Todos juntos
Un espacio propuesto por EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

lunes, 31 de diciembre de 2012

Para finalizar el año


JESÚS, termina el año 2012, agradeciéndote los 366 días que me has regalado de vida y de amistad. No siempre he estado atento a esa amistad, y he dado pasos fuera del camino que lleva a la Vida: perdóname. 2013 será una nueva oportunidad para demostrar -a mí y a ti- que tú eres lo primero para mí: tú sabes que te quiero.

José A. Martínez Puche, o.p.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Oración breve

Cristo Jesús, a través de ti sabemos que Dios es amor. Sufres con los que viven situaciones difíciles, das tu paz a los que quieren reconciliarse. Nos das la libertad de los hijos de Dios.

Comunidad de Taizé




sábado, 29 de diciembre de 2012

El ecumenismo, exigencia del Evangelio.


EL ECUMENISMO, EXIGENCIA DEL EVANGELIO

por Enric Capó (1.930 - 2.012)
pastor Iglesia Evangélica de Cataluña

El protestantismo español y el ecumenismo

El ecumenismo es la asignatura pendiente más importante del protestantismo español. No creo que se haya dado en nuestro seno ningún estudio serio e imparcial, al margen de la controversia, sobre las exigencias bíblicas de comunión, y de exclusión, si éste es el caso, entre aquellos que se refieren a Jesucristo como único Señor y Salvador. Los artículos y libros que han tratado este tema, desde nuestras filas, lo han hecho casi exclusivamente para defender o condenar situaciones, tendencias y actitudes, muchas veces hechas a partir de realidades del exterior y controversias que nos vienen de fuera. Han sido los amigos y los enemigos del ecumenismo quienes principalmente se han ocupado del tema. Los demás lo han considerado siempre como un problema marginal. Lo nuestro, es decir, lo del Protestantismo español, ha sido la “sana doctrina”, a saber, la búsqueda de la fidelidad doctrinal que es una empresa digna y de enorme trascendencia para la Iglesia, pero que, a menudo, ha adolecido de falta de rigurosidad. Ha adoptado demasiadas actitudes de infalibilidad personal y ha ido demasiada cargada de exclusivismos. La búsqueda y la fidelidad a la doctrina correcta es condición imprescindible para un verdadera ecumenismo; pero esta búsqueda de la verdad doctrinal no nos ha de hacer olvidar que el centro de la doctrina cristiana no es una definición, sino la relación auténtica con Dios y con los hombres. Y que, si en el caso de nuestras relaciones con Dios se expresa en términos de amor, paz y reconciliación, igualmente ha de expresarse con referencia a los creyentes en general.

El don de la reconciliación.

El centro de la doctrina cristiana, tal como la encontramos en la Biblia, es la obra reconciliadora de Dios en Cristo. Ante una humanidad dividida y enemistada, que vive en la injusticia y en la violencia, Dios toma la iniciativa de abrir un camino a la reconciliación. Esta reconciliación es, en primer lugar, entre Dios y los hombres. Se realiza de forma personal e intransferible, uno a uno, mediante una conversión personal que se manifiesta en un cambio de dirección en la vida para buscar y seguir el camino de Cristo. Por esta reconciliación, la humanidad tiene libre acceso al mundo de Dios (Ro 5,1), el mundo de la gracia, e inaugura la vida auténtica: la vida de las relaciones correctas. En una realidad de confusión como la nuestra, el creyente encuentra su lugar, sabe donde está y hacia donde va. Se encuentra a si mismo como creación de Dios y alcanza la paz y el equilibrio interior. Es un hombre reconciliado. Tiene una nueva mente, que es la de Cristo, que le permite caminar en un nuevo camino. Ha dejado ya de lado una vieja manera de vivir, el hombre viejo, para asumir la realidad del hombre nuevo, imagen de Cristo, su modelo. Vive en la tierra y en este presente, pero se esfuerza en vivir la realidad futura -pero que de alguna manera ya ha llegado a nosotros- del Reino de Dios. Es el nuevo ciudadano del nuevo mundo de Dios. No se rige por la Ley, que fue dada para esta realidad terrenal, sino por la nueva fuerza interior que tiene como centro la obligación de amar, por encima de todo y sin ningún tipo de fronteras. Es el hombre que goza de la reconciliación con Dios y vive para la reconciliación con todos los hombres.

Comunidades reconciliadas

Este hombre reconciliado no está todavía en la comunidad del Reino de Dios. Vive todavía aquí, en la debilidad de lo terreno. Vive la ausencia de poder y de gloria. No tiene a su alcance todas las posibilidades del Reino. Todo, menos la realidad de Cristo en su vida, lo vive en la promesa y en la esperanza. Pero este hombre reconciliado, en obediencia a su Señor y Maestro, se integra en una comunidad reconciliada con todos aquellos que han tenido la misma experiencia, una comunidad que tiene como centro el mismo Cristo, el Reconciliador. Esta comunidad es la Iglesia, el cuerpo de Cristo. Esta comunidad a la que se integra es el intento de comunidad reconciliada, el intento de vivir, en este nuestro presente, el proyecto del Reino de Dios que tiene, como objetivo final, la reconciliación perfecta.

Esta Iglesia es, en primer lugar, una comunidad local, fruto de nuestro éxito o de nuestro fracaso. No es jamás una comunidad perfecta. Viene deformada por todos nuestros defectos y nuestras divisiones. El testimonio de vida que damos al mundo, con algunas y dignas excepciones, es más bien pobre y está muy lejos de reflejar la imagen de Cristo. Sin embargo, esta iglesia visible, imperfecta, dividida y zarandeada por las corrientes de un mundo alejado de Dios, es la Iglesia, el cuerpo de Cristo aquí y ahora. Es cierto que podríamos hacer distinciones –como hacen algunos- y decir que es sólo una manifestación histórica e imperfecta de la Iglesia Invisible que constituye el auténtico cuerpo de Cristo. Pero esto sería pasar nuestros problemas al mundo de la fantasía, en lo que parece que somos especialistas. Nadie duda de que haya una Iglesia Invisible, escondida en el corazón de Dios; pero, ¿de qué nos sirve? A menudo es sólo una excusa para decir que tenemos oculto lo que no podemos mostrar en público. Y las cosas escondidas son dudosas. La iglesia local y su proyección a los diferentes niveles denominacionales, nacionales e internacionales, es la única iglesia que conocemos, la única real y visible. Y a la vista del tipo de iglesia que hemos conseguido, habríamos de decir que, si es el cuerpo de Cristo, es un cuerpo martirizado, continuamente crucificado de nuevo por nosotros mismos.

La iglesia, pues, la que está en la calle General Lacy de Madrid o en la calle Aragón de Barcelona, esta realidad histórica, tangible y contable, con personalidad jurídica y con títulos de propiedad, tal como es, sin más pretensiones que las de querer ser, es llamada a asumir el papel de comunidad reconciliada. Si lo alcanza, glorifica a Dios y manifiesta la realidad de la obra de Cristo. Si no lo alcaza, habría de dimitir y disolverse, porque se ha convertido en piedra de escándalo y en negación de aquello que pretende ser. La reconciliación con Dios ha de manifestarse siempre en una reconciliación entre los creyentes. No podemos proclamar el mensaje salvador de Dios desde la división y la “irreconciliación”.

La iglesia local es un microcosmo en el que están presentes todos los elementos esenciales, no le falta nada. Es auténticamente la iglesia de Dios o de Cristo. Pero, forma parte de un todo más amplio: las otras comunidades que tienen el mismo centro.

Entonces, la reconciliación que ha de mostrar en su propio seno, la ha de extender a las otras comunidades, a las que no puede juzgar porque, al hacerlo, se condena a si misma. Si aplicamos al ley de la autenticidad a las otras comunidades, nos las hemos de aplicar a nosotros mismos y entonces caemos en la misma condenación. No hay ninguna comunidad que sea cristal transparente que refleje la auténtica imagen de Cristo. No hay ninguna doctrina que sea la única interpretación válida de la Palabra de Dios. No hay ninguna organización eclesiástica que pueda pretender ser la única posible. Estamos en el campo de las aproximaciones, siempre renovadas, a la verdad de Dios. La iglesia auténtica es siempre consciente de sus imperfecciones y es, por tanto, una iglesia “en continuo proceso de reforma”.

Más allá de la comunidad local.

La función reconciliadora de la Iglesia, el don de la reconciliación, se ha de mostrar en las relaciones con los demás. Si una iglesia local es llamada a ser una comunidad reconciliada, lo es también a formar una comunidad de comunidades reconciliadas. La obra de Cristo no permite parcelas de poder independiente. No existe, en el cuerpo de Cristo, tal cosa como una iglesia independiente. Cuanto más independiente, menos iglesia; cuanto más lejos esté de otras comunidades, más lejos estará de Cristo. Es cierto que vivimos en un mundo trastornado y violento, lleno de injusticias y de condenación; pero nuestra actitud no puede ser jamás la del que huye del incendio para salvar su propia vida, es decir, la comunidad que se desentiende de las demás condenándolas para presentarse como la única auténtica. En este contexto se aplica la palabra de Cristo: “quien salva la vida, la pierde; quien la pierde, la gana”. Nuestro mundo no es una causa perdida que se pueda menospreciar a favor del otro. Es un mundo, nos dice Cristo, amado por Dios y es también un mundo salvable y a salvar. Nuestra tarea como iglesias es crear el especio de la libertad, de la renovación, de la vid auténtica. Nos incumbe mostrar, en el día a día de nuestro trabajo eclesial, la obra de Dios. La iglesia ha de ser, por un lado, la muestra del poder reconciliador del evangelio y, por otro, el instrumento de reconciliación.

En nuestra situación eclesial, hemos de asumir que esta reconciliación se vive en círculos concéntricos. Unos son más cercanos y otros más lejanos. Hay aquellos que llevan nuestro mismo “alias” (la marca denominacional) y los que llevan otros distintos.

Hay los que conozco y trato con frecuencia y aquellos que siempre me serán desconocidos. Pero la Iglesia, el cuerpo de Cristo en su manifestación histórica, son todos ellos. Diferentes razas, diferentes lenguas, diferentes denominaciones, diferentes confesiones: todos aquellos que confiesan a Jesucristo como Señor y Salvador.

El movimiento ecuménico.

Aquí deberíamos situar el movimiento ecuménico, no como camino hacia una gran iglesia universal integrada en una sola realidad social, sino como exigencia del evangelio, exigencia del respeto a los demás y del amor que nos debemos unos a otros. El ecumenismo no puede significar jamás una pérdida de nuestra identidad ni un sacrificio de nuestra posición doctrinal. Ha de ser, sobre todo, salvar las barreras y los obstáculos, romper tabús y prejuicios religiosos, abrirnos a las relaciones y al diálogo con los demás. Dejar sólo a Dios el juicio sobre nuestros errores y los de los demás. Aquí, nuestra tarea es aceptarnos y ayudarnos en nuestros esfuerzo para ser fieles al que nos ha llamado. Católicos y protestantes, ortodoxos y anglicanos, somos hermanos llamados a sentarnos en la mesa del Señor. Somos los convidados. Todos venimos de “una tierra lejana”, donde “hemos vivido perdidamente”. Un día, conscientes de nuestra situación de hombres y mujeres perdidos, acudimos a la casa del Padre, con nuestras ropas manchadas y nuestros hábitos viciados, y El, el Padre y la Madre de todos, nos ha recibido y nos ha perdonado. Somos hermanos. Es cierto que hay “hermanos mayores” que, si estamos nosotros, no quieren entrar. Es una de las actitudes posibles, la peor. Al excluir a los demás, nos excluimos a nosotros mismos de la obra reconciliadora de Dios en Cristo.

Publicado en: Iglesia Reformada en Zaragoza (Iglesia Evangélica Española)



jueves, 27 de diciembre de 2012

CUÁNDO NACIÓ JESUCRISTO


25 de Diciembre: Origen de la fecha

 
Desde el 221 AD los cristianos en algunas regiones celebraban la Navidad el 25 de diciembre.
 
Se ha dicho que la fecha del 25 de diciembre fue tomada de la fiesta pagana del sol. Según esta teoría, la Iglesia escogió ese día para suplantar la fiesta pagana en que se celebraba al sol, conocida como "dies natalis Solis invicti". Es cierto que, según el calendario juliano, utilizado en el imperio romano a partir del 45 AD, el 25 de diciembre marca el día del solsticio de invierno (cuando comienza a alargarse la luz del día y reducirse la oscuridad). Sin embargo en ese día no se celebraba ninguna fiesta pagana hasta el 274 AD con el emperador Aurelio, es decir, más de cincuenta años después de que los cristianos celebrasen en ese día la Navidad. El culto al sol tenía poca importancia en Roma antes del 274 AD y no se celebraba el 25 de diciembre sino en agosto hasta ese año. De manera que parece ser que fue el emperador pagano Aurelio, conocido por su hostilidad al cristianismo, el que quiso suplantar la fiesta cristiana trasladando a ese día la fiesta pagana del sol.
 
Es cierto que la celebración de la Navidad en la ciudad de Roma esta comprobada solo a partir del 336 AD. Pero aun en el caso en que la Iglesia hubiese querido remplazar la fiesta pagana, lo cierto es que la Navidad es una fiesta radicalmente distinta a las paganas y los cristianos no las confundían. El verdadero Sol que nace de lo alto no es el astro sino Jesucristo. El es "la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo". San Cipriano decía: "Él es el verdadero Sol" y San Agustín: "Él es el nuevo Sol".
 
Por que el 25 de Diciembre.
 
Esta fecha no pretende ser exacta desde el punto de vista histórico. Hay varias teorías sobre cómo se escogió. En un antiguo tratado anónimo sobre solsticios y equinoccios se afirma que nuestro Señor fue concebido el 8 de las kalendas (hoy 25 de marzo), pensando que fuera el mismo día de la pasión del Señor. Si fue concebido el 25 de marzo, la celebración de su nacimiento se fijaría nueve meses después, es decir, el 25 de diciembre. En la tradición oriental, apoyándose en otro calendario, la pasión y la encarnación del Señor se celebraban el 6 de abril, por lo que se fijó la celebración de la Navidad el 6 de enero.
 
Como se calculó el año del nacimiento de Jesús.
 
Cristo vino al mundo durante el Imperio romano. Los cristianos de los primeros siglos usaban los calendarios de su época que se referían a fechas de acontecimientos importantes para aquel mundo: fechas de emperadores, olimpiadas o el año de la fundación de Roma.
 
A comienzos del siglo VI AD el cristianismo se había propagado por todo el imperio. Uno de los hombres más sabios de la época, el monje y astrónomo de Scythia (actual Suroeste de Rusia), Dionisio el Exiguo (el pequeño) recopiló una tabla de fechas para la Pascua utilizando el calendario del emperador Dioclesiano. Entonces, después de muchos estudios y cálculos, quiso reanudar el sistema de cuenta de los años tomando el nacimiento de Jesucristo, Señor y centro de la Historia, como punto de partida. Dionisio señaló el año 753 de la fundación de Roma como el año del nacimiento de Jesucristo. Tomó entonces este año como primero de la era cristiana. Paulatinamente este nuevo calendario fue tomando importancia primero entre los cristianos y después en el mundo secular. Es el calendario que hoy se reconoce universalmente, aunque en algunas regiones aun utilizan también otros calendarios. Es según este calendario que comenzamos el tercer milenio.
 
Aunque Dionisio hizo un buen trabajo, no pudo saber la fecha exacta del nacimiento de Cristo. Estudios posteriores indican que Cristo nació varios años antes de lo que calculó el monje Dionisio:
  •  Jesús nació durante el reinado de Herodes el Grande. Los Evangelios y el historiador Macrobio señalan que Herodes murió poco después de la masacre de los Santos Inocentes. También sabemos, según los datos del historiador Flavio Josefo, que Herodes el Grande murió en el año 750 de Roma. Por lo que se deduce que Jesús debe haber nacido antes de ese año.
  • Según San Lucas, Jesús contaba con unos treinta años cuando fue bautizado. Ahora bien, como San Juan Bautista comenzó su ministerio el año 15 del reinado de Tiberio, tenemos un punto de referencia. El año 764 de Roma es la fecha más probable del principio del reinado de Tiberio. Si añadimos 15 años para llegar al ministerio de San Juan Bautista, estamos en el año 779 de la fundación de Roma. Si para entonces Jesús tenía 30 años, El nació el 749 de la fundación de Roma, es decir 4 años antes de lo calculado por Dionisio. La fecha del nacimiento de Jesús sería el año 4 AC.
La imprecisión de la fecha en ningún modo disminuye la importancia de celebrar el nacimiento de Jesús. No cambia la realidad histórica y trascendental de que el Verbo Eterno se hizo hombre y habitó entre nosotros para salvarnos. Lo importante no es la fecha del nacimiento sino el nacimiento en sí mismo.
 
Pongamos un ejemplo. Los padres que adoptan a un bebe que fue abandonado no saben la fecha exacta de su nacimiento. ¿No sería lógico que, ante la carencia de datos, escogiesen una fecha aproximada para celebrar su cumpleaños?. ¿Qué tal si esos padres rehusaran celebrar apelando a que la fecha es incierta? ¿Acaso no sería un agravio contra ese hijo? Habría que preguntarles: ¿qué es lo más importante, el día del calendario o la persona? Igualmente, lo importante no es la fecha exacta del nacimiento de Jesús sino el hecho de que el Verbo verdaderamente se hizo hombre y habitó entre nosotros, naciendo de María Santísima en el tiempo y en la historia. Esa realidad es digna de la mayor de las celebraciones porque trae la salvación al mundo entero. Para celebrar unidos, es razonable que, al no saber a ciencia cierta el día natalicio de Jesús, la Iglesia haya escogido una fecha con la mayor aproximación de que era capaz cuando se hizo el calendario.
 
Entonces los Cristianos debemos celebrar la Navidad y celebrar el Gran jubileo de nuestra redención con todo el corazón porque celebramos a Jesucristo.
 
Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, es Señor del cosmos y también Señor de la historia, de la que es « el Alfa y la Omega » (Ap 1, 8; 21, 6), « el Principio y el Fin » (Ap 21, 6). En El el Padre ha dicho la palabra definitiva sobre el hombre y sobre la historia. Esto es lo que expresa sintéticamente la Carta a los Hebreos: « Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas: en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo » (1, 1-2).Tertio Millennio Adveniente 

Padre Jordi Rivero, ssc

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Sin buey ni mula por Pedro Langa


 
SIN BUEY NI MULA
 
Este año tu Portal está vacío:
sin buey ni mula haciendo compañía.
Sólo José contigo y con María
te alivia, en el pesebre, de rocío.

Este año en tu Portal hay mucho frío,
mudo silencio y leve cercanía
de pastores que, absortos de alegría,
saben reconocer tu señorío.

Mas en Belén, Jesús, no fueron cosas
lo que pediste desde la ternura,
sino radiante amor a tu venida.

Amor de manos llenas, generosas,
de un corazón rendido a tu hermosura
que necesita sólo de tu vida.

Pedro Langa – Navidad 2012


Felicitación de Pedro Langa

Feliz y Santa Navidad 2012 a todo el Equipo Ecuménico Sabiñánigo, y venturoso Año nuevo 2013 en todos los órdenes, principalmente en el de la Unidad.

Delatan mis versos este año el cisco armado con la pretendida ausencia de la mula y el buey en el Portal (= frivolidad de algunos periodistas, por lo que tengo entendido). Me preocupa, no obstante, de atar corto, junto al pesebre, con las bridas siempre oportunas de los endecasílabos finales.

El caso es que hasta la mula y el buey quedan este año, por así decir, desterrados a las tinieblas exteriores..., donde el rocío se antoja escarcha. En el christmas, de hecho, están fuera... ¡pobrecitos!

Y digo yo que con la tira de siglos que han venido posando en el Portal; con los derechos adquiridos de publicidad que ahora mandan tanto y suponen una pasta gansa; pese a la mala prensa de los odiosos desahucios en España provocando muertes cuando resulta que viene a visitarnos la Vida; me pregunto y sigo preguntando... ¿cuánto no habría que indemnizar a estas bestezuelas por semejante desafuero?

Ojalá todo ello ayude para vuestra concentración en el Misterio.

P. Langa

DESDE MADRID

Felicitación de Ana Bou

Sigamos la huella de Jesús:
Viviendo sencillamente,
para que otros puedan,
sencillamente vivir.
                                                   Navidad 2012 

Desde Soria

Felicitación de Herminio García


¡¡GLORIA A DIOS EN EL CIELO!!
Y EN LA TIERRA ¡¡PAZ A LOS HOMBRES QUE DIOS AMA!!

Dios se hace uno de nosotros para compartir y hacer suyas nuestras Ilusiones y Desengaños, nuestras Alegrías y Tristezas, nuestros Dolores y Sufrimientos... El Niño de Belén muestra todo el Amor con el que Dios Cuida y se Ocupa de nosotros.

¡¡FELIZ NAVIDAD!! Y QUE DIOS OS BENDIGA EN EL AÑO DE GRACIA 2013!!

Herminio

Desde Sabiñánigo

Felicitación de Oscar Juliá

Amigos son aquellos extraños seres que nos preguntan cómo estamos y se esperan a oír la contestación.
Cunninghan

martes, 25 de diciembre de 2012

Carta de Navidad

NAVIDAD 2012

NOS HA BRILLADO UNA LUZ

 
Al acercarse esta Navidad quiero saludaros y desearos en estos días de Acción de Gracias por el aniversario del nacimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, abundantes bendiciones para cada uno de vosotros y vuestras familias.

El mensaje del profeta Isaías, “A los que habitaban en tierra de sombras, una luz les brilló(Is 9,1) pronunciado hace más de dos mil seiscientos años, sigue siendo actual para nuestro tiempo y para cada uno de nosotros.

Caminamos en tinieblas y sombras, con preocupaciones, temores y dudas, con dificultades sociales y ciertas oscuridades espirituales, en situaciones de pobreza extrema, y en muchos casos con tristeza en los corazones. Vivimos muchas veces en sombras de dolor. Muchos jóvenes, miran el futuro sin esperanza por falta de oportunidades, de trabajo remunerado. La vida de mucha de nuestra gente está en riesgo. La naturaleza gime con dolor por la violación de sus entrañas.

Y es en este mundo sombrío y oscuro donde nos viene, en la noche de Navidad, el feliz anuncio del nacimiento del Niño Jesús, el Hijo de Dios: “No tengáis miedo, porque vengo a daros una buena noticia que será motivo de mucha alegría para todos: Hoy ha nacido en Belén un Salvador, que es el Mesías y el Señor, encontraréis al Niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lc 2,10-12). Jesucristo ha venido, pobre y humilde, para preocuparse precisamente por los más abandonados y humillados.

Algunos cristianos me han expresado que a pesar del abandono económico y social del que son objeto por diversas circunstancias, se sienten solamente acompañados por Dios que les provee para vivir de lo más necesario que es la vida y la fe que nadie les puede arrebatar.

La frase de Mateo, “Y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa Dios con nosotros” (Mt 1,23), es la mejor expresión para decir que Dios nunca abandona a su pueblo aún cuando éste se aparte de Él. Lo que Jesús nos ha venido a ofrecer en sus palabras, gestos, actitudes y con su vida misma, es la certeza de que Dios está siempre con nosotros. Es un mensaje que no es propiedad de ninguna religión sino que pertenece a todos.

Esta fe nos anima siempre y nos hace enfrentar las tinieblas y las sombras que encontramos en nuestra vida diaria, con la presencia de un Dios que está con nosotros de una forma discreta, humilde, cercana e íntima. Con su encarnación, el Hijo de Dios defiende nuestra dignidad, nos protege y nos llama a construir una vida más justa y fraterna como hijos e hijas de Dios. Él nos acompaña en la vida y más allá de la muerte para recibirnos en la casa que nos ha preparado.

Dios está con nosotros: esto es lo que celebramos en la Navidad. El Emmanuel es signo de bendición y de presencia permanente de Dios en nuestra vida y aunque quizá no lo experimentemos sensiblemente, sabemos que Él siempre está con nosotros y nunca nos abandona.

FELIZ NAVIDAD os desea,

Fernando Jordán Pemán

sábado, 22 de diciembre de 2012

Encuentro ACEMU en Zaragoza

Cuando todavía saboreamos los dulzores de la jornada de encuentro de grupos ecuménicos en Zaragoza del pasado 15 de diciembre, queremos traer un recuerdo en imágenes de lo que fué la jornada, compartiendo, aprendiendo, orando, conociendo, celebrando y hasta comiendo entre hermanos.
A los padres lo que más les gusta no es que los hijos les quieran, que también, sino que sus hijos se quieran entre ellos, después de la jornada vivida en Zaragoza Dios tiene que estar bien contento.

Jesús Dominguez, Delegado episcopal de Ecumenismo y diálogo interreligioso de la Archidiócesis de Zaragoza expuso una charla titulada "El Ecumenismo como don y gracia" donde daba muchas pistas para seguir trabajando los distintos grupos participantes en el encuentro, en nuestra propia vida como cristianos, con delicadeza y dedicadeza a los demás y con afán ecuménico.
María José Delgado, de la Misioneras de la Unidad, en la inaguración de las jornada de ACEMU en Zaragoza.
Gregorio del Grupo de San Miguel de Zaragoza y de la Delegación de Ecumenismo de Zaragoza fué el encargado de coordinar, tiempos, espacios, horarios, comida, labor dura e ingrata, aunque hay que reconocer que lo hizo a la perfección, con una perfección casi marcial.
Aspecto de la sala en la sesión de la mañana.
Intervención de Inés de ACEMU de Madrid.
Isabel, Misionera de la Unidad interviniendo en la jornada matinal.
Carmen de la Iglesia Evangélica Española de Madrid en el momento de su intervención.
Juan Carretero, pastor de la Iglesia Adventista del septimo día en Zaragoza.
Agueda, Misionera de la Unidad, realizando un comentario en la sesión de la mañana.
La Hermana Ana, de las Canonesas Regulares del Santo Sepulcro nos hizo una introducción a la visita del Monasterio de la Resurección, de estilo Mudejar, del s. XIV, patrimonio Cultural de la Humanidad.
Con el guía en la capilla del Monasterio
Detalle de la sala capitular
Imagem del santo sepulcro en el Monasterio de la Resurección.
El padre Angel Hernández, junto a mienbros del grupo ecuménico de Soria, explicando a los reunidos las actividades del grupo y de la delegación de Ecumenismo de Soria.
La Familia Cole. Jimmy y su familia vinieron hace unos años desde Texas para colaborar como misioneros, ellos pertenecen a la Iglesia Baptista y están trabajando actualmente en el grupo ecuménico de Soria.
Maite Eguiazabal, del grupo de Soria en un momento de su intervención.
Tiempo para explicar el EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO sus orígenes, carcterísticas, actividades, sus peculiaridades. En la imagen la intervención de Eloy J. Torre.
Intervención de Antonio García del EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO.
Daniel Vergara, como siempre acertadísimo en su explicación, concluyendo la exposición del EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO.
Intervención de dos religiosas de la Congregación Ecuménica "Chemin Neuf" (Camino nuevo) que actualmente se encuentran en la Cartuja de Aula Dei de Zaragoza.
Gregorio fué el exponente de las actividades que realiza la Delegación episcopal de Ecumenismo y diálogo interreligioso y del Grupo de ecumenismo de San Miguel de Zaragoza.
Francisco López, profesor de la Universidad de Comillas, fué el encargado ya por la tarde de disertar sobre "La felicidad de ser cristiano", para ello se basó en el libro "EL DIARIO DE LA FELICIDAD" de Nicolae Steinhardt. Intervención que fué muy interesante y que originó un rico debate posterior.
Como suele suceder, la comida, independientemente de las viandas, al igual que el momento del café de la mañana, los ratos en pasillos, ..., se convierten en espacio de conocerse más, de compartir, y si se permite de vivir como hermanos, todos cristianos.

DESDE HUESCA

Felicitación de Emilio

No te olvides de lo principal, que no te fascinen las apariencias,
las apariencias duran poco y lo principal es eterno: paz, amor, humildad, sencillez,…
se feliz cada momento de tu vida, por muy difícil que el problema parezca.
Sólo tienes una vida, aquí y ahora,
disfrútala y enamórate de ella para que cuando no estés,
no te arrepientas de algo que hayas dejado de hacer:
una sonrisa, un abrazo, ir de la mano, un beso, un te quiero, un lo siento, gracias, ……
FELIZ NAVIDAD

Emilio J. Caballero Mir



viernes, 21 de diciembre de 2012

Desde Barbastro

Felicitación de una familia de amigos

No existe un regalo mejor que la vida de nuestros hijos

Estas Navidades van a ser especiales. Y lo serán porque hemos pedido a los Reyes Magos que os traigan de nuestra parte un regalo especial: la capacidad de sentir a vuestros hijos como un privilegio, como una bendición que cada uno ha tenido la suerte de recibir.

Da igual que nuestros hijos no se ajusten a nuestras expectativas; no importa que sus conductas nos molesten o que sus palabras nos hieran. Los suspensos y las mentiras no importan. Ni que se salten las normas con el ordenador o abusen de nuestra confianza.

Con este regalo veréis que lo que importa es su existencia, sus grandes talentos y su originalidad.

Ellos siguen siendo aquellos bebés preciosos que colmaron todas nuestras ilusiones al nacer. Siguen teniendo la misma sonrisa y aquellos ojos brillantes.

Su comportamiento no nos gusta pero su esencia, su alma, su persona… ¡es un regalo impagable!
 
No son hijos a la carta. Tienen lo mejor y lo peor de ellos mismos ¡y de nosotros! Y con todo eso, forman un ser único que se merece ser amado por lo que son. Sin cambios. Sin rebajas ni condiciones. Con sus imperfecciones son perfectos.

Si contemplas a tu hijo desde la perspectiva de la conciencia, del amor generoso y del respeto sincero te darás cuenta de sus infinitas cualidades. Abrirás los ojos y verás otro hijo diferente al que ha sido este año: un niño rico en matices, poderoso e infinito, con especiales habilidades y capacidades, las cuales le hacen ser él mismo y no su hermano o su compañero de clase. ¡Él mismo! Un ser único en el mundo que necesita de tu visión también única.

Abre los ojos estas Navidades y no lo mires como lo miraste ayer. Míralo como un ser evolucionado, crecido y enriquecido, un ser valioso con una misión en el mundo; como tu mejor trabajo de orfebrería.

Acércate a él cuando menos lo espere y felicítale estas Navidades diciéndole lo feliz que te hace y lo importante que es su existencia para ti. Dale un abrazo insólito y extraordinario, de aquellos que transfieren satisfacción y orgullo, especialmente cuando nuestros hijos no se sientan merecedores de él.

¡Feliz y sentida Navidad!

Desde Sabiñánigo

Felicitación de las parroquias católicas de Sabiñánigo


¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!

Muchas cosas nos empujan este año al pesimismo, pero es bueno que miremos al niño de Belén que nos trae la paz y la esperanza y la confianza en un futuro mejor. Desde las tres parroquias de Sabiñánigo os queremos hacer llegar nuestra felicitación más entrañable para estos días. Que si nos faltan cosas, no nos falte amor y solidaridad y fraternidad.

jueves, 20 de diciembre de 2012

¡Sé luz en la oscuridad!

por Ana Bou

Estamos a las puertas de la Navidad aunque no lo parezca porque miras alrededor y solo encuentras miradas y corazones habitados por la desilusión o frustración. El clamor del pueblo es: “No hay nada que celebrar, pero sí mucho que lamentar”…

La crisis y el sufrimiento es tan grande, que las tinieblas cubren la luz, pero intentemos no olvidar que los cristianos estamos llamados a ser luz, aunque las dificultades apaguen incluso la ilusión por vivir.

En medio de este sentir, se me ocurre una pregunta: ¿De verdad no hay nada que celebrar cuando en esta Navidad vuelva a nacer en cada uno de nosotros el Niño-Dios?

Seguro que conocemos a personas quienes ante situaciones difíciles, se atrevieron a navegar aun teniendo el viento en contra. Es imposible vivir de espaldas a una realidad tan latente y dura, pero tenemos que ser capaces de unir la utopía y el realismo, mirar de frente, aferrarnos a su luz, para que sea Él quien brille a través de nosotros. Intentemos estos días, ser portadores de esa luz que tanto se necesita en este mundo…

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Soneto del Adviento por Pedro Langa

ADVIENTO


Tú bien sabes, Señor, que en el Adviento,
Marana-tha de espera en esperanza,
la liturgia te anuncia sin tardanza
y anticipa en Belén tu nacimiento.

Los profetas predicen el evento
y el Bautista proclama, insiste, avanza
con mensajes de ascética mudanza
que disponen a tu recibimiento.

No te hagas esperar, Jesús divino,
ven presuroso al mundo que te aclama
gran Mesías de paz en tanta guerra.

No lo demores más, ponte en camino,
mira cómo pensando en ti se inflama,
por ti suspira fiel toda la tierra.

Pedro Langa - 2012

Desde Zaragoza

La Delegación Episcopal de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso os desea
FELIZ NAVIDAD Y LO MEJOR PARA 2013

¡… y acampó entre nosotros!




martes, 18 de diciembre de 2012

NUESTRA FELICITACIÓN

Paternidad: José acurruca al niño en su regazo, mientras María descansa tras el parto.


Y la Palabra se encarnó y habito entre nosotros. Y vimos su gloria, la que le corresponde como Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Que la Palabra, luz para la vida de la humanidad, haga morada en vosotros y os llene de esperanza y alegría. FELIZ NAVIDAD.

EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

DESDE SABIÑÁNIGO

Felicitación de Ramón Clavería


Os deseo que paséis unas felices fiestas, y que el año 2013 sea un tiempo en el que todos crezcamos en la Fe y sintamos cercano a Jesucristo.

Un abrazo para todos. Ramón.

domingo, 16 de diciembre de 2012

HACIA UNA NUEVA EVANGELIZACIÓN PARA LA TRANSMISIÓN DE LA FE CRISTIANA

Algunas propuestas del reciente Sínodo de los Obispos

El Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana (7-28 octubre 2012) concluyó con la entrega al papa Benedicto XVI de una lista de 58 Propositionum (Propuestas), previamente votadas por los padres sinodales.

En el texto, los obispos abordaron la naturaleza de la nueva evangelización, su contexto, las respuestas pastorales a las circunstancias contemporáneas y los agentes de esta misión. De las 58 propuestas, escritas en latín, solo hay una versión "oficiosa" en inglés, que ZENIT (ZENIT.org) ha ofrecido traducida de modo no oficial en lengua española y en otras de sus ediciones, como material de estudio y trabajo.

De las 58 proppuestas exponemos las referentes al ECUMENISMO


Propuesta 52: DIÁLOGO ECUMÉNICO

La dimensión ecuménica en el compromiso de la Nueva Evangelización es algo que destaca. Esto corresponde a la oración de Jesucristo "que todos sean uno" (Jn. 17,21). La credibilidad de nuestro servicio al Evangelio será mucho mayor si somos capaces de superar nuestras divisiones. Además de confirmar la identidad católica y la comunión, la Nueva Evangelización promueve la colaboración ecuménica, que muestra cómo la fe dada en el Bautismo nos une.

Los padres sinodales aprecian el progreso en el diálogo ecuménico desde el Concilio Vaticano II. A pesar de las dificultades del pasado, este diálogo se ha demostrado sobre todo en este Sínodo, con la participación del patriarca ecuménico Bartolomé I, el arzobispo de Canterbury, doctor Rowan Williams, y de los delegados fraternos. Los padres sinodales han manifestado su deseo de que la Iglesia continúe su compromiso en este camino de unidad y de caridad.

Propuesta 53: DIÁLOGO INTERRELIGIOSO

El diálogo con todos los creyentes forma parte de la Nueva Evangelización. En particular, la Iglesia invita a los cristianos a perseverar y a intensificar las relaciones con los musulmanes, de acuerdo con las enseñanzas de la Declaración Nostra Aetate. A pesar de las dificultades, este diálogo debe continuar. Esto siempre depende de la adecuada formación de los interlocutores, de su fundamento eclesial auténtico como cristianos y de la actitud de respeto por la conciencia de las personas y por la libertad religiosa de todos.

Fiel a las enseñanzas del Concilio Vaticano II, la Iglesia respeta a las otras religiones y a sus seguidores, y está feliz de trabajar con ellos en la defensa y promoción de la dignidad inviolable de cada persona.

 
Propuesta 55: EL ATRIO DE LOS GENTILES

Las comunidades eclesiales abran una especie deAtrio de los Gentiles, donde creyentes y no creyentes puedan dialogar sobre cuestiones clave: los grandes valores de la ética, el arte y la ciencia, y la búsqueda de lo trascendente. Este diálogo se dirige en particular a "aquellos para quienes la religión es algo extraño, para quienes Dios es desconocido y que, a pesar de eso, no quisieran estar simplemente sin Dios, sino acercarse a él al menos como Desconocido" (Benedicto XVI, Discurso a los miembros de la Curia romana, 21 de diciembre de 2009).

De manera particular, las instituciones educativas católicas podrían promover un diálogo que nunca se separe del "primer anuncio".