Todos juntos
Un espacio propuesto por EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

lunes, 3 de mayo de 2021

JOSÉ: PADRE DE JESÚS

José acepta ser el padre de Jesús


Mateo 1,18-25

Así fue el nacimiento de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: “La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel”, que traducido significa: «Dios con nosotros». Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa, y sin que hubieran hecho vida en común, ella dio a luz un hijo, y él le puso el nombre de Jesús.

El primer capítulo del Evangelio de Mateo comienza con la genealogía de Jesús (en griego “génesis”) con el evangelista mostrándonos que Jesús es el Mesías, descendiente de David y de Abrahán. Nuestro pasaje cuenta cómo tuvo lugar el nacimiento (de nuevo “génesis” en griego) de Jesús, el Mesías.

Esta doble repetición de “génesis” nos envía de vuelta a los comienzos, a la obra de Dios, la Creación. Lo que está a punto de suceder es parte de esa Creación, que sigue en curso, al tiempo que está en continuidad con las promesas hechas a Abrahán y David. Aquí, como al principio, el Espíritu está trabajando, conduciéndonos a una nueva etapa en el poder creativo de Dios y en el cumplimiento de las promesas que Dios ha hecho a lo largo de la historia de la salvación.

Sin embargo, inmediatamente somos llevados a la vida cotidiana, lleno de desafíos y preguntas, de una mujer prometida a un hombre. Dios entra en su existencia para iniciar esta nueva creación y cumplir la promesa. Dios entra en lo cotidiano y lo ordinario para moldearlo y transformarlo. Dios ya está “con ellos” en su vida diaria, y continúa creando en y a través de ellos.

María es nombrada primero y ocupa plenamente su lugar, pero Mateo nos presenta a José a su lado. María está embarazada por el poder creativo del Espíritu Santo. ¿Cómo reaccionará José ante esta sorprendente noticia?

Se nos dice que José es un hombre comprometido y leal a su fe. Está preparado para actuar a causa de este compromiso. Él ya había decidido lo que debía hacer para salvar a María de la vergüenza, de una manera tal vez sorprendente para nuestros ojos modernos. Pero Dios lo llama a través de un mensajero durante un sueño. En lugar de dejarse encarcelar por su miedo, se siente capaz de aceptar plenamente la situación en la que se encuentra. Tomará a María como su esposa.

La llamada de Dios transforma decisiones y vidas. El relato nos hace entender que la situación no es fácil ni para María ni para José. José es un hombre justo, se nos dice. La llamada de Dios, sin embargo, cambia la idea de justicia que José tiene. Así es como José entra en la santidad, dejándose apartar de su forma habitual de pensar. Y ciertamente, le conmueve que Dios quiera que el niño “salve a su pueblo de sus pecados”. Porque es la misericordia de Dios la que está trabajando. Esa misericordia transforma a José.

Así que esta historia está llena de sorpresas. Pero en realidad no son tales sorpresas, porque lo que relata es la realización de lo que escribieron los profetas. Citando a Isaías, Mateo ve en Jesús el cumplimiento de todas las promesas de Dios. Isaías vio venir una nueva era. Lo que Isaías vio como promesa, Mateo lo ve presente. El nacimiento que va a suceder es un signo de la presencia y del plan de Dios para todos. Se nos dan dos nombres para este niño: “Dios con nosotros” y “Dios salva”. Y José debe adoptar a este niño. Dios estará con José y José es transformado por el amor misericordioso de Dios.

Para la reflexión:
  • ¿Cómo continúa Dios creando en mi vida cotidiana?
  • ¿Cómo reacciono cuando mis ideas de lo justo y lo recto, incluso cuando están enraizadas en mi comprensión de la fe, son confrontadas por la misericordia creativa de Dios?
  • Contempla sencillamente los nombres “Dios con nosotros” y “Dios salva”, y la promesa que se cumple en ellos, cuando toma carne en el nacimiento del hijo de María y José.
Comunidad de Taizé






1 comentario:

  1. "Dios con nosotros" está actuando todos los días en nuestra vida.
    Que, como José, logremos ir cambiando nuestra mirada narcisista para ir adquiriendo la mirada amplia y generosa que acepta con entusiasmo, la Voluntad de Dios.
    De esta forma, el Hijo de Dios encarnado será nuestro "Dios salva".

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