la IGLESIA ORTODOXA
RUSA
Y LA RENUNCIA DEL
PAPA BENEDICTO XVI (II)
por Prof. Dr. Pedro Langa Aguilar, OSA
mensaje DE SU
SANTIDAD KIRILL, PATRIARCA de Moscú y de todas las rusias, al papa emérito
benedicto xvi
Lleva fecha del 1 de marzo de 2013 y ha sido difundido por medios
oficiales y extraoficiales. Quisiera sólo, pues, hacer hincapié en algunos
extremos del mismo. Kirill empieza por destacar la sencilla forma -«con humildad y
simplicidad»- con que Benedicto XVI
anunció su renuncia. Le asegura luego la cercanía que la Iglesia
ortodoxa rusa ha mostrado siempre con su magisterio pontificio: «próximos a
vuestra posición coherente, marcada por la inflexibilidad en cuestiones de fe y
por la inquebrantable fidelidad a la tradición viva de la Iglesia». El mensaje pone
luego de relieve el quid pontifical del Papa emérito al añadir: «En la época, cuando
la permisividad y el relativismo moral están tratando de expulsar los valores
de la vida de los seres humanos, usted alzó su voz con valentía en defensa de
los ideales evangélicos, de la alta dignidad del hombre y de su vocación a la
libertad del pecado». Kirill aquí, después de todo, no hace sino volver a
lo tantas veces manifestado en público por él mismo, cuando las críticas
arreciaron contra Benedicto XVI y él, vez tras vez, no se cansaba de cerrar
filas detrás del magisterio del Pontífice denostado. Lo que nunca ocurrió entre
su antecesor Alexis II y Juan Pablo II, pese al delicado gesto wojtyliano de
hacer llegar al inflexible Alexis II, por medio del cardenal Kasper, el icono
de la Virgen de Kazán.
Viniendo a sus
antiguos
encuentros, Kirill añade: «Durante vuestro ministerio experimentaron
un positivo impulso las relaciones entre nuestras Iglesias, que tienen la gran
responsabilidad de testimoniar en el mundo a Cristo crucificado y resucitado.
Espero de corazón que las buenas relaciones de confianza que, gracias a usted,
se formaron entre ortodoxos y católicos continuarán desarrollándose bajo
vuestro sucesor». Después de la protocolaria despedida, Kirill incorpora todavía una
memorable frase paulina: «Que Dios, que da esperanza, os llene de
alegría y paz» (Rm 15:13). Me parece digno de nota destacar esta frase: Espero de corazón que las buenas relaciones
de confianza que, gracias a usted, se formaron entre ortodoxos y católicos
continuarán desarrollándose bajo vuestro sucesor.
No es palabrería
o superficialidad lo que antecede, no; que los últimos años han deparado sólidos
argumentos de lo contrario. Ahí está, por ejemplo, la versión al ruso de varios
libros de Benedicto XVI, y viceversa con los del Patriarca en la Librería
Editrice Vaticana. Buena prueba de ello da el homenaje musical que al Papa se
le rindió con motivo de sus 85 años.El jueves 20 de mayo de 2010, en efecto, se
celebró en el Aula Pablo VI un concierto en honor de Benedicto XVI con motivo de
la Jornada de Cultura y Espiritualidad Rusa en el Vaticano, promovida por el Patriarcado
de Moscú y los Pontificios consejos para la unidad de los cristianos y para la
cultura. El saludo del Patriarca fue leído por el metropolita Hilarion Alfeyev,
presidente del DREE. Intervinieron tres grupos musicales de excepción, a saber:
la Orquesta Nacional Rusa, el Coro Sinodal de Moscú y la Capilla de los Cuernos
de San Petersburgo, que ejecutaron obras
de diferentes compositores rusos, como Rachmaninov, Rimskij-Korsakov,
Mussorgskij, Bortnjanskij, Chajkovskij, Vavilov y el propio Hilarion de quien se
interpretó «Canto de la Ascensión», sinfonía para coro y orquesta en 5 partes
compuesta por el actual número 2 del Patriarcado de Moscú.
Esto mismo hace que se
adivine la mano maestra de Hilarión en el discurso de Kirill. Sobre todo en las
claves que el Metropolita compositor ha destacado más de una vez a través de
sus entrevistas, y que su amado Patriarca plasmó en este mensaje escrito al Papa:
«La música –dijo entre otras cosas- es un
lenguaje particular que nos da la posibilidad de comunicar con nuestros
corazones. La música es capaz de transmitir sentimientos del espíritu humano y
estados espirituales que las palabras no logran describir». Y a continuación sentenciaba: «Para
comprender a un pueblo, es necesario escuchar su música. Y esto se aplica no
sólo a la música litúrgica ortodoxa, de la que hoy se interpretarán algunas de
las mejores realizaciones, sino también a las obras de los compositores rusos
escritas para las salas de conciertos. En los años de las persecuciones contra
la Iglesia y de dominio del ateísmo de Estado, cuando la mayoría de la
población no tenía acceso a la música sacra, estas obras, junto a las obras
maestras de la literatura rusa y al arte figurativo, contribuyeron a llevar el
anuncio evangélico, proponiendo al mundo laico ideales de gran profundidad
moral y espiritual». Y es que, como el
mensaje concluía: «La música puede estar
impregnada del espíritu de la oración y de la contemplación de Dios. Incluso la
música laica puede transmitir un contenido espiritual».
Solidaridad, en
definitiva, con un Papa teólogo, inteligente, sereno, amante de la música,
amigo de la Iglesia ortodoxa rusa, que había renunciado pocas horas antes al
ministerio petrino en un acto de humildad y grandeza que le honra y que hará,
sin duda, que su figura se agigante con el
tiempo. Que la Iglesia ortodoxa rusa lo haya dicho por
boca de su máximo dirigente es algo digno de señalamiento en la historia de las
buenas relaciones ecuménicas contemporáneas.
Su Santidad Kirill , patriarca de
Moscú y de todas las Rusias, y a su lado el joven metropolita Hilarión de
Volokolamsk, presidente del Departamento para las relaciones exteriores del
Patricacado de Moscú, en la fiesta del Triunfo de la Ortodoxia: 24.III.2013. Catedral
moscovita de Cristo Salvador (Église Orthodoxe Russe)
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