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Un espacio propuesto por EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

martes, 26 de julio de 2022

SOMOS CIUDADANOS DEL UNIVERSO

CIUDADANOS DEL UNIVERSO


por Fernando Bermúdez López

CLAVE:
  • Después de haber leído y visto las imágenes del telescopio Webb, que me sirvieron de meditación y de oración, escribí estas reflexiones titulándolas "Ciudadanos del Universo". El contraste de la armonía y belleza del Universo con la crítica realidad que vivimos en nuestro Planeta, nos plantea una serie de interrogantes y desafíos con los que concluyo esta reflexión.

Ante la grandeza del Universo, ¿qué es el hombre?, se preguntaba Matin Buber. Sin embargo, no estamos solos. Los seres humanos y todos los seres vivos que pueblan el planeta Tierra salimos de las entrañas del universo. Somos hijos e hijas de las estrellas"

Las fotos recogidas por el telescopio James Webb sobre la inmensidad del Universo me llevan a experimentar la pequeñez y soledad del ser humano en el cosmos. ¿Qué es el hombre?, se preguntaba Matin Buber. Sin embargo, no estamos solos. Los seres humanos y todos los seres vivos que pueblan el planeta Tierra salimos de las entrañas del universo. Somos hijos e hijas de las estrellas.

Al contemplar estas fotos del telescopio James Webb me estremeció de tal manera que reviví el Himno del Universo de Teilhard de Chardin:

“Las profundidades astrales se dilatan en un receptáculo cada vez más prodigioso de soles reunidos…Nuestra percepción se acrecienta sin fin con las potencias secretas que duermen y con las inmensidades que se nos escapan porque no vemos más que un punto de ellas. El místico saca una alegría sin mezcla de todos estos descubrimientos, cada uno de los cuales le sumerge un poco más en el Océano de la Energía… Solo Dios agita con su Espíritu la masa del Universo en fermentación”.

La belleza de infinidad de estrellas flotando en el universo refleja la sombra de Dios, diría Gabriela Mistral. Comparto mi experiencia. Un día me encontraba solo en la inmensidad del desierto del Sahara. Era una noche estrellada. Me tendí sobre la arena y contemplé la bóveda del cielo. En el desierto se perciben las estrellas con una claridad imponente. Me quedé absorto contemplándolas. Me detuve en una de ellas y en espíritu viajé a más velocidad que la luz por las profundidades del espacio.

Y parafraseando a San Juan de la Cruz, llegué a proclamar en mi interior:

Mil gracias derramando
pasó por estos universos con presura
y yéndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dejó de hermosura.

Asimismo, San Francisco de Asís quedó ensimismado contemplando la belleza de la creación en el Cántico de las criaturas, conocido como el Cántico del hermano sol. Una bella expresión lírica del alma humana. Es un canto a los astros y a toda la naturaleza. En él, el poverello de Asís interpretó el silencioso canto que toda la creación le tributa a Dios y la silenciosa melodía que Dios canta en la creación:

Altísimo y omnipotente buen Señor
Alabado seas en todas tus criaturas,
especialmente en el hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas
y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
Alabado seas, mi Señor,
por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas….

Junto a esa sabia y amorosa presencia del Misterio de Dios está la existencia del ser humano que puede percibir la belleza cósmica a través de su inteligencia. Los humanos en el universo sienten la presencia de Dios acariciando la creación. “Y vio Dios que todo era bueno” (Gn 1,10).

El átomo primordial

Todo comenzó cuando Dios llamó a la nada y ésta dejó de ser nada para transformarse en una infinita condensación de materia. En un principio el Universo se encontraba condensado en un átomo primordial, un “superátomo” que se fue desarrollando más y más. Era como una inmensa bombona de gas concentrado, denso, y a temperatura infinitamente alta, hasta que explotó. Es lo que conocemos como el Big Bang, hace 15.000 millones de años. Después de esta explosión cósmica surgieron ondas gravitacionales que se condensaron en forma de nubes de hidrógeno y polvo, dando lugar a las estrellas y galaxias. La Vía Láctea, la galaxia en la que vivimos, se formó a partir de una gigantesca nube de gas. Al principio ese gas estaba compuesto casi exclusivamente de átomos de hidrógeno y de helio producidos por el Big Bang. Después, ese gas interestelar de la Vía Láctea se fue enriqueciendo con elementos pesados. Y surgieron las ardientes estrellas, entre ellas nuestro Sol, que contiene los elementos producidos por sus ancestros.

Desde aquella explosión cósmica del átomo primordial el Universo no ha dejado de expandirse. ¿De dónde surgió este átomo primordial? ¿Acaso puede surgir del azar algo tan portentoso? ¿Qué dice la ciencia? ¿Qué dice la filosofía? ¿Qué dice la teología?

Dicho de una forma poética, retomo el pensamiento del monje, místico, revolucionario y poeta nicaragüense Ernesto Cardenal.

“Del matrimonio de protones con neutrones vino la gran explosión del Big Bang y la expansión cósmica. Todo era una masa de hidrógeno flotando en el espacio, danzando en el universo. Y el gas se condensó hasta que apareció una masa incandescente de luz y calor de la que, en su expansión, surgieron millones de galaxias y de estrellas. Y empezaron a brillar. Y de una pequeña estrella de la periferia de una galaxia, amaneció nuestro Sol con sus planetas y entre éstos nuestra Tierra, desprendida del sol hace 4.500 millones de años. Ahí estábamos lo que hoy somos los seres humanos. Venimos de las profundidades del Universo. Todos los elementos de nuestro cuerpo estuvieron en las entrañas de una estrella. Somos polvo de estrellas. Somos ciudadanos del Universo, de donde salimos”.

Y apareció el planeta Tierra danzando alrededor del sol, y la luna plateada girando alrededor de la Tierra. Y aparecieron los mares, ríos y lagos, montañas y bosques, animales acuáticos y terrestres.

La gran sorpresa y maravilla del Universo es la vida en la Tierra. Y la vida evolucionó hasta aparecer la inteligencia y el amor, que es lo más bello de la creación. Hace años escribí:

Trasciendo lo que ven mis ojos,
y sueño despierto
vagando por las estrellas
de cuyo polvo incandescente formo parte
y desde ahí me elevo en mi pensamiento
hasta la partícula primordial
que dio origen al Big Bang
del cual procedemos todos
y todo cuanto existe,
árboles y plantas,
animales y personas,
montañas y mares,
constelaciones y galaxias,
todo y todos y todas,
vivificados por el Espíritu,
Fuente de Energía y de Vida
y de toda Sabiduría,
de Belleza y Amor,
el corazón de Dios
en el cual existimos.

Solo en el silencio logramos ver lo que vemos con los ojos y el corazón del Espíritu cósmico que late en el Universo y contemplar la vida con un sentido de trascendencia.

No podemos excluir de la eternidad a la tierra ni a la vida de los seres humanos. Una belleza infinita culmina en un amor infinito. Me atrevería a decir que el sentido y lo más bello del Universo es el amor. Con Espinosa Arce proclamo yo también que esas “estrellas y galaxias que están a miles de años luz de distancia nos hablan de la perfección de un Creador que es Padre-Madre y que las ha creado desde el amor”. Asimismo, Ernesto Cardenal en sus Salmos describe con astronómica belleza el modo en el que las galaxias y estrellas cantan a su Creador:

“Las galaxias cantan la gloria de Dios
y Arturo 20 veces mayor que el sol
y Antares 487 veces más brillante que el mismo sol.
Sigma de la Dorada con el brillo de 300.000 soles
y Alfa de Orión que equivale a 27.000.000 de soles…
anuncian la obra de sus manos” (Salmo 18 y 19).

Otean los telescopios el remoto universo,
y gigantescas antenas tratan de escucharlo.
¿Un espacio carente de sentido? ¡Un
universo común!

Yo percibo en las imágenes del telescopio Webb la existencia de una fuerza superior y sabiduría infinita que ha programado nuestro Universo de esta forma tan sabia y precisa. Como creyente descubro ahí la presencia de Dios. La mística y la espiritualidad, pueden ser otros telescopios que nos permiten mirar asombrados, agradecidos y extasiados el universo en su armonía y belleza, como señala Espinosa.

Con Francisco de Asís, Juan de la Cruz, Teilhard de Chardin y Ernesto Cardenal cantamos también nosotros hoy las maravillas de la Creación. Es necesaria la contemplación serena y agradecida de los espacios infinitos del Universo para escuchar la música del silencio que irradian las estrellas y, de esta manera, entender y abrazar su belleza, que es la belleza de la vida de cada ser humano y la belleza de Dios.

Él existe en un Hoy eterno.

¿Por qué no una belleza infinita y un amor infinito?, -se preguntaba Ernesto Cardenal-. Es una constante la belleza en la naturaleza. Todo fue hecho por una sabiduría infinita. “En el principio era el Verbo… Todo se hizo por él” (Jn 1,1-2). De ahí la poesía, el canto y el encanto y el agradecimiento por todo cuanto existe.

Siempre nos queda un interrogante: ¿Es posible que existan otros universos? ¿Por qué no? Esta posibilidad del pluriuniverso plantea preguntas filosóficas y teológicas muy complejas. Si Dios, a quien consideramos el Creador, es eterno, que siempre ha existido porque Él es la Existencia, -Yo Soy el que Soy (Ex 3,14)-, no podemos imaginárnoslo inactivo. Para Dios no existe el tiempo.

Él existe en un Hoy eterno. ¿Habrá creado infinitos universos? Posiblemente. Es un misterio. Sin embargo, los humanos nos centramos en el Universo que conocemos y del que salimos.

Bajar a la Tierra

La contemplación del Universo que surge del silencio y de la oración, no nos evade de la realidad que vivimos, al contrario, nos reta a hacer de esta Tierra un paraíso cósmico de amor y fraternidad. Sentirnos ciudadanos del universo nos exige vivir como ciudadanos de este mundo. Y salir al encuentro de la humanidad sufriente con un corazón compasivo para aliviar sus sufrimientos y construir un mundo feliz para todos y todas, como hacía Jesús.

La contemplación del Universo nos hace ver el absurdo de los imperios, la locura de las guerras, las ambiciones económicas de las grandes corporaciones financieras que buscan el control mundial, la explotación sin límite de los recursos de la naturaleza y el acaparamiento de la riqueza a costa de hundir en la miseria a la mayoría de la población.

Nos exige luchar por otro modelo de sociedad justo y fraterno, alternativo al actual sistema capitalista neoliberal que es el principal causante de la injusticia, la pobreza, la creciente desigualdad y las guerras que campean por el mundo.

Nos exige crear conciencia de que es urgente el desarme de las naciones y que el dinero que se invierte en armamento se destine al desarrollo de todos los pueblos.

Nos exige fomentar el diálogo entre las religiones, buscando contribuir juntos a la paz y a la humanización de este mundo.

Nos exige superar los nacionalismos fanáticos. Porque Dios creó un mundo sin fronteras. Éstas dividen, discriminan, excluyen y hacen que la vida de las personas valgan según el lugar donde han nacido. Las fronteras deben ser lugar de encuentro y de acogida. Porque antes de ser ciudadanos de este o aquel país somos ciudadanos del mundo, ciudadanos del universo, ciudadanos del reino de Dios.

Nos exige tomar conciencia de que el clamor de los pobres es también el clamor de la Tierra, como señala el papa Francisco en la encíclica Laudato Si. La contaminación del aire, de las aguas y de los suelos está degradando nuestro Planeta, prueba de ello es el calentamiento global y el cambio climático que nos está llevando al borde de la desaparición de la humanidad. De ahí surge el urgente compromiso con la justicia climática y el cuidado del Planeta, que es nuestra casa común.



AGENDA – PRÓXIMOS ACTOS


30 julio - 13 agosto 2022

Campamento de Conciencia. Urbasa 2022
Camping de Artaza Urederra (Navarra)
ARTAZA (NAVARRA)

9 agosto 2022 - 17'00 horas

Cristianismo e Islam: Religiones universales en diálogo
(Curso de ocho encuentros)
BUENOS AIRES (Argentina)
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16 agosto 2022 - 17'00 horas

Encuentro Fratelli Tutti
La mejor política con Gustavo Béliz
Diálogo y amistad social con María Migliore
BUENOS AIRES (Argentina)

21 - 31 agosto 2022

Peregrinea 2022
Camino Sanabrés
OURENSE – SANTIAGO DE COMPOSTELA

27 - 30 agosto 2022

Encuentro Ecuménico de la Juventud
KARLSRUHE (Alemania)

31 agosto - 8 septiembre 2022

11ª Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias
KARLSRUHE (Alemania)

14 - 15 septiembre 2022

VII Congreso Mundial de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales
NUR-SULTÁN (Kazajistán)

15 - 22 septiembre 2022

Semana de Oración por la Paz en Palestina e Israel
“Fe, esperanza y amor en acción: hacia la justicia en Israel y Palestina”
TODO EL MUNDO

20 septiembre 2022 - 17'00 horas

Encuentro Fratelli Tutti
Caminos de reencuentro y Las religiones al servicio de la fraternidad humana. Intervienen: Marcela Mazzini, Silvina Chemen, Marcelo Figueroa y Omar Abboud
BUENOS AIRES (Argentina)




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