Todos juntos
Un espacio propuesto por EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

viernes, 21 de diciembre de 2012

Desde Barbastro

Felicitación de una familia de amigos

No existe un regalo mejor que la vida de nuestros hijos

Estas Navidades van a ser especiales. Y lo serán porque hemos pedido a los Reyes Magos que os traigan de nuestra parte un regalo especial: la capacidad de sentir a vuestros hijos como un privilegio, como una bendición que cada uno ha tenido la suerte de recibir.

Da igual que nuestros hijos no se ajusten a nuestras expectativas; no importa que sus conductas nos molesten o que sus palabras nos hieran. Los suspensos y las mentiras no importan. Ni que se salten las normas con el ordenador o abusen de nuestra confianza.

Con este regalo veréis que lo que importa es su existencia, sus grandes talentos y su originalidad.

Ellos siguen siendo aquellos bebés preciosos que colmaron todas nuestras ilusiones al nacer. Siguen teniendo la misma sonrisa y aquellos ojos brillantes.

Su comportamiento no nos gusta pero su esencia, su alma, su persona… ¡es un regalo impagable!
 
No son hijos a la carta. Tienen lo mejor y lo peor de ellos mismos ¡y de nosotros! Y con todo eso, forman un ser único que se merece ser amado por lo que son. Sin cambios. Sin rebajas ni condiciones. Con sus imperfecciones son perfectos.

Si contemplas a tu hijo desde la perspectiva de la conciencia, del amor generoso y del respeto sincero te darás cuenta de sus infinitas cualidades. Abrirás los ojos y verás otro hijo diferente al que ha sido este año: un niño rico en matices, poderoso e infinito, con especiales habilidades y capacidades, las cuales le hacen ser él mismo y no su hermano o su compañero de clase. ¡Él mismo! Un ser único en el mundo que necesita de tu visión también única.

Abre los ojos estas Navidades y no lo mires como lo miraste ayer. Míralo como un ser evolucionado, crecido y enriquecido, un ser valioso con una misión en el mundo; como tu mejor trabajo de orfebrería.

Acércate a él cuando menos lo espere y felicítale estas Navidades diciéndole lo feliz que te hace y lo importante que es su existencia para ti. Dale un abrazo insólito y extraordinario, de aquellos que transfieren satisfacción y orgullo, especialmente cuando nuestros hijos no se sientan merecedores de él.

¡Feliz y sentida Navidad!

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