Oración por los migrantes
Representantes de las comunidades religiosas de la ciudad se congregaron esta mañana en el Dique Sur junto a la cruz de Lampedusa para rememorar mediante oraciones y lecturas del Corán y la Biblia a aquellos que perecieron intentando llegar a Europa
por Cynthia Patricio
Asraf, Mamadou y Alpha Bah, Diabate, Jalal Uddin o Alassane son algunos de los nombres de las personas que se dejaron la vida en aguas del mar Mediterráneo. Este viernes familiares y amigos con quienes trataban de alcanzar el sueño europeo les recordaban ondeando su nombre junto a la Cruz de Lampedusa en el Dique Sur, junto a los representantes diversas confesiones en la ciudad.
La cruz, que lleva varios días en la ciudad, y ya este jueves en la iglesia del Sagrado Corazón formaba parte de la vigilia por los migrantes fallecidos, está construida a partir de las maderas de los cayucos naufragados en los que viajaban estas personas. El vicario episcopal de Melilla, Eduardo Resa, espera que con este símbolo, que además fue bendecido por el Papa Francisco, haga que reviva la fe y la solidaridad de nuestra sociedad “con nuestros hermanos inmigrantes y refugiados”. Asimismo, Resa también afirmó que espera que esta cruz y este gesto brinde a aquellos que vienen a adorarla “la fuerza necesaria para luchar por un mundo más justo y fraterno, donde todas las estructuras que hay, la política, la economía, la cultura y las relaciones entre las personas, sirvan siempre para el bien común”.
Por ello, según sostuvo el vicario, los representantes de la fe islámica, la cristiana y la hindú acudieron al Dique Sur, tomando como parte del escenario el mar y la valla de España con Marruecos. Allí realizaron un rezo interconfesional rememorar mediante oraciones y lecturas de versículos del Corán o la Biblia a estas personas perecidas antes de llegar a tierra.
Estuvieron representadas casi todas las confesiones de la ciudad, a excepción de la hebrea, ya que quien fuese a dar voz a la comunidad judía de la ciudad en este simbólico acto, no pudo asistir por debido a que se encontraba indispuesto desde la noche anterior, según comunicó Resa ante los presentes.
Las plegarias se hicieron en varios idiomas, la representante de la comunidad hindú de Melilla, Anyu Doultram, hizo una parte en sánscrito; el imán del cementerio de musulmán, hizo lo propio en árabe, aunque la lectura de las suras del Corán fueron traducidas al castellano y al francés para todos los presentes. Asimismo, en representación de la fe cristiana, además del vicario de la Ciudad, también estuvo presente el delegado de Ecumenismo y Diálogo interreligioso de la Diócesis de Málaga, Rafael Vázquez, que ayudó en la las oraciones cristianas.
Protección y misericordia
“Khrishna, Buda, Jesús, Allah, todos vinieron a este mundo, todos trajeron su mensaje de amor: amaros unos a otros, todos en el fondo conlleva a lo mismo”, expresaba Doultram, indicando que se trata de una frase muy recurrida en la comunidad hindú.
Pidió por la protección de aquellas personas que se ven obligadas a abandonar su país para buscar una vida digna para ellos y sus familias, así como por aquellos que perdieron su vida en esa dura travesía a través de las fronteras.
Por su parte, el imán leyó e primer capítulo de la Sura del Corán, un fragmento que suele leerse en los cementerios cuando se visita a los seres queridos o cuando alguien fallece. También leyó la última parte de la segunda Sura coránica, donde los creyentes piden a Dios auxilio y misericordia. También hizo unas súplicas a las víctimas a fin de que dios “derrame su misericordia sobre ellos y alivie el dolor de sus familias”, y permita a todos “tener los corazones llenos de compasión”.
“Que el Mediterráneo sea un lugar de vida y no un gran cementerio”
El vicario episcopal recordó que en esta época los cristianos celebran el tiempo de Navidad, “el misterio de un Dios que nace y se hace carne para ocupar los lugares de oscuridad y sufrimiento” y con ello espera que las plegarias que se realizaron este jueves por los miembros de las comunidades religiosas de la ciudad sean más sensibles ante el drama de estas personas que migran de sus países y se dan de bruces con la muerte y la desgracia.
Resa manifestó que el mar que rodea nuestra ciudad, haciéndola un lugar emblemático de multiculturalidad y un mosaico de confesiones, “debe ser siempre un lugar de vida, y no un gran cementerio”. “El Mediterráneo tienen que ser todo contrario, eso es lo que pedimos todos a Dios y a la vida , como nos han dicho también los hermanos de otras religiones”, expresó el vicario.
Por su parte, el delegado de Ecumenismo de la Diócesis de Málaga, Rafael Vázquez, hizo referencia a que este sábado 28 de diciembre, la liturgia cristiana también está marcada por la muerte de los Inocentes. Recordó que Herodes sembró la muerte para defender su propio bienestar, y esto es algo que se repite en la sociedad actual.
Tal y como haría Herodes, Vázquez señaló que hay algunas personas, que desde el anonimato toman decisiones socioeconómicas haciendo posibles dramas como el que se conmemoró estos días con la cruz de Lampedusa, el de los migrantes que salen en busca de algo que les traiga lo mejor para sus familias acaban encontrando la muerte en el agua antes de llegar a puerto seguro.
El delegado rememoró unas palabras del Papa Francisco en 2013 cuando les preguntaba a los presentes dónde estaba su hermano y quién es responsable de sus desgracias. Ante la cuestión por lo visto todos suelen responder con evasivas alegando que nadie tenía la culpa.“Hemos perdido el sentido de la responsabilidad fraterna hemos caído en la actitud hipócrita del sacerdote y del servidor del que hablaba Jesús en la parábola del buen samaritano.
“Pensamos: ¡pobrecito! y seguimos nuestro camino, con eso nos quedamos tranquilos y seguimos en paz”, expresaba el cristiano, que reflexionó acerca de la cultura del propio bienestar y hace a la sociedad “insensible al grito de los otros” mientras se encuentra en una burbuja de jabón. “Son bonitas pero no son nada, son la ilusión de lo fútil y lo provisional, que lleva la indiferencia hacia los otros”, criticaba. De la misma forma, que Herodes, en ese episodio bíblico, muchos miran hacia otro lado ante la desigualdad y las desgracias.
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