El de
este jueves ha sido el último amanecer de Benedicto XVI en los apartamentos
papales del Palacio Apostólico vaticano. El Pontífice encara sus últimas horas
como ocupante de la sede de Pedro en una jornada histórica, con la que cerrará
casi ocho años de papado.
En la
última página de su agenda pontificia solo hay previstos dos actos. Después de la multitudinaria despedida pública de los fieles
el miércoles en la plaza de San Pedro, este jueves les toca el turno a los
cardenales. Benedicto XVI saludará a los purpurados que ya han llegado a Roma
para elegir a su sucesor a las once de la mañana. La recepción tendrá lugar en la Sala Clementina ,
pero no está previsto que el Papa haga declaraciones públicas al finalizar
Después,
previsiblemente se retirará a almorzar y cerrará los últimos flecos de su
renuncia y de su traslado —temporal— a la residencia estival de Castel Gandolfo. En medio de una gran expectación, un helicóptero
con Benedicto XVI a bordo despegará del Vaticano a las cuatro y media de la
tarde para llevarle a la villa, situada a poco más de 20 kilómetros de Roma.
A su
llegada a Castel Gandolfo el Papa pronunciará “unas breves palabras de saludo”,
según el diplomático lenguaje vaticano. Será su última aparición pública como
Pontífice. Un par de horas después, a las ocho en punto, en virtud de su renuncia al cargo, Benedicto XVI
dejará de ser Papa y pasará a ser papa emérito. A esa hora, la Guardia Suiza
abandonará la residencia de verano para ser relevada por gendarmes de la
policía vaticana. El Anillo del Pescador será destruido y ya no habrá papa: la
sede de Pedro estará vacante.
El
Gobierno del pequeño Estado vaticano quedará en manos del cardenal camarlengo,
el actual secretario de Estado Tarcisio Bertone. El liderazgo espiritual de la Iglesia , en cambio,
recaerá sobre el Colegio Cardenalicio, formado por todos los purpurados. Estos
empezarán a reunirse a partir del viernes para decidir la fecha de comienzo del cónclave que elegirá al nuevo papa, toda vez
que Benedicto XVI, en una de sus últimas decisiones, les autorizó a adelantar el inicio de la
elección.
"Estaré siempre con vosotros, pero permaneceré escondido para el mundo". Benedicto XVI se
despidió así el pasado día 14 de los párrocos de Roma. Días después, en su
último ángelus como pontífice en la plaza de San Pedro, confirmó su intención
de dedicarse a la oración, aunque, precisó, eso no significa "aislarse del mundo". Sin embargo,
hay decenas de detalles desconocidos sobre cómo será su nueva vida una vez que se haga
efectiva la renuncia.
A las
cuatro y media de la tarde partirá en helicóptero hacia la residencia papal de Castel Gandolfo, donde los pontífices suelen pasar sus vacaciones. A su
llegada allí, poco tiempo después, seguirá siendo Papa, pero a las 20.00 en
punto perderá su condición de Sumo Pontífice y, con ella, muchas otras cosas.
Cuando
el reloj marque las ocho de la tarde, la guarnición de la Guardia Suiza
—cuerpo encargado de custodiar al Papa— destinada en Castel Gandolfo será
relevada de su puesto y sustituida por miembros de la gendarmería vaticana.
Será algo simbólico, teniendo en cuenta que a esa misma hora la vida de
Benedicto XVI sufrirá cambios de mucha más trascendencia: Joseph Ratzinger
dejará de ser el líder espiritual de cientos de millones de personas. Además,
en ese momento le abandonará también la infabilidad papalen temas de
doctrina, como confirmó en su día el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
Pero
Benedicto XVI no dejará de existir para dar paso de nuevo al cardenal Joseph Ratzinger. Dejará de ser
Papa, pero conservará su nombre papal, Benedicto, y seguirá teniendo
tratamiento de Santidad. Lombardi aclaró el martes que su título a partir de
ese momento será el de "papa emérito" o “romano pontífice
emérito”, como ocurre con los obispos o incluso con los profesores
universitarios que mantienen su cargo o dignidad cuando se retiran de la
actividad.
El ya
papa emérito tampoco tendrá que cambiar radicalmente de vestuario. Podrá seguir
vistiendo una sotana blanca, aunque, según Lombardi, será una versión
simplificada del atuendo papal. La modificación más importante será la desaparición
de la pequeña capa que el pontífice suele llevar sobre los hombros. En cambio,
Benedicto sí tendrá que renovar su calzado, ya que no podrá ponerse los
emblemáticos zapatos rojos conocidos como las sandalias del pescador. Al
parecer, a partir de ahora calzará los zapatos que unos artesanos le regalaron
en un viaje a León, en México. "El Papa continuará usándolos porque son
muy cómodos y muy confortables", indicó Lombardi el martes.
Otra
cosa que tendrá que dejar en el Vaticanoserá el "anillo del pescador", símbolo del poder
papal, que será destruido como se hace cada vez que un Papa muere y comienza el
período de sede vacante. Un anillo episcopal como el que llevaba cuando era
cardenal ocupará su lugar en el dedo anular de Ratzinger. El sello pontificio
con el que ha firmado todos sus documentos será desfigurado para evitar
falsificaciones.
Las
funciones y responsabilidades eclesiásticas de Joseph Ratzinger también
finalizarán cuando su renuncia al papado sea efectiva. No tendrá ningún deber
oficial ni administrativo por cumplir toda vez que, como cardenal mayor de 80
años, no participará en el cónclave.
Salvo
que la elección se alargue mucho más de lo previsto, el pontífice emérito podrá
ver por televisión desde Castel Gandolfo como su sucesor saluda al mundo desde
el balcón de la basílica de San Pedro. Benedicto permanecerá cerca de tres
meses en la residencia, a 24 kilómetros de Roma, antes de regresar al Vaticano
para instalarse en el convento Mater Ecclesiae.
Se
espera que para entonces haya finalizado la renovación del convento que acogerá
al papa retirado. Allí, según sus propias palabras, Benedicto se dedicará a la
oración –“escondido para el mundo” –, aunque su hermano Georg Ratzinger, ha apuntado que
Benedicto estaría encantado de asesorar a su sucesor si éste le pidiera ayuda.
Además, teniendo en cuenta que el antiguo cardenal Ratzinger no renunció a
seguir con sus estudios y ensayos cuando fue elegido papa en 2006, parece más
que probable que ocupe parte de su tiempo en ellos.
En el convento "Mater Ecclesiae", un edificio de
cuatro plantas en medio de los jardines vaticanos, el pontífice emérito estará
acompañado de su secretario personal, Georg Gänswein. El papa Ratzinger, que ya
ha mostrado su predilección por el convento, en cuya capilla ha celebrado misa
en varias ocasiones, disfrutará allí con la huerta de la que dispone y con los
limoneros, naranjos y el jardín de rosas que lo rodean. El arzobispo Gänswein,
en principio, también quedará encargado de la atención del nuevo papa, por lo
que está por ver cómo combinará ambas tareas.
La
cuenta de Twitter @pontifex, con 39 tuits publicados, quedará en
hibernación hasta que el próximo pontífice comience a utilizarla. No parece probable
que el papa emérito abra una nueva cuenta personal, de acuerdo con su intención
de permanecer escondido y su poca afición a las nuevas tecnologías. Sin
embargo, Benedicto XVI también apuntó que retirarse a la oración no significa
"aislarse", así que habrá que esperar para ver cómo se maneja en una situación totalmente novedosa en la
milenaria historia de la
Iglesia.
FUENTE: elpais.com
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