A Jesús crucificado
Te contaré los gozos y las penas
con el fervor de un pecho enamorado,
y besaré tu rostro ensangrentado
con suavidad de lirios y azucenas.
Me esforzaré por vía de obras buenas
en no dejarte nunca abandonado,
y abrazaré tus pies y tu costado
colmándolos de amor a manos llenas.
Sin rumbo fijo y con destino incierto
trota el corcel alado de la historia
en pos de novedad a campo abierto.
Sin comprender que sólo en esa noria
de amor y besos a tu rostro muerto
se hace el hombre alabanza de tu gloria.
Pedro Langa Aguilar, OSA
“Al son de la palabra”
Ediciones Religión y Cultura
Madrid - 2013
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