SEMANA DE UNIDAD POR LA ORACIÓN DE LOS CRISTIANOS 2016
Mensaje de los Obispos de la Comisión Episcopal de
Relaciones Interconfesionales con motivo de la Semana de Oración por la Unidad
de los Cristianos 2016
«Destinados a proclamar las grandezas del Señor»
(cf. 1
Pe 2, 9)
Un año más nos preparamos para celebrar la Semana de Oración por la
Unidad de los Cristianos, haciendo nuestro el deseo del Señor expresado en su
oración a Dios Padre en la última cena: «que ellos también sean uno en nosotros
para que el mundo crea» (Jn 17, 21). Esta iniciativa a la que se adhieren la
mayoría de las denominaciones cristianas empezó su andadura en 1908 y desde
entonces se ha ido constituyendo en una cita anual que nos damos los cristianos
para rezar por la plena unidad visible de la Iglesia de Cristo. Los materiales
son propuestos conjuntamente por el Pontificio Consejo para la Promoción de la
Unidad de los Cristianos y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de
Iglesias, aunque desde 1975 se encarga de su elaboración inicial un grupo
ecuménico local.
Los materiales para la Semana de Oración por la Unidad de los
Cristianos 2016 han sido elaborados inicialmente por un grupo de Letonia. El
lema elegido es: «Destinados a proclamar las grandezas del Señor». Este lema se
inspira en un pasaje de la Primera Carta de san Pedro (2, 9-10), que es el
texto bíblico de referencia para este año. La idea fundamental que se quiere
transmitir es que todos los bautizados, aunque formen parte de diferentes
Iglesias y comunidades eclesiales, comparten la misma vocación de proclamar las
grandezas del Señor. Una imagen que puede representar bien este concepto es la
que se propone en la introducción a los materiales de este año: «La más antigua
pila bautismal de Letonia es de los tiempos del gran evangelizador de Letonia
san Meinardo. Originalmente se encontraba en la catedral de Ikšķile. Hoy se
encuentra en el mismo centro de la catedral luterana de la capital del país,
Riga. La ubicación de la pila, tan cerca del púlpito ornamentado de la
catedral, expresa elocuentemente la relación entre bautismo y proclamación y la
vocación que comparten todos los bautizados de proclamar las grandezas del
Señor». Por eso, en los folletos y los carteles editados por la Conferencia
Episcopal Española para la Semana de Oración de este año se ha querido utilizar
como imagen una fotografía del bautismo de un adulto celebrado en dicha pila
bautismal, cedida cordialmente por los responsables de la catedral luterana de
Riga.
El tema de este año se entiende aún mejor a la luz de la historia de
Letonia, que existió por primera vez como estado de 1918 a 1940 y recuperó su
independencia en 1991, después de los duros años del régimen soviético, en los
que muchos cristianos padecieron la tortura, el exilio y la muerte a causa de
su fe en Jesucristo. Esta comunión en el sufrimiento creó una profunda unión
entre los cristianos letones, que pertenecen más o menos en proporción igual a
la Iglesia católica, ortodoxa y luterana, y les llevó a descubrir su común
sacerdocio bautismal que les capacita para ofrecer sus sufrimientos en unión
con los sufrimientos de Cristo y para dar testimonio común de su fe. La unión
entre los cristianos de Letonia también fue importante a la hora de luchar
juntos por la independencia del país.
Inspirándonos pues en esta propuesta que
se nos hace este año desde Letonia, nos uniremos a los cristianos de todo el
mundo durante la Semana de Oración, descubriendo nuestro sacerdocio común que
se fundamenta en el bautismo, que se administra válidamente en las distintas
Iglesias y comunidades eclesiales y que nos capacita para dar testimonio de las
«grandezas», las maravillas que hace el Señor en nuestras vidas y en las de los
demás.
A lo largo de este último año han tenido lugar importantes
acontecimientos relacionados con el ecumenismo y el diálogo interreligioso que
nos abren a la esperanza y nos mueven a un compromiso mayor. En este sentido,
cabe recordar las reiteradas afirmaciones del papa Francisco sobre el escándalo
que supone la desunión y la importancia que tiene para él la búsqueda de la
unidad de los cristianos: «Alcanzar esa meta, hacia la cual nos encaminamos con
confianza, representa una de mis principales preocupaciones, por la cual no
dejo nunca de orar a Dios». Así les dijo a una delegación del Patriarcado
Ecuménico de Constantinopla que lo visitó el 27 de junio 2015, con ocasión de
la solemnidad de san Pedro y san Pablo. En nuestro contexto español queremos
destacar la visita que realizó el cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio
Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, a Valencia a
principios de marzo del año pasado. Organizada por la Facultad de Teología de
Valencia, el Centro Ecuménico Interconfesional de Valencia y el Centro
Ecuménico Padre Congar, tuvo varios momentos señalados, como la conferencia que
impartió el 4 de marzo en la Facultad de Teología San Vicente Ferrer con el
elocuente título: «Ut unum sint: El ecumenismo como obligación eclesiológica
del Concilio Vaticano II».
También cabe señalar en el contexto actual la tan
dolorosa persecución de cristianos en distintas partes del mundo, las
afirmaciones del papa Francisco sobre el «ecumenismo de la sangre», que ya ha
repetido en diferentes ocasiones. Una de ellas ha sido un video-mensaje con
motivo de una jornada de diálogo y oración celebrada en mayo, en la diócesis estadounidense
de Phoenix, junto a un grupo de pastores evangélicos pentecostales: «me viene a
la mente decir algo que puede ser una insensatez, o quizás una herejía, no sé.
Pero hay alguien que “sabe” que, pese a las diferencias, somos uno. Y es el que
nos persigue. El que persigue hoy día a los cristianos, el que nos unge con el
martirio, sabe que los cristianos son discípulos de Cristo: ¡que son uno, que
son hermanos! No le interesa si son evangélicos, ortodoxos, luteranos,
católicos, apostólicos… ¡no le interesa! Son cristianos. Y esa sangre se junta.
Hoy estamos viviendo, queridos hermanos, el “ecumenismo de la sangre”. Esto nos
tiene que animar a hacer lo que estamos haciendo hoy: orar, hablar entre
nosotros, acortar distancias, hermanarnos cada vez más». Los obispos de la
Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales queremos aprovechar este
mensaje para hacer un llamamiento a las comunidades cristianas a la solidaridad
efectiva con estos hermanos nuestros que padecen persecución a causa de su fe.
Al mismo tiempo oramos por la paz y pedimos que cesen los actos violentos e
inhumanos.
Junto a la promoción de la unidad de los cristianos, la Comisión
Episcopal también se ocupa del diálogo interreligioso y de las relaciones con
las religiones no cristianas. En este ámbito, el 28 de octubre del año pasado
se celebró el 50 aniversario de la promulgación de la Declaración Nostra aetate
del Concilio Vaticano II. Con este motivo organizamos, en el marco de las
Jornadas anuales para Delegados Episcopales de Relaciones Interconfesionales,
un acto conmemorativo en la sede de la Conferencia Episcopal Española,
consistente en una ponencia sobre la historia y la repercusión de la
declaración conciliar y una mesa redonda con los representantes nacionales de
la comunidad judía y musulmana.
En Europa cada día nos damos más cuenta de la
importancia que tiene el diálogo interreligioso para luchar juntos contra un
laicismo beligerante que pretende excluir a Dios y a la religión del espacio
público. También es cada vez más evidente la necesidad de ese diálogo para
aislar al fanatismo nihilista que nada tiene que ver con una vivencia auténtica
de la religión, y para construir un futuro de paz verdadera y estable. La
reciente escalada del terrorismo, la tensión creciente en el ámbito
internacional, los movimientos migratorios de personas que huyen de la guerra y
de la miseria buscando un futuro mejor para ellos y sus hijos, son otros tantos
factores que nos empujan a intentar comprender mejor el mundo en el que vivimos
en toda su complejidad religiosa, social y cultural.
Los obispos de la Comisión
Episcopal de Relaciones Interconfesionales queremos exhortar a que no se
confunda la religión con los actos execrables que cometen algunos y a que se
acoja como hijos de un mismo Padre a los que vienen a nuestras tierras buscando
paz y bienestar. En esta Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2016
rezaremos juntos por la plena unidad visible de todos los creyentes en Cristo,
pero también elevaremos nuestra oración al Creador por las víctimas de los
actos terroristas, por la paz y por la conversión de los corazones.
Los Obispos
de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales
Enero 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario