Lo celebran juntos por primera vez
en muchos años
Ucrania, Rusia y Bielorrusia celebran los 1.025 años de su cristianización
En la capital ucraniana se han celebrado estos días los 1.025 años desde la cristianización de la histórica Rus de Kiev (predecesora de las actuales Rusia, Ucrania y Bielorrusia) en el primer aniversario importante desde la desintegración de la atea Unión Soviética.
Después de más de medio siglo de persecuciones, los ortodoxos de las tres antiguas repúblicas soviéticas celebraron por primera vez en muchos años un acontecimiento histórico no sólo para los creyentes, sino para los tres países que hoy se erigen sobre las ruinas de la URSS.
La incorporación de la Rus de Kiev a la fe cristina del entonces Imperio Romano de Oriente (Bizancio) articuló el primer Estado eslavo oriental formado justo un siglo antes para integrar a bielorrusos, ucranianos y rusos, y vinculó para siempre estos pueblos con la cultura europea.
Un millar de personas recibieron a Kirill, patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Moscú y de toda Rusia (IOR) en la que se integra la Iglesia Ortodoxa Ucraniana (IOU), en el Monte de Vladímir a orillas del río Dnipro en la capital ucraniana, coronado con la estatua del príncipe San Vladímir el Grande.
El patriarca ruso encabezó el rezo para recordar a los congregados que Rusia, Bielorrusia y Ucrania celebran algo más que el 1.025 aniversario de su cristianización.
"Hoy no sólo celebramos los 1.025 años de nuestra historia, ascendente desde la cristianización en el Dnipro, sino también y de una manera especial celebramos los 25 años que han transcurrido desde la conmemoración del milenio (de la cristianización). Son años de la segunda cristianización de Rus", dijo Kirill.
El jefe del Patriarcado de Moscú también recordó al histórico príncipe San Vladímir el Grande, que adoptó a finales del primer milenio después de Cristo la religión cristiana del Bizancio, que se separaría del catolicismo apostólico de Roma medio siglo más tarde para formar en 1.054 la rama del cristianismo ortodoxo.
Los jefes de nueve iglesias ortodoxas de todo el mundo tomaron parte en la plegaria, entre ellos el jefe de la Iglesia Ortodoxa de Jerusalén, Teófilo III; el patriarca de Alejandría, Teodoro II; el jefe de la iglesia georgiana, Iliá II; el patriarca búlgaro, Neófito; el líder de los ortodoxos serbios, Irineo; y el arzobispo de Chipre, Jrisóstomos II.
También los presidentes de Ucrania, Víctor Yanukóvich; de Rusia, Vladímir Putin; de Moldavia, Nikolae Timofti, y de Serbia, Tomislav Nikolic, participaron en el acto que conmemora los 1.025 años desde que Rus de Kiev -primer estado eslavo oriental que integraba a bielorrusos, ucranianos y rusos- adoptara la religión cristiana ortodoxa en el año 988.
"Nos alegramos de veros juntos de pie. Demuestra vuestra unidad, y juntos a ustedes la unidad de nuestros pueblos no sólo en el hecho histórico que celebramos, sino en todo aquello que ha supuesto la cristianización para nuestro pueblo", subrayó Kirill.
Los delegados de las nueve iglesias ortodoxas llegaron a Kiev desde Moscú en un tren especial que después de las celebraciones continuará su travesía hasta Minsk, capital de Bielorrusia, para luego volver a Rusia.
En un vagón especial del mismo tren llegó a la capital ucraniana una de las principales reliquias de los cristianos ortodoxos, la cruz en la que según la tradición fue crucificado hace dos milenios el apóstol San Andrés, uno de los fundadores de la iglesia cristiana del Imperio Bizancio.
La cruz del primero de los doce apóstoles, el primero que creyó las palabras de Jesús, pasará el fin de semana en el Monasterio de las Cuevas de Kiev, uno de los primeros en la historia y principales templos para los ortodoxos ucranianos, rusos y bielorrusos.
En los días anteriores, cientos de miles de peregrinos rindieron tributo a la reliquia primero en San Petersburgo (Rusia) y luego en Moscú.
FUENTE: EFE
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