la IGLESIA ORTODOXA
RUSA
Y LA RENUNCIA DEL
PAPA BENEDICTO XVI (I)
por Prof. Dr. Pedro Langa Aguilar, OSA
El anuncio nos pilló con el pie
cambiado y a los cuervos del Vatileaks
fuera del nido, y sigue habiendo reacciones para todos los gustos y en todas
las direcciones. Desde el punto de vista ecuménico destacan, por contenido y
forma, las de la Iglesia ortodoxa rusa, numerosa y poderosa la que más, sin
duda, del pan-cristianismo ortodoxo. El solo hecho de salir dos veces a la
palestra por boca de sus máximos dirigentes el Santísimo Patriarca de Moscú y
de todas las Rusias y su alter ego el presidente del Departamento para las
relaciones exteriores del patriarcado de Moscú (DREE) revela, por de pronto,
una conducta insólita. Cierto es que tanto el primero cuando todavía no era
patriarca, como el segundo cuando aún no era metropolita, se habían
entrevistado en repetidas ocasiones con el cardenal Ratzinger, y luego con el
ya papaBenedicto XVI. Digámoslo claro: Benedicto XVI le caía bien, muy bien, a
la Iglesia ortodoxa rusa. De hecho, las dificultades durante el último decenio
con el Beato Juan Pablo II se diluyeron no bien Ratzinger fue elegido para la
Cátedra de San Pedro. La primera es una declaración del número 2 del
Patriarcado. La segunda, un mensaje oficial del mismo Patriarca.
comentario de hilarión de volokolamsk.
El 11 de febrero de 2013, el presidente del DREE,
comentando la noticia a la agencia de información rusa ITAR-TASS, abundó en el
factor sorpresa del anuncio incluso para sus más cercanos colaboradores,
comprendido el cardenal Sodano, subrayando de paso que «no había tales
precedentes en la historia contemporánea de la Iglesia católica romana». Hilarión,
que es teólogo y tiene escrita una magna obra sobre la Iglesia ortodoxa,
puntualizó que la posición del Sumo Pontífice, como la del cualquier Primado de
la Iglesia, presupone un trabajo activo, de modo que si la edad y el estado de
salud resultan un obstáculo para el trabajo eficaz, el Primado de la Iglesia
puede decidir retirarse. En los últimos años –añadió- «la Iglesia católica se
enfrentó con los desafíos muy serios que requieren nuevos impulsos procedentes
de la Santa Sede. Probablemente, es lo que incitó al Papa a ceder su sitio a un
obispo más joven y dinámico quien será elegido por el cónclave de los
cardenales». En cualquier caso, la decisión de renuncia –insistió- «puede ser
considerada como acto de valentía personal y de humildad».
Su valoración
ecuménica del papa Ratzinger merece subrayarse también: «Estamos agradecidos al
papa Benedicto XVI –dijo- por haber comprendido los problemas que impiden la plena normalización de las relaciones
entre ortodoxos y católicos, especialmente en una región como Ucrania
Occidental. Ayer no más –prosiguió-, por el canal de televisión “Rusia-24”, hablé
de Benedicto XVI al nuevo Embajador de Rusia ante la Santa Sede, Sr. Alexánder
A. Avdéyev, destacando la dinámica positiva que caracteriza las relaciones
entre la Iglesia ortodoxa rusa y la Iglesia católica romana desde su llegada al
trono de Roma. El mundo cristiano siente mucho respeto por él. Él es un gran
teólogo, conoce bien la tradición de la Iglesia ortodoxa, al mismo tiempo que
tiene una sensibilidad que le permite construir las relaciones con las Iglesias
ortodoxas a su debido nivel».
Ya en la fibra íntima
del amigo, añadió: «Guardo recuerdos personales de mis encuentros y
conversaciones con el papa Benedicto XVI. Me entrevisté con él tres veces desde
mi designación al puesto de Presidente del DREE [Son concretamente: 1ª: el
18/09/2009; 2ª: el jueves 20/05/2010; y 3ª: el 29/09/2011]. En realidad, aunque
algunas informales, han sido más, pero queden estas como las más
significativas.«En mis conversaciones con el Pontífice, siempre me impresionó su
delicadeza en los asuntos que planteábamos, sus tranquilas y reflexivas
reacciones, su aspiración a resolver conjuntamente los problemas planteados. En
particular, yo le presentaba en detalle mi visión de los problemas a resolver en
el diálogo ortodoxo-católico (hace unos días presenté un informe de estos
problemas al Concilio de Obispos de la Iglesia ortodoxa rusa que tomó las
resoluciones correspondientes). Soy muy crítico sobre el desarrollo de
este diálogo, se lo dije francamente al Papa, y yo no encontré de su parte sino
comprensión.
Incluso antes de su
ascensión al trono de Roma, el cardenal Ratzinger había declarado la guerra a
la “dictadura del relativismo”, característica de la sociedad occidental
contemporánea. Esto lo hizo inmediatamente impopular a los ojos de los políticos
y periodistas seculares. El papa Benedicto XVI no es una estrella mediática. Es
un hombre de Iglesia. En los medios de comunicación es constantemente criticado
por su tradicionalismo y conservatismo, pero estas son precisamente las
cualidades que valoran millones de cristianos, católicos o no, los cuales
aspiran a la preservación de los valores espirituales y morales cristianos
tradicionales».
El Metropolita cerraba
su declaración a ITAR-TASS con un reclamo a la esperanza: «No nos queda sino
esperar que su sucesor prosiga por el mismo camino y que las relaciones entre
ortodoxos y católicos continúen desarrollándose gradualmente para el bien común
del mundo cristiano en su conjunto».Para
quien sepa y quiera leer entre líneas la declaración arroja mucha luz, aparte
de gran simpatía hacia el Pontífice emérito. De hecho, el mensaje oficial que
el Patriarca le hará llegar a Benedicto XVI apenas horas después de haberse
hecho efectiva la renuncia refleja, en sus líneas maestras, que Hilarión contó
mucho a la hora de su redacción.
Castelgandolfo: 29/09/2011. Por la mañana. Tercer encuentro del papa
Benedicto XVI con el metropolita Hilarión de Volokolamsk, presidente del DREE (Foto Église Orthodoxe Russe : https://mospat.ru/fr/2011/09/29/news ).
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