Señor, tómanos desde
donde estamos actualmente
y condúcenos allá donde Tú
quieres que vayamos.
Haz que no seamos sólo los
encargados de una herencia,
sino las señales vivas
de tu Reino que viene.
Enciéndenos la pasión por
la justicia y la paz
entre todos los pueblos.
Llénanos de fe,
de esperanza y de amor
que están en el corazón del
Evangelio
y haznos UNO
en el poder del Espíritu
Santo:
Que el mundo crea,
que tu nombre sea
santificado en todo el mundo,
que tu iglesia pueda
reconocerse efectivamente
reunida en un único cuerpo.
Nos comprometemos a
amarte, servirte y seguirte
no como extranjeros
unos con otros,
sino como peregrinos.
AMÉN
(Oración inagural de la ACTS-Acción conjunta de las Iglesias de Escocia, 1990)
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