Místicos de las Religiones (2)
por José Luis Vázquez Borau
La persona es un ser sensorial, pero también racional. Lo sensorial es un componente de la realidad, donde se encuentra la sede de la belleza.
Pero la capacidad sensorial ha de estar penetrada por el intelecto, por lo espiritual, por el pensamiento. Lo sensorial debe ir unido a nuestra conciencia intelectual. Cuando se realiza esta penetración podemos desplegar nuestra capacidad sensorial, nuestra voluntad y nuestro pensamiento. Pero no podemos reducir a la persona a estas dos dimensiones, olvidándonos que existe una tercera dimensión: la mística, que nos hace presentir que hay un plus dentro de la misma dimensión intelectual en la que concluye nuestra razón. Se puede cultivar la sensorialidad con disciplina y ascética. También se puede cultivar la parte intelectual, si bien esta disciplina es más refinada.
La voluntad no se deja mandar pero si educar. En el caso de la mística se ha de cultivar, pero no se puede ni forzar ni educar. No es cuestión de entendimiento ni de voluntad. La voluntad de santidad conduce a la hipocresía o a la vanidad.
La mística se deja querer. Hay que darse completamente. El camino de la espiritualidad en definitiva no es ningún camino. La auténtica mística consiste en la armonía de estas relaciones, paz y alegría interior, que se pueden convertir fácilmente en cinismo, indiferencia e inhumanidad.
2. Empédocles (483 - 424 a.C.- Religión Griega).
Empédocles escribió en verso y se conservan fragmentos de dos obras suyas, que aparentemente parecen contradictorias, ya que en una de ellas, Acerca de la naturaleza, expone una filosofía de corte naturalista, mientras que en la otra, Las purificaciones, la orientación es más bien de tipo místico, semejante al orfismo. Empédocles aceptó de Parménides la tesis de la inmutabilidad del ser y la inexistencia del no-ser. De esta manera, nada puede dejar de ser, puesto que el no-ser no es. No obstante, aceptó de Heráclito la tesis del devenir, del perpetuo fluir y del cambio contínuo. Para reconciliar estas dos posiciones, afirmó que todas las cosas del universo están constituidas por cuatro tipos de principios: tierra, agua, aire y fuego, que él denominó raíces de todo. El nacimiento de las cosas no es más que la unión y combinación de estos elementos, mientras que la muerte es su separación. Pero, en todo proceso, las cuatro raíces permanecen inalterables. Así, podía coincidir con Parménides y negar que existiese un auténtico nacimiento y negar también la muerte entendida como dejar de ser: sólo existen uniones y separaciones de las raíces eternas. Concilia monismo con pluralismo.
Empédocles señala que aquello que determina que estos principios se unan y se separen son dos fuerzas a las que denomina Amor y Odio respectivamente. El Amor y el Odio actúan mecánicamente: el primero tiende a unir lo que es diferente, mientras que el segundo tiende a separarlo. Si predominase plenamente el Amor, la realidad toda sería como una esfera perfecta; si, en cambio, predominase completamente el Odio, el cosmos dejaría de ser tal para devenir puro caos. Pero todo está sometido a un proceso, de manera que la evolución del mundo sigue unos ciclos que se repiten eternamente: al principio, por la acción del Amor, todo está unido y compacto formando aquella esfera, sin embargo, poco a poco, va penetrando el Odio y las partículas se van separando, formando las cosas, hasta que todo queda disgregado, momento en que empieza a actuar de nuevo al Amor. El proceso intermedio es el que origina el cosmos que conocemos, en el que se muestra la variedad y la multiplicidad de los distintos seres, que son manifestación de la acción parcial de aquellas dos fuerzas.
3 . Rabindranath Tagore (1.861-1.941- Hinduismo).
Poeta y filósofo indio, Premio Nobel, que contribuyó a estrechar el entendimiento mutuo entre las civilizaciones occidental y la india.
Nació en Calcuta en 1.861, en el seno de una familia de brahmanes. La vida de Rabindranath Tagore estuvo marcada por un profundo amor a la Naturaleza y por la lucha pacifista, truncada ante sus ojos por dos Guerras Mundiales y por los conflictos internos que agitaron su país. Hijo del filósofo Debendranath Tagore, su nombre en bengalí es Ravìndranatha Thakura. Poco inclinado al estudio desde su infancia, a Tagore se le reprochó, en vida, su carencia de estudios primarios. Ante su reticencia a permanecer en la escuela, su padre confió su educación al tercero de sus catorce hermanos. A los diecisiete años de edad, su padre lo envió a Londres con el propósito de que estudiase Derecho, idea que Tagore pronto desechó. Empezó a escribir poesía de niño, publicando su primer libro a los diecisiete años. A su regreso a la India, se convirtió en el autor más importante y famoso de la época colonial. Escribió poesía, cuentos, novelas, obras de teatro, canciones populares y pintura.
Su doctrina de la ahisma, o noviolencia, que más tarde inspiraría la emancipación hindú, le granjeó más enemigos que partidarios. Su apoyo a Gandhi y sus continuos viajes por el mundo como embajador de la paz y de la cultura de su país le hicieron merecedor del apelativo de "Emperador sin Corona de la India". Murió en Calcuta el 7 de agosto de 1.941.
4. Padmasambhava (s. VIII – Budismo).
El budismo llegó al Tibet unos seiscientos años después de la muerte de Buda. El hecho de ser un país aislado y montañoso condicionaba las influencias que recibía del exterior. La conversión al budismo del rey Songsten Gampo en el siglo VII es tenida como la primera fecha clave para el budismo en el Tibet.
Este rey tenía dos esposas, una nepalesa y una china. Esta bigamia con aparentes motivos de estado posiblemente influyera en un deseo del rey por aumentar el grado de progreso de su reino. Uno de sus ministros viajaría a India para adquirir textos budistas, y posteriormente se inventaría la escritura tibetana para poderlos traducir.
Cien años más tarde otro rey, Trisong Detsen, quiso establecer el primer monasterio budista en el país, pero sin éxito. El rey llamó a un guru indio quien aconsejó al rey un budismo de tipo tántrico para este país, pues en el Tibet existía una religión tradicional de tipo mágico y chamánico. Así que el rey haciendo caso del consejo mandó a buscar a un maestro, Padmasambhava, que se convirtió en el guía más famoso del Tibet. Exorcizó el lugar de magos, espíritus y demonios, y en el año 779 se reconoció al budismo como religión de Estado. El Dalai Lama es la cabeza visible del budismo tibetano y es elegido por reconocimiento de sucesivas reencarnaciones.
5. Bonastruc de Porta (1.195-1.270 - Judaísmo).
Moisés ben Najmán, conocido también como Bonastruc de Porta o por Najmánides e inclusive Rambán, nació en la ciudad de Girona (España). La fecha exacta de su nacimiento no se conoce pero se cree que fue en el año 1.195. Se sabe poco de la ascendencia de Najmánides, aparte de que era el nieto de Isaac ben Reubén de Barcelona. Tampoco se dispone de mucha información referente a su infancia, juventud y estudios cabalísticos.
Najmánides tuvo tres hijos. Uno de ellos murió un día de año nuevo, mientras él todavía vivía. Es a su tercer hijo, llamado también Najmán, a quien le dirigió la célebre carta que escribió al final de su vida, cuando estaba en Palestina. Como muchos de sus, Najmánides fue médico.
Dos acontecimientos marcaron tanto su biografía como al pueblo judío. Por un lado la lucha en la que Najmánides estuvo implicado en 1.252 entre los que estaban en pro y los que estaban en contra de Maimónides. Najmánides intentó ser el conciliador de estas dos tendencias que enfrentaron al pueblo judío durante esta época. Por otro, la famosa disputa de la que fue protagonista en Barcelona contra el converso Pablo Christiani. Esta disputa tuvo lugar en la corte del rey Jaime I de Aragón en 1.263. Pablo acudió al Rey de Aragón para que ordenara a Najmánides tomar parte en esta contienda pública, con la esperanza de que si conseguía probar la superioridad de su creencia, las masas de judíos establecidos en España se sentirían obligados a aceptar el cristianismo. Ciertos autores cristianos mantuvieron que Pablo fue el vencedor mientras los autores judíos pretendían lo contrario. Sin embargo, a Najmánides le pareció conveniente publicar una defensa. Declararon que su obra contenía insultos y blasfemias en contra de la religión dominante y como castigo fue expulsado de España en 1.264. El año 1.267, cuando Najmánides tenía setenta años, llegó a Palestina, donde vivió hasta su muerte. Mantuvo una estrecha relación epistolar con su hijo. En una de sus cartas Najmánides describe la acción de gracias que hizo por haber podido llegar sano y salvo a Palestina; también relata las deplorables condiciones en las que vivía. Parece que sufrió mucho por haber tenido que dejar a su familia en España. A pesar de que el año 1.270 Najmánides escribió a su hijo diciéndole que partía hacia Hebrón donde tenía la intención de prepararse una tumba, no se sabe cuando y donde fue enterrado.
6. Ghazali (1.058-1.111 - Islamismo).
Abu Hamid Al Ghazali, filósofo y teólogo islámico, cuyo nombre en latín es Algazel, nació en Tus, cerca de Meshed, (Irán) y tras adquirir una reputación excelente como erudito, fue designado, el año 1091, por el visir del sultán de Seljuk, para enseñar en la Universidad de Bagdad. En 1095, tras una crisis personal de fe, renunció a su posición, abandonó a su familia, y se convirtió en un asceta.
Después de diez años de meditación y de vivir como vagabundo, aceptó otro trabajo de enseñante en Nishapur, pero lo dejó al poco tiempo, retirándose a Tus.
Algazel relató su lucha interna y la solución religiosa que encontró en La liberación del error, una obra que ha sido comparada con Las confesiones de san Agustín. En El renacer de la ciencia religiosa, presentó su visión unificada de la religión, incorporando elementos de las tres fuentes antes consideradas contradictorias: Tradición, intelectualismo y misticismo.
Esta obra ha sido considerada el texto religioso más importante escrito por un musulmán, después del Corán. Tras criticar los métodos de la filosofía occidental, Algazel empezó a refutar las teorías neoplatónicas de otros filósofos
musulmanes, en particular las de Avicena, que se oponían a determinadas doctrinas religiosas ortodoxas como la de la creación, la inmortalidad del alma, y la divina providencia. Su ataque a la teoría filosófica y la especulación, desarrollado en su obra La destrucción de los filósofos, fue en gran parte responsable del declive final del elemento racionalista existente en el Islam. No obstante, hubo impulso hacia un racionalismo moderno y una epistemología naturalista. Cabe destacar a Ibn Rush conocido entre nosotros por el nombre de Averroes (1.128-1.198), hijo de un imán de Córdoba, que en su obra más importante, La destrucción de la destrucción, refuta el irracionalismo de Algazel. Acusado de hereje sus libros se quemaron por orden del califa de Córdoba, que lo desterró a Lucena y acabó finalmente en Marrakech (Marruecos). Su influencia en el mundo islámico desapareció, pues su pensamiento se consideró peligroso para la fe. Fueron los eruditos judíos de los siglos XIII al XVI, los que tradujeron sus obras al latín, influenciando a las Universidades de Padua y Bolonia, que contribuyeron notoriamente al nacimiento de la ciencia moderna.
7. Maestro Eckhart (1.260-1.328 - Cristianismo).
Johannes Eckhart, místico dominico alemán del siglo XIII-XIV uno de los más célebres místicos de Occidente. Tan célebre que, entre los buscadores actuales de verdadera y auténtica experiencia religiosa, no importa de qué tradición religiosa procedan, con decir el Maestro Eckhart basta para que se le reconozca. Nació en Hochheim (Turingia). Entra muy joven en la orden de los dominicos. Estudió en Erfurt y Colonia. En 1.302 fue nombrado maestro en Teología en París, la mejor universidad de aquel tiempo, donde residió y formó.
Fue el alma del Studium Generale de su Orden en Colonia. Regresó a Alemania en 1.303. En 1.307, en Estrasburgo fue elegido vicario general de su orden en Bohemia . La circunscripción de su orden abarcaba un inmenso territorio con cuarenta y siete conventos de dominicos y nueve de dominicas. Volvió a París ocupando la cátedra reservada a los dominicos extranjeros. Regresó a Colonia en 1.322, y, como era una persona profundamente espiritual y por ello hombre de acción, predicó en la lengua no culta pero popular que era el alemán, causando un gran impacto en el pueblo. Místico radical y por ello crítico, libre y liberador de todo temor y servidumbre, profeta y constructor de un cristianismo de vida y experiencia, no es de extrañar que la Inquisición se le opusiera. En 1.326 fue acusado de cuarenta y nueve proposiciones sospechosas extraídas de sus textos. El 26 de septiembre de ese mismo año Eckhart se defiendió con mucha inteligencia y vigor, pero le quedaron sólo veintiocho artículos que Eckhart tuvo que defender ante los teólogos de Aviñón. Esta vez, Eckhart al estar harto y cansado se defendió mal. Finalmente se retractó muriendo poco después. El éxito posterior de sus escritos fue enorme en el pensamiento alemán teológico, filosófico y místico de los siglos XVIII, XIX y XX.
Publicado en:
REVISTA HOREB EKUMENE
ISSN 2605 - 3691 - Noviembre 2020- Año III - No 25
Comunidad Ecuménica Horeb Carlos de Foucauld
Queda muy claro que la integración de las dimensiones: sensorial, intelectual, volitiva y espiritual, llevan a la armonía interior, a la paz y a las relaciones sociales auténticas. Se impone esforzarnos en cultivar todas estas dimensiones, confiando humildemente en que su logro será un don de lo alto.
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