Publicamos durante tres días consecutivos un excelente trabajo de nuestro amigo y colaborador el Prof. Dr. Pedro Langa Aguilar, OSA, teólogo y ecumenista , se trata de una noticia relativa al ecumenismo de la Ortodoxia, a un Concilio de todas las Iglesias ortodoxas, que por fin, parece que han llegado a un acuerdo de fechas y temas para que el Patriarca de Constantinopla pueda convocarlo en 2016. Las tres entregas abundan precisamente en dicha noticia, y quieren ser como el comentario de un especialista a los discursos y movimientos de tantos líderes ortodoxos juntos.
SINAXIS PANORTODOXA PREPARATORIA DEL GRANDE Y SANTO CONCILIO PANORTODOXO
( I )
Panorámica de la Sinaxis panortodoxa de Estambul celebrada bajo la presidencia de
Su Santidad Bartolomé I en El Fanar del 6al 9 de marzo de 2014 (Foto Église orthodoxe russe)
Del 6 al 9 de marzo de 2014 ha tenido lugar en la catedral San Jorge del Fanar (residencia del Patriarca Ecuménico) la Sinaxis de los primados y representantes de las Iglesias ortodoxas locales. Bartolomé I de Constantinopla enunció en su alocución de apertura los temas a debatir: persecución de los cristianos en las diferentes regiones del mundo, Oriente Medio sobre todo; desposesión de la Iglesia en la periferia de la vida públicaen países otrora cristianos; consecuencias de los procesos de globalización del progreso técnico; crisis económica; refuerzo de la unidad de la Ortodoxia; y sobremanera los preparativos del Concilio panortodoxo (= CP), cuya celebración podría ser en 2016, acabando así una espera de60 años.Los encuentros al respecto han sido numerosos, lo que denota, por un lado, la minuciosidad con que los ortodoxossuelen conducirse; y por otro, las muchas dificultades encontradas. La Sinaxisanterior data del 1/IX/2011, primer día del año eclesiástico ortodoxo. A invitación de Bartolomé I, acudieron entonces los primados de Antioquía, Alejandría, Jerusalén y el arzobispo de Chipre: afrontaron la situación de las Iglesias ortodoxas en Oriente Medio, amén de otros asuntos generales, entre los que destacó la preparación del CP.
En esta de 2014 Bartolomé I declaró «extraña a la eclesiología ortodoxa» toda representación que admita «la dominación universal de toda Iglesia local o de su primado». Subrayócategórico: «Todos somos responsables de la unidad de nuestra santa Iglesia».Luego, cada primado fue tomando la palabra y se entabló un fraternocoloquio. Su Santidad Kirill, Patriarca de Moscú y de todas las Rusias, presentólo acordado porel Concilio episcopal de Moscú en 2013. Las decisiones durante el CP –vino a decir- deberán ser expresión de la voluntad de todas las Iglesias locales y no según la mayoría de los votos. El reglamento y orden del día, sus principios, el protocolo de los oficios litúrgicos y de las reuniones, los proyectos de documentos conciliares deberán aprobarlosde antemano todas las Iglesias ortodoxas locales. «La preparación del CP debe suponer una larga discusión de los decretos en ciernes y distinguirse por un cuidado particular de la pureza de la doctrina ortodoxa; el comité ejecutivo del CP, componerloprimados de las Iglesias ortodoxas locales todas; y el episcopado de cada Iglesia, estar representado al máximum».
Hasta la fecha –prosiguió- el proceso preconciliar iniciado en la conferencia de Rodas en 1961, partía precisamente del principio de consenso. Allí se anunció / eligió este principio a iniciativa del Patriarcado de Constantinopla. Lalista de los puntos en el orden del día, el reglamento de los trabajos de las conferencias preconciliares panortodoxas, y los proyectos de decisiones sobre los ocho de los diez temas promovidos al Concilio se adoptaron sobre esta base. «El principio de consenso ha demostrado su eficacia, y sería contraproducente y extremamente nocivo renunciar a él durante la preparación del Concilio». Reiteró que las conferencias episcopales de la diáspora funcionan también por consenso, principio gracias al cual«la unidad de la Iglesia está preservada en las condiciones históricas actuales».
«Proponer al Concilio temas no aprobados de antemano significa convertir a éste en un lugar de divisiones, hacer pesar una amenaza sobre la unidad de la Iglesia, complejizar la recepción de los decretos conciliares en nuestras Iglesias locales. Nuestro objetivo es manifestar la unidad de la Iglesia sobre las cuestiones que inquietan al mundo ortodoxo. En él debe contar, pues, el voto de cada Iglesia, independientemente de su talla y de su antigüedad histórica. El CPtiene que ser un lugar donde el Espíritu Santo manifieste su presencia en la concordia eclesial, donde es imposible la sumisión tiránica de la minoría a la voluntad de la mayoría». Discrepó Kirill más adelante de quienes opinan que el principio de consenso podría ralentizar la toma de decisiones y la preparación del Concilio. «Estimo, más bien,que la razón de esta lentitud es otra: desdichadamente no contamos –dijo- con un mecanismo suficientemente eficaz. El secretariado para la preparación del Concilio, fundado desde hace tiempo y en el que deben participar representantes de las Iglesias ortodoxas locales, no funciona. La Iglesia rusa ha propuesto a menudo enviar su representante al secretariado, pero sus propuestas no han encontrado la acogida esperada».
La preparación del Concilio, por otra parte, debe ser activa, de ahí la necesidad de atraer fuerzas vivas. Fórmese un órgano efectivo compuesto de representantes de las Iglesias locales, que se reúna regularmente para intercambiar opiniones, documentos, comprendida la utilización de los medios de comunicación modernos que facilitan mucho la tarea. «Todos los temas en el orden del día del Concilio deben ser cuidadosamente preparados en conjunto, ycada uno de ellos contar con un acuerdo previo. Si sobre algunas cuestiones no nos entendemos inmediatamente, tampoco por ello hemos de temer: déjense al examen de próximos concilios. De preparar convenientemente este Concilio, pienso que no será el último», declaró.
Llamó igualmente la atención acerca de los desafíos de la modernidad,sobre los que el Concilio no puede pasar en silencio. «Es el exilio masivo de los cristianos expulsados de las regiones medio-oriental y norteafricana, la amenaza de extinción de la presencia cristiana en las tierras donde el cristianismo se propagó inicialmente. Es el peligro espiritual al que expone la crisis económica que golpea actualmente a numerosos países del mundo cristiano. Son los intentos de introducción de la filosofía dicha del «género» que destruye los fundamentos de la moral y de la familia, intentos que afectan a los países occidentales y amenazan ahora al oriente cristiano. Son los problemas de bioética, como la clonación, la gestación por otroy todo aquello que pretende ser intrusismo en la naturaleza humana creada por Dios».
La Iglesia ortodoxa –dijo- debe dar respuesta clara y concertada, arraigada en la tradición, a todas estas cuestiones de actualidad. «Respuesta no sólo teológica, sino también pastoral. Nuestra Iglesia está hoy confrontada a la cuestión del bautismo de los niños nacidos de las «madres de alquiler». No podemos esperar a una respuesta panortodoxa a esta cuestión, porque el debate está muy vivo en Rusia, y una comisión especial ha elaborado ya recomendaciones pastorales relativas a la posibilidad del bautismo para los niños nacidos de las «madres de alquiler».
También abordóel reglamento del futuro CP, recordando a los participantes en la Sinaxis que el proyecto de reglamento del Concilio no había sido todavía presentado. «Sin embargo –añadió—tal cuestión está lejos de ser formal». El comité ejecutivo del CP debe componerse de los primados de todas las Iglesias ortodoxas locales y ser presidido por su Santidad el Patriarca de Constantinopla, reiteró clarividente. «Un comité ejecutivo compuesto de los primados delas Iglesias todas, independientemente de su talla o su antigüedad, será una demostración ostensible de nuestra eclesiología, según la cual toda Iglesia ortodoxa local en comunión con las otras Iglesias tiene los mismos derechos que ella».
Lamentó que no hubieran sido invitados a la Sinaxis todos los primados. «Es preciso que todas las Iglesias locales tomen parte en la preparación del CP, sólo entonces nuestro Concilio será la expresión de la voz profética de la Iglesia dirigida lo mismo a nosotros que a aquellos del exterior». Nuestros fieles deben sentir la unidad de la Iglesia. Los otros deben ver en el Concilio la fuerza viva y el dinamismo de la Ortodoxia, que le son donados por Dios. Cumple dar paso a todas las condiciones para no impedir al Espíritu Santo actuar en nosotros y por nosotros».Sólo después de su aprobación, la conferencia podrá proponer una fecha para la convocatoria del Concilio.
Su Santidad el Catholicós-Patriarca Elías II de toda la Georgia puso, por su parte, de relieve que, mientras los precedentes Concilios ecuménicos fueron organizados en el principio de defender a la Ortodoxia contra la herejía y de afirmar la verdadera fe, el objetivo del próximo Concilio será demostrar al mundo moderno la unidad y la unanimidad de los pueblos ortodoxos. «De ahí que estimemos conveniente no convocarlo sino cuando todas las cuestiones a tratar hayan sido examinadas y aprobadas por consenso, una vez que los intereses de todas las Iglesias se hayan tenido en cuenta. Su formato debe ser, él también, aprobado por consenso. Permitirá evitar tensiones intereclesiales. Por lo demás, es necesario reexaminar las cuestiones ya trabajadas, a fin de reforzar nuestra posición de acuerdo con la situación actual».
El Patriarca Daniel de Rumanía recordó, a su vez, que una reunión de los primados «no es un CP, sino la representación panortodoxa de los sínodos autocéfalos, cuyos primados participantes en la sinaxis son los presidentes… La autoridad espiritual de tan especial asamblea aumenta cuando la responsabilidad común está animada en nombre de la unidad de la Ortodoxia». Las Iglesias ortodoxas locales deben reunirse más a menudo y colaborar en la respuesta a los tres grandes desafíos del mundo moderno: secularización e indiferencia religiosa; fenómeno de las migraciones que crea nuevos problemas sociales y pastorales, en particular cuando la migración se produce a raíz de una guerra o de un genocidio como se puede observar hoy en Siria;y en fin, la crisis económica que obliga a los cristianos a mostrarse más solidarios hacia los pobres, los enfermos y las personas solas.
Se creó una comisión redactora, encargada de preparar los documentos finales de la cumbre. Presidida por Su Beatitud el arzobispo Anastasio, de Tirana y de toda Albania y compuesta por obispos de diferentes Iglesias locales, entre ellos el metropolita Hilarión de Volokolamsk, presidente del Departamento para las relaciones eclesiásticas exteriores del Patriarcado de Moscú.Acudieron, se dice, todos los primados de las Iglesias ortodoxas locales, salvo el de la Iglesia de Antioquía representado por dos metropolitas. Cada primado estuvo acompañado por una delegación. En el comunicado final los líderes de la reunión –representan a 250 millones de cristianos en el mundo- abogaron por una salida pacífica del contencioso Rusia-Ucrania-Crimea. La Iglesia ortodoxa rusa, ella sola, con 165 millones de fieles, es, de todas, la más grande. Y a la que más afecta, desde múltiples supuestos, dicho contencioso. De ahí la importancia de esta intervención de Kirill en la Sinaxis panortodoxa de Estambul. Me cumple informar de ella a mis amigos del portal electrónico Equipo Ecuménico Sabiñánigo.
Su Santidad Kirill, patriarca de Moscú y de todas las Rusias, en el uso de la palabra
durante la Sinaxis panortodoxa en El Fanar (6–9 / III / 2014: Foto Église orthodoxe russe)
Prof. Dr. Pedro Langa Aguilar, OSA
Teólogo y ecumenista
No hay comentarios:
Publicar un comentario