Nicolás Castellanos: “En España encuentro una Iglesia triste, mientras que en América Latina la Iglesia está llena de esperanza y de futuro. Allí se vive la utopía de Jesús”“En una eclesiología de comunión no encaja que las mujeres sigan en la Iglesia sin tener poder de decisión”, declara el obispo misionero en Bolivia y Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 1998.
En 1991 renunció a su diócesis palentina y se marchó de misionero a Bolivia. Pero ya antes todos lo recuerdan como un obispo diferente: campechano, cercano, sencillo, austero, que abandonó el palacio episcopal para marcharse a vivir a un piso y que saludaba por su nombre a sus vecinos. Su discurso está impregnado de honesto evangelio y lo lanza con la furia de quien trabaja con la azada en una mano y la utopía cristiana en la otra. Ha sido distinguido con el II Premio Damián de Molokai que concede la revista 21.
“En Bolivia la Iglesia es la institución de mayor credibilidad social. Y si te soy sincero, yo aquí (en España) encuentro una Iglesia triste, entristecida. Allí encuentras una Iglesia llena de esperanza, llena de futuro. Allí se vive la utopía de Jesús, del Evangelio, del Reino. Sí, a veces me da un poco de pena ver la Iglesia de aquí”. Con esa libertad y coherencia se expresa Nicolás Castellanos en una entrevista publicada en el número de agosto de la revista 21.
En referencia a los cambios que debe abordar la Iglesia, considera que los concilios deberían ser más frecuentes y plantear temas concretos, por ejemplo, abordar el problema de los divorciados. “Veo más urgente una toma de conciencia de todo el pueblo de Dios sobre la necesidad de estudiar, rezar y aplicar el Concilio Vaticano II. Su aplicación quedó a mitad de camino. El tema del celibato, divorciados, escándalos, etc., son problemas de todo el pueblo de Dios y no sólo de la jerarquía. En una eclesiología de comunión no encaja que las mujeres sigan en la Iglesia sin tener poder de decisión. Muchas reformas habría que emprender en la Iglesia desde las visiones evangélicas y dinámicas del Concilio Vaticano II, en el contexto plural, complejo, intercultural, interreligioso en el que nos encontramos”.
Hoy Nicolás Castellanos es el presidente y fundador de Hombres Nuevos, una institución que construye escuelas y hospitales, favorece la convivencia y reintegra la dignidad a miles de personas. “En el Norte tenéis todos los medios para vivir, pero os faltan razones para existir. En el Sur carecemos de todos los medios y sobran razones para vivir”, asegura. Respecto a la situación de pobreza que afecta a gran parte de la población, el obispo afirma que es necesario “establecer las bases de una nueva arquitectura social mundial”. Para Castellanos, “hace falta un gobierno planetario que distribuya mejor las riquezas y los bienes naturales, que han sido creados para todos”.
publicado en: 21 la revista cristiana de hoy (www.21rs.es)
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