Todos juntos
Un espacio propuesto por EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

sábado, 4 de mayo de 2013

ME GUSTA LA GENTE


Me gusta la gente
Tu eliges qué tipo de persona quieres ser 
y qué destino final quieres tener.

Decía Mario Benedetti: “Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. Me gusta la gente justa con su gente y consigo misma, pero que no pierde de vista que somos humanos y nos podemos equivocar”.  ¿Sabes? A mi también me gustan ese tipo de personas.
Me gusta la gente que ha decidido bailar el vals de la vida en lugar de quedarse sentada; la que no se conforma con el mundo tal y como es; la empieza por mejorarse a sí misma al intentar cambiar a la sociedad. Me encantan las personas idealistas que luchan por hacer sus sueños realidad. Ellas son las que cambian el mundo.
Me gustan aquellos que han conocido a Dios de verdad, para los que la religión no es una idea, sino una experiencia personal. Aquellos que saben de dónde vienen, a dónde van, tienen claro qué hacen aquí y cumplen con su misión de amar a los demás y ayudarles en su camino para encontrarse con su Padre celestial, sin reproches, sin juzgar… sabiendo que todos somos falibles, que es fácil equivocar el camino y que lo que más necesita el que se ha perdido es una mano amiga que lo ayude a regresar.
¿Y a tí? ¿Qué clase de personas te gustan? y más importante todavía ¿qué clase de persona eres? El Creador te dotó con capacidades extraordinarias. Te hizo tal como eres, con combinaciones de dones que te hacen único. Te dio las bases de un carácter modificable para que nunca dejes de mejorar y de crecer; para que seas quien tu quieras ser a través de tus propias elecciones. Te regaló libertad y amor. Te dio la capacidad de escoger si quieres vivir con Él o sin Él, de amarle o no hacerlo.
La vida está constituída por elecciones. Eres lo que cada día haces de tí y eres tú quien determina lo que obras con lo que la vida te da. Ante situaciones realmente dramáticas, eres tu quien decide rendirse o seguir luchando; hundirse en la melancolía o aferrarse a la Esperanza; ver el vaso medio lleno o medio vacío. Al fin y al cabo, la realidad es siempre relativa, todo depende de la perspectiva.
En la música que resuena en este mundo, tu eliges la melodía; tu escoges si quieres vibrar con la vida. Eres tú quien debe decidir qué hacer y qué no hacer… y si hacerlo o no, sabiendo que a cada acción le sigue siempre una consecuencia.
Nadie te ha preguntado si quieres jugar. La vida ha repartido las cartas y tal vez te hayan tocado las peores, sin embargo la partida no termina hasta que exhalas el último hálito de vida, y sobre el tapete todavía está el comodín de la victoria: Jesús. Si no juegas, pierdes; si juegas sin Él, también;  pero si en tu partida aceptas tomar la carta más importante de todas, le eliges a Él, la victoria está asegurada.
Ese comodín vencedor está al alcance de tu mano, solo tienes que aceptarlo y usarlo en todos tus turnos. Él nunca pierde. Solo así, podrás lograr que te guste ser quien eres, porque solo así serás realmente tú mismo, aquel que el Creador soñó que serías.

Esther Azón Fernández (EAF) Redacción CPM

1 comentario:

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