Visita de la Delegación de Ecumenismo de Soria a
la comunidad ortodoxa
rumana en Pamplona.
Amaos los unos a los otros. Nada más fuerte que estas
palabras.
El pasado jueves 7 de febrero, la Delegación de Ecumenismo
de nuestra diócesis de Osma-Soria fue amablemente invitada por el P. Gabriel
Danila, sacerdote de la comunidad ortodoxa rumana en Soria, y su esposa
Camelia, a ir a Pamplona a conocer la iglesia en la que celebra la comunidad
ortodoxa de Pamplona, con su párroco, el P. Ion Raducu, al frente. El motivo
inicial era mostrarnos la preciosa iglesia, situada en el pueblo de Barañáin,
porque es el único de sus templos en España en cuyo interior se pueden
encontrar todas las características de las iglesias ortodoxas en Rumanía.
Angel Hernández, Ion Raducu, Gabriel Danila, hermanos en el sacerdocio.
Cuando llegamos a la pequeña iglesia, y fuimos
recibidos por el P. Ion Raducu, que nos abrió las puertas con emoción, pudimos
descubrir muchas cosas, no sólo la evidente y llamativa belleza del templo, que
a continuación vamos a intentar describir, o el entusiasmo del P. Ion al
explicarnos cada detalle de la iglesia y la génesis de la misma, o los
preciosos iconos y el bello iconostasio… Lo que con más fuerza pudimos
descubrir, sentir y vivir fue el amor que estos hermanos, con su cálida acogida
y sincera fraternidad, tenían tantas ganas de darnos. Nos estaban esperando.
P. Ion Raducu
A medida que nos enseñaban el templo, nos fueron
contando cuál era su historia:
El 27 de mayo de 2008 llegó a Pamplona el P. Ion Raducu,
y unos meses después su esposa Adriana y sus cinco hijos. Mediante un convenio
con el Arzobispado de Pamplona, se cedía por 20 años la antigua iglesia de San
Esteban de Barañáin a la Iglesia Ortodoxa Rumana. Esta pequeña iglesia
románica, con planta de cruz latina, del siglo XV, se encontraba en muy mal
estado, y en el convenio se contemplaba el compromiso por la parte ortodoxa de
reformar, restaurar y mantener el templo. Según nos contaba Andrea, la hija
mayor del P. Ion, la iglesia carecía casi por completo de techo, y en las
primeras ocasiones, cuando llovía durante la Misa, incluso tenían que abrir los
paraguas en el interior. En poco tiempo se pusieron manos a la obra y, gracias
al trabajo de unos veinte voluntarios rumanos y moldavos, que reservaban sus
tardes y sus fines de semana para la reconstrucción de la iglesia, se fue
poniendo el tejado y arreglando el interior. También una empresa navarra
colaboró en el proyecto y, gracias a la ayuda de Dios y el compromiso y
esfuerzo de muchos fieles, se fueron recibiendo aportaciones que consiguieron
cubrir la inversión de los 45.000€ necesarios para la obra. Cuatro años
después, el 12 de octubre de 2012, se consagraba el templo con la presencia del
Metropolita Ortodoxo Rumano de Europa Occidental y Meridional, Jopsif y del
obispo ortodoxo rumano para España y Portugal Timotei Lauran, así como de
muchos sacerdotes ortodoxos y representantes del arzobispado católico de
Pamplona. A la celebración acudieron más de mil personas que llenaban los
alrededores de la iglesia, ahora llamada Parroquia de San Miguel Arcángel, su
protector. A ella acuden rumanos, pero también moldavos, búlgaros, ucranianos y
serbios.
Todas las paredes del interior están cubiertas con
iconos preciosos y muy coloristas que representan a los evangelistas, los
apóstoles, los santos, ángeles, arcángeles, imágenes con pasajes bíblicos o
escenas de milagros. El P. Ion nos fue contando con gran detalle y mucha
dedicación cada imagen, cada detalle, cada símbolo. Tras el iconostasio, con su
evocadora puerta central, de una gran belleza, elaborado con madera de Rumanía
y en el que lucían los iconos más bonitos, el altar, con la Cruz y la Sagrada
Escritura, y el misterio. Sólo los hombres pasaron el umbral del iconostasio, y
allí el P. Ion siguió con sus detalladas explicaciones. La pared del ábside del
templo la llena con su belleza una grandiosa imagen de la Madre de Dios
(Theotokos).
El interior no tiene sillas, sólo unas cuantas para
algunas personas mayores o enfermas. A las celebraciones, que suelen ser de
unas dos horas de duración, se asiste de pie. En la entrada, agua bendita, al
fondo, un lugar reservado para colocar velas, para pedir por los vivos, en un
lado, y por los difuntos, en otro lado. Velas que se pueden conseguir en una
pequeña tiendecita situada en un lateral y en la que también hay iconos,
libros, crucifijos, recuerdos… En la parte de atrás, arriba, el coro,
flanqueado por dos banderas, la rumana y la española, que nos recuerdan también
el carácter nacional de las iglesias ortodoxas, y en una de sus paredes un
magnífico cuadro de la crucifixión. También pudimos saber que dentro de las
iglesias ortodoxas todas las flores que hay son flores naturales, vivas,
símbolo de la vida que se celebra dentro del templo. ‘En el tejado de la iglesia, cuando empezábamos las obras, había
crecido un árbol, grande, tuvimos que arrancarlo, pero ya era un presagio de
vida aquí dentro’, decía el P. Ion en su, a veces dubitativo, pero firme,
castellano. ‘Ahora hay vida aquí.’
"Ahora aquí hay vida"
Y así es, cubriendo una parroquia de unas 6000
personas, cada día, a las siete de la tarde se celebran en el templo reuniones
de oración, los domingos celebran la Divina Liturgia a las diez de la mañana, y
durante la semana, también se reúnen para que los niños reciban lecciones de cultura,
historia y geografía rumanas. Con mucha alegría, nos decía el P. Ion que unos
80 o 90 niños están creciendo en la fe en medio de esta comunidad, expresión
palpable que confirma sus palabras y entusiasmo.
Especialmente impactante fue el momento en el que el
P. Ion nos enseñó un icono en el que se representaba a los mártires del régimen
comunista en Rumanía, que se estima pudieron ser de unos dos millones,
cristianos que murieron en los campos de trabajo y las cárceles comunistas. Y
nos comunicó que pronto recibirían un nuevo icono en el que se representa a
Jesucristo vestido con las mismas ropas raídas y rayadas de todas estas almas
santas que murieron por defender su fe. En palabras del P. Ion, ‘en estas paredes tenemos muchos santos,
pero en realidad santos hay muchísimos más…’
Embebidos en el ambiente de paz que se respiraba en el
templo y muy emocionados por el encuentro, vivimos un momento de gran belleza
cuando el P. Ion y el P. Gabriel, con sus preciosas voces, cantaron desde el
coro uno de sus cantos litúrgicos, profundo, perfecto, casi celestial… reflejo
de la honda espiritualidad ortodoxa que ha permitido que tantos cristianos, con
tanta fe y amor a Dios, hayan ido superando tantas pruebas y hayan sido
testimonio vivo del amor de Cristo en medio de las circunstancias más adversas
de la historia.
Un momento antes de hacernos varias fotografías todos
juntos, ortodoxos, baptistas y católicos, unas palabras del P. Ion se quedaron
clavadas en nuestros corazones, ‘hemos
estado tanto tiempo separados,… mil años, y ahora estamos aquí, juntos, por
amor’.
A continuación, compartimos la comida también al lado
de otros miembros de la comunidad de Barañáin que, por ser día laborable, no
habían podido acompañarnos por la mañana. Un paso más en el conocimiento mutuo,
en el crecimiento personal y comunitario, en el caminar en Cristo junto a los
demás hermanos, como una gran familia. Un día importante en el que pudimos ver
de manera muy clara que todos somos miembros de un mismo Cuerpo, miembros
necesarios, diversos y complementarios que, unidos, conformamos la única
Iglesia de Jesucristo.
Protestantes, católicos, ortodoxos, juntos como hermanos.
En la tradición ortodoxa es común hablar de la ‘locura
en Cristo’, que es la que lleva a entrar en una auténtica comunión con Dios.
Como decía la madre espiritual y víctima del Holocausto María Skobstov,
ortodoxa rusa y ‘loca en Cristo’, ‘el
misterio de la comunión con el hombre se convierte en misterio de comunión con
Dios; lo que ha sido dado es devuelto; el amor que brota de esta fuente no se
agota nunca, pues esta fuente de amor en nuestro corazón es el Amor mismo, es
Cristo.’ Pues bien, ayer en Pamplona, hoy en Soria, quizás mañana en
Bucarest… junto a estos hermanos, también locos, seguiremos acercándonos,
orando y llevando el nombre de Cristo y, sobre todo, dando su amor inagotable,
unidos, a los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
‘Esto es,
pues, lo que os mando: que os améis unos a otros.’ Juan 15, 17
Reportaje textos y fotografías gentileza de Maite Egiazábal
de la Delegación de Ecumenismo de la diócesis de Osma-Soria
ESTIMADOS HERMANOS:
ResponderEliminarSolicito eclesiásticamente para las siguientes iglesias a que pertenezco con mi bautismo, de que las tales deben inactivarme de la congregacion por congregarme exclusivamente a la iglesia católica romana porque la biblia amonesta de que debemos congregarnos a una sola iglesia con mi fin de alcanzar al ecumenismo cristiano eclesiástico porque soy el profeta Elías del ecumenismo cristiano eclesiástico:
TESTIGOS DE JEHOVA, MORMONES (IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ULTIMOS DIAS), IGLESIA EVANGELICA PENTECOSTAL, IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA, IGLESIA CARISMATICA CATOLICA, EL ISLAM, EL JUDAISMO.
La razon fundamental adicional es porque los narcotraficantes estan delinquiendo con la gente porque las iglesias son egoístas en dividirse eclesiásticamente debido a que los tales fueron originalmente cristianos devotos pero por la division eclesiástica del cristianismo se convirtieron en narcotraficantes por venerar al culto de la Santa muerte como rencilla al divisionismo cristiano denominacional. Consulten la doctrina ecuménica que unificó provisionalmente al cristianismo denominacional a través de mi email denominado DIOS del sitio UN.ORG/ES de la organizacion de las naciones unidas para rectificar al ecumenismo.
Atentamente:
Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
Documento de identificacion personal:
1999-01058-0101 Guatemala,
Cédula de Vecindad:
ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
Ciudadano de Guatemala de la América Central.