la iglesia Ortodoxa
y la ENTRONIZACIÓN
DEL NUEVO PRIMADO ANGLICANO
por Prof. Dr. Pedro Langa Aguilar, OSA
El 21 de marzo de 2013, el arzobispo Justin Welby fue entronizado como Arzobispo
de Canterbury. La solemne ceremonia tuvo lugar en la catedral medieval edificada
sobre los lugares de la antigua iglesia que fundara san Agustín de Canterbury
en 597. El príncipe de Gales Carlos y su esposa la princesa Camila, el primer
ministro de Gran Bretaña David Cameron, altos funcionarios, prelados de la
Iglesia anglicana y numerosos invitados venidos de diferentes países del mundo
asistieron a la ceremonia. Lo hizo también la Iglesia ortodoxa, y en términos
que, al parecer, resultan normales, aunque a costa de ciertos matices
inquietantes como luego diré, en la última entrega de marzo.
Lo que de momento importa saber es que las Iglesias ortodoxas locales
estuvieron representadas por los metropolitas Juan Zizioulas, de Pérgamo, Kallistos
de Diocleia, y Ambrosio de Helsinki (Patriarcado de Constantinopla); por el
obispo Ignacio de Larissa (Patriarcado de Antioquía); por el metropolita
Isikhij de Capitoliad (Patriarcado de Jerusalén), por el arzobispo Zenón de
Dmanisi y Gran Bretaña (Patriarcado de Georgia); por el obispo Dositeo de la
Gran Bretaña y de la Escandinavia (Patriarcado serbio); por el metropolita
Iosif de Europa occidental y central (Patriarcado de Rumanía); por el obispo
Porfirio de Neápolis (Iglesia Ortodoxa de Chipre); por el obispo Gabriel de
Diaulia (Iglesia Ortodoxa de Ellade); y por el metropolita Juan de Korçë (Iglesia
Ortodoxa de Albania). Asistió igualmente una delegación del Patriarcado de
Moscú conducida por el joven, incansable y omnipresente metropolita Hilarión de
Volokolamsk, presidente del Departamento de las relaciones eclesiásticas
exteriores del Patriarcado de Moscú (DREE) y compuesta de igual modo por el
arzobispo Eliseo de Souroge, el arcipreste Dimitri Sizonenko, secretario del DREE
para las relaciones inter-cristianas, y por el asistente del presidente del DREE,
A. Yershov.
El rito de entronización propiamente
dicho se había visto precedido meses atrás por un largo proceso de consultas
que habían desembocado en el anuncio de la elección: lo que ocurrió el 9 de
noviembre de 2012 cuando el gobierno británico hizo pública mediante comunicado
oficial la elección del obispo Justin Welby, obispo hasta entonces de Durham,
de 56 años, como arzobispo de Canterbury. El paso sucesivo corrió a cargo del
colegio de canónigos de la catedral, que aprobaron su elección en nombre del
clero y de la diócesis. Justin Welby tomó posesión de su cargo el 4 de febrero
de 2013, durante una ceremonia solemne
en la catedral de San Pablo en Londres, y su entronización, en fin, que marca
el inicio de su ministerio, tuvo lugar, ya digo, el 21 de marzo de 2013 en la
catedral de Canterbury.
El rito discurrió según la forma que data de 1848. En primer lugar el
arzobispo fue acogido en la puerta de entrada a la catedral. Prestó luego
juramento sobre el Evangelio, comprometiéndose a conservar los estatutos y las
tradiciones de la Iglesia de Inglaterra. Tras de lo cual, el archidiácono lo
invitó a subir al trono de Canterbury y, a continuación, el decano de la
catedral, desde el ambón, le indicó el paso siguiente: subir al trono de S. Agustín
como nuevo Primado de toda Inglaterra y jefe de la Comunión Anglicana. Después
del beso de paz y del canto del viejo himno «Te
Deum», el Primado anglicano Justin Welby dirigió su primer discurso a los
fieles en la catedral de Canterbury. La ceremonia concluyó, por último, con el banquete
ofrecido en el Club de Nicea.
Las Iglesias ortodoxas mantienen con el
Anglicanismo una postura que dista bastante de la comprensión católica de los Ordinariatos. No es que la Iglesia
católica apruebe en todos sus extremos las atrevidas iniciativas que se han ido
introduciendo en la Comunión Anglicana de un decenio a esta parte. Con todo y
con eso, tampoco Roma llega a la dura intransigencia de la Ortodoxia. Acontece,
sin embargo, que entre las mismas Iglesias ortodoxas locales existe gran
disparidad de criterios a la hora de interpretar la pretendida apertura teológica
de Lambeth, y eso, como es natural, se aprecia a la hora de las declaraciones. Comparando,
por ejemplo, los discursos pronunciados ante el nuevo Arzobispo anglicano, por
los dos personajes estrella de la Ortodoxia en Londres estos días, o sea el
metropolita de Pérgamo, Juan Zizioulas, copresidente de la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia
católica y la Iglesia ortodoxa en su conjunto, y el metropolita Hilarión de
Volokolamsk, número 2 del Patriarcado ruso, por cuyo Departamento pasan las
capitales decisiones teológicas de la Iglesia ortodoxa rusa, se aprecia un tono
que delata actitudes ecuménicas bien dispares. En la última entrega lo probaré
con el discurso de Hilarión.
Londres: 21.III.2013. Los metropolitas Ioannis Zizioulas
de Pérgamo [Patriarcado de Constantinopla] (izq.) e Hilarión de Volokolamsk
[Patriarcado de Moscú] en conversación con el nuevo Primado anglicano Justin
Welby el día de su entronización (Église Orthoxe
Russe)
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