Benedicto XVI ha afirmado que la libertad religiosa "es un arma auténtica de la paz" porque "puede cambiar y mejorar el mundo", en su Mensaje por la celebración de la 44 Jornada Mundial de la Paz, que lleva por título 'Libertad religiosa, camino para la Paz'.
El Pontífice ha subrayado que este año "ha estado marcado lamentablemente por persecuciones, discriminaciones y terribles actos de violencia y de intolerancia religiosa" y ha recordado los ataques contra los cristianos en Irak y la violencia en Tierra Santa, Africa y Asia.
Según ha afirmado el Pontífice, el fanatismo o el fundamentalismo son "prácticas contrarias a la dignidad humana" y que "nunca se puede justificar y mucho menos si se realizan en nombre de la religión". Benedicto XVI ha recordado que la libertad religiosa "es condición para la búsqueda de la verdad" y que no puede ser impuesta "por la violencia".
Asimismo, el Papa ha hecho un llamamiento a las naciones para que defiendan "a las minorías religiosas" que "no constituyen una amenaza contra la identidad de la mayoría" sino que son "una oportunidad para el diálogo y el recíproco enriquecimiento cultural".
El Papa ha defendido de nuevo la diferencia entre laicismo o secularismo y la laicidad positiva, como ya declaró en la entrevista en el avión en su último viaje a España y ha asegurado que el fundamentalismo religioso y el laicismo "son formas especulares y extremas de rechazo del legítimo pluralismo y del principio de laicidad".
Según ha explicado Benedicto XVI, tanto el fundamentalismo como el laicismo "absolutizan una visión reductiva y parcial de la persona humana". Además, ha sostenido que la sociedad que quiere "imponer o negar la religión con la violencia" es injusta "con la persona y con Dios, pero también consigo misma".
Por otra parte, Benedicto XVI ha expresado "su deseo" de que en Occidente, especialmente en Europa, "cesen la hostilidad y los prejuicios contra los cristianos" por el hecho de que intentan "orientar su vida en coherencia con los valores y principios contenidos en el Evangelio".
El Pontífice ha señalado que "se dan formas más sofisticadas de hostilidad contra la religión" en los países occidentales que "se expresan a veces renegando de la historia y de los símbolos religiosos", unos símbolos que reflejan "la identidad y la cultura de la mayoría de los ciudadanos".
Benedicto XVI ha insistido en que "estas formas fomentan el odio y el prejuicio" y no coinciden "con una visión serena y equilibrada" del pluralismo y la laicidad de las instituciones. Según ha advertido el Papa, en Occidente existe el riesgo "para las nuevas generaciones" de perder el contacto "con el precioso patrimonio cultural de sus países".
Benedicto XVI ha insistido en que "estas formas fomentan el odio y el prejuicio" y no coinciden "con una visión serena y equilibrada" del pluralismo y la laicidad de las instituciones. Según ha advertido el Papa, en Occidente existe el riesgo "para las nuevas generaciones" de perder el contacto "con el precioso patrimonio cultural de sus países".
El Papa ha manifestado que espera que Europa "sepa reconciliarse con sus propias raíces cristianas" que son "fundamentales" para comprender el papel que ha tenido, "que tiene y quiere tener en la historia".
Además, el Pontífice ha asegurado que la Iglesia "defiende al hombre en su propia dignidad" y que la Iglesia defiende la libertad religiosa "de cada hombre". Según ha defendido el Pontífice, el respeto a la libertad religiosa y el derecho a la vida "es una condición para la legitimidad moral de toda norma social y jurídica".
Por último, Benedicto XVI ha recordado que en el año 2011 se cumplirá el 25 aniversario de la 'Jornada mundial de oración por la paz', que fue convocada en Asís por Juan Pablo II en 1986. El Papa ha afirmado que "en aquella ocasión" las grandes religiones del mundo "son un factor de unión y de paz" no de división "y conflicto".
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