"Una
función del ecumenismo es conseguir la unidad visible de las iglesias"
MERCEDES PORTELLA
11/02/2013
Para el teólogo y ecumenista
Héctor Vall, que recientemente ha estado en Sabiñánigo impartiendo una
conferencia sobre el "Origen de la división de las iglesias y proceso de
unión", el ecumenismo tiene dos niveles, "uno que es el más oficial,
con delegaciones de las iglesias, diálogos con estudios y elaboración de
documentos. Todo esto va muy bien porque hay mucha gente dedicada a este trabajo,
lo que pasa es que la gente de la calle esto no lo sabe porque hay un defecto
de comunicación del resultado de estos trabajos, por ejemplo, de una
parroquia".
Respecto al otro nivel,
"el que consideraríamos más normal, diríamos que se hacen pocas cosas en
torno al ecumenismo. En algunos países como en Alemania, donde el 50 por ciento
de los habitantes son luteranos y el 50 por ciento católicos, el ecumenismo es
más normal, mientras que en España la desproporción entre unas iglesias y otras
es demasiado grande".
Héctor Vall apuesta por ser
optimistas "porque en el tema del ecumenismo se han hecho grandes
avances". En este sentido indica que no se hablaba igual de ecumenismo
"hoy en día que hace treinta años. Hemos ido avanzando y perfilando más lo
que dice cada iglesia y sabemos más cosas de cada iglesia; pero, ahí entra de nuevo
el defecto que hay, el de la comunicación, el no saber comunicar a la gente los
avances que se están haciendo".
Asimismo, argumenta que el
ecumenismo tiene dos funciones, "conseguir en el futuro la unidad visible
de las iglesias, que es un poco utópico porque ya tenemos una unidad espiritual
muy fuerte que es la aceptación de Dios trino y uno y Cristo Jesús Redentor y
Salvador nuestro, y esto ya nos unifica mucho. Y la otra función del ecumenismo
es descubrir cada iglesia, los elementos validos de las otras iglesias y,
después, estos elementos cada iglesia los puede hacer propios, asimilarlos; por
ejemplo, los luteranos tienen un gran amor a la Biblia, pues esto, es
patrimonio de todos, no es exclusivo de ellos; los ortodoxos tienen un gran
amor a la liturgia y esto es patrimonio de todos, y los católicos tenemos una
estructura jerárquica muy bien establecida, y esto es un valor". En este
sentido, Héctor Vall apunta que cada iglesia puede aprovechar elementos de
otras que son muy útiles para todos", y añade que hoy en día hay una
"cercanía mucho más próxima entre las iglesias, afortunadamente vamos
cambiando la mentalidad, esto es lo más importante, que vamos cambiando. Antes
teníamos una mentalidad de enemigos, ahora tenemos una mentalidad de amigos y
esto lo cambia todo. Entre unas y otras iglesias existen diferencias que pueden
enriquecernos porque hay más cosas que nos unen y menos cosas que nos
separan".
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