“Oración de Taizé” en Huesca
Nuestros hermanos en Cristo que se reunen una vez al mes (el primer domingo) en Huesca para hacer un rato de oración al estilo de la comunidad ecuménica de Taizé, inspirados por el carisma de su fundador el hermano Roger, nos han mandado el texto que publicamos.
Nuestros hermanos en Cristo que se reunen una vez al mes (el primer domingo) en Huesca para hacer un rato de oración al estilo de la comunidad ecuménica de Taizé, inspirados por el carisma de su fundador el hermano Roger, nos han mandado el texto que publicamos.
Miembros del Equipo Ecuménico Sabiñánigo compartimos con ellos la última oración que realizaron, fue un rato sencillo, muy agradable, donde compartimos paz y el Amor que Dios nos tiene a los hombres, un rato de oración muy entrañable que será difícil de borrar de nuestro recuerdo.
Partiendo de un esquema sencillo, según el estilo y espíritu de la comunidad de Taizé (www.taize.fr), un grupo de personas de todas las edades nos reunimos para orar, los primeros domingos de mes, desde hace ya varios años, de septiembre a junio, en la parroquia de María Auxiliadora de Huesca.
La oración comienza a las siete de la tarde, de modo que después quienes lo deseen puedan participar en la misa vespertina de las ocho.
Mediante la repetición de cantos meditativos, que nos ayudan a penetrar en nuestro interior y a sentirnos en presencia de Dios, la lectura de la Palabra, el silencio y la meditación personal, entramos en relación con nosotros mismos, con las personas que nos rodean, con toda la humanidad y la creación entera, y con el Misterio que todo lo trasciende.
Es una oración personal y al mismo tiempo compartida, con momentos para la escucha, la reflexión, la meditación, y también para la expresión espontánea de nuestras súplicas y de nuestra acción de gracias.
Terminamos con un pensamiento, en forma de breve oración, del Hno. Roger, fundador de la comunidad ecuménica de Taizé (Francia); expresamos nuestro sentido de comunión rezando juntos la oración que Jesús enseñó a sus discípulos y que por la Escritura se nos ha transmitido, y cerramos el círculo, iniciado con un canto, con el canto final.
La oración comienza a las siete de la tarde, de modo que después quienes lo deseen puedan participar en la misa vespertina de las ocho.
Mediante la repetición de cantos meditativos, que nos ayudan a penetrar en nuestro interior y a sentirnos en presencia de Dios, la lectura de la Palabra, el silencio y la meditación personal, entramos en relación con nosotros mismos, con las personas que nos rodean, con toda la humanidad y la creación entera, y con el Misterio que todo lo trasciende.
Es una oración personal y al mismo tiempo compartida, con momentos para la escucha, la reflexión, la meditación, y también para la expresión espontánea de nuestras súplicas y de nuestra acción de gracias.
Terminamos con un pensamiento, en forma de breve oración, del Hno. Roger, fundador de la comunidad ecuménica de Taizé (Francia); expresamos nuestro sentido de comunión rezando juntos la oración que Jesús enseñó a sus discípulos y que por la Escritura se nos ha transmitido, y cerramos el círculo, iniciado con un canto, con el canto final.
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