La lógica de Dios es la “lógica del amor”.
Ha afirmado el Papa Benedicto XVI, en unas palabras a los fieles congregados en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo, el Papa explicó a partir del Evangelio, que el cristiano debe vivir de acuerdo a la lógica de Dios, que es la lógica del amor que invita a usar las cosas sin egoísmo y sin "sed de dominio", viviendo la esperanza y la vigilancia ante la venida del Señor.
“Jesús, en el Evangelio (...) a través de (…) parábolas, ilustra como la espera en el cumplimiento de la ‘beata esperanza’ debe empujar aún más a una vida intensa, rica de obras buenas: ‘Vende lo que posees y dalo en limosna, haced bolsas que no envejecen, y tendrás un tesoro seguro en los cielos, donde el ladrón no llega y el gusano no consume’. Es una invitación a usar las cosas sin egoísmo, sin sed de posesión o de dominio, sino según la lógica de Dios, que es la lógica de la atención por el otro, la lógica del amor", señaló.
“Espera y vigilancia son dos características fundamentales de la vida cristiana, que está abierta a la eternidad. En el evangelio (…), el Señor nos exhorta a estar vigilantes y en tensión anhelante y llena de amor ante su venida al fin de los tiempos. Que la participación frecuente en la Eucaristía, en la que Cristo viene cada día a nuestro encuentro, os ayude a intensificar vuestra fe, esperanza y caridad”.
Dios es Amor: ¿Cómo define Dios el Amor? La Biblia nos dice que “Dios es Amor”¿Pero cómo podemos comprender esa verdad? Hay muchos pasajes en la Biblia que nos dan la definición de Dios del amor. Un ejemplo está en el evangelio de San Juan (3, 16): “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”. Así pues, una manera en la que Dios define el amor es en el acto de entrega, la donación, el regalo. Sin embargo, lo que Dios dio (o deberíamos decir, a “quien” Dios dio), no era simplemente un obsequio envuelto, un bonito regalo, no era solo eso; Dios sacrificó a su hijo único para que nosotros, los que ponemos nuestra fe en su hijo, no pasemos a la eternidad separados de él. Este es un amor asombroso. Nosotros, en nuestra libertad, somos quienes escogemos estar separados de Dios por nuestro propio pecado, y aun así, es Dios quien enmienda esta separación por medio de su intenso sacrificio personal, y todo lo que tenemos que hacer es aceptar su obsequio. Dios es Amor, y su amor es muy diferente al amor humano. El amor de Dios es incondicional y no se basa en sentimientos o emociones. Y luego, nosostros decimos que amamos ¿y qué entregamos de nosostros mismos?
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