La Creación, una entrega total
por Koldo Aldai
No existe la Ley del Amor, la propia Ley es Amor. Detrás de toda la creación pulsa el Amor, la generosidad sin límite, a veces aparente y manifiesta, a veces oculta para probarnos. Todo se da, todo es regalía. Desde el imponente astro sol, a la mínima brizna de hierba, todo se entrega para que seamos aquí y lo seamos colmados de abundancia, rodeados de belleza, armonía y sustento.
La carga semántica de la palabra “Ley” es más severa que la palabra “Amor”, sin embargo no estamos hablando de ideas diferentes. El Amor pulsa y preside la creación y ese Amor encarna en un Orden superior, y ese orden a su vez se manifiesta en unas Leyes.
Los Reinos se ofrecen al humano, para permitirle a éste un marco, un escenario de evolución. Todo es dádiva. Unos Reinos se ofrecen a otros. No son posibles los unos sin los otros. Sólo resta que el Reino Humano sea también ofrenda, se ofrezca al resto de los Reinos. Sin esa entrega los portales de su iniciación estarán cerrados, no podrá evolucionar.
La Creación era un jardín, pero el humano a menudo no contribuye al engrandecimiento de ese jardín sino a lo contrario. Vivíamos en un paraíso y ¿qué hemos hecho? No podemos dejar de preguntarnos por ello. Nos hemos acostumbrado a que todo se vuelque sobre el humano y el humano olvidó agradecer. Hemos a menudo usurpado y expoliado más allá de nuestras necesidades. Estar en la cima de los Reinos denominados “inferiores”, no debía de ninguna forma implicar abusar de ellos, todo lo contrario debía significar más responsabilidad, más servicio.
Hemos roto el Orden, conculcado la Ley y por ello ahora estamos volviendo a ese Orden, a esa Ley . Volvemos a un Orden que jamás debimos haber quebrado. Es por ello que estudiamos las Leyes que constituyen ese Orden. Deseamos cada día vivir más ajustados a ellas. Necesitamos del Orden y la Ley para poder encarnar, el caos significa la muerte. Necesitamos un mínimo orden en el que se pueda desenvolver la vida...
La Creación entera es una entrega total, la Creación invita al humano también a esa entrega total. Es en la entrega total como nos desarrollamos. La Tierra es un aula de la Ley, es por lo tanto un campo de entrenamiento de esa entrega. La Ley no nos susurra gratuita severidad, la Ley por encima de todo nos susurra amor, servicio, entrega...
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