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lunes, 3 de diciembre de 2012

NOTICIAS ECUMÉNICAS NOVIEMBRE IV

IMPORTANTES NOTICIAS ECUMÉNICAS EN NOVIEMBRE DE 2012 por P. Langa

VIAJE DEL PATRIARCA RUSO A TIERRA SANTA

Del 9 al 14 de noviembre de 2012 Su Santidad Kirill, patriarca de Moscú y de todas las Rusias, visitó Tierra Santa. Llegó como huésped de Su Beatitud el patriarca Teófilo de Jerusalén y del Santo Sínodo de la Iglesia ortodoxa de Jerusalén. Kirill declaró ante los  los periodistas en el aeropuerto Ben Gourion. «Según tradición, visito a los jefes de las Iglesias ortodoxas locales y con alegría piso Tierra Santa para encontrarme con Su Beatitud el patriarca Teófilo, celebrar en la iglesia del Santo Sepulcro, visitar la Misión rusa, el monasterio de Gornensky, Belén, Nazaret, Tiberíades, venerar los santos lugares, en fin. Numerosos peregrinos de la ex Unión Soviética vienen hoy a Tierra Santa. Yo me acuerdo del tiempo (y mi primera visita data de 1969) en que la Iglesia rusa no podía enviar aquí más que dos grupos de peregrinos comprendiendo no más de unas diez o doce personas. Y aspirábamos al día en que nuestros fieles ortodoxos pudieran al fin visitar Tierra Santa. Hoy tienen ya esta posibilidad. Sabemos que después de la introducción de un régimen sin visa entre Rusia e Israel, el número de peregrinos aumenta y que actualmente son centenares de miles de personas las que vienen a esta santa misión en Tierra Santa»

Su Santidad Kirill y séquito recibidos por Shimon Peres, presidente del Estado de Israel, en la residencia presidencial.- Église orthodoxe russe: Relations inter-orthodoxes, Ministère patriarcal: 11/11/12

El 11 de noviembre visitó al presidente de Israel, Shimon Peres, complacido de recibir a personalidad religiosa tan importante. Su Santidad le agradeció la organización de su visita y le habló de la colaboración entre las cuatro religiones tradicionales en Rusia: Ortodoxia, Judaísmo, Islam y Budismo. Destacó sobre todo restablecer la paz en la región. Peres subrayó la importancia del factor religioso y de la concordia en la zona. Y Kirill, de su parte, opinó que «los líderes religiosos pueden contribuir a extender la convicción de que el rechazo del empleo de la fuerza es el único modo de resolver los problemas del Oriente Próximo».

El 12 de noviembre consagró la catedral del monasterio Gornensky en Jerusalén, dedicada a Todos los santos rusos. Kirill aprovechó esta circunstancia para recordar la historia del monasterio y el apoyo dado a su restablecimiento desde la primera visita en 1969, y cómo en 1989, una vez nombrado presidente del Departamento de las relaciones eclesiásticas exteriores del patriarcado ruso, uno de los primero problemas a resolver fue el de la financiación y solución de la presencia de la Iglesia ortodoxa rusa en Tierra Santa. «Nos encontramos en un lugar particular: la Madre de Dios lo visitó después de la Anunciación del Ángel en Nazaret. Ella vivió aquí tres meses con sus piadosos parientes Zacarías e Isabel, cuando se tejía en ella la carne del Hombre Dios, nuestro Señor Jesucristo. Era un tiempo de silencio, de soledad, de recogimiento espiritual para la Madre de Dios».

Emotiva también ese mismo día su visita al monasterio Santa-María Magdalena de Getsemaní. Y la del 14 a la iglesia de la Anunciación en Nazaret, donde fueron recibidos él y su nutrido séquito por el metropolita Ciriaco de Nazaret, el alcalde de la villa, Ramiz Jaraisy, y numerosas personalidades locales y representantes de diferentes confesiones cristianas y comunidades religiosas. «La Anunciación, a la cual esta santa iglesia está dedicada es un anuncio que, por la Virgen María, se extendió al mundo entero. Aquí, el Divino se unió a lo humano (…) Aquí el género humano aceptó libremente la misión salvadora que el Señor se dignó llevar a cabo por todos los hombres (…). Pudo Dios salvar al género humano sin nuestra participación, como él había creado el mundo sin intervención de los hombres. Pero quería que la libertad humana no quedara truncada en una obra tan importante como su salvación (…)».

Los primados de las Iglesias ortodoxas de Jerusalén y de Rusia concelebrando ante la Anástasis (Jerusalén): Église orthodoxe russe: Relations inter-orthodoxes, Ministère patriarcal : 11/11/12

El 13 de noviembre de 2012 visitó el monasterio de los Doce-apóstoles en Tiberiades, ribera del Lago, en el sitio donde Jesucristo apareció por la tercera vez a sus discípulos después de la Resurrección. El 14 de noviembre de 2012, celebró el rito de la gran bendición de las aguas sobre el Jordán. «Bendiciendo el agua, invocamos el poder de la gracia divina, la fuerza del Espíritu Santo, por la cual se une a la naturaleza del agua, que llena el agua, la cual conserva por lo demás todas sus cualidades físicas y químicas (…) En cierta manera, el rito de la gran bendición del agua nos descubre lo que se produjo por el nacimiento, la pasión, la muerte y la resurrección del Señor y Salvador: las gentes han adquirido la posibilidad de apoyarse no sólo sobre sus propias fuerzas naturales en esta vida, sino también de atraerse la fuerza de Dios. No quiere esto decir que esta suprime la fuerza humana ni que la fuerza humana puede ignorar el poder divino. La libertad humana y la presencia divina en este mundo se cumplen en la historia mediante asombrosa y misteriosa unión. Quienes lo ignoran cometen un grande error. Nosotros somos incapaces de mejorar este mundo y nuestras propias almas a no ser cuando los esfuerzos humanos se unen al poder divino. Por ello vino Cristo al mundo (…) ».

El 14 de noviembre 2012, Kirill terminó su visita al Patriarcado de Jerusalén. En el aeropuerto jordano « Reina Alia », Su Santidad, dirigiéndose a los representantes de los medios reunidos en el aeropuerto, subrayó que su viaje a Tierra Santa había tenido gran importancia, en la medida que se había visto marcada por numerosos acontecimientos. Entre estos últimos, la bendición de la Iglesia de Todos los santos rusos en el monasterio Gornensky, y la visita a la Casa del peregrino en territorio de Jordania. «Es importante que venga el mayor número posible de peregrinos a Tierra Santa, porque la peregrinación da un impulso espiritual. El contacto con los santuarios robustece la fe de las gentes, y, para muchos, les ayuda a repensar su vida, a cambiar de sentimiento. Tierra Santa tiene una profunda influencia espiritual». Kirill, en fin, remarcó que una de las consecuencias del desarrollo de la peregrinación es el reforzamiento de la posición de la Iglesia rusa sobre los lugares santos: «Podemos ya ver la amplitud de los trabajos de restauración en las iglesias del Patriarcado de Jerusalén. Ello naturalmente va ligado a la llegada de nuestros peregrinos porque las posibilidades, comprendidas las materiales, de la Iglesia ortodoxa de Jerusalén han aumentado y nosotros nos alegramos de ello, dado que estos lugares santos tenían desde largo tiempo atrás necesidad de una seria restauración».

por Prof. Dr. Pedro Langa Aguilar, O. S. A.
Teólogo y ecumenista



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