Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 18 - 25 enero
SORIA. II
Momentos de charlas, presentaciones, ..
Tema: ALTERNATIVA CRISTIANA AL CUIDADO DEL HOMBRE
Manifiesto, desde la Unidad, en la Jornada de la migraciones.
Y como final de este injusto resumen porque nos hemos dejado muchas fotografías en el archivo os adjuntamos la crónica de lo que fue esa semana vivida en unidad en Soria.
¿Qué exige el Señor de
nosotros? Miqueas 6,
6-8
Pequeña crónica de la Semana de
Oración por la Unidad de los Cristianos 2013 en Soria
"La meta es la unidad, el camino, la oración"
D. Julián
García Hernando
Orando y reflexionando unidos, y en conversación, tal y como
nos animaba el octavario en su primer día, comenzamos el viernes 18 de enero
con la presentación de la semana de oración por la unidad de los cristianos
2013 en nuestra diócesis de Osma-Soria. Fue una introducción en la que
presentamos las circunstancias y el lema de la oración de este año: ¿Qué exige el Señor de nosotros? Miqueas
6, 6-8. Tras compartir el testimonio de la realidad de las iglesias de La
India, y conocer la vida de los dalits
y la génesis del tema elegido para la oración, nos emocionamos al escuchar las
vidas de tres testigos de excepción de entre la muchedumbre de testigos de
Cristo que son referente en el seguimiento para todo cristiano. ‘Mas buscad primeramente el reino de Dios y
todas estas cosas os serán añadidas’ Mateo 6, 33: El P. Gabriel Danila,
sacerdote ortodoxo rumano, presentó la figura de Nicolae Steinhardt,
emblemático defensor de la belleza y la libertad y ejemplar discípulo de Cristo
resistente a la opresión comunista en Rumanía; Jimmy y Anjani Cole, baptistas,
recordaron e hicieron presente la valentía absoluta, la altura intelectual, el
amor a Cristo y la entrega a los demás en Su nombre, del pastor luterano Dietrich
Bonhoeffer, mártir del nazismo; y José Luis Martín, católico, nos hizo un
retrato de Monseñor Óscar Romero, que tanto luchara por implantar el Reino de
Dios en la realidad de injusticia social y de pobreza del pueblo salvadoreño, y
en ello dejó su vida.
El sábado 19, a pesar de las duras condiciones climáticas, de
la lluvia y el frío, nos reunimos a la una del mediodía para orar y leer juntos
un manifiesto por la unidad de los cristianos en la calle, ante el pórtico de
la iglesia Santa María La Mayor de Soria. Un momento de paz y reflexión y de
palabras de esperanza. Al final del acto unimos nuestras manos y pronunciamos
el Padrenuestro en los tres idiomas de los hermanos participantes: en rumano,
en inglés y en español, intercambiamos signos de paz y llenamos nuestros
corazones de la plenitud que da la fraternidad compartida.
Por la tarde, a las seis, nos encontramos de nuevo en la
Ermita de El Mirón, iglesia en la que celebra su fe la comunidad ortodoxa
rumana de Soria. Allí pudimos disfrutar de la belleza de una oración ortodoxa,
presidida por el P. Gabriel, que, consciente de la dificultad del idioma para
muchos de los presentes, nos explicó con mucho detalle y cariño lo que había
significado la oración que juntos habíamos celebrado. A continuación, compartimos
una buenísima cena de platos rumanos y sobre todo, la alegría de estar juntos,
acercándonos y conociéndonos, las tres comunidades.
El domingo 20, nos unimos a la celebración que en la Iglesia
Católica se hacía de la Jornada de las Migraciones, y, unidos, baptistas,
ortodoxos y católicos, leímos un manifiesto públicamente en la Plaza Mayor de
Soria a favor de la integración de las minorías inmigrantes, de la solidaridad
entre los diferentes y de la necesidad de tender puentes entre todos, independientemente
de nuestra procedencia, color, etnia, situación socioeconómica o religión. Fue
un momento festivo, en el que también hubo bailes tradicionales de distintos
países y mucho colorido y esperanza.
El lunes 21 fue realmente un día de mucha bendición. A las
ocho de la tarde pudimos experimentar un inmenso gozo al estar unidos en la
Oración Ecuménica. La celebración tuvo lugar en la iglesia de Nuestra Señora
del Espino, precioso templo en el que vivimos un encuentro muy especial. Unidas
las tres comunidades, con sus pastores al frente, también contamos con la
bendición que supuso la presencia de nuestro obispo don Gerardo. Sus palabras,
recordando que es esencial para la credibilidad del mensaje de Cristo ante un
mundo desunido e increyente, el que nosotros, cristianos, sí estemos unidos,
fueron de una gran profundidad. El P. Gabriel nos emocionó con la belleza de su
reflexión acerca del Buen Samaritano y la evidencia de que nuestra unidad,
nuestro deseo de estar juntos y nuestra presencia real unida no procede de
ninguna otra cosa más que del Amor compartido que Cristo ha depositado en
nuestro corazón. Por último, Jimmy y Anjani Cole pronunciaron unas hermosísimas
palabras de agradecimiento y despedida ‘física’ –no espiritual-, ya que
próximamente han de regresar a su hogar en Texas. Fue una noche llena de signos
de reconciliación, como cuando los diversos trozos de una cruz partida se
unieron para recomponerla y levantarla ante el altar todos unidos, o cuando
todos entrelazamos nuestras manos para rezar el Padrenuestro, o cuando nuestras
manos y nuestros corazones se unieron en el tan esperado momento para todos de
darnos la paz y presentar juntos nuestras peticiones ante el Señor. Tras la
emotiva oración, compartimos unidos una cena en la que todo fue alegría y
fraternidad.
El martes 22 lanzamos una invitación a personas
representativas del mundo de la política, de los medios y de la acción social
en Soria. Fue un encuentro muy enriquecedor y positivo en el que pudimos
compartir nuestros puntos de vista sobre la realidad de crisis y situaciones de
necesidad que tantas familias están sufriendo hoy en día.
A las siete de la tarde salimos en varios grupos formados por
católicos, baptistas y ortodoxos, y fuimos a visitar a personas enfermas y
ancianas, por y con las que oramos y disfrutamos de unos inolvidables momentos
en la presencia del Señor, vivo, junto a, y con, nosotros.
El miércoles 23 tuvimos un muy interesante momento de
reflexión. El P. Ángel Hernández, delegado de Ecumenismo de la diócesis, y
principal promotor de nuestro caminar ecuménico, nos iluminó con una charla
sobre ‘La alternativa cristiana al cuidado del hombre’. Palabras profundas,
imágenes, audiovisuales,… todos los medios para poner de manifiesto la
necesidad de recuperar la mirada cristiana para sanar nuestra sociedad, tan
herida y destruida, de recuperar la fuerza del testimonio personal de cada
cristiano para reconstruir, desde la persona, las estructuras, tan dañadas y
contaminadas. Una llamada al compromiso en el seguimiento a Cristo de cada uno
de nosotros, y una llamada a hacerlo desde la unidad, desde el poderoso
testimonio de un caminar común.
El jueves 24, a las cinco de la tarde, recibimos, también
bajo la guía del P. Ángel Hernández, la explicación de la Exposición ‘Biblia
& violencia’, de Sociedades Bíblicas de España, que está expuesta en la
iglesia de Santa María La Mayor. Palabra e imágenes que ahondan el por qué, en
la raíz del mal que habita en el interior del hombre, y que tocaron
directamente el corazón de la treintena de personas que realizaron esa primera
visita a la misma. Surgieron reflexiones acerca del amor, del perdón, de la
necesidad de sanación personal y en las relaciones interpersonales… Sin duda,
se puso de manifiesto que la Palabra de Dios está viva y actúa en nuestras
vidas de una manera patente y evidente.
Ese mismo día, un poco más tarde, a las siete en la sala Gaya
Nuño fuimos todos juntos a ver la película ‘Unidos por un sueño’, en la que
bajo la temática de la implantación del fútbol en Alemania, se esconde un claro
mensaje de que la unidad es necesaria en todos los ámbitos, que el conocimiento
mutuo lleva a la comprensión, y que el amor lleva a la ruptura de todas las
barreras, sean estas sociales, culturales, económicas o religiosas… Una
preciosa película que llama a la búsqueda de la fraternidad y el compartir para
conseguir un sueño común.
Finamente, el viernes 25, celebramos la Eucaristía como
conclusión de la semana. Estuvieron presentes en el presbiterio, junto al P.
Ángel y el P. Florencio, el P. Gabriel y Jimmy Cole. Al terminar la
celebración, todos los que habíamos participado recibimos la bendición por
parte de nuestros pastores.
Damos gracias a Dios por vivir unidos y seguimos orando para
que ‘un día, cuando Dios quiera y por los
medios que Él quiera’, en palabras del padre Paul Couturier, esa unidad no
sólo sea visible y real, sino también plena.
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