Eloy Bueno: «La unidad de los cristianos nos hará más eficaces en nuestra misión»
El obastáculo mayor es "la costumbre de haber vivido durante muchos siglos de espaldas"
El decano de la Facultad de Teología del Norte de España, con sede en Burgos, el catedrático Eloy Bueno, intervino en la Semana de la Oración por la Unidad de los Cristianos, que organizó la Delegación de Relaciones Interconfesionales de la Diócesis de Palencia. Asegura que "la división no sólo es un antitestimonio", sino que, además, "nos hace menos eficaces en nuestra misión". Pero, aún así, se muestra optimista y reconoce que "si hace 40 o 50 años nos hubieran dicho que íbamos a estar lo cerca que estamos ahora, seguro que nadie se lo hubiera creído".
-Por dos razones. En primer lugar, porque la división es un antitestimonio, y en segundo lugar, porque es el único modo de ser más eficaces en la misión que todos tenemos que llevar adelante.
-¿Y cuál es esa misión?
-Seguir siendo testigos del Evangelio, y lo que yo suelo denominar como 'el sueño de Dios sobre la humanidad'. Si estamos divididos los que tenemos la misma misión, resulta un antitestimonio, y a veces también un escándalo.
-¿Qué es lo que impide llegar a la unidad?
-La costumbre de haber vivido durante muchos siglos de espaldas. Esta costumbre es lo que va radicalizando las diferencias, y parece que son contraposiciones lo que podía ser un enriquecimiento común.
-¿Qué grupos de cristianos son los que buscan la unidad?
-En el mundo cristiano podemos decir que la mayoría busca la unidad, pero también es cierto que hay grupos de carácter cristiano que no la buscan. La tarea de unirse es de todos, porque la gran tentación es decir que los demás vengan, pero hay que hacer otra matización que parece muy teológica, pero que es muy importante: el camino de la unidad está equivocado si decimos que nosotros tenemos que unirnos, porque en realidad el cristiano tiene que reconocer que eso es gracia de Dios.
-¿Quiénes no quieren unirse?
-Hay grupos de carácter sobre todo evangélico, que algunos tienen carácter fundamentalista o las corrientes más de carácter sectario, que están cerrados a la unión porque se clausuran en sus propias identidades.
-¿Es optimista ante la unión?
-Hay un motivo para ser optimista: si hace 40 o 50 años nos hubieran dicho que íbamos a estar lo cerca que estamos ahora, seguro que nadie se lo hubiera creído. Lo que hemos conseguido es algo ya irrenunciable, pero este optimismo tiene que estar cargado de paciencia y de fortaleza.
-¿Cuándo comenzó la Iglesia a trabajar en la unidad de los cristianos?
-A raíz de la celebración del Concilio Vaticano II. Juan XXIII convocó este concilio poniendo como una de las prioridades la unidad de los cristianos. Desde entonces, todos los papas han sido muy comprometidos.
Fernando Caballero “El Norte de Castilla”
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