"La Reforma protestante transformó la realidad de la Iglesia cristiana y de la sociedad occidental"
El pasado viernes 14 de julio concluyó el VIII Congreso Evangélico que se celebró en Madrid los días 12 al 14 de julio, en el Wizink Center (Palacio de Deportes).
Los participantes, unos mil pastores y líderes, hombres y mujeres de distintos niveles de responsabilidad ministerial y representatividad, nacionales y extranjeros, se dieron cita para reflexionar sobre la fe, los principios y los valores del protestantismo con una mirada puesta en sus raíces históricas, a fin de analizar los desafíos del presente y proyectarse hacia el futuro.
Conclusiones del VIII Congreso Evangélico español celebrado en Madrid
"La Reforma protestante iniciada hace 500 años, que hoy conmemoramos es un movimiento que transformó la realidad de la Iglesia cristiana y de la sociedad occidental. La traducción de la Biblia a las lenguas vernáculas permitió que las raíces de la Reforma se hundieran en las Escrituras. Hoy, los cristianos protestantes, reconocemos un origen común que puede resumirse en los principios solus Christus, sola gratia, sola fide, sola Scriptura, soli Deo gloria, que dan fe de nuestra identidad, también llamada evangélica".
Estas palabras forman parte del preámbulo de un documento de conclusiones de tres folios que, en su forma definitiva, será publicado y enviado a las iglesias en los próximos días.
En dicho documento, se recogen las conclusiones de las reflexiones que, sobre cuatro ejes temáticos principales (Biblia, Historia, Iglesia y Misión), desarrollaron los participantes divididos en más de 70 mesas de trabajo, durante dos días de intensa labor.
El documento está dividido en dos partes, uno titulado, "Conclusiones para el ámbito eclesial", de análisis, autocrítica y recomendaciones; y otro de "Conclusiones para el ámbito social", que recoge una serie de denuncias sobre algunos de los graves problemas que afectan a la sociedad actual, y ante los que las iglesias evangélicas se sienten interpeladas y particularmente comprometidas.
"CONCLUSIONES PARA EL ÁMBITO ECLESIAL"
En su mirada introspectiva, el VIII Congreso expresa su reafirmación en la autoridad de la Biblia como "Palabra de Dios y autoridad normativa en materia de fe y conducta" (Sola Escritura), y manifiesta su preocupación por la pérdida de centralidad de las Sagradas Escrituras en la predicación, y ante "modelos eclesiales en los que la autoridad de la Palabra de Dios es sometida a los valores de la sociedad o a liderazgos autoritarios".
En cuanto a la unidad de la Iglesia, se reconocen la pluralidad, la multiculturalidad y la diversidad como "elementos enriquecedores, signos de la vitalidad en el Espíritu", y se recomienda una reflexión sobre los principios que sustentan la libertad de conciencia, "ante distintas formas de legalismo en el seno de las iglesias". Se propone, además, una reflexión teológica sobre los principios bíblicos que sustentan la unidad de la Iglesia.
Se reprueban los modelos de liderazgo autoritario y sectarios, en contraposición con el modelo de Jesús, orientado al servicio a los demás, en humildad, trabajo en equipo y, contraponiendo la autoridad moral y espiritual al autoritarismo.
Se alienta a los creyentes a "ser luz" en una sociedad secularizada, mediante la proclamación de los valores éticos y morales del evangelio, encarnándolos y siendo ejemplo para el prójimo. "La Iglesia es iglesia en sociedad, porque está llamada al anuncio y encarnación del Reino de Dios". En este propósito, se afirma la actualidad y relevancia de las cinco solas que vertebraron la Reforma Protestante.
Se reconoce la necesidad de abandonar el gueto, al que las iglesias evangélicas fueron relegadas por el franquismo y renovar la estrategia misionera ante los desafíos de la compleja sociedad actual, afrontando los cambios de paradigma, no como una amenaza, sino como una oportunidad.
"CONCLUSIONES PARA EL ÁMBITO SOCIAL"
Ante los desafíos que afronta la sociedad del siglo XXI, 500 años después de que Lutero clavara sus 95 tesis en la puerta de la Iglesia del Castillo de Wittenberg, los participantes del VIII Congreso Evangélico declaran sumarse a las iniciativas sociales que, entre otras cosas, denuncian:
- Los sistemas económicos, sociales, políticos y eclesiales que esclavizan, explotan u oprimen a las personas, o que impiden o limitan su desarrollo integral, pues "se oponen frontalmente a los principios bíblicos".
- Las nuevas formas esclavitud y trata de personas, como el trabajo infantil o la esclavitud sexual, así como toda forma de violencia de género y de discriminación de las mujeres.
- La explotación de la naturaleza, creación de Dios, bajo el principio del máximo rendimiento económico y en contra del desarrollo sostenible.
- El consumo irresponsable, la contaminación y la acciones que afectan al cambio climático, como el uso de energías contaminantes y no renovables, o las prácticas contrarias al reciclado de los recursos naturales.
- Las iniciativas legislativas y sociales que conculquen derechos, en especial los referidos a la libertad religiosa, de expresión y de conciencia y de cualquiera otra que promueva privilegios a algún grupo o colectivo social en oposición a la igualdad de derechos ante la ley.
Estas son las líneas esenciales de un documento que, en su versión definitiva, y a falta aun de algunas aportaciones pendientes, se espera servirá para marcar el rumbo al Protestantismo español, al menos en la próxima década.
FUENTE:
http://www.periodistadigital.com
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