“Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16:18)
En este Evangelio (Mt 16,13-20), vemos a Jesús entregando a Pedro las llaves.
De la adhesión a Jesús, como “el Mesías, Hijo de Dios", nace la IGLESIA: la comunidad de los discípulos de Jesús, convocada y organizada en torno a Pedro.
El texto tiene dos partes: La primera, cristológica: ¿Quién es Jesucristo? La segunda, eclesiológica: ¿Qué es la Iglesia?
1. Jesús interroga a los discípulos: ¿Qué dice la gente de Él y qué piensan de Él los discípulos? Para los "hombres" Jesús es un hombre extraordinario, bueno y justo, como tantos otros hombres antes de Él. Para Pedro y los discípulos, Jesús es mucho más: "Tu eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo"
2. Jesús responde a la confesión de fe. La fe de la comunidad de los discípulos, presentada por la voz de Pedro, es el fundamento sobre el cual Jesús va a asentar su Iglesia.
IGLESIA: Es la comunidad de los discípulos que reconocen a Jesús como “el Mesías, el Hijo de Dios". Existe para testimoniar a Cristo y para llevar a todos
los hombres el plan de salvación que Él vino a ofrecer. Por eso, se entrega a Pedro y a la Comunidad el "Poder de las Llaves". Una misión particular para mantener la unidad de la fe en Cristo. Recuerda el nombramiento del "Administrador del Palacio" (Isaías 22,19-23)
¿QIUÉN ES CRISTO HOY?
A pesar del secularismo cada vez más difundido y de un abandono de la práctica y de las tradiciones cristianas cada vez más generalizado, es interesante notar cómo la pregunta continúa siendo actual.
Para los JÓVENES, Jesús representa la novedad, la contestación de una sociedad y de un sistema envejecido, árido, privado de fantasía y creatividad...
Para las MASAS OPRIMIDAS, Jesús aparece como el Libertador, el símbolo de una esperanza, que no está solamente en un futuro misterioso...
Para los AGENTES SOCIALES, Jesús es un revolucionario, que lucha contra la injusticia, la opresión, la explotación del hombre por el hombre...Hasta las pinturas presentan hoy a Jesucristo con vestimentas extravagantes y de colorido de un Hippie, o de un barbudo guerrillero al que “se busca”.
Y NOSOTROS también hacemos a veces cuestión de tener una imagen de Cristo: de piedra, madera, hierro, oro, como pieza preciosa de arte... Su nombre es cantado en fiestas, en momentos de alegría Incluso en juergas, y es recordado en los momentos de apuro, como último recurso... Todo eso revela una realidad positiva: nuestro mundo no puede prescindir de Cristo. Nuestra Historia está tan marcada por Él, que no puede ser ignorarlo.
¿QUIÉN ES CRISTO PARA MI?
Para responder, no basta buscar en la memoria alguna fórmula que aprendimos en el catecismo, o hemos oído o leído en los libros. Es preciso buscar en el corazón, en nuestra fe vivida y testimoniada. Así descubriremos lo que Jesús representa, de hecho, en nuestra vida.
Cristo no es un personaje histórico muerto del pasado. Él resucitó y está vivo. Él vive aún hoy en el menor de los hermanos: vive en el mendigo, en el emigrante, en el borracho, en el marginado, en el pecador, en el ladrón... Él vive dentro de nuestro corazón. Él vive en tus familiares, en tus hermanos. Él vive en el corazón de todos.
Él nos habla también hoy en su Evangelio: que debemos conocer con fidelidad, que debemos vivir con autenticidad, que debemos anunciar con renovado ardor misionero..
P. Antonio Geraldo Dalla Costa CS,
24.08.2014
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