Todos juntos
Un espacio propuesto por EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

viernes, 30 de noviembre de 2018

¡ ESTAD VIGILANTES !


¡Que no os encuentre dormidos, aunque venga de improviso! 
¡Estad vigilantes! 

Ce que je vous dis, je le dis à tous: Veillez.

ORACIÓN ECUMÉNICA DE ADVIENTO
SABIÑÁNIGO 2018


El pasado miércoles 28 de noviembre nos reunimos cristianos de distintas denominaciones y de diferentes lugares para orar "todos juntos" para preparar y anticipar en oración la llegada de nuestro Señor, que si bien es verdad nació hace 2000 años en Belén, también tenemos la certeza de su presencia real entre nosotros, que formamos la Iglesia de Cristo, “la Comunión de los Santo” y también en nuestras vidas, como diría el apóstol Pablo, “ya no vivo yo, Cristo vive en mi”. La iglesia Cristiana, desde sus orígenes, cree y confiesa que espera a su Señor, que ha de venir en gloria, “la Parusía”. En el Club parroquial de Cristo Rey de Sabiñánigo (Huesca), organizada por el EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO.

Uno de los rasgos que definen a la iglesia cristiana es su “catolicidad”, su “universalidad”, la tarde del 28, esa realidad de la iglesia, se pudo percibir de forma muy especial y palpable, pues en el encuentro participaron además de personas de Sabiñánigo y la cercana ciudad de Jaca,  hermanos llegados desde el otro lado de los Pirineo, entre ellos la pastora de Pau, Helena Vicario, quien tuvo a su cargo la reflexión de la Palabra, el pastor Michel Jacob, que pastorea también en Pau y las comunidades de Oloron y Osse en Aspe, acompañados de un grupo de miembros de estas iglesias pertenecientes a la Iglesia Protestante Unida de Francia.


Comenzó el encuentro con las palabras de salutación y bienvenida realizadas por el pastor Daniel Vergara Muñoz, miembro del EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO.



Buenas noches y bienvenidos a nuestra Vigilia de Adviento ... 

... Dejemos de preocuparnos durante unos minutos por los ajetreos de nuestra vida cotidiana y disfrutemos de este tiempo de espera y esperanza en el gozo de nuestro Dios.



Tras la palabras de introducción se procedió a encender una particular y ecuménica Corona de Adviento, por una representación de los ahí reunidos.

Una representante de la iglesia católica, un representante de la iglesia anglicana, un representante de la iglesia metodista y una representante de la iglesia protestante unida de Francia encendieron cuatro cirios que conformaron la Corona de Adviento.




Los textos en esta ocasión estaban tanto en francés como en castellano para que cada cual pudiera seguirlos en su lengua, las oraciones que se recitaron se realizaron en ambos idiomas a la vez. Y así se fueros sucediendo oraciones, cantos, lecturas bíblicas, momentos de silencio y reflexión ...





Juan Manuel, de la IERE y miembro del EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO
realizó la Oración Inicial

Marifé, de la iglesia católica romana de Sabiñánigo realizó la
lectura del Antiguo Testamento correspondiente a Isaías 61: 1 – 11

Mosén José Manuel, sacerdote de la iglesia católica romana,
párroco de Cristo Rey proclamó en castellano el Evangelio de Marcos 13:33-37


Francoiçe, presidenta del consejo parroquial de Pau 
de la iglesia protestante unida de Francia
proclamó en francés el Evangile de Marc 13:33-37

La predicación y reflexión de los textos leídos corrió a cargo de la pastora de Pau (Francia), Helena Vicario, perteneciente a la Iglesia Protestante Unida de Francia.

Ofrecemos a continuación el texto íntegro de la predicación que nos ha sido facilitado por la propia pastora:


Marcos 13,33-37: 

«Mirad, vigilad: pues no sabéis cuando es el momento. Es como un hombre que se fue de viaje y dejo su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!» 

Mirad, Vigilad. Quizás fuera esta recomendación pertinente en los tiempos de Jesús, tiempos ya pasados, en los que el ritmo de vida se adaptaba al de la naturaleza, en los que los inviernos eran los del reposo de la tierra y de los seres humanos, antes de volver al trabajo para la labranza en primavera. Vigilad, estad en alerta. Realmente ¿quién puede afirmar que está tranquilo en su vida, que no está en alerta, que no está continuamente pensando en lo que le queda por hacer? Si Jesús viniera hoy en nuestras vidas dudo que nos encontrara durmiendo, sino al contrario con ojeras de no dormir, con estrés de no poder hacer las cosas, ¿quién no ha pensado alguna vez ojala los días tuvieran 48 horas? El tiempo se ha acelerado desde mediados del siglo veinte y no parece que nadie sepa cómo ir más despacio. 

El tiempo nos engulle, y tenemos dificultades para mantenernos a flote. El tiempo nos engulle. Pero ¿de qué tiempo estamos hablando? El griego antiguo, idioma en el que se escribió como sabéis las escrituras, tiene una riqueza inmensa de vocabulario. Tiene dos palabras para hablar del tiempo cronos, el tiempo que se puede fraccionar en horas y en minuto, el tiempo que pasa tan rápido que parece mentira que estemos de nuevo en Navidad, el tiempo tal y como lo vivimos cada día, en una relación de amor/odio, con una sensación de que siempre se nos escapa. La otra palabra es Kairos, que aquí se traduce como nadie conoce la hora. Realmente el significado de Kairos va más allá de la hora o del momento, el Kairos tiene más relación con un acontecimiento que cambia la vida para siempre. 

Mi vida normalmente transcurre en el cronos : el tiempo cotidiano hecho de luz y de sombras, de alegrías y tristezas sin que en ningún momento me pare a pensar si todo lo que vivo tiene realmente sentido, si estoy construyendo mi vida en la roca o en la arena del tiempo que pasa. Y un día pasa algo, un acontecimiento que me cambia la vida. A mí me ocurrió estando en Taizé, un monasterio del sur de Francia en el que se reúnen jóvenes venidos de toda Europa. Estando allí, tuve una experiencia en la oración en que sentí Dios de tan cerca que se me quemaron las alas, las alas de cartón que tenía entonces y que hacían de mi vida una vida normal y corriente. Alas que me permitían dar saltitos en mi vida teniéndolo todo: vida de familia, pareja, trabajo, bastante atado. Se me quemaron estas alas a la luz del Kairos y aquí me tenéis haciendo una predicación ante vosotros, después de que Dios me cambiara la vida. 

No todos los que creemos en Dios han tenido experiencias tan drásticas de un Kairos que transforme radicalmente el cronos, la rutina que vivimos. Pero todos tenemos experiencias de Kairos en nuestras vidas. Fragmentos de luz, a veces luciérnagas en una noche de verano que nos sorprenden por su belleza, y nos hacen percibir más allá de la rutina, del barro de los días, la presencia de Dios en nuestras vidas. Puede ser el nacimiento de un bebé, o enamorarse, o en un viaje conocer a pueblos enteros que siguen viviendo una vida sencilla, cercana a la naturaleza, sin que el cronos les devore. 

Son fragmentos de luz o como diría un teólogo llamado Moltmann un ventanuco que da directamente al Reino de los Cielos. Cuando Jesús dice que volverá nos anuncia este acontecimiento final, el castillo de fuegos artificiales, que dará sentido a todo lo que hemos vivido anteriormente. Jesús nos dice: “vigilad!” Vigilad porque he sembrado en vuestras vidas alegrias, primaveras, momentos en los que la felicidad os deja sin aliento, para que sepáis que algún día volveré, como Señor del mundo, y todo será paz y alegría. 

¿Cuándo volverá Jesús? Fue una pregunta que se hacían continuamente los primeros cristianos. ¿Cuándo volverá Jesús? Ha pasado tanto tiempo desde que se pronunciaran estas palabras que hemos leído, 2000 años, tanto tiempo que el número de cristianos que creen que verán en vida el retorno de Jesús ha disminuido mucho. 

Quedan todavía cristianos que creen en este retorno y que piensan que lo veremos, pero en sus palabras hay, a veces, cierta rabia, frustración por el estado del mundo, y esperan que Jesús vuelva, aniquile el mundo tal y como lo conocemos, y abra las puertas de un Reino de felicidad y de amor. 

Y es cierto que un poco antes que el texto que hemos leído hoy Jesús nos dice «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán » “El cielo y la tierra pasarán.” La Biblia nos habla en el libro de apocalipsis de una Jerusalén nueva. Pero en este texto que hemos leído juntos, nos damos cuenta de que el dueño de la casa vuelve para residir en la casa, no para destruirla. 

¿Quién tiene que vigilar, quedarse despierto en el texto? El portero. « Es como un hombre que se fue de viaje y dejo su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces! « 

El portero tiene que abrir la puerta al dueño de la casa cuando este vuelva de viaje. Que no tenga que esperar en la solana o en el frio, que no tenga que llamar varias veces a la puerta para poder entrar. Pero sobre todo el portero tiene que estar despierto para que todos puedan entrar a la casa del dueño. A la casa de Dios. Y eso es lo que Dios espera de nosotros. 

¿Quiénes aquí o en Francia abren las puertas de las iglesias? Y no estoy hablando solo de dejar las puertas de las iglesias católicas o protestantes abiertas para que los transeúntes puedan pasar. Sino de abrir simbólicamente las puertas. De abrir y desempolvar nuestras prácticas religiosas para que las nuevas generaciones puedan sentirse a gusta. Estoy hablando de abrir las puertas de nuestros corazones para que el que venga se sienta acogido. 

He crecido en Madrid en un bloque de viviendas que tenía portero. El portero era el que se ocupaba de que el edificio estuviera limpio, acogedor. El que llamaba cada día a la vecina del quinto que era muy mayor para saber si estaba bien. El que cuidaba de la vida en el apartamento, regando las plantas, dando de comer al gato cuando no estaba el dueño. El que recibía a los visitantes y les indicaba por dónde ir. El portero. Es una pena que sea una profesión que vaya desapareciendo. En Paris muchas veces no hay porteros sino agentes de seguridad privados, cuyo principal cometido es ahuyentar a los indeseados. 

Jesús, en este texto, nos pide que seamos porteros para cuidar de las iglesias en las que estamos. No es un trabajo muy prestigioso, muchos de nosotros preferiríamos ser presidentes de comunidad, o simplemente vecinos de la comunidad. Otros preferirían tener agentes de seguridad en las puertas para que solo aquellos que viven como nosotros, piensan como nosotros, viven su fe como nosotros puedan entrar. Para que se le pida el DNI a cualquier extraño que se acerque y se compruebe que no supondrá ningún esfuerzo acogerle. Que no nos pedirá nada. 

Pero a cambio de un trabajo a veces ingrato y otras veces tan lindo: acoger todo el que venga, cuidar de los que ya están en la casa, Jesús nos hace una promesa. Un día llamaran a la puerta, nos levantaremos a abrir y será Jesús el que ha llamado. ¿Un día ? o quizás varios días, muchos días, puesto que Jesús entra en nuestras iglesias cada vez que viene alguien a pedir un vaso de agua, a pedir hospitalidad, a pedir ropa, o simplemente un poco de compañía, Jesús ha entrado con él. 

Que el Senior nos ayude a vivir el adviento sirviendo como porteros en su casa. 




Los cantos y el acompañamiento musical como en otras ocasiones fueron conducidos 
por Lola, Irene, Sirley, María Angeles, Angelines y Orosia.
No tenemos mas que motivos de agradecimiento.

La Oración de Intercesión fue dirigida por Mosen Iván, sacerdote de la iglesia católica romana, vicario parroquial de Cristo Rey y 
párroco de varios pueblos del arciprestazgo de Sabiñánigo

Todos unidos, juntos como hermanos rezamos el Padre Nuestro

Emotivo y especial constituyó en esta ocasión el rezo del Padre Nuestro, cada uno en su lengua vernácula, en su lengua materna y con la fórmula que lo reza habitualmente, unidos por las manos una única plegaria a distintas y variadas voces se elevó al Padre de todos nosotros.

Después de mantener un alegre y festivo singo de paz los unos con los otros,
la hermana Mª José, religiosa de la congregación de las Hermanas de la 
Caridad de Santa Ana, realizó la Oración por la Unidad

Mosén Carlos, sacerdote católico romano,
párroco de la Iglesia de Santiago Apostol de Sabiñánigo
realizó la Oración Final


AUDIOVISUAL:
MIRADAS DE ADVIENTO 


MIREMOS AL PASADO 

Jesús se hizo presente “en la humildad de nuestra carne”. 
Aquel acontecimiento, marcado por la sobriedad y el silencio, ha irrumpido luego en la historia del mundo. 

MIREMOS AL FUTURO 
Cristo, que nació pobre y que pasó desapercibido para una gran mayoría de los que lo esperaban, prometió que –al final de los tiempos- volvería. 
Dese entonces seguimos proclamando y rezando: ¡VEN, SEÑOR, JESUS! 

MIREMOS AL PRESENTE 
Mientras miramos al pasado y pensamos en el futuro, ello no nos exime de estar con los pies en el suelo. 
Mientras Jesús llega, hemos de ser testigos de su Reino, de sus palabras de su vida. 
¿Lo hacemos suficientemente?





El reino de Dios no está lejos. Él está aquí, al alcance de nuestros ojos, nuestras manos, nuestro corazón. 

Está escrito en las palabras del Evangelio: 
La palabra paz: "La paz sea contigo". 
La palabra amor "Amaos los unos a los otros como yo os he amado". 
La palabra perdón "Padre, perdónalos". 

Que la paz de Dios te construya. Que su amor te cure. Que su perdón te regocije. Amén


Le royaume de Dieu n'est pas loin, il est là, à portée de notre regard, de nos mains, de notre coeur. 
Il s'écrit avec les mots de l'Evangile : 
Le mot paix : "Que la paix soit avec vous." 
Le mot amour : "Aimez-vous les uns les autres comme je vous ai aimés.” 
Le mot pardon : "Père, pardonne-leur." 

Que la paix de Dieu vous construise. Que son amour vous guérisse. Que son pardon vous réjouisse. Amen


Fotografías gentileza de Mercedes Portella
Audiovisual: Realización, Enric Ainsa





miércoles, 28 de noviembre de 2018

PROTEGER A LOS NIÑOS DE LA VIOLENCIA ES EL MENSAJE FUNDAMENTAL DEL CRISTIANISMO, DICE EL PATRIARCA ECUMÉNICO


Proteger a los niños de la violencia es el mensaje fundamental del cristianismo, dice el patriarca ecuménico


Proteger a los niños de cualquier tipo de violencia siempre ha sido y debería seguir siendo el mensaje fundamental del cristianismo, ha dicho Su Toda Santidad el patriarca ecuménico Bartolomé en una reunión en el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) con motivo del Día Mundial de los Niños.

El patriarca fue el orador principal del acontecimiento celebrado el 21 de noviembre en el Centro Ecuménico de Ginebra en el que participaron el CMI y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) con motivo del Día Mundial de los Niños, una reunión en la que los jóvenes tuvieron una aportación clave.

“Es importante que tengamos en cuenta que los niños no solo representan nuestro futuro, sino que son en realidad el presente sobre el que se está construyendo el futuro”, dijo el patriarca Bartolomé.

El patriarca ecuménico de Constantinopla dijo que su iglesia fue uno de los miembros fundadores del CMI y el secretario general del Consejo, Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, al dar la bienvenida a Bartolomé, señaló que en su mensaje de Navidad de 2016, pidió a todos los fieles del mundo “que respetaran la identidad y el carácter sagrado de la infancia”.

El patriarca hizo un llamado a la justicia intergeneracional y el apoyo a los niños en tránsito como responsabilidad espiritual en su mensaje desde la Iglesia Ortodoxa, al tiempo que observó que “la cultura se había rendido ante la tecnología” en el mundo.

“Los cristianos están llamados a proteger a los niños en la sociedad y en sus propias comunidades”, dijo Bartolomé, y afirmó que “le complacía especialmente” la colaboración establecida entre UNICEF y el CMI sobre los compromisos de las iglesias con la niñez.

Instó a las iglesias a “emprender iniciativas que promuevan la protección del medio ambiente y, en consecuencia, de nuestros niños”.

El crecimiento y el desarrollo

Bartolomé dijo: “La crisis ecológica se agrava sin cesar en aras del crecimiento y el desarrollo”. A lo que añadió: “La humanidad sigue ajena a los llamados mundiales a un cambio radical de nuestras actitudes hacia la creación”.

Tveit dijo que Bartolomé es conocido a escala mundial como el “patriarca verde”.

“Hoy, le reconocemos también como pionero en otro campo urgente: la responsabilidad de nuestras iglesias de proteger y apoyar a los niños, defender sus derechos y cuidar de su bienestar”, dijo el secretario general del CMI.

“Hoy, junto a UNICEF, damos un paso importante al intentar abrir nuevos caminos y posibilidades para los compromisos de las iglesias con la niñez”, dijo Tveit.

El patriarca ecuménico y el secretario general del CMI firmaron una petición para renovar los compromisos con los derechos de los niños.

Philippe Cori, director adjunto de la Oficina Regional de UNICEF para Europa y Asia Central, señaló que hace veintinueve años se presentó la Convención sobre los Derechos del Niño, que reconocía derechos específicos para los niños.

“Se trata de la convención de la ONU que más se ha ratificado; reúne los mejores intereses de los niños y es fundamental para la dignidad y para el derecho a la educación”, dijo Cori.

A continuación, añadió: “La mitad de los habitantes del mundo son niños y la mitad de los refugiados del mundo son niños, y cuando están en tránsito, son víctimas de la trata”. Muchos de ellos huyen de sus países debido a la violencia, el cambio climático, la hambruna y las sequías.

Jonathan Anugrahan, de 14 años, de la Iglesia de la India Meridional, y Laura Groth, de 18 años, de la Escuela Protestante de Eisenach (Alemania) y miembro de la Red Pedagógica Mundial, hablaron de sus experiencias en la escuela. Groth preguntó a Anugrahan si las clases grandes de la India con sesenta o hasta cien estudiantes contribuían a la violencia en las escuelas.

La celebración, que tuvo lugar un día después del Día Universal del Niño de la ONU, formó parte del 70º aniversario del CMI. Bartolomé y Tveit dijeron que “cada día es un día para los niños”.

Bartolomé señaló que los desafíos actuales a los que se enfrentan los niños incluyen sectores de la tecnología y la comunicación en los que las computadoras e Internet dominan cada aspecto de la vida personal y social.

“Algunas de las consecuencias de este cambio incluyen la llamada ‘desaparición de la infancia’, la pérdida de la inocencia de los niños y la iniciación precoz a la vida adulta”, dijo.

Los niños, vulnerables al cambio climático

“Los niños son especialmente vulnerables al cambio climático y la degradación del medio ambiente”, dijo el patriarca, pero una estudiante suiza de 14 años, Anouk Walliser Keel, habló de cómo “personas como usted y yo, feligreses normales”, podemos trabajar por la justicia climática.

Walliser Keel contó que realizó su primera recaudación de fondos para una campaña medioambiental con un amigo cuando tenía nueve años.

“Quizá se pregunten por qué una niña de 14 años está haciendo una presentación sobre la protección del medio ambiente y la iglesia... Creo que puedo conseguir algo. Esta comunidad es la iglesia... La iglesia es el vínculo entre la pequeña yo y el mundo más grande”.

Kiran Oommen, estudiante de 21 años, es miembro de la Iglesia Unida de Cristo de los Estados Unidos de América. La iglesia a la que pertenece respalda el caso que presentó, junto a otros veintiún jóvenes, contra el Gobierno federal de los Estados Unidos acusándolo de hacer que los jóvenes se vieran afectados de manera desproporcionada por el cambio climático.

“Existe la responsabilidad de proteger nuestros derechos a un futuro estable”, dijo Oommen, explicando que “en la Iglesia Unida de Cristo, la justicia social es un principio fundamental de lo que significa ser iglesia”.

Antonia Antonopoulos, jefa de las Asociaciones con la Sociedad Civil de UNICEF, hablando de hacer avanzar la agenda de los compromisos de las iglesias con la niñez, dijo: “Siempre podemos contar con el compromiso del CMI cuando lo necesitamos”.

Además, elogió los “testimonios poderosos y muy reales de los niños hoy”.


Compromiso del CMI con la niñez

El Consejo Mundial de Iglesias aboga por el bienestar de la niñez a través de una variedad de proyectos de ámbito local, nacional y mundial. Al estar presentes –y ser en muchos casos el punto de encuentro– en comunidades rurales y urbanas, las iglesias se encuentran en una posición única para influir en la sociedad a todo nivel, de los padres y los maestros de escuela a los encargados de tomar decisiones en los sectores público y privado.

VER MAS:



domingo, 25 de noviembre de 2018

FESTIVIDAD DE CRISTO REY


SOY REY

Un rey con el pueblo, con los que están en los márgenes de los caminos, con los que nadie quiere. 
Un rey que da la vida por los que le siguen, por su pueblo. 
Un rey que mira el corazón de las personas con las que se encuentra. 
Un rey que deja en herencia la tierra a los que no tienen nada. 
Un rey que explica las cosas para los sencillos y los humildes.
Un rey que valora el gesto de dar la vida como mayor expresión de amor a Dios. 
Un rey que abre los brazos en el momento de su muerte para perdonar a su pueblo. 
Un rey que hace de la cruz "trono de gloria". 
Un rey que llama y no impone. 
Un rey que nace en la humildad de un pesebre. 
Un rey que hace sentarse a su mesa a los que no tienen quien les quiera. 
Un rey que hace de la relación con su pueblo banquete de boda. 
Un rey que perdona con la mirada, que no tira piedras para condenar sino que da otra oportunidad. 
Un rey que se alegra y hace fiesta con la vuelta de sus hijos. 
Un rey misericordioso hasta con los que le condenan...
Un rey que hace del servicio norma de pertenencia a su Reino. 
Un rey que viene a servir y no a ser servido. 
 Me encanta este rey, ¡¡Es tan diferente a todos los demás¡¡ 


sábado, 24 de noviembre de 2018

HISTORIA DEL ECUMENISMO

HISTORIA DEL ECUMENISMO 



por Víctor José Viciano Climent 

A lo largo de sucesivos pontífices, nuestro hermano Victor Viciano de la Comunidad ecuménica Horeb Carlos de Foucauld nos muestra el desarrollo ecuménico de los últimos años desde el Concilio Vaticano II hasta nuestros días. 


Hablar de ecumenismo nos obliga a volver nuestra mirada hacia el Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II, convocado por el Papa San Juan XXIII y que el Papa Beato Pablo VI continuó hasta su clausura. 


En el punto 4 del “Decreto Unitatis redintegratio” del Concilio Vaticano II se exhorta a que todo fiel católico colabore El P. José Miguel de Haro junto con el Hmno. Aloise de Taizé. diligentemente en la empresa ecuménica, favoreciendo la unidad de los cristianos. En el punto 7 hace especial hincapié en la necesidad de convertir el corazón, de la conversión interior. 

Ya el hecho de convocar un Concilio de carácter verdaderamente ecuménico en cuanto a que congregaba no solo a católicos, sino que participaban consultores de las Iglesias protestantes y ortodoxas, además de estar presentes en él hermanos venidos de los cinco continentes. 

No fue del todo fácil pues el esquema sobre la unidad de los cristianos “Ut omnes sint” había sido preparado para la comunión con las Iglesias Orientales y no se había tenido en cuenta a las protestantes, finalmente se reelaboró el texto por una comisión mixta pudiendo lograr los avances en esta materia. 

Así, pues, el punto 13 del “Decreto Unitatis redintegratio” dice que, habiendo valorado las diferencias y diferentes condiciones en cada uno de los grupos cristianos y teniendo en cuenta los vínculos existentes entre ellos, determina proponer una serie de consideraciones “para llevar a cabo una prudente acción ecumenista”; desarrollando, a partir de aquí, el camino ecuménico entre todos los creyentes. 

SAN JUAN XXIII 

La inquietud del Papa Juan XXIII era la de cómo presentar al mundo moderno una Iglesia que, permaneciendo fiel a sus principios, se preguntase y ofreciese respuestas a un mundo en constante renovación. La palabra con la que el mismo Papa refería su visión era la de “aggiornamento”. Con un ecumenismo formado en el corazón, el ecumenismo de la caridad, tras su experiencia pastoral en Oriente, inició la andadura en un difícil camino de encuentro entre los cristianos separados, aún sin alcanzar a comprender del todo esta realidad que abrirá a la dimensión teológica. Siempre buscó entre aquellas cosas que unían más que en los fangos que nos separaban, preocupándose en imitar a Jesús en el amor, perdonando y haciendo el bien. 

Así es como siembra el camino para el encuentro, al comprender los “hermanos separados” que este Papa entabla el diálogo desde la amistad, que rompe barreras al llamar “Iglesias” a las comunidades cristianas no católicas, eliminando de su vocabulario términos como “cismáticos” y “herejes”; aun así arrastraba los condicionantes de la Encíclica “Mortalium animos” proclamada por el Papa Pío XI. 

Sin embargo, en la convocatoria del Concilio Vaticano II, arriesgó a invitar a los hermanos de las Iglesias separadas para buscar la unidad, si bien es cierto que en su pensamiento estaba la idea del “retorno de los hermanos separados a la casa del Padre” (la Iglesia Católica Romana). Fue fundamental la creación del “Secretariado para la unidad de los cristianos” que logró la evolución del mismo pensamiento del Papa y apartó este asunto de la Congregación del Santo Oficio, que era el encargado hasta ese momento de tales temas y relaciones. 

El Hermano Roger de Taizè confesaba que “el Papa Bueno” antes de morir le dijo “La Iglesia está constituida por círculos concéntricos… todos forman parte de la Iglesia, tanto el que está más cerca del centro como el que está lejos… Todos los que se refieren a Cristo tienen una cierta relación con el Obispo de Roma, con el ministerio de la pastoral ecuménica de Pedro: todos estos son parte de la Iglesia…”. Ya en el lecho de muerte sus palabras recordaron el pasaje evangélico de Juan 10; 16: “Et alias oves habeo quae non sunt ex hoc ovili” proclamando “un unum sint” (que seamos uno). 

SAN PABLO VI

Montini tenía la facultad de decidir si el Concilio Ecuménico convocado por su antecesor seguía con las deliberaciones o, si por el contrario, quedaba clausurado; una facultad reservada a los Obispos de Roma y de la que podía haber hecho uso el nuevo Pontífice Pablo VI, es más: trabajo por la unidad de todos los presentes, llegando a obtener hasta solo seis votos en contra en algunas deliberaciones. 

Nuevos retos estaban sobre la mesa: ecumenismo, diálogo interreligioso, las relaciones con la sociedad. Para ello la Iglesia adoptó un lenguaje nuevo, más allá de condenar se buscó los puntos de encuentro y una nueva forma de relacionarse y dirigirse al mundo moderno se abría paso entre los Consultores y Padres Conciliares que, gracias a Dios, habían asimilado el mensaje o legado del Papa Juan XXIII: “no es el momento de condenar sino de explicar bien el contenido de la fe”, el aggiornamento

Uno de los mayores signos ecuménicos del Papa Pablo VI fue el inicio de los viajes apostólicos, siendo de trascendental importancia el encuentro con el Patriarca armenio y con el Patriarca Ecuménico de Constantinopla Atenágoras I en Jerusalén, un abrazo que significó el reencuentro tras casi mil años de división y de mutua excomunión (Papa León IX y Patriarca Miguel I). Se convertía en el primer Papa que visitaba Tierra Santa, lo hacía como “Peregrino de la Paz” y en la misma Jerusalén se revocaban aquel 7 de diciembre de 1965 las excomuniones mutuas del 1.054. A preguntas de los periodistas acerca de porqué había ido a Jerusalén en la Epifanía de 1.965, Atenágoras respondía “Para decir ¡Buenos días! A mi querido hermano el Papa. Hace quinientos años que no nos hablábamos” pues el último abrazo fue entre Eugenio IV y José II. 

El 21 de noviembre de 1.964 sellaba el Decreto “Unitatis redintegratio” sobre el ecumenismo con el fin de promover la restauración de la unidad de los cristianos, reconociendo que “única es la Iglesia fundada por Cristo Señor, aun cuando son muchas las comuniones cristianas que se presentan a los hombres como la herencia de Jesucristo”. 

Un paso más allá se produce en 1.965 cuando, llevado de la sensibilidad propia, el Papa Pablo VI decide fundar el Secretariado para las religiones no cristianas, primera piedra para un verdadero diálogo interreligioso y ya en 1.976 la creación de la “Pontificia Comisión Justicia y Paz” que profundizará en la doctrina social de la Iglesia. 

Pablo VI, conocido como “el Papa del diálogo” sufrió gran soledad y grandes sinsabores durante su pontificado, un pontificado dedicado a hacer realidad las conclusiones del Concilio Vaticano II, esto es: al diálogo con los hermanos cristianos, a presentar con un nuevo lenguaje la Buena Nueva de Cristo y a la disposición de la Iglesia para abordar el diálogo con el mundo contemporáneo, fruto de ello fue la Encíclica “Ecclesiam suam” en la que expresa su deseo de “que la Iglesia y el mundo se encuentren, dialoguen, se conozcan y amen”. 

El Metropolita Melitón, a quien el humilde Pablo VI besó los pies tras pedir perdón a la Iglesia Ortodoxa de Constantinopla por el daño infligido durante siglos por parte de Roma, declaraba acerca del Pontífice “un nuevo Profeta que esperábamos y que nos predice cómo será el futuro”. 

VENERABLE JUAN PABLO I 

“El Papa de la sonrisa” es uno de los once Vicarios de Cristo con el pontificado más corto de la Iglesia, sin embargo su huella e impronta fueron trascendentales en uno de los momentos más delicados de nuestra Iglesia y del mundo moderno. Con la elección de su nombre combinado, aunaba el espíritu del Concilio Ecuménico Vaticano II reuniendo en él los nombres de Juan y de Pablo, los Papas del Concilio. Su primer signo ecuménico se dio al día siguiente de su primera Misa como Pontífice, el 4 de septiembre de 1.978, al reunirse con el Metropolita de Leningrado Nikodim, quien al día siguiente fue recibido por el Papa en audiencia personal y tras unas palabras sobre ecumenismo fallecía a los pies del mismo Pontífice. 

Interpelado especialmente por las declaraciones del Arzobispo de Brujas Mons. De Smet, quien era uno de los miembros del grupo del responsable de la Comisión de Ecumenismo en el Concilio, el Cardenal Bea, se acercó a los Hermanos de Taizè con algunos de los observadores ortodoxos, haciendo suya la “Unitatis redintegratio”. A los pocos días de iniciar su pontificado convocó al teólogo Germano Pattaro, una de las figuras católicas del ecumenismo italiano, a quien nombró consejero teológico. Juan Pablo I resume su sentir ecuménico al decir “Pobres de nosotros si obstaculizásemos el camino ecuménico con interpretaciones reductivas” y le seguía diciendo a Germano “tú has escrito que la nueva frontera de los cristianos es la teología del ecumenismo”. 

Resumamos la postura ecuménica del Venerable con sus mismas palabras: “Yo sé que la división de los cristianos es pecado y que la unidad de los cristianos es un don de Dios”. 

SAN JUAN PABLO II 

Para entender el legado del Papa S. Juan Pablo II debemos retroceder hasta la figura del Papa San Juan XXIII quien en la apertura del Concilio Vaticano II pronunciaba unas claras palabras indicando que “La Iglesia quiere mostrarse como una Madre llena de bondad, de amor y de paciencia hacia sus hijos separados”, palabras que eran un sincero guiño fraternal a los “hermanos separados” y que resonarían años después en el corazón del Papa Juan Pablo II, cuyo largo pontificado llenó de brotes verdes el camino hacia el encuentro entre Roma, los cristianos ortodoxos y los cristianos protestantes, un camino no exento de dificultad y con claroscuros que hicieron temer la continuidad de la obra comenzada por el Papa Juan XXIII y ya bajo el Pontífice Juan Pablo II; situación que se dio, entre otros motivos, por ciertas acciones como la canonización de Jan Sarkander, así como por la fatiga de quienes creyeron que el camino iba a ser rápido y no pensaron que sería tan lento, con sus espinas, con sus flores. 

Mientras unos señalaban al Papa Wojtila como apóstata por su compromiso en la unidad de los cristianos y en el diálogo interreligioso, otros lo acusaban de rancio conservadurismo y de detener el avance hacia la plena comunión e incluso de falta de tacto y de sensibilidad para con los otros hermanos cristianos. 

El Papa Juan Pablo II envió dos directrices al “Consejo Pontificio para la unidad de los cristianos”: “el diálogo de la verdad y el encuentro en la fraternidad”. 

Podemos preguntarnos ¿quién es el Papa Juan Pablo II? O más concretamente ¿Cuál es la aportación real del Papa polaco al ecumenismo? 

Faltaríamos a la verdad si dijésemos, como muchos proclaman, que fue el gran escollo que entorpeció el camino hacia la unidad de los cristianos. Si Juan XXIII proclamaba que “Cristo ha venido para derribar los muros y que el punto central de su enseñanza es el amor que une a todo hombre a Él como el primero de los hermano, y que lo une a Él con nosotros al Padre”, Juan Pablo II escribe que “creer en Cristo significa querer la unidad; querer la unidad significa querer la Iglesia; querer la Iglesia significa querer la comunión de gracia que corresponde al designio del Padre desde toda la eternidad. Este es el sentido de la oración "Ut unum sint”. Es decir, el mensaje del Papa Juan Pablo II completa y da sentido al mensaje del Papa Juan XXIII, mensaje que en ambos encierra las mismas palabras en la lejanía del tiempo: “Ut unum sint”, palabras que dan título a su Encíclica sobre el ecumenismo y en la cual propone a los pastores y teólogos de las diferentes Iglesias y comunidades cristianas separados de Roma buscar juntos las formas en que el ministerio petrino pueda realizar un servicio de fe y de amor reconocido por todos. 

Fundamental ha sido la declaración conjunta de los Católicos Romanos y la Federación Luterana Mundial acerca de la doctrina de la justificación llevada a cabo en 1.999, que no solo ha promovido el acercamiento de otros grupos cristianos como los Metodistas sino que ha proyectado su positiva sombra sobre el pontificado de Ratzinger. En ella, que supone el principio del final de la división entre protestantes y católicos, se reconoce que el hombre se salva por la fe y el amor a Dios, no por las donaciones a la Iglesia. 

Otro de los gestos importantes fue la devolución del icono de la Virgen de Kazan (declarada protectora de Rusia) que se hallaba en manos del Vaticano desde 1.993 tras una suerte de peripecias que comienzan con su aparición milagrosa en el siglo XVI para acabar en el apartamento del Papa Juan Pablo II y este venerando la imagen e implorando de ella su intercesión para la unidad de las Iglesias. 

A principios del “Año Santo 2.000” San Juan Pablo II abría las puertas de la Basílica de San Pablo Extramuros junto con el Patriarca ortodoxo Athanasios de Constantinopla y el Arzobispo anglicano de Canterbury George Carey. Poco a poco fue creando un ecumenismo de gestos amables y valientes, más allá de las palabras. 

De la inicial denominación de “hermanos separados” dio paso a la de “los otros cristianos”, en su intento de acercamiento. Dos hechos marcan la delicada situación que bajo el pontificado de Wojtila se producen: por un lado estableció 3 Administraciones Apostólicas en Rusia para asegurar la atención religiosa a los católicos, generando un gran disgusto en el Patriarcado de Moscú que potenció su actividad contra Roma y, por otro lado, el Papa regalaba a los ortodoxos el templo de San Basilio en Roma, además de pedir en Atenas ante el Arzobispo ortodoxo Christodoulos perdón por los comportamientos de los católicos contra los ortodoxos a lo largo de la historia. 

Con los anglicanos ha sido mucho más fácil el acercamiento bajo este pontífice que con las Iglesias Reformadas, pues respondieron a su encíclica “Ut unum sint” con dos documentos: uno en 1.995 titulado “May they all be one” (Que todos sean uno) y en 1.999 con el documento “The Gifthof Authority” (El don de la autoridad) por el que reconocen el insustituible papel que desempeña el Obispo de Roma para la comunión de todas las Iglesias cristianas. 

PAPA BENEDICTO XVI, Emérito 

La figura de Benedicto XVI se enfrenta al camino ecuménico y al diálogo interreligioso desde el conocimiento y la sabiduría que otorga el haber sido, como Cardenal Ratzinger, el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe durante el pontificado de su antecesor, San Juan Pablo II. Desde el inicio de su pontificado se ha fijado como compromiso principal trabajar por la reconstrucción de la plena y visible unidad de todos los seguidores de Cristo. 

Nos recordará constantemente que la unidad de los cristianos es un don del Espíritu Santo que requiere de gestos concretos de conversión, que muevan las conciencias y favorezcan la sanación de recuerdos y relaciones. 

El sentido cristológico del ecumenismo se convierte en la piedra angular y hace realidad vivida la oración sacerdotal de Jesús “para que todos sean uno”; de este modo el ecumenismo ya se convierte en realidad cuando penetramos en esta confesión cristológica y en su profundidad encontramos la fuente de unidad de la Iglesia. 

Benedicto XVI continuará con la Jornada interreligiosa de Oración por la Paz en Asís que instauró en 1.986 su antecesor, Juan Pablo II, una jornada sobre la que Ratzinger puso sus ojos como Prefecto de la Doctrina de la Fe y que alcanzó una fórmula adecuada para todos y para todas las sensibilidades dentro y fuera de la Iglesia Católica “no rezar juntos, sino estar juntos para rezar”, y que el Cardenal Etchegaray explicaba diciendo “No hay que esperar una oración común, no es posible. Pero estaremos juntos para rezar. Hay que respetar la plegaria de cada uno, permitir a todos expresarse en la plenitud de su fe, de sus creencias”. 

El encuentro del Papa Benedicto XVI con los representantes del Consejo de la Iglesia Evangélica de Alemania, su postura había sido ya fundamental para alcanzar el acuerdo para la Declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación y que se firmó en Augsburgo en 1.999, es signo de especial significación al ser la visita de un Papa nacido en la tierra de Lutero. Durante su pontificado expresó su temor a que el “confesionalismo de la división” y la “indiferencia sobre cuestiones de fe” pudieran dar al traste con los esfuerzos ecuménicos. Su visión paulina de la división (1 Co 11, 19) conduce hacia un nuevo paso, eso es, a encontrar la unidad en la diversidad y así lo asevera “el auténtico amor no anula las diferencias legítimas, sino que las armoniza en una unidad superior, que no se impone desde fuera, más bien, desde dentro, por decirlo así, da forma al conjunto”. 

Benedicto XVI defenderá el “ecumenismo del amor” ante la asamblea plenaria en 2.014 del “Consejo Pontificio para la unidad de los cristianos” y lo hará con las palabras que siguen: “Lo que se ha de promover ante todo es el ecumenismo del amor, que desciende directamente del mandamiento nuevo que dio Jesús a sus discípulos… El amor acompañado por gestos coherentes crea confianza, hace abrir los corazones y los ojos. El diálogo de la caridad por su naturaleza promueve e ilumina el diálogo de la verdad…”. 

No todos los gestos son siempre visibles, pues si algo pasó desapercibido para muchos fue la fórmula empleada por Joseph Ratzinger en su primera Misa como Papa, cambiando aquello de “Solemne inicio del ministerio del Pastor Universal de la Iglesia” por el de “Inicio del ministerio petrino del Obispo de Roma”, formula la primera que había sido la utilizada por los elegidos Papa y que incidía en su situación de supremacía frente a los cristianos separados, así tendía la mano a un nuevo entendimiento de la misión pontificia con las restantes Iglesias y Comunidades cristianas. 

También ha buscado evidenciar las aproximaciones con los Ortodoxos por la mayor cercanía en materias como las posturas éticas, la ritualidad y la convergencia sobre la “sucesión apostólica”; siendo especialmente significativos en este contexto sus Viajes Apostólicos a Estambul y Chipre. 

La Constitución Apostólica “Anglicanorum coetibus” supuso el paso a la Iglesia Católica de muchos sacerdotes casados anglicanos y la puesta en marcha de Ordinariatos especiales para ellos. 

El Pontificado de Benedicto XVI no ha sido menos criticado que los anteriores, pues la controversia siempre está servida. El teólogo alemán Hans Küng, fue con Joseph Ratzinger, el teólogo más joven del Concilio Vaticano II y también una de las voces que han puesto en duda algunas decisiones de este Papa, no dejando de reconocer la gran aportación de Benedicto XVI con sus tres encíclicas sobre la fe, la esperanza y el amor. Situación que se reproduce en las Iglesias Ortodoxas con la protesta y reproche de los monjes del Monte Athos -aunque reconocen lo positivo- del encuentro en Estambul.




viernes, 23 de noviembre de 2018

DECLARACIÓN CONJUNTA DEL VATICANO Y EL GRAN RABINATO DE ISRAEL SOBRE LA DIGNIDAD DE LOS NIÑOS


El Papa Francisco, a los judíos: "Somos hermanos e hijos de un sólo Dios, y debemos trabajar juntos por la paz"

La Comisión bilateral subraya la "responsabilidad especial" de la sociedad "en el crecimiento moral y espiritual" de los menores

La Comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo y el Gran Rabinato de Israel han subrayado hoy en una Declaración Conjunta (leer entera al final del artículoque el cuidado especial de los niños es un imperativo religioso tanto del catolicismo como del judaísmo. Un mandato que exige no solo "fomentar relaciones de amor auténtico y estable", sino también "proporcionar la nutrición, atención médica y protección adecuada" a los más pequeños, así como garantizar "la educación religiosa y escolarización necesaria, el aprendizaje informal y el cultivo de la creatividad".
Del 18 al 20 de noviembre de 2018 tuvo lugar en Roma la decimosexta reunión de la Comisión bilateral entre delegaciones de ambas religiones cuyo tema ha sido: La dignidad del ser humano. Enseñanzas del judaísmo y del catolicismo sobre los niños.

El cardenal Peter Turkson, como presidente de la delegación católica, dio la bienvenida a los delegados judíos invocando la bendición divina sobre la reunión. Por su parte el rabino Rasson Arusi respondió expresando el gozo y la satisfacción de la delegación judía de reunirse en esta santa tarea común.

La Comisión Bilateral se reunió con motivo del Día Universal del Niñoconvocado por las Naciones Unidas y consecuentemente dedicó sus deliberaciones al tema de la dignidad humana, con especial referencia a los niños.

Al término del encuentro ambas delegaciones dieron a conocer la declaración conjunta en la que recuerdan que "la sociedad en su conjunto, pero en particular los padres, los maestros y guías religiosos, tienen una responsabilidad especial en el crecimiento moral y espiritual de los niños".

"Tenemos una obligación especial para con los miembros más vulnerables de nuestras comunidades y, en particular, con los niños, garantes de la posteridad, que todavía no pueden expresar su pleno potencial y defenderse solos", expresa el comunicado conjunto.

Ambas delegaciones resaltaron que "el respeto por la dignidad personal de los niños también debe expresarse con la oferta de una amplia gama de estímulos e instrumentos para desarrollar sus capacidades de reflexión y de acción. No solo es necesario que los niños se sientan objeto de una atención adecuada y amorosa, sino también que se involucren activamente para que se desarrollen sus capacidades cognitivas y prácticas".

Francisco: Debemos trabajar juntos por la paz, mano a mano

En la tarde del 19 de noviembre ambas partes fueron recibidas por el Papa Francisco que afirmó su compromiso personal en este ámbito y en el progreso de las relaciones entre católicos y judíos con las palabras: "Somos hermanos e hijos de un sólo Dios, y debemos trabajar juntos por la paz, mano a mano".

En este encuentro, el Papa recibió con satisfacción la noticia de la preparación de un documento interreligioso sobre las cuestiones relacionadas con el final de la vida, con especial referencia al peligro de legalizar la eutanasia y el suicidio asistido por un médico en lugar de garantizar los cuidados paliativos y el máximo respeto por la vida que es un don de Dios.

Declaración conjunta de las delegaciones del Gran Rabinato de Israel y de la Comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo


Del 18 al 20 de noviembre de 2018 tuvo lugar en Roma la decimosexta reunión de la Comisión bilateral de las delegaciones del Gran Rabinato de Israel y de la Comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo cuyo tema ha sido: La dignidad del ser humano. Enseñanzas del judaísmo y del catolicismo sobre los niños.

Publicamos a continuación el texto de la declaración conjunta firmada por ambas partes.

Declaración conjunta

1. El cardenal Peter Turkson, como presidente de la delegación católica, dio la bienvenida a Roma a los delegados judíos invocando la bendición divina sobre la reunión. El rabino Rasson Arusi respondió expresando el gozo y la satisfacción de la delegación judía de reunirse en esta santa tarea común citando las palabras del Salmo 90:17: “La dulzura del Señor sea con nosotros/ Confirma tú la acción de nuestras manos".

2. La Comisión Bilateral se reunió con motivo del Día Universal del Niño convocada por las Naciones Unidas y consecuentemente dedicó sus deliberaciones al tema de la dignidad humana, con especial referencia a los niños.

3. La Comisión apreció el progreso significativo en la sociedad moderna en relación con el tema de los derechos humanos, tal como se evidencia en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y, en particular, en la Convención de 1989 sobre los Derechos del Niño. Estos principios de la inviolabilidad de la vida humana y de la inalienable dignidad humana de la persona encuentran su plena expresión en las relaciones entre el individuo y lo Divino y entre el individuo y su prójimo, que implica la responsabilidad de hacer efectiva esa relación en la dimensión social. Tenemos una obligación especial para con los miembros más vulnerables de nuestras comunidades y, en particular, con los niños, garantes de la posteridad, que todavía no pueden expresar su pleno potencial y defenderse solos

4. Se discutió en profundidad la importancia de aclarar el fundamento ético de esto principios, señalando que estos ideales ya están arraigados con valor trascendente en nuestro patrimonio bíblico común que declara que el ser humano está creado a imagen de Dios (cf. Gen 1: 26-27; 5: 1-2).

5. El respeto por la dignidad personal de los niños también debe expresarse con la oferta de una amplia gama de estímulos e instrumentos para desarrollar sus capacidades de reflexión y de acción. No solo es necesario que los niños se sientan objeto de una atención adecuada y amorosa, sino también que se involucren activamente para que se desarrollen sus capacidades cognitivas y prácticas. Para que eso suceda en consonancia con los principios antes mencionados, es necesario fomentar relaciones de amor auténtico y estable, y proporcionar la nutrición, atención médica y protección adecuadas, así como la educación religiosa y escolarización necesarias, el aprendizaje informal y el cultivo de la creatividad.

6. La sociedad en su conjunto, pero en particular los padres, los maestros y guías religiosos, tienen una responsabilidad especial en el crecimiento moral y espiritual de los niños. En sus deliberaciones sobre los derechos de los niños a la autonomía y a la libertad, los miembros de la Comisión Bilateral destacaron la tensión entre el esfuerzo por garantizar la máxima libertad de elección y el de asegurar la protección y la orientación prudente. Todo esto exige que nos abstengamos de cualquier instrumentalización de la otra persona, cuya dignidad siempre debe considerarse como un fin en sí mismo.

7. Los miembros de la Comisión Bilateral fueron recibidos en una audiencia privada por el Papa Francisco que afirmó su compromiso personal en este ámbito y en el progreso de las relaciones entre católicos y judíos con las palabras: "Somos hermanos e hijos de un sólo Dios, y debemos trabajar juntos por la paz, mano en mano". En este encuentro, el Papa recibió con satisfacción la noticia de la preparación de un documento interreligioso sobre las cuestiones relacionadas con el final de la vida, con especial referencia al peligro de legalizar la eutanasia y el suicidio asistido por un médico en lugar de garantizar los cuidados paliativos y el máximo respeto por la vida que es un don de Dios.

8. Al concluir sus deliberaciones, los miembros de la Comisión Bilateral dieron gracias al Altísimo por sus bendiciones sobre sus vidas y trabajo; y por sus dones, entre los que se incluyen los niños, así descritos en el Salmo 127: 3, "La herencia de Dios son los hijos / recompensa el fruto de las entrañas”. Para garantizar su sano desarrollo espiritual es particularmente importante familiarizarlos con el patrimonio bíblico que comparten judíos y católicos.

9. Además, la Comisión insta a que estos textos de las Sagradas Escrituras se estudien en sus respectivas comunidades. Asimismo, la enseñanza de Nostra aetate (n. 4) y los documentos subsiguientes relativos a las relaciones judeo-cristianas, deberían ser ampliamente conocidos y difundidos en ambas comunidades, lo cual proporcionará un impulso creciente a la bendita reconciliación y cooperación entre judíos y católicos, en beneficio de sus fieles y de la entera sociedad.

Roma,20 de noviembre de 2018 - 12 de Kislev, 5779

DELEGACIÓN JUDÍA
  • Rabino Rasson Arusi (Presidente de la delegación judía) 
  • Rabino David Rosen 
  • Rabino Prof. Daniel Sperber 
  • Rabino Prof. Avraham Steinberg 
  • Mr. Oded Wiener 

DELEGACIÓN CATÓLICA
  • Cardenal Peter Turkson (Presidente de la delegación católica)
  • Arzobispo Pierbattista Pizzaballa O.F.M.
  • Arzobispo Bruno Forte
  • Obispo Giacinto-Boulos Marcuzzo 
  • Mons. Pier Francesco Fumagalli 
  • P. Norbert J. Hofmann S.D.B.                                                                               

FUENTE:
Religión Digital - www.periodistadigital.com
Oficina Prensa Vaticano - http://press.vatican.va