Todos juntos
Un espacio propuesto por EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

jueves, 8 de diciembre de 2022

LOS PENSAMIENTOS DE KOLDO

"Navidades sin estruendo"


por Koldo Aldai

PLAN DE LUZ Y DE AMOR

Hoy hace un lunes de perros, pero los pájaros y su encanto alado, diminuto llaman a la ventana. Reclaman su cuota de sésamo sin tostar, arroz viejo y migas sobrantes. Me ablandan el corazón desde primera hora de la mañana. No olvidan la ventana que picotearon el invierno pasado. La leñera guarda seca y abundante encina y en el frigorífico no falta comida. En la mesilla tengo un libro cautivador que me reservo para cuando caiga el día y el móvil esconde músicas celestiales que aún no he escuchado. Mis dedos acarician de buena mañana un teclado con el cual puedo sembrar luz y esperanza por todo el mundo.

¿Qué más puedo pedirle a Dios y a la Vida que me ha regalado…? Entre estas cuatro paredes, a lo largo del día de hoy, yo podré hacer un cielo o una guarida del bajo astral. Sé muy pocas cosas, pero alcanzo a comprender que a esta estancia puedo convocar a elevados seres que me inspiren, o a entidades de baja dimensión que me sepulten en el barro. Es mi exclusiva decisión. Todo depende de dónde coloque mis pensamientos y mis sentimientos, por supuesto mis palabras. Por si acaso los he puesto ya a caminar, a escalar alto de buena mañana. Por encima de todo quiero volver a sacar del zurrón del costado una y otra vez semillas vigorosas, fértiles y prometedoras.

Hace un día de perros, vivimos un tiempo difícil, pero no andamos a la deriva. Por nada del mundo nos puede ganar la crisis, la apatía y la ventana sólo aparentemente triste. Los pájaros y su tierna presencia son en nuestros alfeizares. La humanidad ha sido y es asistida por Grandes Almas. La guerra vuelve cercana cuando menos lo imaginábamos, hay demasiadas leñeras y frigoríficos vacíos, aún vuelan misiles sobre las cabezas de nuestros hermanos, pero más allá de todo ello hay un Plan Superior de Amor y de Luz para nuestra Tierra bendita. No lo pongamos en duda con la nariz pegada a la fría ventana. Hay un Amanecer inimaginable que se anuncia tras estos lunes grises. Podamos estar a la altura de lo que se aguarda de cada uno/a de nosotros/as.

LA AUTÉNTICA NUEVA

Reconozco que paso un tiempo excesivo con las noticias, al borde de los titulares matutinos, de las tragedias planetarias y sin embargo la verdadera Nueva me la trae el Sol cada mañana. Relego sus titulares que me alcanzan en forma de gozosa luz otoñal. Reconozco que me sumerjo en exceso en un tiempo y sus avatares y obvio un permanente Brillo Emancipador. Olvido un contexto más revelador, liberador, al tiempo que amplio y profundo.

La tragedia planetaria deberá esperar por lo menos a saludar en lo íntimo al Padre-Madre, a saludar a la Creación que llama a la puerta, a agradecer la Vida que retorna. El sol acaricia mi entero rostro cuando salgo al balcón con la oración matutina en los labios y me asalta un sentimiento de agradecimiento por todo ese otoño ya desbordado. Me gana la nostalgia de la Luz, del calor fraterno, tras haber recorrido de Norte a Sur el mundo y sus tragedias. Obviamos, obvio lo sustantivo. Pese a todas las noticias luctuosas y la ración de aflicción y misiles atroces, el Sol asoma tras las montañas, la tierra amanece empapada de lluvia y por lo tanto de esperanza, la amable vecina me trae con sonrisa plena membrillos y tomatitos de su huerta, en la habitación suena una música sublime y se abre un fin de semana colmado de hojarasca…

Tras el periódico cuesta emerger a la Clara Luz. El mundo es infinitamente más grande y luminoso de lo que nos pinta “El País” cada mañana. Nada que reprochar al primer rotativo español, cumple su misión, sólo cuestiono mi foco despistado. Los medios de comunicación no siento que me manipulen, no tumban, ni retuercen mis valores y principios que han ido calando bien hondo a lo largo de la vida, pero sí estrechan mi marco, mi ventana al mundo. Empequeñecen mi mente, la reducen, la acostumbran a los escombros, al lamento, al dolor y la confrontación humana. Los medios de comunicación encajonan mis pensamientos, me opacan en buena medida la luz del Sol. Interfieren en exceso con su constante polvareda entre el Padre y servidor.

Malformación congénita de difícil curación. No conseguiré quemar el periódico y su tremenda oferta. Sé que el resto de mis días seguiré al borde de la noticia, quiero seguir volcando esperanza sobre la intensa actualidad, pero he de salir más a menudo al balcón a afianzar la unión con mi Padre, al encuentro con la Verdadera Luz, a la cita diaria con la Sustantiva Realidad.

BLACK FRIDAY

Necesitamos cabellos al viento en Irán, deserción masiva en Rusia, cielo limpio en Ucrania, pozos en las aldeas de la India, lápices de muchos colores en las escuelitas de África… Necesitamos hielo duro en la Antártida, sólida paz entre las naciones, amabilidad en nuestro Palacio de Congresos, fin a la eterna trifulca partidaria... Necesitamos que cese el sufrimiento, la confrontación, la falta de respeto, la obscenidad, el mal gusto…

No necesito que la furgoneta de Amazon ponga otra vez rumbo acelerado a mi alejada casa perdida en el bosque, que el agotado repartidor llame por enésima vez a mi puerta. Cuando ya no busque “tener”, podré empezar a “ser”...

¿QUÉ COMPRARÉ MAÑANA?

¿Hasta cuándo seguiré mareando al repartidor? ¿Qué nueva inutilidad me traerá al detenerse en mi portal? ¿Qué vacío inmenso pretenderán en falso volver a llenar esas rebajas, estas cajas que abrimos con ya desinflada ilusión? ¡Qué huida más gastada! ¡Qué desembolso más fracasado…!

Dejaré de soñar con más cajas de cartón en mi portal. No necesitamos nada. Necesitamos árboles de otoño, aire puro y agua cristalina. Necesitamos paz en el mundo. Necesitamos freno a los gases contaminantes, ternura para los animales, piedad y abono natural para la tierra…

No necesitamos "black fridays", sino lunes de colores. No deseo ver ningún listado de ofertas. Que me traigan el catálogo en policromía y brillo de los nuevos paisajes, de los nuevos soles, de la nueva Aurora, sobre todo de la nueva humanidad instalada en su alma renacida, no en sus vanos lujos, inaugurada por fin en paz, amor y fraternidad.

MÁS AMOR, MENOS IDEOLOGÍA

Ingeríamos muchas vitaminas y minerales, sobre todo mucho amor en aquella paella que siempre estaba pasada. Estábamos acostumbrados a su arroz de los domingos inevitablemente convertido en puré. Metía todos los ingredientes, bichos incluidos, en la olla a presión y se quedaba plantado ante el fuego con el reloj en mano. Creo que medía el tiempo que correspondía a una olla sin presión, pues el arroz siempre aparecía deshecho. Nadie osó jamás quejarse. Lo comíamos encantados, no le faltaba gusto. De alguna forma sentíamos que estábamos tomando una ofrenda cuyo principal destinatario era mi madre. Ese arroz pasado estaba hervido en el vapor de la inocencia, disuelto en el caldo intenso, pero nada picante del incondicional cariño. Representaba un sencillo detalle de amor colocado en la mitad de la gran mesa festiva al que ya estábamos acostumbrados.

Mi padre entraba también en la cocina todas las noches, él era el artífice de sus huevos fritos con chistorra y bien de aceite para su cena. Con el tiempo fue sumando responsabilidades. Cuando el ruidoso y gran fregaplatos se detenía, él era también el encargado de devolver los enseres a los armarios.

Somos los herederos de una gloriosa generación cuya exclusiva prédica se limitó al tan discreto como inolvidable ejemplo. Necesitamos más de un amor reservado y silente, menos aireado y televisado. Mi padre no tenía una educación de género, simplemente estaba enamorado. Era un hombre de leyes, pero la primera de todas era la devoción que profesaba a su consorte y compañera del alma. Entendía perfectamente que en una familia prolífica tenía que descargar a mi madre de peso, hacerle la vida más sostenible y llevadera.

Necesitamos más amor y menos ideología. “Cargar” con la principal responsabilidad de un hogar, no es necesariamente sinónimo de infierno, puede también representar lo contrario. Necesitamos más colocarnos en el lugar del otro/a, más mutua comprensión, más detalle cotidiano, sencillo, que manual; más lógica responsable que doctrina. Empezar a hablar de cuotas puede ser empezar la complicación. Si racionamos la entrega puede ser que las cosas no terminen de armonizar. Medir al milímetro la contribución de cada quien en el hogar puede ser el arranque de su descalabro.

En cada tiempo hemos de apurar el progreso hasta su límite. El que no conciba a mi padre con delantal y fregona, no quiere decir que hoy evidentemente no debamos ir mucho más lejos. Los hombres hemos de arremangarnos, calzar el delantal y los guantes de goma que llevaban tiempo aguardándonos. Tenemos que esmerarnos, no sólo con la olla a presión, sino también con las otras tareas más ingratas y cotidianas. Tenemos que cumplir con los elementales deberes de los que nos hemos, desde una era inmemorial, escaqueado. Nadie ha de limpiar lo que nosotros ensuciamos. Es hora ya de aplicarnos más a fondo en el compromiso hogareño, de que afrontemos las tareas menos sugerentes, privadas de connotación de género como puede ser la limpieza. Sin embargo, deberemos dejar también a un lado el cronómetro. En la repartición no deberá salir perjudicada la mujer, pero en realidad cada quien gana cuando lleva adelante tareas que se ajustan más con sus dones, conocimiento e inclinaciones.

Los varones estudiaremos sin demora los recetarios de las últimas ollas, los revolucionarios programas de las lavadoras, las posibilidades impensables de las nuevas aspiradoras..., pero sobre todo el arte sin tiempo, ni breviario de la armonía y la felicidad compartidas, la habilidad sin tutoría conocida de mantener siempre encendida la llama del hogar. Las directrices que emanan de fuera no siempre son las más apropiadas. Cada hogar es un mundo siempre invitado, según sus circunstancias, a autorregularse con inteligencia y amor, es decir con lógica y mutua entrega. Si calculamos la entrega estaremos mermando las probabilidades de éxito. El hogar, la familia que sale adelante es aquélla en la que cada quien trata de superarse en altruismo, algo así como el país, algo así como toda comunidad, en realidad el entero Universo.

EL GÉNERO DE LOS ÁNGELES

No conviene crear problemas donde no los hay, pues ello dificultará o incluso impedirá centrarse donde en verdad sí lo son. Estamos a merced de la ley de la polaridad. Vamos de la represión al libertinaje desnortado y tiro porque me toca. Vamos de un extremo al otro sin encontrar un centro, sin hallar un equilibrio necesario. Nuestra sociedad necesita ponderarse, hallar lógica, evitar el extremo y así ir ganando Norte.

En España, por lo menos que se sepa públicamente, no se conculcan los derechos de la infancia y la adolescencia. A nadie se le impide, una vez adquirida un mínimo de razón, decidir sobre su futuro. Cada quien será dueño, con una indispensable base de madurez, sobre el volumen de su pecho. No se le contrariará, ni perseguirá al tomar particular iniciativa. El verdadero problema es el vacío existencial de esos niños y niñas desorientados/as que buscan desesperadamente una identidad, unas raíces en un mundo que mayormente le ofrece uniformidad cultural, consumo y maquinitas.

A millones de niños les están en este mismo momento destruyendo en Ucrania sus escuelas, sus pupitres y pizarras; a millones de niños les estamos en Africa frustrando sus sueños… Ahí sí tenemos verdaderos problemas, pero nosotros invertimos nuestro apreciado tiempo abundando literalmente en el sexo de los ángeles.

NO SON TÓXICAS, SÓLO ESTÁN HERIDAS

El lenguaje significa, categoriza. La palabra adecuada y consciente es determinante a la hora de afrontar los problemas y dificultades. Por eso es tan importante cuidar el verbo. El encuentro con esas “personas heridas” tiene su trascendencia en clave evolutiva. Llamarán una y otra vez a nuestra puerta mientras la miseria del ego y el rencor anide en nuestro corazón. Lo puedo constatar en mi propio laboratorio interior.

A Su Lado tomo noción de mi miniatura. Pensar en las Grandes Almas que son capaces de abrazar al adversario me resulta de una enorme ayuda. Quien intoxica es antes que nada una persona herida, necesitada de ayuda, comprensión y compasión. En mi recorrido personal he constatado una enorme dificultad para abrazar a esas personas heridas. Ahora sé que son necesarias, que la Vida las ha puesto en nuestro camino para intentar trascender el rencor y sacar lo mejor de nosotros mismos.

Desconocía que esa inquina morara en mi interior. Escribo en realidad porque la prueba a menudo me supera. Tecleo para autoconvencerme. En realidad, pretendo que estas propias letras me acerquen al abrazo más difícil, al imprescindible, al que me permitirá proseguir mi Camino, atravesar un siguiente portal de iniciación.

Hace muy pocos días me asusté de mí mismo. Vi crecer en mi interior una peligrosa animadversión hacia una persona que ha incumplido dos veces su palabra. Me asustaron las zarpas de mi propia ira agazapada, la magnitud de mi monstruo apenas reprimido. "Tóxicos" pueden ser también los sentimientos que esas personas nos suscitan. Estoy convencido que esa persona no me ha engañado en balde, que ha venido para que yo me percate de mi propia miseria, para que pueda apaciguar mi rabia latente.

Tan menudo lo que más nos duele es lo que más necesitamos. Sin el encontronazo con esas personas problemáticas que nos sacan de nuestro centro, no podríamos crecer; no tendría sentido nuestra presencia en este campo de experimentación, por nombre vida física; no podríamos atender al imperativo de acrecentar nuestra generosidad, altruismo y amor.

ANTE LA ADVERSIDAD...

A veces abres el horno y la vida te trae sorpresas... No puedes permitirte ni un juramento, ni un segundo de lamentación. A veces el hojaldre aparece calcinado y entonces has de preparar otra masa ya sin medidas, ni pesos y ponerte con unos "spaguettis" a la carrera.

A veces quedas en manos de la generosidad de los comensales. No hay foto que valga, sólo un panorama negro y un humo que inunda toda la cocina. A veces no somos fieles al presente, damos la espalda al aquí ya ahora; la mente se escapa y la comida se pierde. Marcha la imprescindible atención y nos encontramos con una plancha colmada de carbón.

A veces hay que sobreponerse al humo, la bandeja hecha una ruina y las calamidades. A veces, sólo a veces, la Vida desea saber cómo reaccionamos ante un panorama negro, adverso; necesita comprobar nuestra fuerza de voluntad, nuestro coraje ante el dificultad, cómo hacemos frente al plato arruinado y las penalidades, cómo buscamos una música bella, volvemos a encender el horno y preparamos, con renovada ilusión, otro delicioso plato para nuestros siempre comprensivos invitados.

"MEMORIAS DE UN MONJE BUDISTA"

Llevaba ya varios días encerrado cocinando para un grupo numeroso y necesitaba algo de esa Naturaleza ataviada de avanzado otoño. Tras varios días de trabajo agotador hoy marché con Matthieu Ricard a la montaña. Admiro su ya larga e infatigable búsqueda del bien y de la bondad humanas. Me toca su historial tan colmado de renuncias, tan volcado en el servicio.

Sólo los tiros de los cazadores me sacaban de las laderas del Himalaya. La paz sólo se veía perturbada por esas tristes detonaciones tan habituales en esta temporada. Con la biografía del entrañable budista francés entre mis manos, sólo podía enviar "buena onda" a esos seres que no saben qué hacer con sus vidas, sólo podía abrazar mentalmente a esas almas despistadas que se divierten, en medio de una Naturaleza sublime, matando a sus hermanos animales.

Agradecí al Inombrable tener a la mañana entre mis manos un maravilloso libro, no una detestable escopeta.
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Los vástagos de una libertad excesiva solicitamos refugio, alero, incluso hábito… De mayor queremos ser como él, dormir a los pies de un maestro, ayudar a levantarse cuando la necesidad aprieta. Envidiamos su túnica roja y azafrán, no me atrevo a decir que también su perenne sonrisa. Quisiéramos postrarnos millones de veces al igual que él ante algún sobrecargado altar tibetano. Añoramos una faz cercana colmada de arrugas, una mirada amiga desbordada de compasión. Echamos en falta una tradición seria, unas reglas, el calor de una “shanga”, incluso una autoridad que derroche humor y no se lo crea en exceso.

… y sin embargo el destino nos arroja una vez más a la intemperie. No maldigo la condición de peregrino, pero la estepa desierta reúne tantos vientos al concluir el otoño y deshojarse los árboles… La Rosa de los Vientos nos sugiera un Norte reverdecido. Hemos de seguir errantes, levantando estupas con cemento más armado, izando en los collados banderitas de colores menos ajados, mendigando algún jirón azafrán. Hoy por hoy nos contentaremos con su larga y apasionante biografía al caer la noche, entre las tibias sábanas del despertar verdadero.

"Memorias de un monje budista"
de Matthieu Ricard
Editorial Arpa

NAVIDADES SIN ESTRUENDO

Las justas causas quizás deban aprender también a echar su freno. Quizás no sea preciso prolongar el invierno de la desolación y la muerte, no sea indispensable que los cañones sigan escupiendo destrucción y dolor. ¡Ojalá las Navidades pudieran poner punto final a esta tragedia planetaria, la copa de champán tuviera otra y poderosa razón para entrechocarse con otras…! Quisiéramos más izadas de la bandera ucranianas en nuevas y felices plazas, pero no tintadas de tanta sangre, al precio de tanto sufrimiento.

A todas luces, a todos los niveles Rusia ha perdido el pulso. Va cediendo el músculo orgulloso del desatino. Su andanada fuera de tiempo se ha saldado con estrepitoso fracaso. Corre el alcohol y el hastío entre una soldadesca sin ideales, limitada a acatar la anacrónica locura, a obedecer al dictador sin escrúpulos. Hay muchas humanidades dentro de nuestra humanidad, pero la que confía en el poder del más fuerte, la que se sirve de la guerra como forma de resolver los conflictos, ya ha sido rotundamente frenada. Ha ganado por contra la humanidad que desea fervientemente que “nuestra era no sea de guerra” (Declaración del G20 en Bali).

Conmueve ver elevarse esa tela hacia los cielos de Jerson. No en vano allí donde ondea el amarillo y el azul se respetan las libertades y los derechos humanos. El homosexual puede seguir siéndolo, el joven no es llamado a matar a otro joven por una causa injusta, la disidencia tiene cauces de participación, el incómodo no es físicamente liquidado…

Nadie dude que la barbarie invasora pondrá un precio muy alto a la conquista ucraniana de más territorio. Más allá del Dniéper hay mucha “sangre, sudor y lágrimas…” Los abrazos de las abuelas y las flores de las jóvenes serán mucho más caros. En algún momento habrá que dejar de izar banderas en los cielos y visualizar en la tierra una mesa de negociaciones. El coste de estampar arriba más azules y amarillos puede ser terrible. Cada vez más voces se alzan en Europa y EEUU sugiriendo la necesidad de esas negociaciones. Algunos altos militares norteamericanos ya previenen sobre la quimera de una victoria militar total ucraniana.

Quizás Crimea pudiera esperar... A dos minutos de la justificada algarada está el estruendo de un infierno que conviene empezar a apagar. Es preciso cuanto antes atajar el sufrimiento humano. La guerra no debiera perdurar más allá de lo imprescindible. El mal ya se arrepiente de haber puesto sus motores en marcha, de haber sobrepasado con su poderío las fronteras de Ucrania, los límites de lo admisible. Difícilmente osará en el futuro lanzarse a una aventura tan descabellada, cruel y mal calculada.

El izado de la bandera ucraniana en la gran plaza de Jersón recién recuperada ha tenido una importante trascendencia mediática. La alegría difícilmente contenida de las autoridades y de la población se congregaba ante el significativo mástil. El componente nacionalista no era ajeno al acto, pero la bandera europea se alzaba también cercana a la enseña nacional. ¿Podemos hablar de sano sentimiento nacionalista en el acto presidido por Zelenski? Hay algo del triunfo de la civilización frente a la barbarie en ese solemne momento. Los rudos y valientes soldados que rodeaban al presidente ucraniano se merecían esos instantes de gloria. Han perdido compañeros, amigos y familiares en el recorrido hasta esa ceremonia reconfortante. Excelentemente pertrechados, saludaban a la insignia patria con una sentida mano en el corazón.

Une un enemigo común. Es natural que el fragor de la batalla insufle nacionalismo, pero será también preciso acotar todo sentimiento exacerbado. Será necesario mantenerse alertas. Ese soldador, ese maestro, médico, barrendero… un día deberán dejar su uniforme caqui, sus botas de goretex, sus cascos con mirada nocturna y volver a su origen cuando la paz. Han cumplido con creces. ¡Ojalá ese desnudo, ese retorno a sus familias y puestos de trabajo sea para cuando el champán, para cuando el aniversario del sacrificio del mayor Apóstol de la paz de todos los tiempos!


FUENTE:
Koldo Aldai Agirretxe


AGENDA – PRÓXIMOS ACTOS

11 diciembre 2022 - 16'00 horas

Festival Ecuménico de villancicos,
Catedral de Segorbe, calle. San Cristóbal, 5
SEGORBE (Castellón)

12 - 16 diciembre 2022 - 18'30 horas

Curso de iniciación al Ecumenismo
Caja Rural, avenida Jaime I, 33 bajo
LA VALL D'UIXO (Castellón)

13 diciembre 2022 - 18'00 horas

Curso de Formación bíblico-ecuménica, "Una caravana de Hermanos"
Tema: Charles de Foucauld, hermano universal por Margarita Saldaña
Centro Ecuménico "Julián García Hernando", c/ José Arcones Gil, 37 - 2º
MADRID
ON LINE

13 diciembre 2022 - 18'30 horas

Encuentro Ecuménico
IERBA (Iglesia Evangélica Reformada) Olazábal 2842
BUENOS AIRES (Argentina)

13 diciembre 2022 - 19'00 horas

Vísperas Ecuménicas de Aviento
Parroquia IERE San Andrés (iglesia de las Fecetas), calle Santa Lucía, 13
ZARAGOZA

13 diciembre 2022 - 19'30 horas

Seminario sobre las nuevas espiritualidades
Roger de Llúria 13
BARCELONA
ON LINE

14 diciembre 2022 - 10'00 horas

Jornada: "Ciudadanía, Igualdad e Integración de las minorías religiosas
ZARAGOZA
ON LINE

15 diciembre 2022 - 20'00 horas

Celebración Navideña Ecuménica
Atrio Parroquia de Guadalupe- Medrano y Mansilla. Gral. Lucio Norberto Mansilla 3847
BUENOS AIRES (Argentina)

16 diciembre 2022 - 18'00 horas

Oración de Vísperas de Adviento
Monjas Clarisas, calle Convento, 1
LA VALL D'UIXO (Castellón)

17 diciembre 2022 - 17'30 horas

Celebración Ecuménica de la Navidad
Parroquia de San Andrés calle Virgen del Rocio, 10
TORRE DEL MAR (Málaga)

19 diciembre 2022 - 19'00 horas

Encuentro Interreligiosos
Centro Cultural "Puertas de Castilla", Av. Miguel de Cervantes 1
MURCIA

20 diciembre 2022 - 19'30 horas

Seminario sobre las nuevas espiritualidades
Roger de Llúria 13
BARCELONA
ON LINE



1 comentario:

  1. No puedo estar más de acuerdo con el autor de este artículo, a veces he pensado que esto de la Navidad se nos ha escapado de las manos

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