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miércoles, 19 de febrero de 2014

El director de la Fundación Pluralismo y Convivencia aboga por una mayor gestión de la diversidad

"Las situaciones de pluralidad siempre suponen riqueza"

Fernando Arias, director de la Fundación Pluralismo y Convivencia: 
"El elemento religioso es vertebrador para la sociedad"

por Jesús Bastante

Fernando Arias es el nuevo director de la Fundación Pluralismo y Convivencia, que ha celebrado entre ayer y hoy un Congreso Internacional organizado por su Observatorio para el Pluralismo Religioso, desde el que la Fundación proporciona orientaciones de gestión "ajustadas a la ley y a la realidad", como explica Arias.

"España es a día de hoy un país religiosamente plural, pero la gestión del secularismo muchas veces no es como debería", señala el director de la entidad, que considera que el elemento religioso "es vertebrador para la sociedad". Además, defiende que el factor religioso tiene un papel crucial en la integración de las distintas comunidades en la sociedad, puesto que afecta a la dimensión identitaria de las personas.

En ese sentido, Fernando Arias afirma que "en cuanto sientes que un elemento que es vital y fundamental para ti no está siendo considerado, te sientes fuera". Y es por ello que la Fundación Pluralismo y Convivencia vela por el ejercicio del derecho de la libertad religiosa, por el reconocimiento de la diversidad y por la inclusión de todas las confesiones.

¿Cuánto tiempo llevas en la Fundación?

Desde el inicio, en el año 2005. Como director empecé en octubre. Creo que los resultados del trabajo de los anteriores directores son palpables: han dado impulso a una iniciativa muy novedosa en el Estado español, y yo creo que poco a poco vamos consiguiendo impulsar el pluralismo religioso y el ejercicio de la libertad religiosa en distintos ámbitos, lo que considero muy necesario debido a los cambios que hemos tenido en la sociedad.

¿Hay gente que sigue pensando que España es una nación católica, o que asocia las otras confesiones exclusivamente con la población inmigrante, y por tanto, las considera confesiones "extranjeras"?

A partir del cambio político y del nuevo cambio que adoptó España con la Constitución (en la que hay un respeto y una protección al ejercicio de la libertad religiosa), ha habido muchísimos cambios en la situación religiosa de nuestro país. La ley de libertad religiosa en el año 80, la firma de los acuerdos en el 92... hicieron que aflorase el pluralismo religioso que ya existía en España, lo que no quiere decir que éste cobrara un nuevo impulso con la llegada de personas procedentes de otros países (con los flujos migratorios de los años 80 hasta el año 2005 más o menos). Efectivamente, el pluralismo que ya existía se ha hecho cuantitativamente más numeroso. Las cifras dicen queEspaña es hoy un país plural desde el punto de vista religioso. Cuantitativamente la católica es la confesión mayoritaria, pero ha habido un crecimiento de algunas de las confesiones minoritarias, con un gran incremento también de los lugares de culto. La Iglesia protestante, la Iglesia ortodoxa, la Iglesia de Jesucristo de los Santos y los Últimos Días (los mormones) han ido aumentando su número de feligreses y, por tanto, han visto la necesidad de ampliar sus lugares de culto.

Desde la Fundación no os dedicáis tan sólo a hacer teoría sobre cómo debería funcionar el pluralismo religioso en España, sino que además os ocupáis de las consecuciones prácticas, de resolver los problemas directos, del día a día, con una confesión determinada, y las pautas legales a las que tenéis que adaptarlos...

Sí, tenemos un campo de acción muy amplio. Yo creo que por una parte necesitamos efectivamente tener un conocimiento teórico y realista (desde la investigación directa,trabajos de campo, recogiendo y estudiando investigaciones que hacen otros sobre estos temas...) para poder elaborar nuestra propia posición y detectar las diferentes situaciones que existen. Otro aspecto que nos pone en contacto con los problemas y lasdemandas que pueden tener las confesiones minoritarias es la relación que tenemos con ellas, nuestro apoyo tanto a las estructuras como a las comunidades a través de la realización de proyectos. Eso y nuestras propias investigaciones (ahora estamos a punto de concluir un estudio por comunidades autónomas) hacen posible que tengamos todo un mapeo de España, y poder conocer la situación tanto cuantitativa como cualitativamente. Esto a lo que nos lleva es a la propuesta práctica de modelos de gestión pública que defienda el ejercicio y el derecho de la libertad religiosa.
Remontándonos a lo que decíamos antes de que España es a día de hoy un país religiosamente plural, sin embargo vemos que la gestión del plurarismo muchas veces no es como debería. No es plural. Yo creo que no hay una intención de que esto sea así, sino que es fruto de una inercia, de que no se ponen en práctica las nuevas demandas que en cambio el marco legislativo sí contempla.

¿Por qué os llamáis Pluralismo y Convivencia?

Bueno, ciertamente son dos palabras muy relacionadas: si a algo nos tiene que abrir el pluralismo es a una mayor convivencia. Creo que el elemento religioso es un elemento vertebrador para la sociedad, un elemento identitario de las personas que profesan distintas confesiones, y por lo tanto, un elemento muy importante. Lo que hay que tener es un molde amplio donde quepamos todos.

¿Crees que las Administraciones no siempre han sabido entender esa importancia del factor religioso en la vida de las personas, que tiene una trascendencia pública y relacional?

La gestión se suele fijar más en otros elementos, de carácter económico o educativo (que por supuesto son vitales), pero por detrás de todos ellos muchas veces está el factor religioso, que es un factor que siempre está más de fondo. Además creo que es algo sencillo de gestionar. Lo que hace falta es partir desde ese previo, arrancar desde esa perspectiva. Creo que eso eliminaría muchos problemas, porque facilitaría mucho lacohesión social, que es algo por lo que nuestras Administraciones tienen que velar: una cohesión social que nos permita una convivencia lo más armónica posible. Y la cohesión social está muy marcada por la fe y por la confesión de cada uno, porque en cuanto sientes que un elemento que es vital y fundamental para ti no está siendo considerado, te sientes fuera. Y creo que algo por lo que tenemos que trabajar es por incluir a todos en la construcción de una sociedad común.

La Fundación nació con una Administración socialista y se ha mantenido con una Administración popular. ¿Parece que la gestión del pluralismo religioso se considera un asunto de Estado?

Es que lo que estamos hablando no tiene que estar sometido a los Gobiernos políticos. Tanto un Gobierno como el otro han dado importancia a este factor, y desde luego que desde la Fundación siempre se ha trabajado este tema como una cuestión de Estado, porque es algo que va a permanecer esté quien esté. Un logro muy bueno es que ha entrado en el paquete de la gestión política. Ha entrado en las políticas públicas y no debe desaparecer. Es un factor que condiciona mucho la política de Estado de un país, y nosotros siempre lo hemos enfocado desde ahí.

Además, a pesar de la reducción del sector público que ha afectado a numerosas instituciones, nosotros hemos sobrevivido, y creo que esto también supone un respaldo por parte del actual Gobierno a la gestión de la cuestión religiosa.

Hace un par de años que creasteis un Observatorio para el Pluralismo Religioso en España, que ofrece imágenes, datos y realidades que antes estaban un poco más escondidas. ¿Que frutos está dando el Observatorio? ¿Cuál sería el boceto de las principales presencias religiosas arraigadas en nuestro país?

El Observatorio inició su andadura en julio de 2011, pretendiendo ser un modelo de gestión pública de la diversidad religiosa. En él participan la Administración del Estado y las Administraciones autonómicas, también las propias confesiones y un grupo de investigadores. Creo que esta composición facilita muchísimo sus objetivos, porque están los implicados en la gestión como los implicados en el asunto que se está gestionando. 

Los mapas de nuestras investigaciones se trasladan al Observatorio para reflejar en cada municipio cuál es la presencia de la diversidad religiosa, los lugares de culto que hay, la normativa legal...y también está dando orientaciones de gestión. Para que el gestor (bien el político al que le toca tomar decisiones, o el funcionario al que le toca aplicarlas) pueda en todo momento saber cómo lo puede hacer de una manera que está ajustada a la ley y a la realidad. 

Respecto a la situación actual de las religiones en España, tenemos cuatro confesiones con concordato: la Iglesia católica, los protestantes (la Federación Española de Entidades Religiosas Evangélicas tiene firmado desde el año 92 un acuerdo de cooperación con el Estado), la Federación de Comunidades Judías de España, y la Comisión Islámica de España. Estos concordatos salvaguardan una serie de derechos y les confiere un determinado estatus a las confesiones citadas en relación con el Estado. A parte de éstas, hay otras cuatro confesiones de notorio arraigo: budistas, mormones, Testigos de Jehová y ortodoxos. Y después hay una serie de confesiones que tienen derechos reconocidos en la Constitución y en la Ley de Libertad Religiosa, pero no tienen acuerdo ni reconocimiento de notorio arraigo (porque son algo más minoritarias o porque no tienen la trayectoria histórica que tienen las otras).

¿Cuál es la diferencia entre reconocer el "notorio arraigo" de una confesión y que la confesión tenga acuerdo?

El notorio arraigo es un previo, que va sobre todo en función del número de miembros que tiene una determinada confesión (también según su trayectoria histórica, su presencia en nuestro país), que el Gobierno reconoce a una confesión con vistas a la firma de un acuerdo. En el acuerdo ya se visibilizan y se concretan aquellos derechos que tiene la confesión. Es decir, las confesiones de notorio arraigo están reconocidas, pero no tienen acceso a convenios educativos, de pastoral pública en prisiones, hospitales, etc. Todo eso tiene que estar regulado con un acuerdo. Es decir, podrían acceder también a una prisión, por ejemplo, en función de la ley de libertad religiosa; pero no con la estabilidad de un capellán o de un asistente religioso de las religiones que tienen acuerdo firmado.

¿Muchas confesiones se quedan "estancadas" en el notorio arraigo, sin llegar a firmar acuerdo?

Para acceder al acuerdo las confesiones lo tienen que solicitar al Gobierno, pero el Gobierno tiene que acceder a su firma. Es decir, tiene que entender que ése es el camino para todas las confesiones. Pero eso es decisión política del Gobierno. El último acuerdo que se firmó fue con la comunidad islámica, y posteriormente no ha habido ninguno más.

Estos días habéis desarrollado vuestro primer Congreso, sobre el diálogo...

Sí, un Congreso internacional. La Fundación Pluralismo y Convivencia es quien ejerce la gestión más directa del Observatorio, pero éste está formado también por el Ministerio de Justicia y por la Federación Española de Municipios y Provincias. Este primer Congreso es una manera de hacer público a nivel internacional el Observatorio, aunque ya ha tenido su propio reconocimiento (porque fue reconocido como buena práctica por la Unión Europea). Lo que pretendíamos también es que el Congreso haya sido eminentemente práctico e ilustrativo para nosotros, y que nos sirva para aprender a gestionar mejor, contrastando nuestros modelos con otros modelos internacionales para poder impulsar y mejorar nuestros sistemas de gestión pública (también contando con la presencia de los Ayuntamientos, que en el ámbito de la gestión de la diversidad religiosa son los espacios donde realmente se verifica y se concreta el ejercicio del derecho de la libertad religiosa). Ahí es donde te sientes incluido o te sientes fuera. 

El Congreso aborda fundamentalmente tres elementos: políticas públicas (tanto de nivel estatal como local) y los sistemas de observación y de análisis de estas políticas;investigación (a partir de investigaciones actualmente en marcha en el ámbito universitario, a nivel internacional y de España); y por último, las propias confesiones, que han hablado también de cómo ven ellos la situación y qué necesidades de gestión pública encuentran.

En cuanto a gestiones estatales, hemos analizado la de España, la de Canadá y la de Turquía. A nivel de ayuntamientos, hemos tenido en la mesa el de Londres, el de Toronto y el de Singapur y cuatro españoles (además de Ceuta, que es también ciudad autónoma) que se han distinguido por alguna buena práctica en cuanto al planteamiento de la gestión de la diversidad. 
Se celebra en Casa Árabe y terminará hoy a mediodía.

Me gustaría mencionar que este proyecto ha surgido gracias al apoyo de distintas instituciones: Casa Árabe (lógicamente), el Centro de Diálogo Intercultural e Interreligioso Rey Abdullah , KAICIID (que está en Viena, y del que España forma parte -fruto de la Alianza de Civilizaciones-) y las embajadas de Estados Unidos y Canadá. Todas estas entidades han colaborado en este espacio rico para el contraste de experiencias y para el aprendizaje mutuo. Nuestro objetivo principal es poder implementar acciones y modelos de gestión en el ámbito municipal.

¿Queréis "exportar", en la medida de lo posible, las buenas práctica que habéis desarrollado en estos ocho años de trabajo?

Sí, queremos exportarlas y expandirlas también hacia dentro, en nuestro país. Por eso este año tenemos planteada como un eje fundamental la formación, tanto para las entidades religiosas (para que conozcan ellas mismas cuáles son sus derechos y sus posibilidades de interlocución y negociación con las Administraciones públicas), como para los Ayuntamientos (no para definir el problema, que ya está estudiado y existen modelos, sino para que vayan calando y empiecen a implementarse).

¿Cambian mucho las soluciones según sean para grandes ciudades o para municipios rurales, y según sean para una comunidad religiosa o para otra?

Sí, y eso implica tomar decisiones, porque los ayuntamientos se encuentran muchas veces con situaciones de conflicto que deben ser resultas siempre en base al Estado de Derecho en el que estamos. Hay veces que los vecinos no entienden la apertura de un nuevo lugar de culto, que no entraña ningún peligro ni problema, pero que para ellos es novedoso. En situaciones así hace falta apoyo a la confesión que en ese momento se encuentra en minoría, de acuerdo al Estado de Derecho.

Creo que esto, al final, no nos trae más que beneficios. Las situaciones de pluralidad siempre suponen riqueza. A veces nos cuesta descubrirlo, pero por ello el papel de los políticos consiste en poder enfrentar una mirada más allá del momento presente, para tratar de construir la sociedad del futuro. Creo que el día de hoy lo requiere.

¿La clave es dejar atrás el debate entre blancos y negros, y apostar por las distintas tonalidades?

Eso es. Desde la Fundación estamos muy ilusionados con nuestros proyectos, y personalmente pienso que dos de los grandes patrimonios que tiene Pluralismo y Convivencia son su equipo (que lleva mucho tiempo trabajando con implicación y con profesionalidad -no hace falta ni decirlo: los resultados están ahí-) y la actitud de colaboración por parte de las confesiones, lo que resulta fundamental. Esto sin las confesiones no se puede hacer, pero afortunadamente creo que han comprendido el proyecto y saben que tienen que estar en él, porque en el fondo saben que lo que está en juego son sus propios derechos, porque ya han tenido frustraciones en su andadura y saben que tienen que estar día a día en ello. Nosotros contamos con el apoyo de las confesiones, las sentimos muy cerca, y esto es también un acicate para nuestro trabajo.

¿Trabajando por el pluralismo mejoraremos la convivencia?

Seguro.

FUENTE:
religiondigital.com


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