Todos juntos
Un espacio propuesto por EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

martes, 12 de febrero de 2013

Publicado en el Diario del AltoAragón.


"Una función del ecumenismo es conseguir la unidad visible de las iglesias" 
Héctor Vall, teólogo y ecumenista.

MERCEDES PORTELLA

11/02/2013

Para el teólogo y ecumenista Héctor Vall, que recientemente ha estado en Sabiñánigo impartiendo una conferencia sobre el "Origen de la división de las iglesias y proceso de unión", el ecumenismo tiene dos niveles, "uno que es el más oficial, con delegaciones de las iglesias, diálogos con estudios y elaboración de documentos. Todo esto va muy bien porque hay mucha gente dedicada a este trabajo, lo que pasa es que la gente de la calle esto no lo sabe porque hay un defecto de comunicación del resultado de estos trabajos, por ejemplo, de una parroquia".
Respecto al otro nivel, "el que consideraríamos más normal, diríamos que se hacen pocas cosas en torno al ecumenismo. En algunos países como en Alemania, donde el 50 por ciento de los habitantes son luteranos y el 50 por ciento católicos, el ecumenismo es más normal, mientras que en España la desproporción entre unas iglesias y otras es demasiado grande".
Héctor Vall apuesta por ser optimistas "porque en el tema del ecumenismo se han hecho grandes avances". En este sentido indica que no se hablaba igual de ecumenismo "hoy en día que hace treinta años. Hemos ido avanzando y perfilando más lo que dice cada iglesia y sabemos más cosas de cada iglesia; pero, ahí entra de nuevo el defecto que hay, el de la comunicación, el no saber comunicar a la gente los avances que se están haciendo".
Asimismo, argumenta que el ecumenismo tiene dos funciones, "conseguir en el futuro la unidad visible de las iglesias, que es un poco utópico porque ya tenemos una unidad espiritual muy fuerte que es la aceptación de Dios trino y uno y Cristo Jesús Redentor y Salvador nuestro, y esto ya nos unifica mucho. Y la otra función del ecumenismo es descubrir cada iglesia, los elementos validos de las otras iglesias y, después, estos elementos cada iglesia los puede hacer propios, asimilarlos; por ejemplo, los luteranos tienen un gran amor a la Biblia, pues esto, es patrimonio de todos, no es exclusivo de ellos; los ortodoxos tienen un gran amor a la liturgia y esto es patrimonio de todos, y los católicos tenemos una estructura jerárquica muy bien establecida, y esto es un valor". En este sentido, Héctor Vall apunta que cada iglesia puede aprovechar elementos de otras que son muy útiles para todos", y añade que hoy en día hay una "cercanía mucho más próxima entre las iglesias, afortunadamente vamos cambiando la mentalidad, esto es lo más importante, que vamos cambiando. Antes teníamos una mentalidad de enemigos, ahora tenemos una mentalidad de amigos y esto lo cambia todo. Entre unas y otras iglesias existen diferencias que pueden enriquecernos porque hay más cosas que nos unen y menos cosas que nos separan". 





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