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Un espacio propuesto por EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

martes, 20 de junio de 2017

DIVER-GENTE, POR UNA ESPIRITUALIDAD INCLUSIVA

Nos llena de alegría poder comunicaros y presentaros el nuevo proyecto de nuestro hermano y amigo Juan Ramón Junqueras: "DiverGente. Por una espiritualidad inclusiva" Con este proyecto pretende Junqueras honrar lo mejor de dos grandes disciplinas: el periodismo y la teología. Crear un foro de debate en el que estén presentes todas las espiritualidades religiosas. También publicará artículos de colaboradores críticos con la espiritualidad religiosa, para que el público vea confrontados ante sus propias contradicciones e incoherencias, y tenga la oportunidad de discutir sobre ellas. Se pretende además dar cabida a voces que muestren otras formas y tipos de espiritualidad.

Juan Ramón Junqueras nos explica su nuevo proyecto:

Hace ya algún tiempo que venía valorando la oportunidad de crear un nuevo proyecto en internet. Un espacio —una especie de foro de debate—en el que pudieran explorarse diferentes y variopintos modelos de espiritualidad, sin centrarse únicamente en la espiritualidad creyente. La espiritualidad forma parte esencial del ser humano, aunque los creyentes hayamos pretendido apropiárnosla. Por otro lado, la espiritualidad creyente ha solido convertirse en una espiritualidad de combate; combate contra todo lo que no se ajuste a la propia: combate contra la atea, y también contra todas las de los creyentes que creen de otra forma. Y, como es fácil constatar, esta espiritualidad de combate no lleva más que a la falta de respeto y a la violencia.

Indudablemente, si hay algo que puede contrarrestar las consecuencias de esta creciente espiritualidad de combate es el diálogo. El contacto respetuoso con otro tipo de espiritualidades puede ofrecer la oportunidad de un acercamiento y, a través de ese acercamiento, la oportunidad de crecer juntos. Por eso he creado “DiverGente: Por una espiritualidad inclusiva”.

Como los que me conocen ya saben, me apasiona el periodismo, y me apasiona la teología. En este orden. En el pasado tuve la oportunidad de ejercer estas dos disciplinas por separado. Después descubrí que lo más apasionante es ejercerlas entretejidas la una con la otra.

La primera, el periodismo, busca comunicar HECHOS relevantes de una forma honrada, comprensible y veraz. No pretende ser objetiva, porque el periodista es un ser subjetivo, pero se esfuerza en mantenerse imparcial, reunir los datos de que dispone, situarlos en su contexto, y elaborar —que no crear— la noticia de manera que pueda ser aprehensible para quien la recibe. Debemos mucho más de lo que nos parece a los periodistas que trabajan así. Nos permiten hacernos una idea del mundo donde vivimos, y decidir qué merece la pena dejar como está, y qué debe ser transformado. Nos ayudan a priorizar los problemas sociales en cada tiempo y circunstancia, y así conseguimos estar informados de los hechos para poder formarnos una opinión.

La segunda, la teología, busca comunicar IDEAS sobre el Dios de los creyentes. Intenta hacerlo valiéndose de los instrumentos que le proporcionan las ciencias, pero no es una disciplina científica. Parte de un presupuesto indemostrable —la existencia de Dios—, y este solo hecho debería ya imponer al teólogo —o a la teóloga— una enorme humildad a la hora de proponer sus planteamientos. Al no manejar hechos contrastables, sino ideas, la extraordinaria carga subjetiva de la teología es incontrovertible. En cierto sentido, la teología es la plasmación —pretendiendo ser lo más honrada posible— de una ideación, y solo eso. No maneja hechos —y debe ser consciente de ello— sino intuiciones humanas. Por no ser falsables, no son imponibles. Son comunicables, efectivamente, pero como mera aproximación intuitiva, pues el mensaje en cuestión —Dios, su existencia, y su forma de ser— proviene de fuentes que, al contrario que en el periodismo, no pueden ser verificadas.

Lo apasionante de unir estas dos disciplinas es trabajar en la teología "como si fuera un producto periodístico". Es cierto que no puede manejar hechos —como hace el periodismo—, pero puede hacerlo con las ideas. Así pues, se trata de interpelar y preguntar a las fuentes —los textos sagrados—, contrastar las diversas versiones de una misma idea —diferentes estratos sociales, contradicciones evidentes y su explicación—, contextualizar la información que se deriva de la interpelación y del contraste, darle una forma aprehensible por el receptor, y comunicar el mensaje de una manera honrada y veraz, para que quien lo reciba pueda forjarse su propia opinión. No se trata pues de imponer una verdad —pues no es un hecho, sino una idea— sino de transmitir el resultado de una investigación fruto de una intuición creyente.

Producida así, la teología no pretende demostrar pero sí mostrar. Y gana credibilidad cuando no oculta el proceso. Una teología que impone el resultado sin exponer el itinerario, pierde cualquier atisbo de veracidad, y promueve una actitud más propia de espectadores consumidores que de creyentes a los que se toma en serio. El producto no es nada sin el proceso, así como la noticia no es nada sin sus fuentes, sin la contextualización, sin el contraste, y sin la comunicación aprehensible.

Así que en este nuevo proyecto aspiro a honrar lo mejor de estas dos grandes disciplinas: el periodismo y la teología. Y, además, pretendo dar cabida a voces que muestren otras formas de espiritualidad que nada tienen que ver con la religiosa, para que el elenco de colaboradores raye la excelencia.

Deseo que DiverGente sea un espacio abierto a la información y a la actualidad sobre cualquier forma de espiritualidad; a las entrevistas a personalidades relevantes; a las crónicas sobre eventos importantes; a los reportajes que sitúen la información en su justo contexto.

ENLACES A DiverGente:



Deseamos desde el EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO muchos éxitos a Juan Ramón Junqueras en su nueva andadura y larga y fructífera vida a "DiverGente"



3 comentarios:

  1. Muchas gracias, amigos. Os espero en el blog. Me encantará encontraros por allí.
    Abrazos entrañables en Jesús, nuestro común maestro.

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  2. Te felicito, Juan Ramón, y me apunto desde ahora mismo a ese diálogo, después de tiempo de cultivo del encuentro interreligioso y humano

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  3. Gracias, Jesús. En el blog nos encontramos. Abrazos cordiales.

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