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jueves, 23 de julio de 2020

TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN Y MOVIMIENTO ECUMÉNICO



Teología de la Liberación y movimiento ecuménico: breve reflexión desde una práctica 

por Guillermo Kerber 

Introducción 

La teología latinoamericana de la liberación está vigente, genera interés en variados ámbitos eclesiales en América Latina y muestra nuevos desarrollos, como mostró, por ejemplo, el reciente Congreso Continental de Teología celebrado en octubre de 2012 en la Unisinos en São Leopoldo, Brasil, donde participaron más de 700 personas de todo el Continente. Además, algunas de sus intuiciones fundamentales han sido adoptadas por instituciones y movimientos más allá de la Iglesia Católica y de América Latina. En esta breve reflexión, intentaré mostrar, a partir de mi experiencia de trabajo en el “mundo ecuménico”, que la teología de la liberación constituye, hoy, un estilo, una forma de hacer teología que está fuertemente enraizada en el movimiento ecuménico tanto a nivel local como global. En este breve artículo no pretendo profundizar ni mucho menos cubrir todas las implicaciones que sugiere el título. Tendrá un carácter más de tipo personal con algunas referencias bibliográficas para el lector inquieto que quiera ampliar la temática. Dada la pretensión de ir más allá del Continente latinoamericano, algunas de las referencias bibliográficas serán en inglés, dado que la bibliografía en castellano o portugués es más conocida para el lector. 

1 Ecumenismo y movimiento ecuménico 


El ecumenismo es el movimiento hacia la unidad de las iglesias cristianas. El Decreto sobre el Ecumenismo del Concilio Vaticano II (Unitatis Redintegratio) comienza de la siguiente manera: 

Promover la restauración de la unidad entre todos los cristianos es uno de los fines principales que se ha propuesto el Sacrosanto Concilio Vaticano II, puesto que única es la Iglesia fundada por Cristo Señor, aun cuando son muchas las comuniones cristianas que se presentan a los hombres como la herencia de Jesucristo; todos se confiesan discípulos del Señor, pero sienten de modo distinto y siguen caminos diferentes, como si Cristo mismo estuviera dividido. División que abiertamente repugna a la voluntad de Cristo y es piedra de escándalo para el mundo y obstáculo para la causa de la difusión del Evangelio por todo el mundo. (UR1)

En efecto, la división entre las diferentes iglesias cristianas es considerada por muchas de entre ellas como un antitestimonio a la hora de anunciar la buena noticia del Reino. Así, en varias iglesias se han creado comisiones, grupos de estudio y de trabajo, institutos que estudian y promueven el ecumenismo. Hay también grupos de trabajo establecidos oficialmente entre dos denominaciones cristianas, por ejemplo entre católicos y luteranos, entre ortodoxos y católicos, entre luteranos y anglicanos, etc. Estos grupos bilaterales, en su mayoría internacionales y de carácter teológico, han producido a lo largo de años variadas declaraciones conjuntas que, en su mayoría, son desconocidas por los fieles de las diferentes iglesias. 

Hay también instancias multilaterales. Entre ellas se destaca la Comisión de Fe y Constitución cuyo objetivo es el de “proclamar la unidad de la iglesia de Jesucristo y exhortar a las iglesias a alcanzar el objetivo de la unidad visible”, a  través, fundamentalmente, de programas de estudio sobre las cuestiones teológicas que actualmente dividen a las iglesias. La primera conferencia de Fe y Constitución tuvo lugar en 1927 en Lausana, Suiza, con representantes de las iglesias anglicanas, ortodoxas, provenientes de la Reforma e iglesias libres. La Iglesia Católica ha tenido representantes oficiales en la Comisión y en su Conferencias desde 1968. 

Pero no todas las iglesias cristianas promueven o ni siquiera aceptan el ecumenismo. Hay algunas que lo rechazan atribuyéndole incluso inspiración demoníaca. Hay varias iglesias, por ejemplo, que se niegan, por principio, a participar de instancias en donde esté representada la Iglesia Católica. Además dentro de las iglesias con “vocación ecuménica” (entre las que se hayan las iglesias anglicana, católica, luterana, metodista, ortodoxa, reformada, etc.) no dejan de existir grupos opuestos a cualquier tipo de relación, trabajo, estudio u oración con otras iglesias. 

Además de los diálogos bilaterales mencionados más arriba existen instituciones que expresan una voluntad ecuménica explícita. En muchos países existen Consejos Nacionales de Iglesias con representaciones de varias iglesias cristianas. Las organizaciones ecuménicas regionales son expresión ecuménica a nivel continental (la Iglesia Católica es miembro por ejemplo de la Conferencia de Iglesias del Caribe, de la Conferencia de Iglesias del Pacífico y del Consejo de Iglesias de Medio Oriente, pero no del Consejo Latinoamericano de Iglesias o de la Conferencia de Iglesias de Toda África). 

A nivel internacional, el Consejo Mundial de Iglesias, es un referente ecuménico ineludible, si bien la Iglesia Católica no es miembro. 

A pesar de esta multitud de instancias institucionales, es importante sin embargo, a mi modo de ver, afirmar que el ecumenismo ha sido y continúa siendo hoy día un movimiento. Tiene, claro, expresiones institucionales que prestan un servicio relevante, pero éstas no lo agotan. Además de las instancias nacionales, continentales y globales mencionadas, hay miles de otras expresiones a nivel local, nacional, continental y global que viven el espíritu ecuménico en acciones como el servicio de un comedor para niños, en un grupo de lectura popular de la Biblia, en celebraciones litúrgicas, en grupos ad-hoc creados para responder a determinada problemática, entre muchas otras variantes. 

No es el objeto de este artículo, entrar en los detalles de la historia y teología del movimiento ecuménico, sobre las que existe abundante bibliografía; sin embargo, creo que es bueno hacer esta breve introducción ya que en muchas instancias he descubierto que se sabe muy poco del mundo ecuménico. 

2 La teología latinoamericana de la liberación 

Tan difícil como lo anterior es resumir en algunos párrafos qué entiendo por teología latinoamericana de la liberación (en adelante TLL). Tal vez parezca extraña la introducción del adjetivo “latinoamericana”, ya que muchas veces hablamos de “teología de la liberación” a secas. Pero creo que es pertinente porque se han desarrollado también teologías africanas, asiáticas, negras, etc., de la liberación. Incluso me parece más adecuado hablar de “teologías latinoamericanas de la liberación”, en plural. 

Es cierto que las TLL tienen una génesis común en la década de los 60 y 70 en América Latina. El surgimiento de aquéllas no puede entenderse al margen del proceso social, político y en muchos casos revolucionario de la región, la catalización de la categoría de dependencia (y su contracara la liberación) por las ciencias sociales latinoamericanas y su vinculación con otras disciplinas, como por ejemplo la pedagogía de la liberación desarrollada por Paulo Freire (1970) o la filosofía de la liberación desarrollada por Enrique Dussel (1973-1980) y otros. 

¿Por qué hablar de TLL en plural? Porque si bien todas son TLL, es diferente la teología de Gustavo Gutiérrez de la de Leonardo Boff, por tomar dos ejemplos de los considerados padres de la TLL. La matriz andina es insoslayable en Gutiérrez mientras que la brasileña lo será en Leonardo Boff o en Rubem Alves. Jon Sobrino e Ignacio Ellacuría, por su lado, presentarán versiones centroamericanas (y jesuitas), que desde los años 80, luego del asesinato de Monseñor Romero y de Ellacuría junto a otros compañeros jesuitas y dos mujeres en su casa en San Salvador, incluirá, en Sobrino, un fuerte énfasis en el martirio. Hacia el sur del continente, aún con grandes diferencias, Juan Luis Segundo, Julio de Santa Ana y José Miguez Bonino, son representativos de una manera rioplatense de hacer teología. 

Es claro que el país de origen, con su historia, cultura e idiosincrasia no explica todo, pero me atrevería a decir que tiene un peso muy significativo a la hora de hacer teología de la liberación. No podría ser de otra manera. Si, como expresa Gutiérrez, la teología es reflexión sobre una práctica, ésta se da en una realidad muy concreta que le otorga una particularidad específica. 

3 Los contenidos matriciales de las TLL 

Si hay, como hemos apuntado más arriba, diferencias significativas entre las teologías de la liberación en América Latina, ¿por qué debemos llamarlas a todas de esa manera? La respuesta que pudiera parecer evidente no es válida. No es porque los teólogos hablan de la liberación. Juan Luis Segundo, por ejemplo, hablaba más de la “liberación de la teología” (SEGUNDO, 1975) que de teología de la liberación. Como se ha afirmado muchas veces, las TLL no son teologías de “genitivo”, es decir, no son reflexiones teológicas sobre un tema, en nuestro caso, la liberación. Pero entonces, ¿cuál es su denominador común, si es que existe? 

Gutiérrez en su artículo Teología desde el reverso de la Historia, escribió: "En la teología de hay dos intuiciones centrales que fueron las primeras, cronológicamente hablando, y que continúan constituyendo su columna vertebral. Nos referimos al método teológico y a la perspectiva del pobre” (GUTIÉRREZ, 1982, p. 257)

La perspectiva del pobre es el intento de ubicarse (como lugar social y epistemológico) como sujeto del quehacer teológico, en el lugar del pobre. El pobre no es, en las primeras TLL un concepto económico sino fundamentalmente sociológico. En su Teología de Liberación , Gutiérrez escribió: "El pobre hoy es el oprimido, el despojado por los poderosos, el proletario que lucha por sus más elementales derechos, la clase social explotada, el país que lucha por la liberación” (GUTIÉRREZ, 1980, p. 385). Las diversas categorías sociológicas o políticas: los marginados, los oprimidos, los excluidos, las víctimas, son expresiones contemporáneas de lo que es el pobre en la Biblia y que se encuentra en el centro del mensaje paradójico de Jesús: “Bienaventurados ustedes los pobres, porque de ustedes es el reino de Dios” (Lucas 6, 20)

El método de la teología de la liberación (MTL) es la otra característica que subraya Gutiérrez. El MTL se ha presentado como un refinamiento de la metodología del Ver – Juzgar - Actuar. Estos tres momentos se refieren al conocimiento de la realidad (con un adecuado instrumental, donde se ha privilegiado la mediación socioanalítica) (ver), la confrontación de la realidad con la Palabra de Dios (o mediación hermenéutica, donde la teología juega un rol fundamental) (juzgar) y, finalmente, la acción consecuente con el juicio sobre la realidad (actuar). Otra forma de decirlo es la presentada por Ellacuría, “la teología ha sido históricamente una reflexión sobre la fe, desde una determinada situación social y cultural” (ELLACURÍA, 1976, p. 326). La teología es, pues, para los teólogos latinoamericanos un segundo momento. El primer momento es la realidad, la vida, la historia. La teología como un segundo momento es una reflexión, una vuelta a la realidad. Como expresa Gutiérrez dijo: "La teología, como reflexión crítica sobre la praxis histórica iluminada por la Palabra, no sólo no sustituye a otras funciones de la teología como sabiduría y como conocimiento racional sino que las presupone y las necesita" (GUTIÉRREZ, 1980, p. 38)

Además de estos dos elementos, la perspectiva del pobre y el método teológico quisiera agregar otros que considero también centrales en el quehacer de las TLL. En primer lugar la dimensión comunitaria. La experiencia cristiana latinoamericana es experiencia que nace de una comunidad. Las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) en sus múltiples expresiones son una manifestación de esta dimensión en el Continente. Las comunidades son la fuerza motriz de una nueva manera de ser Iglesia, que retoma las características de las primeras comunidades cristianas de las que nos hablan los Hechos de los Apóstoles y las Cartas en el Nuevo Testamento. Las comunidades reflexionan juntas, oran juntas, celebran la vida con solidaridad y alegría en medio de la pobreza, la exclusión, la violencia y la muerte. Es esta vivencia eclesial que Leonardo Boff subraya en su libro Iglesia: carisma y poder (1981). 

Esta vivencia comunitaria de la fe se nutre de la Biblia, de la Palabra. La lectura popular de la Biblia se convierte en una práctica que ilumina la vida cotidiana (1). A la vez, un componente muchas veces no suficientemente subrayado cuando se describen las TLL, es el de la espiritualidad. Como escribe Leonardo Boff, "La teología de la liberación nació de una profunda experiencia espiritual: la sensibilidad y el amor por los pobres, que constituyen las grandes mayorías de nuestro continente" (BOFF, 1975, p. 14). La espiritualidad de la liberación es desarrollada en algunas de las publicaciones de Gutiérrez y de Leonardo Boff (2). Así pues, en resumen, las TLL pueden ser caracterizadas por la perspectiva del pobre, una metodología particular, la dimensión comunitaria, la lectura popular de la Biblia y la espiritualidad. 

¿Por qué me he detenido en presentar sintéticamente los elementos centrales de las TLL? Porque éstos se ven reflejados en la teología y la práctica del movimiento ecuménico. No intentaré hacer un recorrido pormenorizado de cada uno de estos componentes pero sí mostrar algunos ejemplos 

4 El movimiento ecuménico y las teologías latinoamericanas de la liberación: La génesis, el desarrollo y algunos temas actuales 

Muchas veces se identifica a la TL no sólo con América Latina sino también con la Iglesia Católica. Si bien, como dije más arriba lo primero es aceptable si hablamos de TLL, lo segundo presenta algunas dificultades. En primer lugar, porque es bueno recordar que la primera vez que aparece sistematizado el concepto de teología de la liberación, éste no proviene del ámbito católico sino protestante. Es la tesis de doctorado del presbiteriano brasileño Rubem Alves, defendida en 1968, que tiene como título “Por una teología de la liberación” (3). Un autor extremadamente rico (y a veces complejo) en su propuesta de una teopoética (una combinación de teología y poesía) que intenta responder a cuestiones centrales que se plantea el ser humano en el mundo contemporáneo. 

Otros pensadores protestantes ofrecerán desde los 70 una contribución significativa a la TLL, entre ellos los mencionados José Miguez Bonino y Julio de Santa Ana. Pero aquí tampoco quiero extenderme; tan sólo subrayar que ya desde su génesis, la TLL cuenta con un fuerte componente ecuménico. 

Si recorremos las diferentes temáticas, veremos que junto a autores católicos conocidos existen otros autores, protestantes, que han contribuido sustancialmente a su desarrollo. Por ejemplo en la lectura popular de la Biblia, el nombre de Carlos Mesters no puede disociarse del de Milton Schwantes, pastor luterano brasileño. Mesters y Schwantes desarrollan una prolífica literatura que será utilizada por comunidades en todo el Continente (MESTERS; SCHWANTES, 1988)

Si miramos los desarrollos más importantes de la TLL en los últimos veinticinco anos no podemos dejar de mencionar la teología indígena. Éste era un tema ausente en la TLL de la primera hora. Había, es cierto, en la época, estudios en profundidad relativos a la historia, la antropología (4), pero sin ser necesariamente una recepción por parte de la teología. Es en el proceso hacia la conmemoración de los 500 años de la Conquista en 1992 cuando los movimientos indígenas ganan relevancia política y teólogos indígenas cristianos llevan adelante una reflexión sistematizada. Esta reflexión será ecuménica. Algunos autores vinculan directamente la teología indígena con la teología de la liberación. Humberto Ramos Salazar, teólogo luterano boliviano, por ejemplo, escribe: “Llamamos teología aymara a la experiencia religiosa de los aymaras hoy, basada en su memoria histórica fundante, que le permite hacer una reflexión teológica contextual y hace un llamado a actitudes de vida”. Y en una nota a pie explica: “La teología aymara debe utilizar como fundamento el método de la teología de la liberación” y cita explícitamente a Gustavo Gutiérrez y Clodovis Boff (RAMOS SALAZAR, 1997, p. 131). Permítanme en este tema rendir homenaje a mi colega y amiga Maria (Phaxsi) Chávez Quispe, teóloga metodista boliviana que contribuyó significativamente al desarrollo de la teología indígena a nivel global y que falleció en 2012 (5)

Es a partir de reflexiones como las de Salazar Ramos como se han desarrollado teologías indígenas. Éstas, que incluyen entre otras teologías aymara, quechua, maya, guaraní, desarrollan conceptos como Madre Tierra o el “buen vivir”, que contribuyen a una diferente aproximación en lo que tiene que ver con la relación del ser humano con la creación o con la dignidad de vida. 

Otro desarrollo importante en lo que podríamos llamar teología ecuménica de la liberación, fue el impulso de la teología ecofeminista. Ivone Gebara ha sido la autora más conocida en nuestro continente. Para Gebara, adoptar una perspectiva ecofeminista, es decir, una combinación de feminismo y ecología social desde una perspectiva holística, ha cambiado su manera de mirar el mundo, a la gente y a los acontecimientos. Dejando de lado una cosmovisión exclusivamente antropocéntrica (centrada en el hombre) y androcéntrica (centrada en el varón) es posible ver más claramente cómo los cuerpos de los seres humanos son afectados no sólo por la explotación laboral, el desempleo y las dificultades económicas, sino también cómo la exclusión del pobre está vinculada a la destrucción de la tierra, al racismo y a la militarización (GEBARA, 1997). La teología ecofeminista ha tenido una clara connotación ecuménica. A autoras católicas como Gebara o, en Estados Unidos, Rosemary Radford Ruether, se agregan la anglicana Sallie MacFague (6), Aruna Gnanadasson de la iglesia de India del Sur, entre muchas otras (7)

No sólo autores individuales provenientes de Iglesias cristianas no católicas han contribuido a la TEL. Instituciones a nivel nacional o global han claramente adoptado los postulados de la TL. Veamos algunos ejemplos. El Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI) de San José, Costa Rica, es un pionero en el estudio de la relación entre teología y economía donde se destaca el trabajo de Franz Hinkelammert continuado en Brasil por Jung Mo Sung, cuya tesis de doctorado es justamente el lugar (o no lugar) de la economía en la teología de la liberación. 

Pero fuera del Continente también se utiliza el método de la TLL. Por ejemplo el estudio sobre cambio climático producido por el Consejo de Iglesias de África del Sur (8) en 2009 utiliza explícitamente la metodología del Ver-Juzgar-Actuar en la articulación de los capítulos. 

La perspectiva del pobre es el leit-motiv del Plan estratégico 2007 -2012 del Departamento de Servicio Mundial de la Federación Luterana Mundial: “Defender los derechos de los pobres y oprimidos” (9) mientras que la Alianza ACT, creada en 2008 y con trabajo en más de cien países, por su parte, se presenta como “una red de más de 130 iglesias y organismos cristianos trabajando unidos por un cambio positivo y sostenible en las vidas de las personas afectadas por la pobreza y la injusticia a través de iniciativas coordinadas de ayuda humanitaria, desarrollo e incidencia” (10)

He dejado para el final el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), organismo en el que he estado trabajando durante los últimos doce años. La historia del CMI desde 1970 ha estado, por un lado, fuertemente influenciada por la TL y específicamente la TLL. Por otro lado, como institución y a través de integrantes de su personal en Ginebra y en otros lugares ha contribuido y apoyado significativamente su desarrollo. 

Recordemos por ejemplo que en 1970, cuando Paulo Freire debe exiliarse de Brasil a causa de la dictadura, en lugar de aceptar un puesto de profesor e investigador en la Universidad de Harvard, donde estaba enseñando, se integra como consultor al departamento de educación del Consejo Mundial de Iglesias, donde permanecerá hasta 1979, año en que regresa a Brasil. En esa época producirá importantes libros sobre educación popular y liberación, y ampliara su horizonte, especialmente por sus viajes a África. 

Julio de Santa Ana también trabajará en el CMI desde los años 70 y en esa época será el autor de “Hacia una iglesia de los pobres” (1972) y editor de “Buena Noticia para los pobres: el desafío de los pobres en la historia de la iglesia “ (1977) (11), publicados por el CMI. 

Muchos de los teólogos que han trabajado en el CMI han sido miembros de la Asociación Ecuménica de Teólogos del Tercer Mundo (EATWOT, su sigla en inglés) y desde la creación del Foro Mundial de Teología y Liberación (FMTL), como fruto del proceso del Foro Social Mundial, el CMI ha tenido una participación activa (12)

Conclusión 

En este breve artículo he intentado mostrar cómo, desde los inicios, la TLL ha tenido una matriz ecuménica. Teólogos protestantes y católicos han desarrollado esta teología. A esfuerzos individuales se han agregado, en muchos países, esfuerzos conjuntos que a través de centros de estudio, grupos de trabajo y otras instancias, han avanzado en el quehacer teológico. De la mano del movimiento ecuménico, la TLL ha cruzado océanos y se han desarrollado teologías asiáticas, africanas de la liberación. Algunas instituciones han incluido la metodología y la perspectiva del pobre en su acción. Hoy, cuando la teología enfrenta nuevos desafíos —las crisis económica, climática y del agua, los fundamentalismos religiosos, nuevos rostros de la exclusión...—, la teología ecuménica de la liberación tiene aún mucho para ofrecer. 

NOTAS: 

1 Uno de los más conocidos autores en este campo ha sido el P. Carlos Mesters. Cf. e.g. MESTERS, 1983. 
2 Cf. inter alia GUTIERREZ, 1984; GUTIÉRREZ, 1986; BOFF, 1974; BOFF, 1978; BOFF, 1983. 
3 La tesis fue publicada en 1969 en inglés con un título cambiado A Theology of Human Hope. Corpus, Washington, por decisión del editor. 
4 Valga a título de ejemplo los numerosos estudios del P. Bartomeu Melià SJ sobre los mbyá guaraní. 
5 Cf. e.g. el volumen de la Ecumenical Review dedicado a teologías y espiritualidades indígenas que coordinó como editora invitada en 2010. The Ecumenical Review, v. 62, issue 4, december 2010. 
6 Ver en castellano por ejemplo, Mc Fague, 1994.. 
7 Ver la compilación de Radford-Ruether, 1996. 
8 South African Council of Churches, 2009. 
9 Cf. www.lutheranworld.org/What_We_Do/DWS/DWS-Documents/EN/DWS-Stratplan.pdf. 
10 Cf. www.actalliance.org/ 
11 Las más recientes publicaciones de Julio de Santa Ana son Religions Today: Their Challenge to the Ecumenical Movement (2005) y Beyond Idealism: A Way Ahead for Ecumenical Social Ethics (2006). 
12 Cf. www.eatwot.org y www.wftl.org respectivamente. También, de la EATWOT: http://InternationalTheologicalCommission.org 

REFERENCIAS:

ALVES, Rubem. A Theology of Human Hope. Washington: Corpus Books, 1969. 
BOFF, Leonardo. Mestre Eckhart: a mística do ser e do não ter. Petrópolis: Vozes, 1983. 
BOFF, Leonardo. Atualidade da experiência de Deus. Petrópolis: Vozes, 1974. 
BOFF, Leonardo. Igreja: Carisma e Poder. Ensaios de Eclesiologia Militante. Petrópolis: Vozes, 1981. 
BOFF, Leonardo. O Pai nosso: A oração da libertação integral. Petrópolis: Vozes, 1978 . 
BOFF, Leonardo. Teología desde el cautiverio. Bogotá: IAPS, 1975. 
DUSSEL, Enrique. Para una ética de la liberación latinoamericana. Buenos Aires: Siglo XXI Editores; Bogotá: USTA, 1973-1980, v. I-V. 
ELLACURÍA, Ignacio. Tesis sobre posibilidad, necesidad y método de una teología latinoamericana. In: UNIVERSIDAD PONTIFICIA COMILLAS MADRID. Teología y mundo contemporáneo. Madrid:Cristiandad, 1976. 
FREIRE, Paulo. Pedagogia do oprimido. Rio de Janeiro: Paz e Terra, 1970. 
GEBARA, Ivone. Teologia ecofeminista: Ensaio para repensar o conhecimento e a religião. São Paulo: Olho d’agua, 1997. 
GUTIÉRREZ, Gustavo. Teología desde el reverso de la historia. In: La fuerza histórica de los pobres. Salamanca: Sígueme, 1982. 
GUTIERREZ, Gustavo. Beber en su propio pozo: En el itinerario espiritual de un pueblo. Salamanca: Sígueme, 1984 
GUTIERREZ, Gustavo. Hablar de Dios desde el sufrimiento del inocente. Lima: CEP, 1986. 
GUTIÉRREZ, Gustavo. Teología de la liberación: Perspectivas. Salamanca: Sígueme, 1980 [1ª edición, Lima: CEP, 1971]. 
MCFAGUE, Sallie. Modelos de Dios. Teología para una época ecológica y nuclear. Santander: Sal Terrae, 1994. 
MESTERS, Carlos. Flor sem defesa: Uma explicação da Bíblia a partir do povo. Petrópolis: Vozes, 1983. 
MESTERS, Carlos; SCHWANTES, Milton (Orgs.). Leitura popular da Bíblia Petrópolis: Vozes, 1988. 
RADFORD-RUETHER, Rosemary (ed.). Women healing earth. Third World Women on Ecology, Feminism, and Religion.,Maryknoll, NY: Orbis Books, 1996. 
RAMOS SALAZAR, Humberto. Hacia una teología aymara. La Paz: CTP-CMI, 1997. 
SANTA ANA, Julio de (Ed.). Religions Today: Their Challenge to the Ecumenical Movement. Geneva: Word Council of Churches, 2005. 
SANTA ANA, Julio de et alii. Beyond Idealism: A Way Ahead for Ecumenical Social Ethics. Cambridge: William B. Eerdmans Publishing Co., 2006. 
SANTA ANA, Julio de. Hacia una iglesia de los pobres. Buenos Aires: La Aurora, 1983. Guillermo Kerber Horizonte, Belo Horizonte, v. 11, n. 32, p. 1813-1826, out./dez. 2013 – ISSN 2175-5841 1826 
SEGUNDO, Juan Luis. Liberación de la teología. Buenos Aires: Lohlé, 1975. 
SOUTH AFRICAN COUNCIL OF CHURCHES – Climate Change Committee. Climate change: A challenge to the Churches in South Africa. Johannesburg: SACC, 2009. 
Accesible en: 
http://acen.anglicanocommunion.org/_userfiles/File/climate_change_chueches_in_sa.pdf.Acceso en: 12 dez. 2012. 
THE ECUMENICAL REVIEW, Geneva, v. 62, Issue 4, december 2010. 







Guillermo Kerber (Urugay) Doctor en Ciencias de la Religión. (UMESP, São Bernardo, Campo, Brasil), y graduado en Filosofía y Teología (ITU-PUC, Montevideo, Uruguay) Coordinador del Programa “Cuidado de la Creación y Justicia Climática del Consejo Mundial de Iglesias. Ginebra, Suiza 



FUENTE:
Articulo publicado en Mutirão (Minga) Temático de Revistas de Teologia Latino-americanas, organizado por la Comisión Teológica Latinoamericana ASETT/EATWOT (Associción Ecuménica de Teólogos/as del Tercer Mundo), 2013. Horizonte, Belo Horizonte, v. 11, n. 32, p. 1813-1826, out./dez. 2013 – ISSN 2175-5841. 





1 comentario:

  1. MI AGRADECIMIENTO A GUILLERMO KERBER POR ESTA BREVE, PERO INTEGRAL REFLEXIÓN SOBRE LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN Y EL ECUMENISMO.
    DIGO "INTEGRAL" PORQUE MUESTRA LAS RELACIONES ENTRE AMBOS CONCEPTOS Y CONTENIDOS CON EL ECOFEMINISMO Y, SOBRE TODO, CON LA URGENCIA DE SU APLICACIÓN EN LA VIDA CONCRETA ACTUAL DE NUESTRO MUNDO.

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