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Un espacio propuesto por EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

lunes, 1 de abril de 2013

Primeros pasos ecuménicos del Papa Francisco (I)


EL ECUMENISMO EN MARZO DE 2013

la virgen de la humildad
en el camino hacia la unidad (I)

Por Prof. Dr. Pedro Langa Aguilar, OSA

CIUDAD Del vaticano

Parece casi una historia de novela. El 20 de marzo, Francisco, el nuevo papa de Roma, recibió en la Sala Clementina del Vaticano a los «delegados fraternales», o sea los enviados de las Iglesias, Comunidades eclesiales y Organismos ecuménicos internacionales, así como a los representantes de las religiones no cristianas, llegados a Roma con motivo del inicio de su ministerio de Obispo de Roma y de sucesor del apóstol Pedro. Habló en nombre de todos el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, que saludó al Papa recordando la «alta, grave y difícil tarea que conlleva su ministerio». Francisco le dio las gracias llamándole «Mi hermano Andrés» (los patriarcas de Constantinopla son considerados sucesores del apóstol Andrés, el hermano de Simón-Pedro) y afirmó a continuación que, «gracias a la presencia en la Misa de ayer de todos los representantes de las diversas comunidades se sentía de forma todavía más fuerte la oración por la unidad entre los creyentes en Cristo y, al mismo tiempo, se podía entrever, de alguna manera, su realización plena que depende del plan de Dios y de nuestra leal colaboración».

Pero ese mismo 20 de marzo el metropolita Hilarión de Volokolamsk, presidente del Departamento de las relaciones eclesiásticas exteriores del Patriarcado de Moscú (DREE) que había encabezado la delegación de la Iglesia ortodoxa rusa en los actos del 19 en la plaza de San Pedro, huésped desde el 18 en la Casa Santa Marta, habitada por los conclavistas y luego el mismo papa Francisco, fue oficialmente recibido por éste en la Secretaría de Estado del Vaticano. Lo fueron esa mañana, en realidad -y por este orden-, las siguientes personalidades: Dilma Roussef, Presidente de Brasil y séquito, Bartolomé I, Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Metropolita Hilarión, Representante del Patriarcado de Moscú, y Claudio Epelman, Director del Latin American Jewish Congress. Nótese que Bartolomé I e Hilarión no entraron juntos, siendo así que son ortodoxos, sino por separado y sucesivamente.

Durante el coloquio, Su Eminencia Hilarión refirió al Papa que Su Santidad el Patriarca de Moscú y de todas las Rusias había seguido atentamente las horas de elección e inicio del pontificado en Roma. Luego, le hizo entrega del libro Kirill Liberté et responsabilité en lengua española. El Papa, a su vez, transmitió sus más sinceros votos al Primado de la Iglesia ortodoxa rusa. Seguidamente Hilarión informó de la vida y ministerio de la Iglesia ortodoxa rusa expresando su esperanza de que los progresos alcanzados en las relaciones entre ésta y la Iglesia católica romana bajo el papa Benedicto XVI se confirmen bajo el nuevo pontificado. Le precisó además que el Patriarcado de Moscú concede gran importancia al desarrollo de las relaciones con la Iglesia católica, particularmente en el ámbito de la acción social, de la ayuda a los pobres y a los sin techo, de la defensa de los cristianos perseguidos. Tampoco pasó por alto, claro es, los problemas vigentes en las relaciones entre ambas Iglesias, expresando la esperanza de que se encuentren soluciones bajo el nuevo pontificado.

Y fue al término de la audiencia cuando Hilarión (cf. la foto) presentó a Francisco el obsequio que Su Santidad Kirill le hacía al Papa por su medio. La importancia de la escena empieza por ahí. Luego crece por las palabras durante el acto de entrega. Valen casi por una monición litúrgica. Lástima que algunos medios se hayan confundido al comentarlas. No es una imagen por de pronto, sino un icono, que es bien distinto. Y un icono ruso de los pertenecientes a la Panaghía Odigítria o Eleúsa, es decir de la Santísima Virgen María Madre de Dios, especialmente preparado para la circunstancia. Así se lo explicó Hilarión al papa Francisco: «Se trata del icono de la Madre de Dios « Mira mi humildad ». Los primeros pasos de Vuestra Santidad –prosiguió justificando la elección del icono- han estado marcados por el sello de la humildad ». A lo que el papa Francisco repuso raudo: «Yo no soy humilde, y os pido que roguéis para que el Señor me conceda el don de la humildad». No perdamos de vista, pues, el comentario de Hilarión: los primeros pasos del nuevo Papa han estado marcados, según la Iglesia ortodoxa rusa, por la humildad. ¿Presidirá este mismo espíritu las relaciones ecuménicas entre ambas Iglesias en los años sucesivos? Ojalá.

Palacio Apostólico del Vaticano: 20.III.2013 por la mañana. El papa Francisco y el metropolita Hilarión contemplan el icono de la Madre de Dios Mira mi humildad. A su lado, el intérprete  de ruso y español M. Palassio, del DREE (Foto Église Orthodoxe Russe :  https://mospat.ru/fr/2013/03/23/news82847/ ).




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