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Un espacio propuesto por EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

miércoles, 4 de enero de 2023

LOS ORÍGENES DE LA NAVIDAD

¿CUANDO COMIENZA A VIVIRSE LA NAVIDAD?

CLAVES:
  • Los primeros cristianos ciertamente no celebraban la Navidad. La Biblia nos cuenta que los primeros creyentes se reunían de manera regular en el templo y que juntos celebraban la Cena del Señor en sus casas, “adorando a Dios con alegría y sencillez de corazón”
  • La difusión de la celebración litúrgica de la Navidad fue rápida. En la segunda mitad del siglo IV se va extendiendo por todo el mundo cristiano: por el norte de África (año 360), por Constantinopla (año 380), por España (año 384) o por Antioquía (año 386). En el siglo V la Navidad es una fiesta casi universal

TEXTO SOBRE LOS ORÍGENES DE LA CELEBRACIÓN DE LA NAVIDAD

Los cristianos de la primera generación, es decir, aquellos que escucharon directamente la predicación de los Apóstoles, conocían bien y meditaban con frecuencia la vida de Jesús. Especialmente los momentos decisivos: su pasión, muerte redentora y resurrección gloriosa.

También recordaban sus milagros, sus parábolas y muchos detalles de su predicación. Era lo que habían oído contar a aquellos que habían seguido al Maestro durante su vida pública, que habían sido testigos directos de todos aquellos acontecimientos.

Acerca de su infancia sólo conocían algunos detalles que tal vez narrara el propio Jesús o su Madre, aunque la mayor parte de ellos María los conservaba en su corazón

Cuando se escriben los evangelios sólo se deja constancia en ellos de lo más significativo acerca del nacimiento de Jesús. Desde perspectivas diferentes, Mateo y Lucas recuerdan los mismos hechos esenciales: que Jesús nació en Belén de Judá, de la Virgen María, desposada con José, pero sin que Ella hubiese conocido varón. Además, hacia el final de los relatos sobre la infancia de Jesús, ambos señalan que después fueron a vivir a Nazaret.

Mateo subraya que Jesús es el Mesías descendiente de David, el Salvador en el que se han cumplido las promesas de Dios al antiguo pueblo de Israel. Por eso, como la pertenencia de Jesús al linaje de David viene dada por ser hijo legal de José, Mateo narra los hechos fijándose especialmente en el cometido del Santo Patriarca.

Por su parte, Lucas, centrándose en la Virgen —que representa también a la humanidad fiel a Dios—, enseña que el Niño que nace en Belén es el Salvador prometido, el Mesías y Señor, que ha venido al mundo para salvar a todos los hombres.

En el siglo II el deseo de saber más sobre el nacimiento de Jesús y su infancia hizo que algunas personas piadosas, pero sin una información histórica precisa, inventaran relatos fantásticos y llenos de imaginación. Se conocen algunos a través de los evangelios apócrifos. Uno de los relatos más desarrollados sobre el nacimiento de Jesús contenido en los apócrifos es el que se presenta en el llamado “protoevangelio de Santiago”, según otros manuscritos, Natividad de María, escrito a mediados del siglo II.

En las primeras generaciones de cristianos la fiesta por excelencia era la Pascua, conmemoración de la Resurrección del Señor. Todos sabían bien en qué fechas había sido crucificado Jesús y cuándo había resucitado: en los días centrales de la celebración de la fiesta judía de la Pascua, en torno al día 15 de Nisán, es decir, el día de luna llena del primer mes de primavera.

Sin embargo, posiblemente no conocían con la misma certeza el momento de su nacimiento. No formaba parte de las costumbres de los primeros cristianos la celebración del cumpleaños, y no se había instituido una fiesta particular para conmemorar el cumpleaños de Jesús.

¿POR QUÉ SE CELEBRA EL 25 DE DICIEMBRE?

Hasta el siglo III no tenemos noticias sobre el día del nacimiento de Jesús. Los primeros testimonios de Padres y escritores eclesiásticos señalan diversas fechas. El primer testimonio indirecto de que la natividad de Cristo fuese el 25 de diciembre lo ofrece Sexto Julio Africano el año 221. La primera referencia directa de su celebración es la del calendario litúrgico filocaliano del año 354 (MGH, IX,I, 13-196): VIII kal. Ian. natus Christus in Betleem Iudeae (“el 25 de diciembre nació Cristo en Belén de Judea”). A partir del siglo IV los testimonios de este día como fecha del nacimiento de Cristo son comunes en la tradición occidental, mientras que en la oriental prevalece la fecha del 6 de enero.

Una explicación bastante difundida es que los cristianos optaron por ese día porque, a partir del año 274, el 25 de diciembre se celebraba en Roma el dies natalis Solis invicti, el día del nacimiento del Sol invicto, la victoria de la luz sobre la noche más larga del año.

Esta explicación se apoya en que la liturgia de Navidad y los Padres de la época establecen un paralelismo entre el nacimiento de Jesucristo y expresiones bíblicas como «sol de justicia» (Ma 4,2) y «luz del mundo» (Jn 1,4ss.).

Sin embargo, no hay pruebas de que esto fuera así y parece difícil imaginarse que los cristianos de aquel entonces quisieran adaptar fiestas paganas al calendario litúrgico, especialmente cuando acababan de experimentar la persecución.

Otra explicación más plausible hace depender la fecha del nacimiento de Jesús de la fecha de su encarnación, que a su vez se relacionaba con la fecha de su muerte. En un tratado anónimo sobre solsticios y equinoccios se afirma que “nuestro Señor fue concebido el 8 de las kalendas de Abril en el mes de marzo (25 de marzo), que es el día de la pasión del Señor y de su concepción, pues fue concebido el mismo día que murió” (B. Botte, Les Origenes de la Noël et de l’Epiphanie, Louvain 1932, l. 230-33). En la tradición oriental, apoyándose en otro calendario, la pasión y la encarnación del Señor se celebraban el 6 de abril, fecha que concuerda con la celebración de la Navidad el 6 de enero.

La relación entre pasión y encarnación es una idea que está en consonancia con la mentalidad antigua y medieval, que admiraba la perfección del universo como un todo, donde las grandes intervenciones de Dios estaban vinculadas entre sí.

Se trata de una concepción que también encuentra sus raíces en el judaísmo, donde creación y salvación se relacionaban con el mes de Nisán.

El arte cristiano ha reflejado esta misma idea a lo largo de la historia al pintar en la Anunciación de la Virgen al niño Jesús descendiendo del cielo con una cruz.

Así pues, es posible que los cristianos vincularan la redención obrada por Cristo con su concepción, y ésta determinara la fecha del nacimiento. “Lo más decisivo fue la relación existente entre la creación y la cruz, entre la creación y la concepción de Cristo” (J. Ratzinger, El espíritu de la liturgia, 131).

La difusión de la celebración litúrgica de la Navidad fue rápida. En la segunda mitad del siglo IV se va extendiendo por todo el mundo cristiano: por el norte de África (año 360), por Constantinopla (año 380), por España (año 384) o por Antioquía (año 386). En el siglo V la Navidad es una fiesta casi universal.

La Navidad en tiempos de las primeras comunidades cristianas. Relatos de la infancia de Jesús en los Evangelios de Lucas y Mateo

La Navidad para los cristianos es el momento que asociamos a compartir con la familia y las amistades en un ambiente festivo el nacimiento de nuestro Salvador, Jesús.

Pero, hace 2000 años, las primeras comunidades cristianas no tenían nada de eso, e incluso, “según los historiadores, la Navidad no se celebró hasta varios siglos después. Fue la Pascua la gran fiesta original del cristianismo”.

Fue dentro de estas primeras comunidades cristianas donde se empezó a transmitir oralmente relatos de la infancia de Jesús, recogidos solamente en dos secciones del Nuevo Testamento, en Mateo y Lucas y sin mucho detalle. Se cree que la comunidad de Lucas estaba localizada en lo que hoy es Siria, y se escribió a finales del primer siglo, en los años 80.

Las comunidades que produjeron estos Evangelios estaban interesadas en el significado de lo que Dios ha hecho por la humanidad a través de Jesús. “Es impresionante porque su contenido habla de lo que ha transformado tanto el mundo: Jesús hoy es la persona de más influencia de la historia”, y actualmente hay 2.500 millones de cristianos, y casi 2.000 millones de musulmanes que lo consideran como profeta; casi la mitad de la humanidad tiene alguna conexión con Jesús.

RELATOS DE LA INFANCIA DE JESÚS

Los relatos sobre la infancia de Jesús que se narran en Lucas y Mateo nos hacen sentir cierta nostalgia y buenos sentimientos, pero las primeras comunidades no las oyeron de esa manera. “Estas eran comunidades que eran minorías mayormente desconocidas y que siempre estaban amenazadas y el mundo entero asumía la existencia de varios dioses. Era otra manera de interpretar la realidad”.

Si prestamos atención, Lucas y Mateo presentan el nacimiento de Jesús con unas conexiones socioculturales y hasta políticas muy impresionantes. La razón principal de estos relatos es teológica, pero ambos quieren aportar y expresar lo que los cristianos habrían experimentado: la gracia de Dios en Jesucristo, que Dios había hecho algo totalmente único y singular en Jesús.

Que en Jesús, Dios venía a nuestro mundo en solidaridad con el ser humano y el humilde nacimiento de Jesús es una gran expresión de ello. Jesús es más que un profeta, más que un gran maestro de ética, de moral, es la faz de Dios entre nosotros.

Sabemos que Jesús es ejecutado por ser considerado una amenaza política. Le ponen el título de Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos, lo coronan con una corona de espinas como burla hacia Él, y hacia el pueblo judío. El gobernador romano, Poncio Pilato, básicamente le dice al pueblo judío que este tipo de rey es el único que ellos van a lograr en su historia y, al mismo tiempo, esta opresión del imperio queda expuesta por su crueldad.

Los estudiosos han notado que Lucas tiende a contraponer a dos figuras. A Jesús y a Augusto César, el emperador romano que emite un edicto para que se hiciera un censo “de todo el mundo habitado”. Como consecuencia de este decreto, José debe volver a Belén y se lleva a María, quien ya esperaba al niño Jesús.

Por un lado, se conocen los grandes triunfos y logros de Augusto Cesar, cuyo nombre original era Octavio: logró unificar los pueblos alrededor del mar mediterráneo bajo el imperio romano, evidenció una época de gran prosperidad económica como el mundo no había conocido, modernizó el mundo y también trajo paz.

Por otro lado, esta Jesús. Lucas narra que en esa época el ángel del Señor se les apareció a unos pastores con un mensaje:

“No temáis, porque os traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo; porque ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. Y esto servirá de señal: encontrarán a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre” y en ese momento una multitud de ángeles glorificaron a Dios diciendo: “¡Gloria a Dios en el Cielo y paz en la tierra para todos los que Dios ama!”.

Vemos aquí no solamente los títulos que se le habían dado a Augusto: Señor, Salvador, Emperador, Mesías. Su mismo nombre, Augusto, que significa venerable e hijo del divino por ser sucesor de Julio Cesar, que era considerado divino. Pero también se le otorga el gran logro del Imperio Romano que es la Pax Romana. Con Jesús se habla de otra paz, una paz que viene del más allá, que viene de Dios.

La comunidad que escribió esto era una comunidad que tenía mucho coraje en proclamar que el que iba a tener más influencia en el mundo no iba a ser el que todos en ese tiempo hubieran asumido; grandes emperadores, monarcas, filósofos, si no, el que menos se esperaba, un judío crucificado en Palestina.

Y ellos hacen esta proclamación en este Evangelio, no cuando eran comunidades impresionantes. Ellos hicieron esta proclamación de esta fe cuando eran comunidades siempre al margen de la sociedad.

En los evangelios encontramos a Dios que viene al mundo en la vulnerabilidad de un niño, en la vulnerabilidad de la humanidad.

La divinidad nos toca y viene a nuestro encuentro en una forma completamente única y que nos transformará y transformará el mundo con el amor, que es el único poder, y es el único que cura, que brinda esperanza, que trae luz, que es imaginativo, que es creativo, que abre un camino cuando no hay camino y este es el Dios que se revela aquí.

Es una verdadera revolución cuando Jesús, en el Evangelio de Lucas, va a la sinagoga, en el día de descanso como era costumbre, y lee lo que sería su discurso inaugural: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres. Me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos, y la recuperación de la vista a los ciegos; para poner en libertad a los oprimidos”.

Son palabras muy poderosas. Esa es su agenda y los cristianos que siguen a Jesús tienen que hacer algo como esto también. Para los cristianos leer estos relatos de los Evangelios nos confirma nuestra fe, la fortalece y también nos enseña como seguir a Jesucristo.

En la Navidad no solo se celebra un relato del nacimiento de Jesús, sino el significado de quien es Jesús. La Navidad es una oportunidad para conectar con los textos bíblicos, a lo mejor leer los Evangelios de principio a fin.

AUTORES:
Francisco Varo, profesor de Sagrada Escritura en la Facultad Teología de la Universidad de Navarra.
George Rodríguez, profesor adjunto de la Universidad St. Thomas 

FUENTE:


AGENDA – PRÓXIMOS ACTOS


18 - 25 enero 2023

Semana de Oración por la Unidad de los cristianos

18 enero 2023 - 18'00 horas

Curso de Formación bíblico-ecuménica, "Una caravana de Hermanos"
Mesa de Teología ecuménica en el octavario para la unidad de los cristianos
Centro Ecuménico "Julián García Hernando", c/ José Arcones Gil, 37 - 2º
MADRID
ON LINE

18 enero 2023 - 20'00 horas

Oración Ecuménica por la Unidad de los Cristianos 2023
Predica: Jesús Escalona, sacerdote católico romano, párroco de Broto (Huesca)
Iglesia de Cristo Rey, plaza de España, 2
SABIÑÁNIGO (Huesca)

23 enero 2023 - 17'00 horas

Oración Ecuménica por la Unidad de los Cristianos 2023
Predica: Jesús Escalona, sacerdote católico romano, párroco de Broto (Huesca)
Iglesia parroquial San Pedro, calle de la Santa Cruz, 19
BROTO (Huesca)

31 enero 2023 - 18'00 horas

Curso de Formación bíblico-ecuménica, "Una caravana de Hermanos"
Tema: La búsqueda de la paz en el movimiento ecuménico por el pastor Ramiro Arroyo
Centro Ecuménico "Julián García Hernando", c/ José Arcones Gil, 37 - 2º
MADRID
ON LINE





1 comentario:

  1. Gran labor de información, divulgación, formación, gracias por vuestro trabajo

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