Dios de todos los seres humanos, nunca deseas que haya sufrimiento. Sigues al lado de aquellos que en Haití y en el resto del mundo sufren mucho debido a las consecuencias de las catástrofes naturales. Ayúdales a mantener su valor en la adversidad y fortalécelos con tu presencia.Propuesta por la Comunidad de Taizé
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