Todos juntos
Un espacio propuesto por EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

sábado, 31 de agosto de 2024

EL TIEMPO DE LA CREACIÓN

JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR EL CUIDADO DE LA CREACIÓN


por  Juan G. Biedma

Introducción: Una historia reciente

La «Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación» en la iglesia católica fue instituida por el papa Francisco en 2015. Anualmente se viene celebrando en el mes de septiembre, el 1º de este mes, alineándose con la práctica en este sentido de la iglesia ortodoxa, que también dedica un día al cuidado del medio ambiente, junto con el Consejo Mundial de Iglesias, representante de miles de iglesias y millones de cristianos.

Documento Inaugural: Carta encíclica Laudato si'

El papa Francisco inauguró la práctica de la «Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación» con la publicación de la carta encíclica Laudato si’ el 24 de mayo de 2015. Aunque la institución específica de la Jornada se anunció posteriormente, Laudato si’ es el documento fundacional que establece el marco teológico y pastoral para la práctica del cuidado de la creación en la iglesia católica romana. Veamos una síntesis del documento.

Síntesis de la encíclica Laudato si’ en relación con el cuidado de la Creación

El contexto

La encíclica se dirige a todas las personas del planeta, no solo a los católicos, y aborda la crisis ambiental y su impacto en la humanidad. Toma su título del Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís, que alaba a Dios por la entera creación.

Laudato si' fue publicada el 24 de mayo de 2015, y se centra en la cuestión del cuidado de la «casa común», es decir, el planeta Tierra. Es un documento de gran relevancia para la iglesia católica y el mundo en general, por su abordaje de temas ambientales, sociales, económicos y espirituales desde una perspectiva integral centrada en la mayordomía fraternal de la Creación.

El contexto de la encíclica

1. Crisis ambiental global

El documento se enmarca en un contexto de creciente preocupación mundial por la crisis ambiental, evidenciada por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la contaminación y el agotamiento de recursos naturales. Francisco responde a estas preocupaciones desde la imperiosa y urgente llamada a la atención y la acción.

La crisis ambiental global es uno de los temas centrales de la encíclica Laudato si', y se presenta como una de las razones más apremiantes que motivan a este papa a escribir el texto. En él describe la crisis no solo como una serie de problemas aislados, sino como una manifestación de un deterioro generalizado que afecta a toda la creación y, por tanto, a toda la humanidad. A continuación, se exploran en detalle las dimensiones y características de esta crisis ambiental según lo expuesto en la encíclica papal.

Cambio climático

Francisco señala el cambio climático como uno de los desafíos más graves de nuestro tiempo. Que la alteración del clima está ligada a la actividad humana, especialmente al uso intensivo de combustibles fósiles, la deforestación y las prácticas agrícolas no sostenibles, es algo que acentúa. El cambio climático no solo afecta al medio ambiente, sino que también tiene consecuencias graves para la humanidad, en especial para las comunidades más vulnerables.

Francisco destaca también que el calentamiento global ha provocado fenómenos meteorológicos extremos, como tormentas más fuertes, sequías prolongadas y el aumento del nivel del mar. Estos fenómenos, a su vez, generan migraciones forzadas, pérdida de cultivos, escasez de agua y conflictos por recursos, exacerbando la pobreza y la desigualdad. (LS, 23-25).

El cambio climático es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad. Sus peores impactos probablemente recaerán en las próximas décadas sobre los países en desarrollo. Muchos pobres viven en lugares particularmente afectados por fenómenos relacionados con el calentamiento, y sus medios de subsistencia dependen fuertemente de reservas naturales y de servicios ecosistémicos, como la agricultura, la pesca y los recursos forestales (LS 25).

El clima es un bien común, de todos y para todos. A nivel global, es un sistema complejo relacionado con muchas condiciones esenciales para la vida humana. Hay un consenso científico muy consistente que indica que nos encontramos ante un preocupante calentamiento del sistema climático. En las últimas décadas, este calentamiento ha estado acompañado del constante aumento del nivel del mar y, difícilmente, se puede explicar a partir de la evolución natural de las condiciones climáticas, ya que el calentamiento fue acompañado del constante aumento del nivel del mar (LS 23).

Se registró también un aumento alarmante de los fenómenos meteorológicos extremos, incluso en lugares con un pasado muy reciente de estabilidad climática, en lo que parece ser un signo de perturbación significativa (LS 24).

Pérdida de biodiversidad

La encíclica también se ocupa de la preocupante disminución de la biodiversidad a nivel total. En este sentido Francisco advierte que miles de especies animales y vegetales están desapareciendo cada año debido a la destrucción de ecosistemas, la contaminación, el cambio climático y la sobreexplotación humana de los recursos, incluso de los necesarios para la vida animal y vegetal. Esta pérdida de biodiversidad no solo tiene consecuencias ecológicas, sino que también afecta directamente a toda la humanidad, al disminuir la resiliencia de los ecosistemas de los cuales dependemos para nuestra supervivencia, como los bosques, los océanos y las tierras agrícolas.

El papa critica la visión antropocéntrica que considera a otras especies como meros recursos para el uso humano, sin otro fin fijado, por lo que llama a un respeto más profundo por la vida en todas sus formas. Insiste en que cada criatura tiene un valor intrínseco, exclusivo, y un papel en la creación que debemos respetar y cuidar desde la mayordomía cristiana. (LS, 24, 32, 33, 38, 68, 122, 130).

La desaparición de un hábitat natural, por ejemplo, con la deforestación que se produce por el avance de la frontera agrícola, pone en riesgo a muchas especies. Por otra parte, las especies marinas, que constituyen un recurso importante de la alimentación humana, están afectadas por la incontrolada destrucción de áreas marinas, lo que compromete gravemente sus posibilidades de reproducción (LS 38).

Cientos de miles de especies se están perdiendo en el transcurso de la historia. El declive de una sola especie supone la pérdida de un valor natural irrecuperable que, a su vez, podría significar un empobrecimiento de los ecosistemas, donde hay una multitud de organismos interrelacionados para mantener la biodiversidad (LS 32).

Si la actual tendencia continúa, esto podría suponer la desaparición de muchos recursos y bienes de enorme valor, como algunas especies con propiedades curativas aún no descubiertas (LS 33).

Cuando el ser humano se coloca en el centro, termina dando prioridad absoluta a sus conveniencias, y todo lo demás se convierte en relativo (LS 122).

Contaminación y degradación ambiental

La contaminación es otro aspecto crítico e imperativo de la crisis ambiental. Laudato si' subraya cómo la contaminación del aire, el agua y el suelo está dañando la salud humana y destruyendo ecosistemas completos. El texto menciona el impacto de la industrialización no regulada, el uso excesivo de productos químicos y pesticidas, y la generación masiva de residuos, especialmente plásticos, que terminan en los océanos y afectan a la vida marina en su totalidad (animal y vegetal).

La degradación de los suelos y la deforestación son señaladas como consecuencias de la expansión agrícola y la extracción de recursos naturales. Estos procesos no solo destruyen biosferas, sino que también contribuyen a la mudanza climática, al liberar grandes cantidades de dióxido de carbono y reducir así la capacidad del planeta para absorber este gas nocivo.

Contaminación del aire, agua y suelo

Existen formas de contaminación que afectan diariamente a las personas. La exposición a contaminantes atmosféricos produce un amplio espectro de efectos sobre la salud, especialmente de los más pobres, provocando millones de muertes prematuras (LS 20).

Impacto de la industrialización, productos químicos y residuos

Se producen enormes cantidades de desechos industriales y químicos que no se logran eliminar adecuadamente, ya sea por incineración, soterramiento o vertido en los ríos o mares. Frecuentemente se adoptan prácticas industriales nocivas para el medio ambiente, debido a la presión por el máximo beneficio inmediato… Mencionemos, por ejemplo, la contaminación producida por los residuos, incluidos los peligrosos presentes en distintas partes del planeta. Cada año se producen cientos de millones de toneladas de residuos, muchos de los cuales son altamente tóxicos y no se degradan (LS 21).

Degradación de los suelos y deforestación

El suelo, los ríos, los lagos y los mares están continuamente recibiendo desechos peligrosos. Cada año desaparecen miles de hectáreas de tierras cultivables debido a la desforestación, la erosión y la desertificación. Nos está costando cada vez más producir alimentos (LS 24).

Recursos naturales y modelo de desarrollo

Francisco critica el modelo económico actual, que se basa en la explotación intensiva y desmedida de los recursos naturales, casi siempre en favor de un número restringido de beneficiarios. Este modelo, impulsado por el consumismo y la obsesión por el crecimiento económico, tanto de corte capitalista como colectivista, ha llevado al agotamiento de recursos vitales, como el agua dulce, los minerales, los bosques y la vida animal precisa para el desarrollo de la humanidad.

La encíclica resalta la injusticia de un sistema que permite a algunos pocos (es lógico pensar que el papa tiene también en mente a los estados totalitarios cuyo comportamiento en este sentido es similar o incluso más agresivo) beneficiarse enormemente de los recursos naturales mientras que las poblaciones más pobres sufren las consecuencias de su agotamiento. El papa hace un llamado a cambiar este paradigma hacia uno más sostenible y equitativo, que valore la regeneración de los recursos junto con el cuidado responsable de la Creación y la debida justicia social.

Crítica al modelo económico basado en la explotación intensiva

El principio del máximo provecho, que tiende a aislarse de toda otra consideración, es una distorsión conceptual de la economía: los recursos naturales se entienden como meros insumos que se pueden explotar sin más, lo que provoca un modelo económico que ignora los ritmos naturales y empobrece la riqueza natural de la tierra (LS 190).

La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería. En muchos lugares del planeta, los ancianos se lamentan diciendo que en otros tiempos todo era mucho mejor y no sólo porque haya desaparecido la calidad de vida de las personas, sino también porque se ha deteriorado el ambiente y esto provoca sentimientos de frustración y de aislamiento (LS 21).

Agotamiento de recursos vitales

Estamos ante un verdadero problema ambiental, pero uno que va acompañado de una lógica perversa: cuanto menos disponibles sean los recursos naturales, mayor será el beneficio económico que puede extraerse de ellos, lo que perpetúa un círculo vicioso de destrucción (LS 27).

Injusticia y desigualdad en la distribución de los recursos

El sistema económico mundial actual conduce a prácticas depredadoras que no se han remediado y siguen generando exclusión social y desigualdades que acaban perjudicando a los más pobres (LS 53).

Llamada a un cambio hacia un modelo sostenible y equitativo

Es indispensable prestar atención a las capacidades regenerativas de la Tierra, y adoptar un nuevo modelo de desarrollo que valore la justicia social y el bienestar de todos (LS 159).

Inequidad en la distribución de los impactos

Uno de los puntos más destacados en Laudato si' es la observación de que la crisis ambiental afecta de manera desproporcionada a los pobres y a las comunidades vulnerables. Aquellos que menos han contribuido a la degradación del medio ambiente son, paradójicamente, los que más sufren sus efectos. Por ello el papa Francisco denuncia que los países desarrollados, que han sido los mayores responsables del daño ambiental, son los que tienen más recursos para adaptarse a sus consecuencias, mientras que los países en desarrollo, que han contribuido menos, enfrentan los mayores riesgos.

Impacto desproporcionado en los pobres y comunidades vulnerables

Los impactos más graves de todas las agresiones ambientales los sufre la gente más pobre, que vive en las zonas rurales, en los márgenes de las ciudades y en los lugares más contaminados. Los pobres y marginados son los que menos pueden defenderse, los que no tienen dónde escapar ni a quién acudir (LS 48).

La cultura del descarte afecta tanto a los seres humanos excluidos como a las cosas que se convierten rápidamente en basura, lo que lleva a una espiral de exclusión social y degradación ambiental (LS 22).

Interconexión entre la crisis ambiental y la crisis social

La encíclica subraya la interdependencia entre la crisis ambiental y la crisis social. Francisco sostiene que no se pueden resolver los problemas ambientales sin abordar las desigualdades sociales y económicas que los acompañan. La degradación del medio ambiente es, a menudo, un síntoma de una estructura social y económica injusta, que privilegia el beneficio a corto plazo sobre el bienestar de las personas y el cuidado de la creación.

Interdependencia entre la crisis ambiental y la crisis social:

No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental. Las directrices para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y, simultáneamente, para cuidar la naturaleza (LS 139).

Imposibilidad de resolver problemas ambientales sin abordar desigualdades sociales

Dado que todo está interrelacionado, la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior no pueden separarse. Todo está conectado, y esto nos invita a desarrollar una espiritualidad de la solidaridad global que brota del misterio de la Trinidad" (LS 91).

Para que haya una verdadera solución a los problemas que enfrentamos, es necesario avanzar hacia modelos de desarrollo económico más inclusivos y justos, que integren las necesidades humanas y sociales en armonía con el respeto por el medio ambiente (LS 109).

Conclusión: La urgencia del compromiso y la acción

La crisis ambiental global descrita en Laudato si' es una realidad compleja y multifacética, por lo que requiere una respuesta igualmente integradora. Francisco hace un llamado a la comunidad internacional, a los gobiernos, a las instituciones, y a todos los individuos a actuar de manera urgente y decidida para enfrentar esta crisis tan decisiva por su extrema gravedad. No se trata solo de proteger la naturaleza, sino también de construir un mundo más justo, solidario y sostenible para las generaciones presentes y futuras, sin que en el proceso se desarrolle más pobreza.

La encíclica invita a una reflexión profunda sobre el modo en que nos relacionamos con el planeta y con los demás seres humanos, y a adoptar un cambio de paradigma que ponga en el centro la dignidad humana y la vocación cristiana de una vida sostenible con el respeto y cuidado por toda la creación y los empobrecidos y excluidos.

2. Injusticia social

La encíclica subraya que la crisis ecológica está intrínsecamente vinculada a la crisis social. Francisco enfatiza que los más pobres y vulnerables son los que más sufren los efectos del deterioro ambiental, a pesar de ser los menos responsables de ello. Francisco denuncia esta situación y llama a una mayor responsabilidad y solidaridad global.

Los pobres y vulnerables, los más afectados

Francisco señala que los más pobres y vulnerables son los que sufren de manera más aguda las consecuencias de la crisis ecológica. Estas comunidades suelen vivir en zonas con mayor riesgo de desastres naturales y carecen de los recursos necesarios para enfrentar con éxito sus efectos.

Muchos de los pobres viven en áreas particularmente afectadas por fenómenos relacionados con el calentamiento, y sus medios de subsistencia dependen fuertemente de reservas naturales y de servicios ecosistémicos como la agricultura, la pesca y los recursos forestales (LS 25).

Desigualdad en la responsabilidad y consecuencias

El texto presenta la paradoja de que quienes menos han contribuido a la degradación ambiental son, sin embargo, los más perjudicados por sus extremas consecuencias. Las comunidades pobres (mejor empobrecidas) suelen ser las primeras víctimas de la contaminación, la escasez de recursos y los efectos del cambio climático, a pesar de ser las menos responsables de estos problemas.

Es necesario tener en cuenta que los efectos más graves de todas las agresiones ambientales los sufre la gente más pobre, lo que supone la obligación de hacer prevalecer la solidaridad y la justicia en las decisiones políticas y económicas que afectan a la naturaleza (LS 48).

La cultura del descarte y la exclusión social

Francisco introduce el concepto de la «cultura del descarte», que afecta tanto a las personas como a los recursos naturales. En este contexto, los pobres no solo sufren los efectos de la degradación ambiental, sino que también son excluidos y marginados por un sistema (llámese capitalismo o colectivismo) que prioriza el beneficio económico sobre la dignidad humana.

Hoy, se puede decir que, en muchos países, la pobreza, la violencia y la exclusión social son fruto de una cultura del descarte que afecta tanto a seres humanos como a cosas, y convierte todo, incluso la vida humana, en algo relativo (LS 22).

La justicia social como parte integral de la justicia ambiental

La encíclica insiste en que no puede haber justicia ambiental sin justicia social, por lo que llama a una conversión ecológica que incluya un compromiso con los pobres y un esfuerzo por erradicar las causas estructurales de la pobreza y la exclusión.

Por eso, un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres (LS 49).

Solidaridad y responsabilidad global

Finalmente, se hace una convocatoria a la solidaridad global y total, subrayando la responsabilidad especial de los países y comunidades más ricas, que han contribuido en mayor medida al quebranto ambiental, para ayudar a los más pobres a adaptarse a las consecuencias del cambio climático y otros problemas ecológicos de extrema gravedad y difícil solución.

La interdependencia nos obliga a pensar en un solo mundo, en un proyecto común. Pero el mismo ingenio humano también puede imponer, a veces, modelos económicos de integración internacional que conducen a un crecimiento desigual, donde el desarrollo de unos grupos se hace a costa del crecimiento de otros (LS 52).

3. Perspectiva integral

Laudato si' introduce el concepto de «ecología integral», sugiriendo que no se puede abordar la crisis ecológica sin considerar sus dimensiones humanas y sociales a la vez. Esto implica reconocer la interrelación entre el respeto y mayordomía por la naturaleza y la dignidad y promoción humana.

Interconexión entre lo humano y lo natural

Francisco enfatiza que la crisis ecológica no puede ser entendida ni abordada de manera aislada de las realidades humanas y sociales. La «ecología integral» propone una visión que reconoce la interdependencia de todos los seres y su conexión con la naturaleza, subrayando que el respeto por el medio ambiente está intrínsecamente vinculado con el respeto por la dignidad y promoción humana.

No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental. Las directrices para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y, simultáneamente, para cuidar la naturaleza (LS 139).

La «ecología integral» como enfoque multidimensional

La «ecología integral» abarca múltiples dimensiones: ambiental, económica, social, antropológica y cultural. Insiste en que todos estos aspectos están hondamente conectados y deben ser considerados juntamente para abordar con efectividad la crisis ecológica.

Esta visión holística implica que las acciones en favor del medio ambiente deben también promover la justicia social y el bienestar integral de las personas.

La ecología estudia las relaciones entre los organismos vivos y el ambiente donde se desarrollan. Implica también la delicada relación del ser humano con el ambiente natural y consigo mismo, que no puede separarse del contexto social y de su cultura (LS 138).

El cuidado del medio ambiente y la dignidad humana

Francisco subraya que el cuidado de la naturaleza no puede desligarse de la preocupación por la dignidad de las personas, especialmente de los más pobres, excluidos y vulnerables. La «ecología integral" propone un modelo de desarrollo que respete tanto los ecosistemas como los derechos humanos, considerando que el bienestar y felicidad de la humanidad depende de la salud plena del planeta.

Una ecología integral es inseparable de la noción de bien común, un principio que juega un papel central y unificador en la ética social (LS 156).

Es fundamental buscar soluciones integrales, que consideren las interacciones de los sistemas naturales entre sí y con los sistemas sociales. No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental (LS 139).

4. Llamamiento a una conversión ecológica completa

Francisco llama a una «conversión ecológica integral», completa, que involucra una transformación, como si de una conversión se tratase, en nuestros actos y actitudes hacia la naturaleza y hacia los demás seres humanos, en definitiva, una posición ética completa. Este concepto implica un cambio personal y comunitario que promueva un estilo de vida más sostenible y equitativo, en armonía con el ambiente y con una ética de la solidaridad y la empatía.

El pensamiento cristiano, mientras reivindica para el ser humano el derecho de ser visto con dignidad única, insiste en que cada criatura tiene su propia finalidad, ninguna es superflua (LS 69).

5. Aplicación práctica de la «ecología Integral»

La perspectiva de la ecología integral no se queda en una teoría abstracta, sino que Francisco insta a su aplicación práctica en políticas, economía y estilos de vida que reflejen un compromiso con el bienestar de toda la Creación. Esto incluye un desarrollo sostenible que respete tanto los límites de la naturaleza como las necesidades legítimas de las personas.

Necesitamos fortalecer la conciencia de que somos una sola familia humana. No hay fronteras ni barreras políticas o sociales que nos permitan aislarnos, y por eso mismo no hay lugar para la globalización de la indiferencia (LS 52).

Diálogo interreligioso, ecuménico y científico-cultural

El papa también hace un llamamiento al diálogo entre diferentes religiones, culturas y disciplinas científicas para enfrentar la crisis ecológica que nos embarga. Reconoce la contribución de la ciencia, pero también subraya la importancia de las perspectivas religiosas y éticas en su solución justa.

Laudato reconoce la importancia del diálogo interreligioso, ecuménico, cultural y científico como un componente esencial en la respuesta a la crisis ecológica. Al igual que la solución a los problemas ambientales requiere la colaboración de diversas perspectivas y conocimientos, incluyendo tanto la ciencia como las religiones. Además, Francisco aborda la cuestión del ecumenismo, desde la necesidad de una unidad entre las distintas confesiones cristianas en la protección del medio ambiente. Es la Iglesia entera la que debe llevar a cabo un esfuerzo de atención, cuidado y defensa de la Creación dado que es misión del cristiano en general y de cada iglesia en particular esa mayordomía hacia la Creación de Dios y hermana nuestra de la que somos sus beneficiarios.

1. Diálogo entre religiones y culturas

Francisco hace un llamado al diálogo entre las distintas religiones y culturas del mundo para enfrentar conjuntamente la crisis ecológica. Sostiene que todas las tradiciones religiosas, al compartir una preocupación común por la Creación, asumen un rol crucial en la promoción de una conciencia ecológica y en la búsqueda de soluciones precisas y sostenibles.

Las religiones en diálogo entre sí no sólo deben ser coherentes entre ellas, sino también con sus postulados fundamentales y con la verdad que declaran defender. Esto se vuelve urgente hoy, debido a la creciente interdependencia global y al desafío común de proteger el planeta (LS 201).

El diálogo entre las religiones debe orientarse a una mejor comprensión del ambiente y a la búsqueda conjunta de soluciones para el desarrollo sostenible, desde el respeto por la diversidad de creencias (LS 199).

2. Diálogo entre ciencia y religión

Francisco subraya la importancia de la ciencia en la comprensión y abordaje de los problemas ambientales. Sin embargo, también enfatiza que las soluciones a la crisis ecológica deben incorporar valores éticos y religiosos, destacando que la ciencia por sí sola no puede resolver estos desafíos sin una visión moral que guíe su aplicación.

La Iglesia no sólo defiende la legitimidad de la intervención humana sobre la naturaleza, sino que también sostiene que toda intervención debe ser guiada por una preocupación ética que integre el conocimiento científico con la sabiduría de las culturas y religiones (LS 199).

En el debate ecológico, la Iglesia procura introducir una propuesta de fondo, basada en la reflexión teológica, sin prescindir de los aportes más sólidos de la ciencia (LS 62).

3. Ecumenismo y protección del medio ambiente

Francisco trata el tema del ecumenismo dentro del contexto de la crisis ecológica, resaltando la importancia de la unidad entre las diferentes confesiones cristianas en la protección de la Creación. Sostiene que el cuidado del medio ambiente es un terreno común donde los cristianos de diversas tradiciones pueden colaborar, superando divisiones históricas y trabajando juntos por el bien común.

El diálogo ecuménico nos invita a unificar nuestras voces en defensa de la creación, conscientes de que la fe cristiana nos llama a ser custodios de la obra de Dios. En este sentido, es significativo el creciente consenso entre las iglesias cristianas sobre la necesidad de proteger el medio ambiente (LS 244).

Recuerdo que en mi primera encíclica me referí a la urgente necesidad de un nuevo diálogo sobre el modo en que estamos construyendo el futuro del planeta. Necesitamos una conversión ecológica que implique dejar brotar todas las consecuencias del encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que nos rodea (LS 217).

A mi modo de pensar la tarea ecuménica la mayordomía de la naturaleza se convierte en un pilar esencial dentro del ámbito ecuménico. En este contexto, es pertinente reflexionar sobre la acción ecuménica aplicada a la responsabilidad de enseñar y practicar un «ecologismo ecuménico». Este desafío adquiere particular relevancia en España, donde el ejercicio del ecumenismo se ha visto cada vez más restringido a limitados encuentros de oración (Semana de la Unidad, Pentecostés…), con una participación menguante de las iglesias confesionales evangélicas. En estos encuentros, la presencia, tanto personal como institucional, de la Iglesia Evangélica Española (IEE), las iglesias luteranas de habla alemana y la Iglesia Evangélica Reformada Episcopal (IERE) es escasa, quedando la representación reducida a apoyos personales aislados de algunos bautistas y evangélicos, a los que se suman todas las iglesias ortodoxas presentes en nuestra nación.

Es imprescindible establecer acuerdos con las diversas iglesias para que el escenario eclesial sea lo más amplio posible en encuentros como la Jornada que se describe. En este sentido, resulta imperativo convocar a organismos como la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE), la Alianza Evangélica Española (AEE) y otras entidades representativas de bautistas, iglesias libres y pentecostales españolas, incluidas las organizaciones dedicadas al servicio social como Diakonía, para integrarse en una acción que sea organizada, dirigida y ejecutada de manera conjunta por todas las partes implicadas, y sin que la parte católica o bien de las iglesias históricas relacionadas con el ecumenismo lleven la batuta directiva. De este modo, se evitarán preeminencias indebidas, reconociendo que la Iglesia de Cristo está presente y subsiste en todas las confesiones y comunidades cristianas, por encima de la posición restringida católica romana que sin duda debe ser revisada, y que el ecumenismo es algo más que una idea o proyecto iluso o interesado.

Es imperativo que las confesiones e iglesias que actualmente no participan en las acciones ecuménicas en España sean conscientes de su deber evangélico de integrarse en el proyecto ecuménico a través de acciones concretas, como la «Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación». No pueden continuar excluyéndose, pues tal exclusión solo puede interpretarse como una irresponsabilidad, si no una afrenta directa a las enseñanzas bíblicas sobre la mayordomía de la naturaleza. La Creación es un don divino otorgado al ser humano como un extraordinario y bello pensil celestial que debe necesariamente ser querido, respetado y cuidado en unidad.

El ecumenismo no es un instrumento insignificante o despreciable; al contrario, ofrece al mundo un testimonio unificado y poderoso en defensa de la Creación. Las iglesias evangélicas en España no pueden seguir ignorando la realidad en la que viven, dando la espalda a los problemas que afectan tanto a nuestro planeta como a la humanidad, sin caer en pecado grave de desobediencia al mandato de Jesucristo explicitado en el evangelio de Juan. Su preocupación no debe continuar enfocada exclusivamente en su propia acción misional, en busca constante de conversiones personales, sino que debe expandirse hacia una acción conjunta en favor de categorías y valores, precisamente para que el mundo pueda creer en la autenticidad de su fe y testimonio.

4. Llamada a la «colaboración universal»

Finaliza su encíclica con un llamamiento a todas las personas, independientemente de su fe o creencias, a unirse en la necesaria y obligatoria protección de la Creación. La crisis ecológica es un desafío que afecta a toda la humanidad y por ello requiere una respuesta universal basada en el diálogo, la cooperación y el respeto mutuo.

Hago un llamamiento urgente a un nuevo diálogo sobre el modo en que estamos construyendo el futuro del planeta. Necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos (LS 14).

Conclusión

En Laudato si', el papa subraya la necesidad de un diálogo inclusivo que abarque las religiones, las culturas y la ciencia para enfrentar la crisis ecológica. Destaca que la colaboración entre estas distintas perspectivas es esencial para desarrollar soluciones efectivas y sostenibles. Además, dentro del contexto del ecumenismo, el papa llama a la unidad de los cristianos en la protección del medio ambiente, reconociendo que la fe compartida en la Creación de Dios puede ser un poderoso motor de cambio y cooperación en la defensa del planeta al tiempo que de unidad eclesial.

Síntesis y claves teológica de la encíclica

1. Un clamor de la tierra y de los pobres

La encíclica describe la crisis ambiental actual, incluyendo la contaminación, el cambio climático, la crisis del agua y la pérdida de biodiversidad. Estos problemas afectan desproporcionadamente a los pobres y frágiles. Por ello Francisco llama a escuchar tanto el «clamor de la tierra» como el "clamor de los pobres», insistiendo en que la justicia social y la justicia ambiental son inseparables.

Crisis ambiental y problemas globales

La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería. En muchos lugares del planeta, los ancianos se lamentan diciendo que en otros tiempos todo era mejor y que, además, en esos tiempos, todo duraba mucho más (LS 21).

El cambio climático es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad. Sus peores impactos probablemente recaerán en las próximas décadas sobre los países en desarrollo (LS 25).

Impacto desproporcionado en los pobres y frágiles

Los impactos más graves de todas las agresiones ambientales los sufre la gente más pobre, que vive en las áreas rurales, en los márgenes de las ciudades, en lugares más contaminados, y tiene menos posibilidades de acceder a otros recursos (LS 48).

Muchas veces se vive de lo que se saquea del ambiente, pero cuando este ambiente queda devastado, se produce un desplazamiento de esos sectores empobrecidos que se ven forzados a emigrar (LS 145).

Clamor de la tierra y clamor de los pobres

Hoy no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres (LS 49).

El grito de la tierra, herida por el hombre, y el grito de los pobres, heridos por la injusticia, es un solo y mismo clamor (LS 117).

2. El «Evangelio de la Creación»

Expone una teología de la Creación basada en la Biblia y la tradición cristiana, destacando que la Creación es un don de Dios y que la humanidad tiene la responsabilidad irrenunciable de cuidarla y preservarla.

Presenta a Dios como el Creador de un universo interconectado, donde cada criatura tiene valor y propósito concreto. Esta visión teológica subraya la responsabilidad humana de cuidar la creación, reconociendo su dignidad y valor inherente, entendiendo la interdependencia que une a todos los seres vivos.

Creación como don de Dios y responsabilidad humana

La Biblia nos enseña que el mundo no surgió por casualidad, sino que cada ser es querido por Dios en el contexto de un proyecto de amor, donde cada uno tiene un valor y un significado (LS 77).

El relato de la creación en el libro del Génesis no es sólo la descripción del origen del mundo, sino la revelación de un proyecto de amor, en el cual cada ser tiene un papel y un valor (LS 65).

Dios nos ha dado la tierra como un don, pero también nos ha confiado la tarea de cuidarla y protegerla. Esta responsabilidad es un mandato que debemos cumplir con amor y respeto (LS 67).

Dios como Creador de un Universo Interconectado:

El universo se desarrolla en Dios que lo llena todo. Por tanto, hay un misterio que cada criatura lleva en sí. El ser humano debe respetar con amor todo ser viviente, especialmente los más débiles y frágiles (LS 233).

Toda la creación es como un libro donde cada criatura es una palabra reflejada de Dios, una expresión de su amor infinito por la vida (LS 85).

Valor y propósito de cada criatura

Cada criatura tiene su propio valor y su significado en el proyecto de Dios, que está basado en la interconexión de todas las cosas (LS 76).

La creación es un proyecto de amor de Dios en el cual cada ser viviente tiene un lugar especial y un propósito, contribuyendo a la armonía del todo (LS 84).

3. La raíz humana de la crisis ecológica

Identifica el antropocentrismo desordenado y el consumismo como causas fundamentales de la crisis ecológica. Critica la tecnocracia y la creencia en el progreso ilimitado sin considerar las consecuencias ambientales a las que conduce una explotación desenfrenada de los recursos naturales.

Esta óptica, errónea según Francisco, sitúa al ser humano en el centro del universo, justificando un dominio absoluto sobre la naturaleza sin considerar el impacto devastador en el medio ambiente y en las comunidades más vulnerables, al tiempo que trata de ocupar el lugar de Dios.

Antropocentrismo desordenado y consumismo

El antropocentrismo moderno, paradójicamente, ha terminado colocando la razón técnica por encima de la realidad, ignorando la importancia de las criaturas en el plan de Dios (LS 115).

La cultura del relativismo es la misma patología que impulsa a una persona a explotar a otra, a tratarla como un mero objeto, obligándola a trabajar hasta el límite de sus fuerzas o reducirla a la esclavitud por una deuda. Es la misma lógica que lleva a explotar sin límites los recursos naturales (LS 123).

Crítica a la tecnocracia y progreso ilimitado

El paradigma tecnocrático tiende a ejercer su dominio sobre la economía y la política. Esta mentalidad ha llevado a que se priorice el poder de la tecnología por encima de los valores y la dignidad humana (LS 109).

El pensamiento moderno y el progreso técnico han dejado de lado la reflexión ética y la responsabilidad social, llevando a una fe ciega en un progreso sin límites, como si el poder de la tecnología pudiera solucionar todos los problemas ambientales (LS 106).

Consecuencias ambientales de la tecnocracia

La tecnociencia, bien orientada, no solo puede producir cosas realmente valiosas para mejorar la calidad de vida del ser humano, desde objetos de uso doméstico hasta grandes medios de transporte, puentes, edificios y espacios públicos. Pero la tecnología, que vinculada con el poder financiero busca solo el beneficio, no reconoce la dignidad de los otros (LS 104).

La tecnocracia, sin un sentido de límites ni una reflexión ética profunda, conduce a un tipo de explotación de la naturaleza que deja como resultado la degradación ambiental y una profunda inequidad social (LS 109).

4. Una «ecología integral»

Propone una «ecología integral» (una «ecología cristiana y ecuménica» apostillaría) que incluye las dimensiones humanas y sociales además de las ambientales. Esta visión holística reconoce que la crisis ecológica está intrínsecamente vinculada a las cuestiones sociales y económicas, y que no se puede abordar la protección del medio ambiente sin tener en cuenta la justicia social, la dignidad humana y el bienestar de las comunidades. Francisco subraya que esta ecología exige un cambio en los estilos de vida, en las políticas económicas y en la forma en que nos relacionamos con el entorno natural y con los demás seres humanos.

Una «ecología integral»

No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental. Las directrices para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y, simultáneamente, para cuidar la naturaleza (LS 139).

Una ecología integral es inseparable de la noción de bien común, un principio central y unificador de la ética social (LS 156).

Conexión entre el cuidado del medio ambiente y la justicia social

Cualquier planteo ecológico debe integrar una perspectiva social que tenga en cuenta los derechos fundamentales de los más desfavorecidos. Es insostenible el comportamiento de quienes combaten el tráfico de especies en extinción, pero permanecen indiferentes ante el tráfico de personas, se desentienden de los pobres, o buscan destruir a otros seres humanos en nombre de la justicia (LS 91).

La ecología estudia las relaciones entre los organismos vivientes y el ambiente donde se desarrollan. Implica también las relaciones que existen entre los seres humanos y el ambiente, las cuales no pueden separarse de la relación con uno mismo y con los demás seres humanos (LS 138).

Cambio de estilo de vida y políticas para una «ecología integral»

El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar (LS 13).

Es indispensable prestarle atención a las causas de los desequilibrios ecológicos, que están ligadas a la concepción global del hombre y de la vida, pues son los hábitos culturales, las formas de vida y las estructuras de poder las que determinan los modos de producción y de consumo (LS 119).

La interconexión entre la justicia social y la sostenibilidad ambiental.

No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental" (LS 139). "La cultura ecológica no se puede reducir a una serie de respuestas urgentes y parciales a los problemas que van apareciendo en relación con la degradación ambiental, el agotamiento de las reservas naturales y la contaminación (LS 111).

5. Líneas de orientación y acción

Presenta propuestas prácticas para la acción ambiental a nivel local, nacional e internacional. Llama a un cambio de estilo de vida, políticas justas y una economía al servicio del bien común.

En Laudato si', el papa ofrece una serie de propuestas prácticas para enfrentar la crisis ambiental, dirigidas a diferentes niveles de la sociedad: local, nacional e internacional. Francisco no solo llama a la implementación de políticas justas y sostenibles, sino también a un cambio de estilo de vida individual y colectivo. En este sentido señala la necesidad de una economía que esté al servicio del bien común, en lugar de la mera acumulación de riqueza, promoviendo así una transformación integral que abarque todos los aspectos de la vida humana y su relación con la creación

Propuestas para la acción ambiental

La acción política y económica no puede prescindir de una responsabilidad social y ecológica. Por eso es necesario un acuerdo global que impulse la aplicación de normas internacionales y mecanismos de control estrictos para enfrentar la contaminación, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático (LS 173).

Existen medidas que no pueden postergarse, como la reducción de la contaminación mediante la sustitución de fuentes de energía fósil y el fomento de energías renovables (LS 26).

Cambio de Estilo de Vida:

El cambio de estilo de vida podría llegar a ejercer una sana presión sobre quienes tienen poder político, económico y social. Esto es lo que sucede cuando los movimientos de consumidores logran hacer que algunos productos dejen de ser vendidos porque las empresas no son capaces de demostrar que respetan el ambiente y las condiciones de vida de los trabajadores (LS 206).

La sobriedad, que se vive con libertad y conciencia, es liberadora. No es menos vida, no es una baja intensidad de vida, es todo lo contrario: lo que es necesario es un sano descenso de la velocidad, que permita mirar la realidad de otra manera, recolectar los frutos del estilo de vida más austero y más enriquecido (LS 223).

Políticas justas y economía para el bien común

Necesitamos una política económica capaz de asumir responsablemente el impacto ecológico que generan las actividades humanas, y de ofrecer un sistema productivo más diversificado e innovador que reduzca las emisiones de gases contaminantes y procure al mismo tiempo mejorar las condiciones de vida de los más pobres (LS 129).

La economía y la política, en diálogo para la plena dignidad humana y la protección del medio ambiente, deben estar al servicio del bien común. Esto implica un cambio de modelo de desarrollo que promueva la inclusión social y reduzca las desigualdades (LS 189).

6. Educación y espiritualidad ecológica

En Laudato si' se destaca la importancia de la educación ambiental y de una espiritualidad ecológica como herramientas esenciales para promover una «conversión ecológica» tanto personal como comunitaria.

Francisco aboga por una educación que sensibilice a las personas sobre la necesidad de cuidar la Creación y por una espiritualidad que inspire un compromiso práctico con la protección del medio ambiente. Esta combinación de formación intelectual y desarrollo espiritual es vista como fundamental para generar un cambio profundo en la relación de la humanidad con la naturaleza

Aboga, pues, por la educación ambiental y una espiritualidad ecológica que fomenten una conversión interior y un compromiso práctico con el cuidado de la creación.

Educación ambiental

Es muy noble asumir el deber de cuidar la creación con pequeñas acciones cotidianas, y es maravilloso que la educación sea capaz de motivarlas hasta dar forma a un estilo de vida (LS 211).

Hace falta una educación ambiental que, a partir de una perspectiva crítica, fomente comportamientos ecológicos desde la más temprana edad. Para ello, la escuela, la familia, los medios de comunicación y la catequesis tienen un papel clave que desempeñar (LS 213).

Espiritualidad ecológica

Una conversión ecológica implica dejar brotar todas las consecuencias del encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que nos rodea. Vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa (LS 217).

La espiritualidad cristiana propone una forma alternativa de entender la calidad de vida y nos anima a un estilo de vida profético y contemplativo, capaz de gozar profundamente sin obsesionarse por el consumo (LS 222).

Conversión interior y compromiso práctico

No bastan las normativas para obligar a un comportamiento justo, aunque son necesarias; lo que hace falta es que seamos movidos a actuar desde una conversión interior (LS 218).

El cambio de mentalidad necesario para regenerar nuestra relación con la creación no puede ser sólo intelectual, sino también espiritual, basado en la fe y en el amor por la vida que Dios nos ha dado (LS 219).

Claves teológicas de Laudato si’

1. Interconexión de «toda la Creación»

La encíclica mantiene que todas las criaturas están interconectadas y dependen unas de otras, formando lo que denomina como un «tejido de la vida». Esta perspectiva teológica destaca la interdependencia y la solidaridad ecológica que enlaza con la tarea ecuménica, en especial la oración en común, que refuerza la unidad y la responsabilidad en el cuidado de la Creación.

Interconexión de todas las criaturas

Porque todas las criaturas están conectadas, cada una debe ser valorada con afecto y admiración, y todos los seres estamos llamados a formar esa sublime comunión universal (LS 42).

Nosotros mismos somos tierra (cf. Gn 2,7). Todo el universo material es un lenguaje del amor de Dios, de su desmesurado cariño hacia nosotros. El suelo, el agua, las montañas: todo es caricia de Dios (LS 84).

Tejido de la vida y solidaridad ecológica

La naturaleza es una red que conecta todo. Cuando rompemos estos lazos, se produce una reacción en cadena que daña gravemente el equilibrio ecológico (LS 140).

Es fundamental preocuparnos por el cuidado de los recursos naturales y por la sostenibilidad ecológica para mantener la integridad del tejido de la vida, que es esencial para la supervivencia de las futuras generaciones (LS 138).

Ecumenismo y oración en común

El movimiento ecuménico también se ve impulsado por la conciencia de que, aunque las diferentes comunidades cristianas tienen visiones teológicas particulares, hay un compromiso común con el cuidado de la creación, que puede ser potenciado a través de la oración en común y la acción conjunta (LS 244).

La creación solo puede ser comprendida adecuadamente desde una visión integral que une el amor por la naturaleza con la oración, ya que ambas son expresiones del amor de Dios por su obra (LS 246).

2. Responsabilidad humana y mayordomía

Francisco enfatiza la responsabilidad humana de cuidar la creación como mayordomos de Dios. Esta responsabilidad no solo incluye la protección del medio ambiente, sino también la promoción de la justicia social. Francisco recalca que los seres humanos no son dueños de la creación, sino sus custodios, llamados a administrar y cuidar el mundo con amor y respeto, asegurando su integridad para las generaciones futuras.

Responsabilidad humana como mayordomía bíblica

Dios creó el mundo para todos. Por lo tanto, cada enfoque ecológico debe incorporar una perspectiva social que tenga en cuenta los derechos fundamentales de los más desfavorecidos (LS 93).

No somos Dios. La tierra nos precede y nos ha sido dada. Esto nos permite responder al relato de la creación en el libro del Génesis, donde Dios nos encomendó 'labrar y cuidar' el jardín del mundo (Gn 2,15). Labrar significa cultivar, arar o trabajar, mientras que cuidar significa proteger, custodiar, preservar, velar (LS 67).

Protección del medio ambiente y justicia social

El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar (LS 13).

La tradición judeocristiana ha delineado claramente que el deber de cuidar la creación es una responsabilidad común, y su cumplimiento debe integrar tanto la protección de los recursos naturales como la justicia para los pobres y marginados (LS 95).

Mayordomía y la promoción de la justicia social

Una verdadera ecología integral requiere abrirse a categorías que trascienden el lenguaje de las matemáticas o la biología y nos conectan con la esencia de lo humano, para así, con sabiduría, promover la justicia social junto con la protección del medio ambiente (LS 11).

Cuando hablamos de 'medio ambiente' nos referimos también a una relación particular: la que existe entre la naturaleza y la sociedad que la habita. Esta relación ha sido destruida cuando consideramos al medio ambiente como algo separado de nosotros o como un mero lugar donde vivimos, pero olvidamos que somos parte de él (LS 139).

3. «Conversión ecológica»

La «conversión ecológica» es una llamada a una transformación interior que se refleja en un cambio de actitudes y comportamientos hacia la Creación. Esta conversión implica reconocer la Creación como un don de Dios y vivir en armonía con ella.

Hace falta una conversión ecológica, que implique dejar brotar todas las consecuencias del encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que nos rodea (LS 217).

4. Dimensión sacramental de la Creación

La Creación es vista como una revelación de Dios y un lugar donde se puede experimentar la presencia divina. Esta visión sacramental invita a una actitud de reverencia y gratitud hacia la naturaleza.

En Laudato si' el papa presenta la Creación como una «revelación de Dios» y un lugar donde se puede experimentar su presencia divina. Esta perspectiva sacramental ve a la naturaleza no solo como un entorno físico, sino como un signo visible de la gracia de Dios, que invita a una actitud de reverencia, gratitud y responsabilidad hacia el mundo natural. Francisco subraya que la creación es un don sagrado que refleja la bondad de su creador, y que cada elemento de la naturaleza tiene un valor intrínseco que debe ser admirado, respetado y protegido.

Creación como revelación de Dios

El universo se desarrolla en Dios, que lo llena todo. Por tanto, hay un misterio que cada criatura lleva en sí. Es un valor y una gracia que Dios nos ofrece al contemplar su obra (LS 233).

Toda la naturaleza, además de manifestar a Dios, es lugar de su presencia. En cada criatura vive su Espíritu vivificante que nos llama a una relación con Él (LS 88).

Visión sacramental de la naturaleza

El mundo material es el lugar donde Dios se manifiesta y actúa, y también es un medio para nuestra relación con Él. Por eso, cada criatura es un objeto de la ternura del Padre, que le da un lugar en el mundo (LS 84).

El cristianismo no ha rechazado la materia, el cuerpo, ni el mundo, sino que se ha encarnado en ellos. Según la fe cristiana, toda la creación es buena y es llamada a la plenitud en Dios (LS 235).

Actitud de reverencia y gratitud hacia la naturaleza

Una ecología integral está hecha de gestos cotidianos que rompen la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo. Implica una gratitud por lo que nos ha sido dado como don, y que debemos custodiar como tal (LS 224).

Si nos sentimos íntimamente unidos a todo lo que existe, la sobriedad y el cuidado brotarán espontáneamente, y más que renunciar a algo, se vivirá con plenitud y armonía (LS 11).

5. Justicia social y ambiental

La encíclica conecta la crisis ambiental con la crisis social, subrayando que la lucha por la justicia social está intímamente vinculada a la protección del medio ambiente, ya que los más pobres y vulnerables son los que más sufren las consecuencias de la degradación ambiental. La justicia para los pobres y la justicia para la Creación son inseparables.

Conexión entre la Justicia social y ambiental

No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental. Las directrices para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y, simultáneamente, para cuidar la naturaleza (LS 139).

El deterioro del ambiente y el de la sociedad afectan de modo especial a los más débiles del planeta: tanto la experiencia cotidiana como el estudio de la historia muestran que los más pobres son los que sufren más las consecuencias de todas las agresiones ambientales (LS 48).

Justicia para los pobres y la Creación

Por eso, un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres (LS 49).

El grito de la tierra y el grito de los pobres no pueden seguir siendo ignorados; son dos caras de la misma moneda (LS 117).

6. Crítica al antropocentrismo desordenado y situado

Critica una visión antropocéntrica que coloca al ser humano como el centro absoluto, promoviendo en su lugar la novedad de un «antropocentrismo situado» que reconoce la dignidad humana y la interdependencia con la Creación. Francisco propone en su lugar un «antropocentrismo situado», que reconoce la dignidad humana pero también la interdependencia con toda la Creación, defendiendo la responsabilidad del ser humano de cuidar y respetar el mundo natural.

En su crítica al «antropocentrismo desordenado», antropocentrismo moderno, paradójicamente, ha terminado colocando la razón técnica por encima de la realidad, ignorando la importancia de las criaturas en el plan de Dios (LS 115).

Es evidente la incoherencia de quienes luchan contra el tráfico de animales en peligro de extinción, pero permanecen indiferentes frente a la trata de personas, se desinteresan por los pobres o se empeñan en destruir a otro ser humano en su trabajo, y más aún cuando se justifica la eliminación de vidas humanas bajo el pretexto de brindar protección a otras especies (LS 91).

El ser humano, aunque presupone la responsabilidad única de cuidar de los otros seres, tiene el deber de reconocer que su propia existencia depende de las demás criaturas, con las que comparte la historia del mundo (LS 42).

Es indispensable prestar atención a los puntos débiles del modelo tecnocrático, que tiende a hacer creer que todo avance técnico se justifica por sí mismo, ignorando la realidad última del ser humano y su relación con el entorno natural (LS 122).

7. Crítica al consumo desmedido

Laudato si' critica el consumo desmedido y el paradigma tecnocrático que lo sustenta, una perspectiva que prioriza la tecnología y la eficiencia económica sobre las consideraciones sociales y ambientales. Este modelo económico, centrado en obtener beneficios a corto plazo, ignora los costos a largo plazo, promoviendo la explotación de los recursos naturales y aumentando la desigualdad social.

El papa llama a un cambio hacia un modelo de desarrollo que respete la sostenibilidad, la justicia social y la dignidad humana, proponiendo una economía que valore tanto el bienestar de las personas como la protección del medio ambiente.

El paradigma tecnocrático tiende a ejercer su dominio sobre la economía y la política (LS 109). Este modelo económico se caracteriza por la búsqueda de beneficios a corto plazo, sin tener en cuenta los costos sociales y ambientales (LS 128).

8. Llamada a la acción global y local

La encíclica llama a la acción a todos los niveles, desde individuos y comunidades locales hasta gobiernos y organizaciones internacionales, promoviendo políticas y prácticas sostenibles. Laudato si' hace un llamamiento urgente a la acción en todos los niveles de la sociedad, desde individuos y comunidades locales hasta gobiernos y organizaciones internacionales. La encíclica insiste en la necesidad de adoptar «políticas y prácticas sostenibles» que protejan el medio ambiente y promuevan la justicia social. Francisco insiste en que todos tienen un papel que desempeñar en la solución de la crisis ecológica y que se requiere un esfuerzo colectivo y coordinado para lograr un cambio real y duradero.

Acción a nivel individual y comunitario

La acción política y económica no puede prescindir de la responsabilidad social y ambiental, y debe incitar a las personas a asumir un estilo de vida más austero y solidario (LS 206).

El cambio de estilo de vida puede llegar a ejercer una sana presión sobre quienes tienen poder político, económico y social. Esto es lo que sucede cuando los movimientos de consumidores logran que algunos productos dejen de ser vendidos porque las empresas no pueden demostrar que respetan el ambiente y las condiciones laborales (LS 206).

Acción a nivel nacional e internacional

Es indispensable que las instituciones y los gobiernos desarrollen y apliquen políticas públicas que promuevan un desarrollo sostenible y justo, reduciendo las emisiones contaminantes y protegiendo los recursos naturales (LS 177).

Hace falta un acuerdo global que impulse políticas sostenibles y mecanismos de control rigurosos para enfrentar la contaminación, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático (LS 173).

Promoción de políticas y prácticas sostenibles

La política y la economía, en diálogo para el bien común y el cuidado del ambiente, deben también reconocer la prioridad de las realidades locales y fomentar una cultura de responsabilidad social que promueva prácticas sostenibles en todos los niveles (LS 196).

La urgencia de un cambio de rumbo hacia un modelo de desarrollo más sostenible, basado en la interdependencia y la corresponsabilidad global, debe inspirar la formulación de políticas públicas orientadas al bien común (LS 194).

9. Responsabilidad global y local

La encíclica subraya la responsabilidad tanto global como local en la protección del medio ambiente. Afirma el papa que es crucial establecer un marco normativo que imponga límites claros para salvaguardar los ecosistemas. Además, Francisco insiste en que las decisiones actuales, aunque pretendan servir al bien común, deben considerar sus impactos a largo plazo para asegurar un futuro sostenible. Su mensaje es un llamado a la acción colectiva, instando a todos, desde las autoridades internacionales hasta las comunidades locales, a asumir su responsabilidad en la preservación del planeta para las generaciones venideras.

Es indispensable crear un sistema normativo que incluya límites infranqueables y asegure la protección de los ecosistemas" (LS 53). "Las decisiones que se toman hoy, aunque estén supuestamente inspiradas en el bien común, deben también ser pensadas en términos de sus consecuencias para el futuro (LS 178).

Diálogo y cooperación

Francisco destaca la importancia del diálogo y la cooperación entre diferentes disciplinas y tradiciones para abordar la crisis ecológica. Insiste que el diálogo entre las ciencias es esencial, ya que cada una aporta una perspectiva única y valiosa para entender la compleja realidad ambiental. Además, resalta la necesidad del diálogo interreligioso, reconociendo su papel crucial en la promoción de la paz y la justicia social. Su mensaje enfatiza la cooperación global y la integración de diversas perspectivas como clave para encontrar soluciones sostenibles y equitativas a los desafíos ecológicos y sociales actuales.

El diálogo entre las diversas ciencias es también necesario porque cada una estudia la realidad desde su perspectiva particular con sus métodos específicos (LS 201).

El diálogo interreligioso también merece una atención especial debido a su importancia para la paz y la justicia social (LS 199).


Celebraciones de las Jornadas

A continuación, se presenta un resumen de cada año desde su institución, incluyendo las fechas, temas y una síntesis de los mensajes:

2015: 1 de septiembre

Tema: Institución de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación

Con esta ocasión inaugural el papa Francisco invitó a toda la iglesia católica a unirse en oración por la creación, destacando la necesidad urgente de cuidar nuestro hogar común y asumir una conversión ecológica. Se puso de manifiesto la interconexión entre la crisis ambiental y la crisis social.

2016: 1 de septiembre

Tema: «Mostrar misericordia a nuestra casa común»

En el contexto del «Año de la Misericordia», Francisco llamó a mostrar misericordia a la creación, destacando la relación entre el cuidado del medio ambiente y las obras de misericordia. Se destacó el impacto del cambio climático en los pobres y la necesidad de una acción global.

2017: 1 de septiembre

Tema: «Llamados a ser custodios de la creación»

El papa Francisco subrayó la responsabilidad de todos los cristianos de ser custodios de la creación. El mensaje significó la importancia de la educación y la espiritualidad ecológica, instando a una acción concreta para proteger el medio ambiente.

2018: 1 de septiembre de 2018

Tema: «Agua, fuente de vida»

En este año, el mensaje del papa se centró en la importancia del agua como recurso vital. Se abordó la crisis del agua y la necesidad de garantizar el acceso a agua potable para todos. Se hizo, además, un llamado a la gestión sostenible y justa del agua.

2019: 1 de septiembre

Tema: «La red de la vida»

El mensaje de este año destacó la biodiversidad y la unión de todas las formas de vida. Francisco subrayó la responsabilidad de proteger la biodiversidad y abordar la pérdida de especies debido a la actividad humana.

2020: 1 de septiembre

Tema: «Jubileo por la Tierra»

En el contexto del 50 aniversario del «Día de la Tierra», el papa Francisco llamó a un Jubileo por la Tierra, un tiempo de renovación y restauración ecológica. A destacar la necesidad de justicia social y ambiental, instando a la conversión ecológica.

2021: 1 de septiembre de 2021

Tema: «¿Un hogar para todos? Renovando el Oikos de Dios»

El mensaje se centró en la necesidad de renovar el «Oikos» de Dios, el hogar común de todos. En este sentido Francisco pidió acciones concretas para asegurar que todos tengan un lugar en la casa común, haciendo hincapié en la justicia y la sostenibilidad.

2022: 1 de septiembre

Tema: Escucha la voz de la creación

El papa instó a los cristianos a escuchar el clamor de la creación y de los pobres afectados por la crisis ecológica. Se insistió en la necesidad de un cambio de estilo de vida y políticas que protejan el medio ambiente y los derechos humanos.

2023: 1 de septiembre

Tema: «Que la justicia y la paz fluyan»

En este año, el mensaje se centró en la interconexión entre la justicia, la paz y la integridad de la creación. Llamó a la acción urgente para abordar las injusticias ambientales y promover la paz a través del cuidado del medio ambiente.

2024: 1 de septiembre

Tema: «Esperanzar y actuar con la creación»

En el actual año se subraya la importancia de la esperanza cristiana y la acción proactiva en el cuidado de la creación. El mensaje destaca la interdependencia de todas las criaturas y la necesidad de una conversión ecológica integral, llamando a los creyentes a ser testigos de esperanza y custodios de la creación en un mundo herido por el pecado y la injusticia ambiental.

Síntesis del Mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación
(1° de septiembre de 2024) 

27 de junio de 2024. San Juan de Letrán. 
https://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/cura-creato/documents/20240627-messaggio-giornata-curacreato.html

«Espera y actúa con la Creación»

1. Espíritu Santo y fe cristiana

La fe proviene de la presencia del Espíritu Santo en nosotros, quien nos guía hacia la vida en Cristo y nos hace creativos y proactivos en la caridad.

El Espíritu nos llama a vivir orientados hacia los bienes eternos y a enfrentar la lucha entre la lógica del mundo y la lógica del Espíritu, con el amor como primer fruto (Rm 5,5; Ef 1,14).

2. Fe, esperanza y parusía

La vida cristiana es una espera activa de la segunda venida de Cristo, centrada en la fe y la caridad. La «demora» de la parusía no es un problema; la cuestión es si habrá fe en la tierra cuando Cristo regrese (Lc 18,8).

La fe se manifiesta en el testimonio de amor, justicia y fraternidad, en respuesta al sufrimiento humano y universal (Rm 8,19-25).

3. Crecimiento y esperanza en la Creación

La Creación está en proceso de un nuevo nacimiento y espera su liberación. Esta esperanza permite enfrentar las adversidades con firmeza y ver la historia con una perspectiva realista basada en la fe (Rm 8,19-22).

4. Maldad y redención

El pecado de Adán afectó tanto a la humanidad como a la Creación, que ahora gime en espera de la redención. La salvación en Cristo ofrece esperanza no solo para los humanos, sino también para toda la Creación (Rm 8,20-22).

5. Conversión y estilos de vida

La conversión implica pasar de dominar la naturaleza a cuidarla, restaurando las relaciones fundamentales con Dios, los demás y el cosmos. Esto es esencial para la salvación plena (Laudate Deum, 73).

6. Poder humano y ética

Es crucial repensar el poder humano y establecer límites éticos, especialmente en el desarrollo de la inteligencia artificial (IA), para evitar que se vuelva contra la humanidad y la naturaleza (Laudate Deum, 28).

7. Espíritu Santo y ecología humana

La obediencia al Espíritu transforma nuestra actitud hacia la creación, pasando de «depredadores» a «cultivadores». El hombre redimido en Cristo está llamado a cuidar la tierra, que es de Dios (Lv 25,23).

8. Teología del cuidado de la Creación

El cuidado de la Creación es una cuestión teológica, entrelazada con el misterio de Dios y el hombre. La acción cristiana debe promover la justicia y la paz, reflejando la revelación de los hijos de Dios que la Creación espera (Rm 8,21).

9. Fe encarnada y esperanza:

Vivir la fe de manera encarnada implica compartir el sufrimiento y la esperanza de la humanidad, anticipando la resurrección y la plenitud en Cristo. La vida en el Espíritu se convierte en un canto de amor a Dios y a la Creación (Rm 8,2; Ga 2,20).

Conclusión

El mensaje invita a una esperanza proactiva y una fe encarnada, actuando con responsabilidad y amor hacia la Creación. Llama a un cambio de estilo de vida y una conversión profunda en relación con Dios, los demás y el medio ambiente.

Las claves teológicas del Mensaje 2024

1. La presencia del Espíritu Santo

El mensaje enfatiza que la fe cristiana es posible gracias a la presencia del Espíritu Santo en los creyentes. El Espíritu Santo es quien infunde amor, esperanza y creatividad en la caridad.

Relación con otros documentos eclesiales

Carta encíclica Dominum et vivificantem (1986): Juan Pablo II marca el papel del Espíritu Santo como «dador de vida» y su acción en la historia de la salvación y la vida de la Iglesia.

Constitución dogmática Lumen gentium (1964): El Espíritu Santo es el principio vital de la Iglesia y guía a los fieles hacia la verdad completa.

2. La esperanza cristiana y la parusía

La vida cristiana es una espera activa de la segunda venida de Cristo (parusía), vivida con fe, caridad y esperanza. La demora de la parusía no debe ser motivo de preocupación, sino una oportunidad para manifestar la fe a través de obras de amor, justicia y unidad.

Relación con otros documentos eclesiales

Carta encíclica Spe salvi (2007): Benedicto XVI trata sobre la esperanza cristiana, significando que la salvación en Cristo ofrece una esperanza que no decepciona, incluso en medio de las tribulaciones y dificultades más extremas.

Exhortación apostólica Evangelii gaudium (2013): Francisco I invita a vivir y compartir la alegría del Evangelio, esperando activamente la llegada del Reino de Dios.

3. El gemido de la Creación y la solidaridad cósmica

La Creación entera gime (clama) en espera de la redención, y hay una solidaridad profunda entre la humanidad y la naturaleza. La liberación del hombre implica también la liberación de la Creación, que comparte la esclavitud y la esperanza de redención y por ella clama.

Relación con otros documentos eclesiales

Carta encíclica Laudato si' (2015): Francisco I aborda la relación entre la crisis ambiental y la crisis social, destacando la interconexión entre todas las criaturas y la responsabilidad humana de cuidar la Creación.

Carta encíclica Caritas in veritate (2009): Benedicto XVI recalca la relación entre el desarrollo humano integral y el respeto por la Creación.

4. Conversión ecológica y estilos de vida

La conversión implica un cambio de mentalidad y estilo de vida, pasando de la dominación de la naturaleza a su cuidado. Esta conversión abarca las relaciones con Dios, con los demás y con el cosmos.

Relación con otros documentos eclesiales

Carta encíclica Laudato si' (2015): Francisco llama a una «conversión ecológica» que implica una transformación profunda en la manera de relacionarse y estar con la Creación.

Exhortación apostólica Querida Amazonia (2020): El papa Francisco aboga por una ecología integral que respete tanto la diversidad cultural como la natural.

5. Poder humano y límites éticos

Es necesario repensar el poder humano y establecer límites éticos, especialmente en el desarrollo tecnológico. Un poder descontrolado puede poner en riesgo la vida y la supervivencia humana y comprometerla para siempre.

Relación con otros documentos eclesiales

Carta encíclica Laudato si' (2015): Se destaca la necesidad de una ética ecológica y límites al uso indiscriminado de la tecnología y la IA.

Carta encíclica Caritas in veritate (2009): Benedicto XVI enfatiza la importancia de la ética en el desarrollo humano y tecnológico actual.

6. Teología del cuidado de la Creación

El cuidado de la Creación es una cuestión teológica, entrelazada con el misterio de Dios y del hombre. El acto creador de Dios funda la ética humana y llama a los cristianos a promover la justicia y la paz, así como la responsabilidad activa.

Relación con otros documentos

Constitución pastoral Gaudium et spes (1965): La Iglesia se compromete con los gozos y esperanzas de la humanidad, incluyendo la responsabilidad de cuidar responsablemente de la Creación.

Carta encíclica Laudato si' (2015): Pone de relieve que la preocupación por la naturaleza está enraizada en la fe cristiana y es parte del plan de Dios para la salvación de toda la Creación (incluida la humanidad).

7. Fe encarnada y esperanza activa

La fe cristiana es encarnada, vivida en la realidad concreta del sufrimiento y la esperanza humana. La vida en el Espíritu Santo transforma la actitud hacia Dios, los demás y la Creación, dirigiéndola hacia la santidad.

Relación con otros documentos eclesiales

Exhortación apostólica Evangelii gaudium (2013): La fe debe ser vivida y compartida en el mundo real, con una acción que transforme la sociedad.

Carta encíclica Spe salvi (2007): La esperanza cristiana debe ser proactiva, manifestándose en la vida diaria y en el compromiso efectivo con la justicia y la paz.

Conclusión

El mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación está profundamente arraigado en la teología cristiana y se vincula estrechamente con otros documentos de la iglesia católica. Este mensaje acentúa la importancia de la presencia del Espíritu Santo, la esperanza activa en la parusía, la solidaridad cósmica, la conversión ecológica, la necesidad de límites éticos al poder humano, y la interconexión teológica entre el cuidado de la Creación y la fe cristiana, así como su praxis correcta.


Síntesis del Mensaje de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social en la Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación (1 de septiembre de 2024)

Introducción

La iglesia católica en España se une a la invitación del papa Francisco para celebrar el Tiempo de la Creación, que comienza el 1 de septiembre y concluye el 4 de octubre, día de san Francisco de Asís. El tema es Esperanzar y actuar con la Creación, basado en la carta de san Pablo a los romanos (Rom 8, 19-25).

Reflexión teológica

1. Esperanza cristiana

Los obispos enfatizan que la esperanza cristiana es una lectura alternativa de la historia y de las vicisitudes humanas, no ilusoria sino realista, basada en una fe que ve lo invisible y en un antropocentrismo situado en la salvación de nuestra casa común y de quienes la habitan.

2. Visión cristiana del mundo

La Creación tiene un valor propio y debe ser cuidada. El ser humano, central en la creación, debe reconocer su interdependencia con otros seres vivos y el medio ambiente. Este cuidado es parte de la dignidad humana y de la esperanza cristiana.

3. Esperanza dinámica

La esperanza cristiana se manifiesta en la visión de «cielos nuevos y tierra nueva» (Ap 21,1), guiados por el Espíritu de Dios hacia un destino común en Dios, con Cristo resucitado abrazando todas las cosas.

El gemido y la esperanza

1. El sufrimiento de la Creación

San Pablo habla del gemido universal de la Creación, afectada por el pecado y el sufrimiento. Este gemido se manifiesta en las injusticias del mundo, guerras, contaminación y devastación del medio ambiente, afectando especialmente a los más pobres y frágiles.

2. Llamada a la conversión

La enseñanza paulina llama a una conversión sincera para testimoniar la esperanza en medio del sufrimiento, recordando que nada nos puede separar del amor de Dios en Cristo (Rom 8, 38-39).

3. Interrelación entre Dios y el hombre

El cuidado de la Creación está relacionado con el misterio de Dios y del ser humano, basado en el amor con el que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza y la promesa de salvación en Cristo.

Ser creyentes esperanzados

1. Compromiso cristiano

Los cristianos deben vivir su fe informada por el Espíritu Santo, confiando en un horizonte de esperanza que no defrauda y promoviendo nuevos estilos de vida en lo personal, social, político y económico.

2. Motivación teológico-ética

La fe compromete al cristiano a promover la justicia y la paz en el mundo, considerando la Creación como un don de Dios para todos. Este compromiso incluye el cuidado de la casa común y la ecología integral.

3. Razón de la esperanza

En medio del gemido y el dolor de las criaturas, los cristianos deben dar razón de su esperanza, avalada por la revelación de Cristo, Señor del cosmos y de la historia. Esta esperanza, fundamentada en el amor de Dios, no defrauda.

Conclusión

Los obispos miembros de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social llaman a una conversión ecológica y a un compromiso activo con la justicia, la paz y el cuidado de la Creación, recordando que nuestra esperanza está en Cristo resucitado, quien guía todas las cosas hacia su plenitud en Dios.

(Resulta notable que el documento no haya sido elaborado ni asumido también por los obispos miembros de la Subcomisión Episcopal para las Relaciones Interconfesionales y el Diálogo Interreligioso, considerando la evidente carga ecuménica y dialogal (con la pluralidad religiosa) que este implica. Esta decisión del episcopado español se percibe como una acción de compleja justificación y difícil acogida. Además, el hecho de relegar el ecumenismo y el diálogo interreligioso a un nivel secundario dentro de las subcomisiones (al interior de la organización de la Conferencia Episcopal) revela mucho acerca de las prioridades e intereses de nuestros obispos católicos. Es especialmente significativo que esta subcomisión esté subordinada a la Comisión de Doctrina de la Fe, que históricamente se nutre de la matriz del Santo Oficio o Inquisición. El Mensaje episcopal: https://www.conferenciaepiscopal.es/jornada-oracion-cuidado-creacion-2024)


Apéndices

A. Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación en la Iglesia Ortodoxa

Fundamentos y autoridad

1. Institución por el patriarca ecuménico

La iglesia ortodoxa celebra la Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación desde el 1 de septiembre de 1989, anterior a la iglesia católica y al CMI. Esta jornada fue instituida por el patriarca ecuménico Demetrio I, quien declaró oficialmente el 1 de septiembre como el día de oración por la protección del medio ambiente, marcando el inicio del año litúrgico ortodoxo.

2. Bases teológicas inspiradoras

Teología de la Creación: La teología ortodoxa ve la Creación como una manifestación de la sabiduría y amor divinos. La humanidad tiene el deber de cuidar y proteger el mundo creado como un acto de adoración, admiración y respeto hacia Dios.

Espiritualidad sacramental: La naturaleza es vista como un sacramento, revelando la presencia y la gracia de Dios. Esta visión sacramental fomenta una actitud de reverencia y responsabilidad hacia la Creación.

Interdependencia y comunidad: La iglesia ortodoxa enseña que todas las criaturas están interconectadas y que la humanidad es parte de un todo más grande. Este entendimiento promueve una ética de cuidado y respeto mutuo.

3. Documentos y declaraciones ortodoxas

Encíclicas patriarcales: Los patriarcas ecuménicos han emitido varias encíclicas y declaraciones a lo largo de los años, subrayando la importancia del cuidado del medio ambiente y llamando a la acción conjunta de los fieles ortodoxos.

Teología y ecología: Teólogos ortodoxos han desarrollado una rica reflexión sobre la ecología desde una perspectiva cristiana, integrando enseñanzas patrísticas y litúrgicas en su comprensión del cuidado de la Creación.

Ecumenismo con la iglesia católica

1. Colaboración ecuménica

La Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación es una oportunidad significativa para la colaboración ecuménica entre la Iglesia Ortodoxa y la Iglesia Católica. Ambas iglesias comparten una preocupación común por el medio ambiente y reconocen la importancia de trabajar juntas para abordar la crisis ecológica.

2. Declaraciones conjuntas

En 2002, Bartolomé I y Juan Pablo II firmaron una Declaración Común sobre la Creación, subrayando la necesidad de una acción ecológica conjunta y afirmando su compromiso de cuidar la Creación.

En años posteriores, ha habido varias iniciativas y declaraciones conjuntas entre líderes ortodoxos y católicos, promoviendo la conciencia ecológica y la acción coordinada.

3. Iniciativas comunes

Tiempo de la Creación: Desde 2015, el papa Francisco ha invitado a los católicos a unirse al Tiempo de la Creación, una iniciativa ecuménica que se celebra del 1 de septiembre al 4 de octubre. Esta iniciativa ha sido apoyada por el patriarcado ecuménico de Constantinopla y otras iglesias cristianas, proporcionando un marco común para la oración y la acción ecológica.

Eventos y conferencias: Ambas iglesias participan en eventos y conferencias ecuménicas sobre ecología, desarrollando un diálogo continuo y la cooperación en temas ambientales.

La Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación en la Iglesia Ortodoxa se basa en fundamentos teológicos profundos y en la autoridad del patriarcado ecuménico. Esta Jornada ha sido una práctica significativa desde 1989 y ha fomentado una colaboración ecuménica con la iglesia católica que continua. Ambas iglesias comparten un compromiso común para cuidar la Creación y trabajan juntas para enfrentar los desafíos ecológicos a través de iniciativas vinculadas y declaraciones comunes. Esta cooperación no solo fortalece los lazos entre las iglesias, sino que también amplifica su impacto en la promoción de la justicia ambiental y la sostenibilidad, además de ser signo de testimonio visible que beneficia a la unidad.

B. Consejo Mundial de Iglesias (CMI)

El Consejo Mundial de Iglesias ha asumido desde sus inicios la responsabilidad de promover y desarrollar la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación. Este evento, de carácter ecuménico, se celebra anualmente del 1 de septiembre al 4 de octubre, coincidiendo con la festividad de san Francisco de Asís, reconocido como el santo patrono de la ecología. Durante este período, las iglesias miembros del Consejo Mundial de Iglesias, en conjunto con la iglesia católica y las iglesias ortodoxas, se unen en oración y acción por la protección del medio ambiente y la justicia climática.

La Jornada Mundial de Oración tiene como objetivos fundamentales:
  • Fomentar la conciencia ecológica: Se busca sensibilizar a las comunidades cristianas acerca de la obligación espiritual de cuidar el medio ambiente.
  • Fortalecer la unidad ecuménica: La jornada une a cristianos de diversas denominaciones en una causa común, promoviendo la comunidad y la unidad en la fe.
  • Motivar a la acción concreta: Más allá de la oración, se impulsa la adopción de medidas prácticas para la protección y preservación del medio ambiente tanto en la vida cotidiana como en las políticas comunitarias y eclesiales.
Durante este tiempo, se organizan diversas actividades, entre las cuales destacan:
  • Servicios de oración y liturgias especiales: Enfocados en la creación, con lecturas bíblicas, himnos y oraciones que subrayan la responsabilidad del ser humano en el cuidado del mundo natural.
  • Reflexiones y sermones: Se medita sobre textos bíblicos que resaltan la creación como un don de Dios, alentando a los creyentes a adoptar una conducta responsable y ética hacia el medio ambiente.
  • Actividades comunitarias: Se incluyen iniciativas como limpiezas comunitarias, plantación de árboles y otras acciones ecológicas que reflejan el compromiso tangible con la conservación de la Creación.
El Consejo Mundial de Iglesias, al impulsar esta Jornada, pone de relieve la importancia de la cooperación ecuménica en temas de justicia social y medioambiental. La participación conjunta de diversas tradiciones cristianas en esta celebración es un testimonio poderoso y eficaz de cómo el cuidado de la Creación puede servir como un espacio común para el diálogo y la acción entre diferentes comunidades de fe y praxis.

C. Referencia y selección bibliográfica (en español)

Vikström, Andreas. La teología de la creación en el contexto ecuménico. Editorial Verbo Divino, Navarra, 2014.

Andreas Vikström explora cómo la teología de la Creación puede servir como un punto de encuentro para el diálogo ecuménico. La obra destaca la importancia de reconocer la interdependencia de todas las criaturas y cómo esta perspectiva puede fortalecer la oración y la acción ecuménicas en favor de la Creación, acompasando con el anclaje de Francisco en Laudato si'.

Ruiz de la Peña, Juan Luis. Dios, hombre, mundo: Teología de la creación. Ediciones Sígueme, Salamanca, 2007.

Juan Luis Ruiz de la Peña presenta una visión teológica de la Creación que enfatiza la relación entre Dios, el ser humano y el mundo. Esta obra proporciona una base teológica sólida para comprender la interconexión de todas las criaturas y refuerza la idea de que la Creación es un «tejido de la vida» interdependiente. Esta perspectiva es clave para entender la propuesta de Francisco sobre la solidaridad ecológica y la unidad en la oración.

Boff, Leonardo. Ecología y Espiritualidad. Editorial Trotta, Madrid, 2003.

En esta obra, Leonardo Boff explora la intersección entre ecología y espiritualidad, proponiendo una visión completa que conecta la fe con el compromiso ecológico. Boff sostiene que una verdadera espiritualidad ecológica es fundamental para motivar una conversión interior que se traduzca en acciones concretas para el cuidado de la Creación, en sintonía con la propuesta de Francisco en Laudato si'. El autor ha escrito numerosos trabajos sobre la problemática que estudiamos.
  • Clamor de la Tierra, Clamor de los Pobres. Editorial Trotta, Madrid, 1996. En este libro, Leonardo Boff articula la interrelación entre la crisis ecológica y la injusticia social, una temática que es central en Laudato si'. Boff explora cómo la degradación ambiental y la explotación de los recursos naturales afectan a los más pobres, haciendo eco del llamado de Francisco a una «ecología integral» que reconozca y responda al sufrimiento tanto de la tierra como de los excluidos.
  • Ecología: Grito de la Tierra, Grito de los Pobres, Editorial Trotta, Madrid, 1996. Boff explora la conexión entre la crisis ecológica y la injusticia social, una idea central en la ecología integral propuesta por Francisco en Laudato si'. Argumenta que no se puede hablar de ecología sin abordar la pobreza y la exclusión social, ya que los más pobres son quienes más sufren las consecuencias de la degradación ambiental.
  • Saber cuidar: Ética del humano-compasivo para una nueva civilización. Editorial Trotta, Madrid, 2002. Leonardo Boff analiza el concepto de mayordomía desde una perspectiva ética, destacando la necesidad de un cuidado compasivo y responsable de la Creación. Esta obra resuena con la visión de Francisco en Laudato si' sobre la responsabilidad humana de proteger el medio ambiente y promover la justicia social, ofreciendo una reflexión profunda sobre cómo el cuidado de la tierra está intrínsecamente ligado al respeto por la dignidad humana.
  • La tierra es sagrada: Ecología, espiritualidad y teología de la liberación. Editorial Trotta, Madrid, 1995. Boff defiende en esta obra una espiritualidad ecológica que ve la tierra como sagrada y sacramental. Su perspectiva está en sintonía con la dimensión sacramental de la Creación descrita en Laudato si', invitando a una actitud de cuidado y gratitud hacia el planeta como un reflejo del amor de Dios.
  • El cuidado esencial: Ética del ser humano en el mundo. Editorial Trotta, Madrid, 2012. El teólogo y filósofo brasileño ofrece una profunda reflexión sobre la ética del cuidado como una respuesta al «antropocentrismo desordenado». Propone una relación más equilibrada entre el ser humano y la naturaleza, en la que se reconozca la interdependencia y la necesidad de un enfoque ético que respete todas las formas de vida. Boff coincide con Francisco en la necesidad de un cambio de paradigma hacia un «antropocentrismo situado».
Izquierdo, Mario. Educación Ambiental y Desarrollo Sostenible: Hacia una Pedagogía de la Tierra. Ediciones Morata, Madrid, 2001.

Mario Izquierdo aborda la importancia de la educación ambiental como medio para alcanzar el desarrollo sostenible. Este libro proporciona herramientas pedagógicas para sensibilizar y formar a las personas en el cuidado del medio ambiente, adhiriéndose a la visión de Francisco sobre la necesidad de una educación que promueva un cambio de mentalidad y de hábitos hacia la Creación.

González Faus, José Ignacio. La ecología, nuevo nombre de la paz: Reflexiones sobre el cuidado de la casa común. Ediciones Cristianidad, Madrid, 2016.

José Ignacio González Faus, muy conocido y admirado en el ámbito eclesial español, reflexiona sobre la relación entre ecología, paz y justicia, proponiendo una espiritualidad que fomente la reconciliación del ser humano con la Creación. Su obra está en línea con la propuesta de Francisco de una espiritualidad ecológica que inspire una conversión interior y un compromiso activo con la protección del medio ambiente.

Martínez Alier, Joan. El ecologismo de los pobres: Conflictos ambientales y lenguajes de valoración. Icaria Editorial, Barcelona, 2004.

Joan Martínez Alier examina cómo las comunidades pobres y marginadas en todo el mundo se ven afectadas por los conflictos ambientales. Su obra complementa la visión de Francisco en Laudato si', proporcionando un análisis detallado de cómo los problemas ecológicos agravan las desigualdades sociales resaltando a la vez la importancia de escuchar el «clamor de los pobres» en cualquier estrategia ambiental.

Benedicto XVI. El Creador del cielo y de la tierra: Reflexiones sobre la creación. Editorial San Pablo, Madrid, 2009.

Reflexiona Benedicto XVI sobre la Creación desde una perspectiva teológica y bíblica, destacando la responsabilidad de la humanidad en el cuidado del mundo creado por Dios. El libro complementa la visión de Francisco en Laudato si', acentuando la dignidad de la Creación y la convocatoria a respetarla como «don divino».

Ruiz de la Peña, Juan Luis. El hombre y la creación: Una antropología teológica. Ediciones Sígueme, Salamanca, 1991.

Ofrece una profunda reflexión sobre la antropología teológica y su relación con la creación. Este libro es una referencia clave para entender la visión de la Creación como un don de Dios y la responsabilidad del ser humano de custodiarla, en línea con la teología expuesta por Francisco en Laudato si'.

Ellul, Jacques. El sistema tecnocrático: La técnica y el desafío de la civilización. Editorial Monte Carmelo, Burgos, 2003.

Jacques Ellul, filósofo y sociólogo, ofrece una crítica contundente de la tecnocracia y su impacto en la sociedad y el medio ambiente. Su análisis resuena con las preocupaciones de Francisco en Laudato si', ya que identifica la tecnocracia como un sistema que prioriza el progreso técnico sin considerar sus consecuencias éticas y ecológicas.

Latouche, Serge. La apuesta por el decrecimiento: Cómo salir del imaginario tecnocrático. Editorial Icaria, Barcelona, 2009.

Serge Latouche es un destacado censor del crecimiento económico ilimitado y el consumismo. En esta su obra, aboga por un decrecimiento sostenible que se aleje del paradigma tecnocrático y reconozca los límites naturales. Sus ideas están en línea con la censura de Francisco al progreso ilimitado y al consumismo desenfrenado como raíces de la crisis ecológica y humanitaria actual.

Hinkelammert, Franz J. El grito del sujeto: Del teatro-mundo del mercado al mercado global. Editorial Trotta, Madrid, 1998.

Franz Hinkelammert coloca en solfa el antropocentrismo y el dominio tecnocrático que consideran al ser humano como un «dios del universo» (lo que se une a una ideología presente que defiende el hecho de que Dios es fruto del hombre), lo que conduce a la explotación desmedida de los recursos naturales. Su obra complementa la crítica de Francisco en la encíclica al conectar la crisis ecológica con una cosmovisión que desvincula al ser humano de su responsabilidad ética hacia la Creación y lo eleva a la categoría de Dios al ser también su creador.

Berry, Thomas. El sueño de la Tierra: Hacia una espiritualidad ecológica. Editorial Trotta, Madrid, 2007.

Thomas Berry, un precursor de la «teología ecológica», propone una visión de la tierra como un organismo vivo donde todas las formas de vida están íntimamente relacionadas. Su óptica resuena con la «ecología integral» de Laudato si', enfatizando la necesidad de un cambio en la relación entre los seres humanos y la naturaleza que incluya dimensiones espirituales, sociales y ambientales.

Kureethadam, Joshtrom. El clamor de la tierra, el clamor de los pobres: Ecología integral en la Laudato Si’, Sal Terrae, Santander: 2017.

El autor ofrece un análisis exhaustivo del concepto de «ecología integral» en la encíclica, explorando cómo la crisis ambiental está conectada con la crisis social y humana. El libro profundiza en cómo la visión holística de Francisco se fundamenta en la interrelación entre lo natural, lo social y lo espiritual.

Sachs, Jeffrey. El fin de la pobreza: Cómo conseguirlo en nuestro tiempo. Editorial Debate, Madrid, 2005.

Jeffrey Sachs, economista de renombre, presenta una visión detallada de cómo las políticas económicas pueden erradicar la pobreza mientras se promueve la sostenibilidad ambiental. Su perspectiva en políticas justas y una economía orientada al bien común resuena con las propuestas de Francisco, haciendo hincapié en la necesidad de un cambio de paradigma en las políticas globales.

Serna, Jokin. Economía y bien común: Reflexiones para un desarrollo sostenible. Editorial Trotta, Madrid, 2010.

Jokin Serna aborda la interrelación entre economía y ética, proponiendo un modelo económico que esté al servicio del bien común y no del lucro individual. Esta obra es particularmente relevante para entender la llamada de Francisco a transformar la economía para que sirva a la dignidad humana y la protección del medio ambiente.

Soto, Juan Antonio. Transformación social y conversión ecológica: Caminos hacia una economía del bien común. Editorial PPC, Madrid, 2016.

El libro explora cómo la conversión ecológica puede influir en la transformación social, particularmente en la economía y las políticas públicas. Este libro ofrece una guía práctica que se alinea con las líneas de orientación y acción de Laudato si', proponiendo un cambio de estilo de vida y políticas que promuevan la justicia social y la sostenibilidad.

Martínez de Anguita, Pablo. Ética Ambiental: Hacia una Filosofía de la Naturaleza y la Justicia Social. Editorial San Pablo, Madrid, 2003.

Pablo Martínez de Anguita propone una ética ambiental que integra la justicia social como un componente esencial. Este libro ofrece una base filosófica y práctica para entender la responsabilidad humana en la administración de los recursos naturales, coincidiendo con el llamado de Francisco a una mayordomía que proteja la creación y promueva el bien común.

Hessel, Dieter T., y Rasmussen, Larry L. Justicia, ecología y fe: Una respuesta a la crisis ambiental desde la perspectiva cristiana. Editorial Clie, Barcelona, 1998.

Esta obra colectiva protestante ofrece una respuesta cristiana a la crisis ambiental, centrándose en la interrelación entre justicia, ecología y fe. Hessel y Rasmussen exploran la noción de mayordomía cristiana y su implicación en la defensa de la Creación, presentando cómo la responsabilidad de cuidar el medio ambiente debe estar acompañada de un compromiso con la justicia social, en línea con los principios expuestos por Francisco I.

Arana, Javier. Conversión ecológica: Una reflexión teológica desde la Laudato Si'. Desclée De Brouwer, Bilbao 2016.

Explora en profundidad el concepto de conversión ecológica propuesto por el papa Francisco, analizando cómo este cambio de mentalidad y de estilo de vida se enmarca en la tradición cristiana. Arana reflexiona sobre las implicaciones prácticas de esta conversión en la vida cotidiana y en la comunidad cristiana.

Martínez de Anguita, Pablo. Ética ambiental y Laudato Si': Hacia una espiritualidad ecológica. Madrid: Ediciones San Pablo, 2018.

Martínez de Anguita ofrece un enfoque práctico y espiritual para entender la conversión ecológica, basándose en los principios de la encíclica. El autor combina teoría ética con propuestas concretas para una espiritualidad ecológica, centrada en el respeto y la responsabilidad hacia el medio ambiente.

Panikkar, Raimon. El cosmoteándrico: La visión de la realidad en las religiones. Editorial Herder, Barcelona, 1993.

Raimon Panikkar, filósofo y teólogo de origen indo-español, explora la unidad entre lo divino, lo humano y lo cósmico, proponiendo una visión de la Creación como un sacramento que revela la presencia de Dios. Su obra complementa la perspectiva de Francisco en Laudato, otorgando la importancia de una actitud reverente y agradecida hacia la naturaleza.

Schaeffer, Francis A. La polución y la muerte del hombre: Una perspectiva cristiana sobre la ecología. Editorial Certeza, Barcelona, 1984.

Francis A. Schaeffer, famoso teólogo evangélico estadounidense (teólogo y pastor de la iglesia presbiteriana ortodoxa), estudia aquí la crisis ecológica desde un anclaje cristiano, destacando la importancia de ver la Creación como una expresión del amor y la gloria de Dios. La obra refuerza la visión sacramental de la naturaleza presentada por Francisco, llamando a los cristianos a proteger el medio ambiente como un acto de reverencia hacia el Creador. Es si cabe más importante al venir la inspiración desde el ámbito evangélico americano, tan denostado por la teología europea.

Scannone, Juan Carlos. La teología del pueblo y la justicia social. Editorial Sal Terrae, Santander, 2017.

Juan Carlos Scannone, uno de los principales teólogos de la llamada teología del pueblo, reflexiona sobre cómo la justicia social implica una preocupación por el bien común y la Creación. Scannone, alineado con línea del papa Francisco, explora cómo el bienestar social y el cuidado de la tierra son componentes inseparables de una verdadera justicia.

Duch, Lluís. Antropología de la vida cotidiana: Introducción al pensamiento de las culturas. Herder Editorial, Barcelona, 2003.

Lluís Duch explora aquí cómo las culturas han desarrollado diferentes visiones del ser humano en relación con el mundo natural. Su análisis antropológico proporciona un contexto amplio para entender la crítica de Francisco al «antropocentrismo desordenado», ofreciendo una orientación que sitúa al ser humano dentro de un entramado cultural y natural más amplio (situado), al tiempo que enmarca la necesidad de reconocer nuestra dependencia de la Creación.

Margulis, Lynn. ¿Qué es la vida?: Entendiendo la biodiversidad, la simbiosis y la célula. Ediciones Akal, Madrid, 2015.

Lynn Margulis, bióloga evolutiva, desafía el antropocentrismo al destacar la interdependencia biológica de todas las formas de vida. El trabajo de esta investigadora refuerza la idea de Francisco de que el ser humano no es un ser aislado en la Creación, sino que depende profundamente de los ecosistemas y las especies que comparte sitio en el planeta. Margulis critica la visión del ser humano como dominador de la naturaleza, apoyando un enfoque más humilde y colaborativo, lo que está en consonancia con la actitud actual del cristianismo en cuanto mayordomo de la biodiversidad.

Carlos Taibo, Rapiña: El modelo de despojo en América Latina, Catarata, Madrid: 2019.

Taibo analiza con dureza cómo el modelo económico globalizado ha conducido al saqueo de los recursos naturales en América Latina (no el único pues no se puede olvidar África ni tampoco Asia), en detrimento de las comunidades locales y del medio ambiente. Este libro aporta una visión crítica del consumismo desenfrenado y sus impactos devastadores, alineándose con la censura papal.

Serge Latouche. La sociedad del decrecimiento: Por un futuro sustentable. Icaria, Barcelona: 2009.

Latouche, un economista y filósofo francés, es uno de los principales defensores del decrecimiento, un concepto que se alinea con la crítica de Francisco al consumismo. Este libro propone un cambio radical en nuestra relación con el consumo y la producción, sugiriendo alternativas para una vida más sostenible y justa.

Sachs, Jeffrey. Planeta en peligro: El camino hacia el desarrollo sostenible. Editorial Debate, Madrid, 2015.

El autor del libro es un influyente economista y defensor del desarrollo sostenible. En esta obra ofrece un análisis detallado de las acciones necesarias a nivel global para enfrentar la crisis ambiental. Su obra complementa el llamado de Francisco a la acción coordinada en todos los niveles, subrayando la importancia de políticas internacionales y locales que promuevan la sostenibilidad.

Meadows, Donella H. Los límites del crecimiento: Informe al Club de Roma sobre la situación de la humanidad. Editorial Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2006.

Este informe clásico del Club de Roma sigue siendo relevante, ya que aborda los desafíos del crecimiento ilimitado en un planeta con recursos finitos. Su énfasis en la necesidad de cambiar los modelos de desarrollo económico y adoptar políticas sostenibles está en línea con las propuestas de acción global y local que Francisco expone en su encíclica.

Diamond, Jared. Colapso: Por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen. Editorial Debate, Madrid, 2006.

Jared Diamond explora cómo las decisiones políticas y prácticas locales e internacionales pueden llevar al éxito o al colapso de las sociedades. La obra resalta la importancia de la sostenibilidad y la adaptación a los límites ambientales, apoyando la convocatoria del papa Francisco a la acción en todos los niveles para evitar una crisis ecológica y social global.

García Ruiz, Ramón. Diálogo interreligioso y ética global: Reflexiones desde Laudato Si', Madrid: PPC, 2017.

García Ruiz explora la importancia del diálogo interreligioso como herramienta para abordar los desafíos ambientales y sociales globales. El libro analiza cómo las diferentes tradiciones religiosas pueden contribuir a la construcción de una ética global centrada en el cuidado de la casa común.

Muñoz, María Pilar. El papel del diálogo interdisciplinar en la solución de la crisis ecológica: Una reflexión a partir de Laudato Si'. Salamanca: Sígueme, 2016.

Este texto aborda la necesidad de un diálogo interdisciplinar como solución a la crisis ecológica. Muñoz analiza cómo las ciencias naturales, sociales y humanísticas deben colaborar para enfrentar los retos medioambientales y proponer soluciones sostenibles, en consonancia con la visión integral de Francisco. Habría sido muy positivo el haber incorporado un capítulo de reflexión puramente ecuménica.

Conferencia Episcopal Española. Cuidar la creación, cuidar de todos. Documentos de la Iglesia sobre la ecología. Madrid, 2015.

El libro recoge diversos documentos de la iglesia católica romana sobre ecología, incluyendo la declaración conjunta de Juan Pablo II y Bartolomé I.

Papa Francisco. Laudato Si': Sobre el cuidado de la casa común. Libreria Editrice Vaticana. Roma, 2015.

Aunque este libro es la encíclica del papa Francisco I sobre ecología, contiene referencias y continuidad del trabajo ecuménico en temas ambientales, incluyendo la declaración de Juan Pablo II y Bartolomé I.

AUTOR:
Juan G. Biedma
Diácono. Ecumenista


AGENDA – PRÓXIMOS ACTOS

HOY SÁBADO 31 AGOSTO 2024

31 agosto 2024
PARYUSHANA PARVA

20’30 horas

Oración de la noche desde Taizé
Retransmitida en directo en redes desde Taizé
TAIZÉ (Francia)
ON LINE

21’30 horas

Oración Taizé
Convento de las Vedrunes de Caldes de Malavella, c/ Doctor Furest
CALDES DE MALAVELLA (Girona)

SEPTIEMBRE
MES DE LA BIBLIA

1 septiembre 2024
INICIO DEL AÑO LITÚRGICO ORTODOXO

1 septiembre 2024 – 20’00 horas

Oración Común
Parroquia Sant Josep, Avda. Lluís Pericot, 2
GIRONA

2 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración de Taizé
Centro Padre Claret, c/ Joan Maragall, 23
GIRONA

2 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración Común (Taizé)
Iglesia Catedral de San Lorenzo, plaza de la Villa, s/n
SAN FELIÚ DE LLOBREGAT (Barcelona)

3 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración Taizé
Parroquia de Santa María, c/ Rectoría, 1
VILANOVA I LA GELTRÚ (Barcelona)

4 septiembre 2024 – 20’30 horas

Oración al estilo Taizé
Parroquia El Cristo del Mercado, c/ José Zorrilla, 125
SEGOVIA

4 septiembre 2024 – 20’30 horas

Oración Común
Parroquia de la Purísima Concepción, Vía Massagué, 21
SABADELL (Barcelona)

6 septiembre 2024 – 20’00 horas

Oración Interconfesional
Centro Ecuménico “Julián García Hernando”, c/ José Arcones Gil, 37 – 2º
MADRID

6 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración de la Cruz (Taizé)
Parroquia de Sant Marcel, c/ Petrarca 52
HORTA-BARCELONA

6 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración común al estilo de Taizé
Iglesia de Nuestra Señora de Gracia y San José (Els Josepets), plaza Lesseps, 25
BARCELONA

7 septiembre 2024
FIESTA HINDÚ GANESHA CHATURTHI
FIESTA JAINISTA SAMVATSARI
Fiesta jainista Samvatsari

7 septiembre 2024– 17’00 horas

Oración por la Unidad de los Cristianos
Parroquia de Santa Julia, Juan Bautista Alberdi 1195 (entrada por secretaría)
BUENOS AIRES (Argentina)

7 septiembre 2024 - 20’30 horas

Oración de la noche desde Taizé
Retransmitida en directo en redes desde Taizé
TAIZÉ (Francia)
ON LINE

7 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración de la Luz (Taizé)
Parroquia de Sant Marcel, c/ Petrarca 52
HORTA-BARCELONA

7 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración al estilo Taizé
Cripta Iglesia San Francisco de Asís, c/ San Francisco
TARRAGONA

8 septiembre 2024
NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARÍA, MADRE DE JESÚS

8 septiembre 2024 – 18’00 horas

Oración común de Taizé
Cripta de la Iglesia San Antonio María Claret (entrada por Calle Ramada, 14, Casal Claret)
VIC (Barcelona)

9 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración de Taizé
Centro Padre Claret, c/ Joan Maragall, 23
GIRONA

9 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración Común (Taizé)
Iglesia Catedral de San Lorenzo, plaza de la Villa, s/n
SAN FELIÚ DE LLOBREGAT (Barcelona)

10 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración Taizé
Parroquia de Santa María, c/ Rectoría, 1
VILANOVA I LA GELTRÚ (Barcelona)

11 septiembre 2024 – 20’30 horas

Oración al estilo Taizé
Parroquia El Cristo del Mercado, c/ José Zorrilla, 125
SEGOVIA

11 septiembre 2024 – 20’30 horas

Oración Común
Parroquia de la Purísima Concepción, Vía Massagué, 21
SABADELL (Barcelona)

12 septiembre 2024 - 18'30 horas

Acto inaugural de la Noche de las Religiones
Sala de actos del Edificio del Vagó, Recinto de la Escuela Industrial (calle del Comte d’Urgell, 187)
BARCELONA

13 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración común
Iglesia de San José, c/ Colón
TERRASSA (Barcelona)

13 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración de la Cruz (Taizé)
Parroquia de Sant Marcel, c/ Petrarca 52
HORTA-BARCELONA

13 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración común al estilo de Taizé
Iglesia de Nuestra Señora de Gracia y San José (Els Josepets), plaza Lesseps, 25
BARCELONA

14 septiembre 2024
FIESTA DE LA EXALTACIÖN DE LA SANTA CRUZ

14 septiembre 2024 - 20’30 horas

Oración de la noche desde Taizé
Retransmitida en directo en redes desde Taizé
TAIZÉ (Francia)
ON LINE

15 septiembre 2024
MAWLID AL NABÍ (MULUD)

16 septiembre 2024 - 19’00 horas

Oración al estilo de Taizé
Locales parroquiales
ARENYS DE MUNT (Barcelona)

16 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración de Taizé
Centro Padre Claret, c/ Joan Maragall, 23
GIRONA

18 septiembre 2024 – 20’30 horas

Oración al estilo Taizé
Parroquia El Cristo del Mercado, c/ José Zorrilla, 125
SEGOVIA

18 septiembre 2024 – 20’30 horas

Oración Común
Parroquia de la Purísima Concepción, Vía Massagué, 21
SABADELL (Barcelona)

16 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración Común (Taizé)
Iglesia Catedral de San Lorenzo, plaza de la Villa, s/n
SAN FELIÚ DE LLOBREGAT (Barcelona)

17 septiembre 2024
FIESTA CHINA DE ZHONGGIU

17 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración Taizé
Parroquia de Santa María, c/ Rectoría, 1
VILANOVA I LA GELTRÚ (Barcelona)

20 septiembre 2024 – 20’00 horas

Oración Interconfesional
Iglesia Luterana, paseo Castellana, 6
MADRID

20 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración de la Cruz (Taizé)
Parroquia de Sant Marcel, c/ Petrarca 52
HORTA-BARCELONA

20 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración común al estilo de Taizé
Iglesia de Nuestra Señora de Gracia y San José (Els Josepets), plaza Lesseps, 25
BARCELONA

21 septiembre 2024
DÍA INTERNACIONAL DE LA PAZ

21 septiembre 2024 – 11’30 horas

Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la creación
Encuentro ecuménico de oración
Parroquia de Santa Cristina y Santa Margarita María de Ajacoque. Pso- Extremadura, 32
MADRID

21 septiembre 2024 - 20’30 horas

Oración de la noche desde Taizé
Retransmitida en directo en redes desde Taizé
TAIZÉ (Francia)
ON LINE

21 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración al estilo Taizé
Cripta Iglesia San Francisco de Asís, c/ San Francisco
TARRAGONA

23 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración de Taizé
Centro Padre Claret, c/ Joan Maragall, 23
GIRONA

23 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración Común (Taizé)
Iglesia Catedral de San Lorenzo, plaza de la Villa, s/n
SAN FELIÚ DE LLOBREGAT (Barcelona)

24 septiembre – 20’45 horas

Oración de Taizé
Parroquia Mare de Déu dels Dolors, c/ Begur, 10
BARCELONA

24 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración Taizé
Parroquia de Santa María, c/ Rectoría, 1
VILANOVA I LA GELTRÚ (Barcelona)

25 septiembre 2024 – 20’30 horas

Oración al estilo Taizé
Parroquia El Cristo del Mercado, c/ José Zorrilla, 125
SEGOVIA

25 septiembre 2024 – 20’30 horas

Oración Común
Parroquia de la Purísima Concepción, Vía Massagué, 21
SABADELL (Barcelona)

27 septiembre 2024 – 20’30 horas

Oración con los salmos
Iglesia parroquial de San Pedro (La Sede de Égara), plaza del Rector Homs, s/n.
TERRASSA (Barcelona)

27 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración de la Cruz (Taizé)
Parroquia de Sant Marcel, c/ Petrarca 52
HORTA-BARCELONA

27 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración común al estilo de Taizé
Iglesia de Nuestra Señora de Gracia y San José (Els Josepets), plaza Lesseps, 25
BARCELONA

28 septiembre 2024
FIESTA CHINA DEL NACIMIENTO DE CONFUCIO

28 septiembre 2024 – 17’00 horas

Encuentro de Oración por la Unidad
Parroquia de la Asunción, Gavilán 1137
BUENOS AIRES (Argentina)

28 septiembre 2024 – 17’30 horas

Espacio de Oración por la Unidad
Parroquia de ja Asunción. Franklin. 2173 - FLORES
BUENOS AIRES (Argentina)

28 septiembre 2024 - 20’30 horas

Oración de la noche desde Taizé
Retransmitida en directo en redes desde Taizé
TAIZÉ (Francia)
ON LINE

28 septiembre 2024 – 21’30 horas

Oración Taizé
Convento de las Vedrunes de Caldes de Malavella, c/ Doctor Furest
CALDES DE MALAVELLA (Girona)

29 septiembre 2024
FIESTA DE LOS SANTOS ARCÁNGELES

29 septiembre 2024 – 18’30 horas

Oración común al estilo de Taizé
Parroquia de Santa María. c/ de Joan Puig, 3.
RUBÍ (Barcelona)

30 septiembre 2024
FESTIVAL ZOROÁSTRIANO DE MEHERGAN

30 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración de Taizé
Centro Padre Claret, c/ Joan Maragall, 23
GIRONA

30 septiembre 2024 – 21’00 horas

Oración Común (Taizé)
Iglesia Catedral de San Lorenzo, plaza de la Villa, s/n
SAN FELIÚ DE LLOBREGAT (Barcelona)




No hay comentarios:

Publicar un comentario