a todas las edades, desde lo que realmente somos y podemos aportar para el bien de la Iglesia y de la sociedad.
¿QUÉ ES LA ORACIÓN DE INTERCESIÓN?
La definición de interceder, del latín intercedĕre, es la acción de hablar en favor de alguien para librarlo de un problema o para procurarle un bien. El Catecismo de la Iglesia dice: “La intercesión es una oración de petición que nos conforma a la oración de Jesús. Él es el único Intercesor ante el Padre. «Interceder, pedir en favor de otro es […] lo propio de un corazón conforme a la misericordia de Dios».
Abraham, el gran orante en favor del pueblo de Israel, se dirige a Dios con cierta intrepidez, como regateando con Dios: “¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable? Si hay cincuenta inocentes en la ciudad, ¿los destruirás y no perdonarás al lugar por los cincuenta inocentes que hay en él? (…) ¿Y si se encuentran diez?» hasta que al final contestó el Señor: “En atención a los diez, no la destruiré” (cf. Gn 18,16-33).
Dietrich Bonhoeffer escribe: “La intercesión no es algo genérico ni abstracto, sino un acto realmente concreto. Se trata de orar por tal o tal persona, tal dificultad; cuanto más precisa es la oración, más fecunda”. La oración de intercesión es una súplica dirigida a Dios, en quien ponemos toda nuestra confianza. Le presentamos los sufrimientos y las angustias de la humanidad; las necesidades concretas de los hombres y mujeres que caminan en este mundo con sus gozos y sus penas, pidiéndole su ayuda y su bendición. Pedir al Señor la bendición para alguien es una oración bíblica y muy fecunda.
La oración de intercesión se establece en la palabra de Jesús que dice: “Pedid y se os dará, buscad y hallaréis; al que llama se le abre” (Lc 11,5-13). Cristo es nuestro gran Intercesor, de aquí la importancia de dirigimos al Padre en nombre de su Hijo, mediante la acción del Espíritu Santo que inspira y, a la vez, purifica nuestra oración para conformarnos siempre a la voluntad de Dios. “El Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra debilidad, porque no sabemos pedir como conviene” (Rm 8,26). La oración de intercesión hemos de realizarla bajo la acción del Espíritu Santo que ilumina nuestra inteligencia espiritual, nos inspira y nos hace intuir las necesidades de nuestros hermanos y hermanas.
San Pablo dice: “Recomiendo ante todo que se hagan peticiones, súplicas, oraciones y acciones de gracias por todos los hombres. Esto es cosa bella y agradable ante Dios nuestro Salvador”(1Tm 2,1-3). “Orad en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos” (Ef 6, 18-20). Sabemos que en lenguaje paulino al decir a “todos los santos”, se refiere a todos los cristianos. Para la primitiva comunidad cristiana la oración de intercesión era muy real y concreta. En nuestros días, algunas comunidades religiosas, protestantes, a esta palabra de san Pablo le dan una gran importancia y todos los días tienen un tiempo litúrgico de intercesión por las autoridades eclesiales y civiles, para que reine el orden, el bienestar social y la paz en el mundo. La oración de intercesión transforma el corazón de la persona que, a su vez, transforma el corazón del mundo y de la sociedad. La oración de intercesión atañe a todos los cristianos, pues todos estamos llamados a interceder los unos por los otros.
Por el bautismo todos hemos recibido el ministerio sacerdotal de los fieles. Este ministerio nos acredita para la oración de intercesión, para elevar las súplicas al Señor por personas concretas y situaciones reales de la Iglesia y de la sociedad. Los cristianos hemos de desarrollar más este ministerio bautismal y ser conscientes de nuestra misión de intercesión en el mundo y para el mundo. “Orar por el pueblo”. ¡Ministerio tan maravilloso y fecundo como discreto y anónimo! Dice el papa Francisco: “Cuántas personas oran, ofrecen e interceden por el bien de todos. La oración es el servicio discreto: nuestra arma gigante”. Santa Teresa habla de que la oración es un negocio. “El mejor negocio es callar y hablar con Dios”. Ante tantas necesidades como tiene la humanidad, hablémosle a Jesús de ellas con fe y confianza.
El papa Francisco insiste en la fecundidad de la oración de intercesión. “La Iglesia, en todos sus miembros, tiene la misión de practicar la oración de intercesión, interceder por los otros. Recemos los unos por los otros: nos hará bien a nosotros y hará bien a todos”. Conocemos su repetición constante: “Recen por mí”. El pastor Dietrich Bonhoeffer escribe: “Una comunidad cristiana vive de la intercesión de sus miembros, de lo contrario muere”.
En la actualidad, que tanto se habla de los distintos ministerios en la Iglesia, ‒de los ministerios femeninos‒, hemos de descubrir y revalorizar los que realmente son comunes a todos los bautizados, hombres y mujeres, y vivirlos desde nuestra propia vocación de laicos, casados, célibes y consagrados. Para ello no necesitamos reconocimiento “oficial” de nadie, lo único que realmente necesitamos es tomar conciencia de nuestro bautismo y misión orante en el corazón de la Iglesia. La oración de intercesión es un ministerio, y así lo hemos de vivir. Interceder es servir y amar en lo más íntimo de uno mismo, en silencio y discreción. Interceder ante Dios es un acto de amor que queda en la intimidad de una relación de amistad totalmente gratuita.
En la oración de súplica ignoramos los frutos, sin embargo, sabemos, por la fe, que son numerosos. A veces no como nosotros los deseamos y esperamos, pero sí que se dan según el querer de Dios que sabe lo que más nos conviene. Pues Dios, como buen Padre que es, conoce y comprende nuestro corazón; él conoce nuestras necesidades mejor que nosotros mismos. Ahora bien, somos nosotros quienes necesitamos decírselas, y él nos escucha con ternura, como una madre escucha a sus hijos. Al formular una oración de intercesión, realizamos un gesto de amistad y confianza en Dios, nuestro Padre, sin necesidad de formular frases bonitas ni discursos rebuscados, simplemente presentándole nuestra súplica, nuestras necesidades con fe y sencillez.
Cuando llegamos a tomar conciencia y vivir el misterio de la filiación divina, nuestra oración de intercesión cambia. Santa Teresa en todos sus escritos nos comunica esta rica experiencia que vivió en lo más profundo de su alma. No se avergüenza de decirnos que unas veces trata a Dios como Padre y otras como hermano, como Señor, esposo y amigo. “Por paso (bajo) que hable está tan cerca que nos oirá”. Cuando se vive la experiencia de Dios y la certeza de que él mora en mí, el trato con él es muy sencillo, porque se vive en una gran intimidad, con sencillez, amor y pocas palabras. Pues el silencio interior es la presencia más viva y real de que Dios mora en mí. Dirá san Juan de la Cruz: “El que discretamente ama, no cuida de pedir lo que le falta y desea, sino que representa su necesidad para que el Amado haga lo que le fuera servido”. Postura de total confianza y abandono. Y el salmista: “Ante ti, Señor mío, están todos mis anhelos” (Sal 37, 10). Y el Hno. Roger, de Taizé, un hombre totalmente abandonado a Dios decía. “De aquello que te preocupa, Dios se ocupa”.
Y aquí podemos recordar a María, en su intercesión ante su hijo en las bodas de Caná. Oración atrevida, sencilla, concisa y fecunda. María se acerca a Jesús y simplemente le dice: “No tienen vino” (Jn 2,3). María, mujer intuitiva y sensible a las necesidades de los demás, se da cuenta de que no hay vino; ella sabía lo que significa en una boda quedarse sin vino, entonces acude a su hijo con toda sencillez a darle esa información-petición: “No tienen vino”. “Mujer, ¿qué tenemos que ver tú y yo? No ha llegado mi hora”. Ante la contestación de su hijo no duda de su poder y bondad, y dice a los servidores: “Haced lo que él os diga” (Jn. 2, 5ss). Y todos conocemos el resultado. La oración de María es audaz, pues ella anticipó la Hora de Jesús. De la oración sencilla y confiada de María tenemos que aprender a interceder ante el Señor con la convicción de que Dios nos escucha, incluso cuando aparentemente no responde a nuestra súplica.
La oración de súplica indica esa amistad e intimidad de la que hemos hablado. Nadie pide un favor a un enemigo o persona desconocida. Cuando necesitamos un favor se lo pedimos a aquella persona que de verdad amamos y tenemos confianza de que lo que le pedimos nos lo pueda conceder. Esto pasa en la oración de súplica; esta oración está llena de fe y amistad, de seguridad en Dios que todo puede conceder, siempre que sea un bien mejor, tanto para la persona como para la humanidad. Pues también hemos de tener presente la palabra que dice Isaías: “Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más altos que vuestros pensamientos” (Is. 55, 8-9). Esta palabra de Isaías debe de consolarnos y reconfortarnos cuando la respuesta de Dios a nuestra oración es distinta a la deseada. Hemos de tener presente que la respuesta a nuestra oración de súplica se escribe en el plan de Dios, y no en el nuestro.
Constante e intensa es la oración por la paz y el cese de las guerras y porque reine la justicia en el mundo. Ante las atrocidades de la guerra estamos aterrados, conmovidos. ¿Cómo vivir esta situación desde la fe y seguir implorando desde la confianza y la certeza de que Dios me escucha? Humanamente no es fácil y podemos caer en la tentación de abandonar la oración de intercesión e incluso la fe. En tales situaciones solamente desde una fe profunda y confiada hemos de decir: Señor, tú lo sabes todo, tú sabes el por qué y el para qué de tanto sufrimiento en el mundo. No comprendo nada, pero ante tal situación, como diría Teilhard de Chardin: confío y adoro, y sigo intercediendo por esta humanidad que día a día lucha y llora ante tanta destrucción y muerte. Y como creyente suplico con fe: Despierta, Señor, y ven a salvar a tu Pueblo que perece. Nuestra Esperanza está puesta en ti.
¿A QUIÉN NOS DIRIGIMOS EN NUESTRA ORACIÓN DE INTERCESIÓN?
Toda oración siempre va dirigida al Padre mediante su Hijo que, como hemos dicho, es el gran INTERCESOR ante el Padre. La Virgen María y los santos nos acompañan en nuestra oración; pero no oramos a la Virgen ni a los santos, sino con ellos. El gran amor que tenemos a la Virgen puede llevarnos a dirigirnos a ella como mediadora e intercesora. Escribía el filósofo Jean Guitton. “En la fe popular, María aparece como directamente accesible e inmediatamente a la escuchada de las necesidades y súplicas de sus hijos, el riesgo existe de pararse en María como fuente de toda gracia. Una sola es la fuente: Jesús que ha dado la vida por todos”. Y como afirma san Pablo en la Primera carta a Timoteo: “En efecto, uno solo es Dios y uno solo también el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús” (2, 5). Hemos de tener muy claro que no oramos a María, sino con María y en compañía de todos los santos. Recurrir a María como a nuestra Madre, es muy saludable, e incluso necesario; pero sabiendo que es su Hijo el mediador e intercesor ante el Padre.
AUTORA:Hna. Carmen Herrero, religiosa Iglesia Católica Romana
Oración ecuménica por la Unidad al estilo de Taizé
Margrethekirken – Iglesia Danesa, Maestra Ángeles Aspiazu, 10,
FUENGIROLA (Málaga)
19’00 horas
Curso de Ecumenismo
Tema IX – Documentación ecuménica
Colegio Mayor Universitario Virgen del Carmen, c/ Albareda, 23
ZARAGOZA
Oración al estilo Taizé
Parroquia El Cristo del Mercado, c/ José Zorrilla, 125
SEGOVIA
20’30 horas
Oración Común
Parroquia de la Purísima Concepción, Vía Massagué, 21
SABADELL (Barcelona)
15 marzo 2024 – 21’00 horas
Oración de la Cruz (Taizé)
Parroquia de Sant Marcel, c/ Petrarca 52
HORTA-BARCELONA
15 marzo 2024 – 21’00 horas
Oración común al estilo de Taizé
Iglesia de Nuestra Señora de Gracia y San José (Els Josepets), plaza Lesseps, 25
BARCELONA
16 marzo 2024 - 20’30 horas
Oración de la noche desde Taizé
Retransmitida en directo en redes desde Taizé
TAIZÉ (Francia)
ON LINE
16 marzo 2024 – 21’00 horas
Oración al estilo Taizé
Cripta Iglesia San Francisco de Asís, c/ San Francisco
TARRAGONA
17 – 31 marzo 2024
Convicencia de Semana Santa
Camping de Artaza
ARTAZA (Navarra)
18 marzo 2024 - 19’00 horas
Oración al estilo de Taizé
Locales parroquiales
ARENYS DE MUNT (Barcelona)
18 marzo 2024 – 21’00 horas
Oración de Taizé
Centro Padre Claret, c/ Joan Maragall, 23
GIRONA
18 marzo 2024 – 21’00 horas
Oración Común (Taizé)
Iglesia Catedral de San Lorenzo, plaza de la Villa, s/n
SAN FELIÚ DE LLOBREGAT (Barcelona)
19 marzo 2024 – 18’00 horas
Curso de formación bíblico-ecuménico
El padrenuestro en la tradiión católica
Humberto Escobar
Centro Ecuménico “Julián García Hernando”, C/ José Arcones Gil, 37, 2º
MADRID
ON LINE
19 marzo 2024 – 21’00 horas
Oración Taizé
Parroquia de Santa María, c/ Rectoría, 1
VILANOVA I LA GELTRÚ (Barcelona)
20 marzo 2024 – 20’30 horas
Oración al estilo Taizé
Parroquia El Cristo del Mercado, c/ José Zorrilla, 125
SEGOVIA
20 marzo 2024 – 20’30 horas
Oración Común
Parroquia de la Purísima Concepción, Vía Massagué, 21
SABADELL (Barcelona)
22 marzo 2024 – 21’00 horas
Oración de la Cruz (Taizé)
Parroquia de Sant Marcel, c/ Petrarca 52
HORTA-BARCELONA
22 marzo 2024 – 21’00 horas
Oración común al estilo de Taizé
Iglesia de Nuestra Señora de Gracia y San José (Els Josepets), plaza Lesseps, 25
BARCELONA
23 marzo 2024 - 17’00 horas
Encuentro de Oración por la Unidad
Parroquia de la Asunción, Gavilán 1137
BUENOS AIRES (Argentina)
23 marzo 2024 - 20’30 horas
Oración de la noche desde Taizé
Retransmitida en directo en redes desde Taizé
TAIZÉ (Francia)
ON LINE
25 marzo 2024 – 21’00 horas
Oración de Taizé
Centro Padre Claret, c/ Joan Maragall, 23
GIRONA
25 marzo 2024 – 21’00 horas
Oración Común (Taizé)
Iglesia Catedral de San Lorenzo, plaza de la Villa, s/n
SAN FELIÚ DE LLOBREGAT (Barcelona)
26 marzo 2024
Oración común
Capilla de la parroquia de Maria Auxiliadora, Pso. San Juan Bosco, 70
BARCELONA
Vía Crucis Ecuménico
Parroquia Santa Julia. Avda. Juan B. Alberdi 1195
BUENOS AIRES (Argentina)
26 marzo 2024 – 20’45 horas
Oración de Taizé
Parroquia Mare de Déu dels Dolors, c/ Begur, 10
BARCELONA
26 marzo 2024 – 21’00 horas
Oración Taizé
Parroquia de Santa María, c/ Rectoría, 1
VILANOVA I LA GELTRÚ (Barcelona)
27 marzo 2024 – 20’30 horas
Oración al estilo Taizé
Parroquia El Cristo del Mercado, c/ José Zorrilla, 125
SEGOVIA
27 marzo 2024 – 20’30 horas
Oración Común
Parroquia de la Purísima Concepción, Vía Massagué, 21
SABADELL (Barcelona)
Celebración ecuménica del Viernes Santo 2024
Parroquia Ortodoxa Griega de San Juan el Percursor, c/ Santa Rosa 1135 Alberdi
CÓRDOBA (Argentina)
29 marzo 2024 – 20’30 horas
Oración con los salmos
Iglesia parroquial de San Pedro (La Sede de Égara), plaza del Rector Homs, s/n.
TERRASSA (Barcelona)
29 marzo 2024 – 21’00 horas
Oración de la Cruz (Taizé)
Parroquia de Sant Marcel, c/ Petrarca 52
HORTA-BARCELONA
29 marzo 2024 – 21’00 horas
Oración común al estilo de Taizé
Iglesia de Nuestra Señora de Gracia y San José (Els Josepets), plaza Lesseps, 25
BARCELONA
30 marzo 2024 - 20’30 horas
Oración de la noche desde Taizé
Retransmitida en directo en redes desde Taizé
TAIZÉ (Francia)
ON LINE
30 marzo 2024 – 21’30 horas
Oración Taizé
Convento de las Vedrunes de Caldes de Malavella, c/ Doctor Furest
CALDES DE MALAVELLA (Girona)
31 marzo 2024 – 18’30 horas
Oración común al estilo de Taizé
Parroquia de Santa María. c/ de Joan Puig, 3.
RUBÍ (Barcelona)
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