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jueves, 18 de agosto de 2022

ACCIÓN CRISTIANA ECUMÉNICA POR LA JUSTICIA CLIMÁTICA

El secretario general en funciones del Consejo Mundial de Iglesias espera que la asamblea de Alemania movilice la acción por la justicia climática


CLAVE:
  • El Consejo Mundial de Iglesias espera que su asamblea de finales de agosto, en Karlsruhe, plantee la cuestión de la justicia climática y subraye la necesidad de cuidar de la Creación, dice el secretario general en funciones del Consejo Mundial de Iglesias, el Rev. Dr. Ioan Sauca.

“Si no cambiamos nuestro comportamiento, en cincuenta años nuestro planeta será inhabitable”, dijo Sauca el 12 de agosto en Ginebra, donde el Consejo Mundial de Iglesias tiene sus oficinas.

“Debemos actuar ahora”, dijo.

Se esperan más de 4.500 participantes en la 11ª Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias, que se inaugurará en Karlsruhe el 31 de agosto y se prolongará hasta el 8 de septiembre, en torno al tema “El amor de Cristo lleva al mundo a la reconciliación y la unidad”.

“En la Asamblea, se pedirá a los dirigentes que actúen ahora para cuidar nuestro planeta común, la Tierra”, explicó Sauca.

La primera sesión temática plenaria del encuentro tendrá lugar el 1 de septiembre, fecha en que todas las iglesias del mundo celebran el Día de la Creación, señaló Sauca.

“Durante esa primera sesión temática, se insistirá en gran medida en la Creación”, dijo Sauca. “Es una cuestión teológica. El plan de Dios en Cristo era también la reconciliación y la sanación de toda la Creación.

Sauca anunció que en Karlsruhe se transmitirán mensajes de dirigentes cristianos mundiales, entre ellos Su Santidad el patriarca Ecuménico Bartolomé I y Su Santidad el papa Francisco, que destacarán la importancia de la Creación de Dios.

Recordó que el Consejo Mundial de Iglesias ha encabezado durante mucho tiempo los esfuerzos para poner la cuestión de la justicia climática en la agenda mundial, y que desempeñó un papel importante en la COP21, la conferencia sobre el clima celebrada en París en 2015.

Peregrinos climáticos de todo el mundo, algunos procedentes de Alemania, se reunieron en la capital francesa en 2015 para exigir medidas en favor de la justicia climática y mostrar su apoyo al cuidado de la Creación.

“El Consejo Mundial de Iglesias aborda la Creación no como una cuestión de moda de nuestro tiempo, sino como un elemento básico de su propia identidad”, dijo Sauca.

Antes de la COP26, celebrada en Glasgow en 2021, Sauca se unió a otros dirigentes religiosos en Roma, desde donde pidieron a los líderes mundiales que reconocieran el carácter urgente de la crisis y que tomaran medidas para preservar la Creación de Dios.

El Consejo Mundial de Iglesias es la única organización religiosa que ha tenido una presencia permanente en el proceso de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), señaló Sauca, y ha estado presente en todas las conferencias de las Naciones Unidas sobre el clima, desde la Cumbre de la Tierra de 1992, en Río de Janeiro.

Es más, el Consejo Mundial de Iglesias fue una de las principales voces que alertaron sobre los peligros que amenazaban al medio ambiente, incluso antes de la cumbre de Río, dijo Sauca.

En 1974, el Consejo Mundial de Iglesias organizó una conferencia mundial sobre Ciencia y Tecnología para el Desarrollo Humano, desde donde se hizo un llamado a una “sociedad sostenible y justa”. En 1979, se celebró una conferencia del Consejo Mundial de Iglesias en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE.UU.) en la que se advirtió sobre el cambio climático debido a la acumulación de dióxido de carbono.

Sauca dijo que la celebración de la asamblea del Consejo Mundial de Iglesias en Karlsruhe pondría de relieve los esfuerzos de las iglesias y del pueblo alemán como ejemplos del cuidado de la Creación. Estos se remontan a la década de 1970, cuando el compromiso del Consejo Mundial de Iglesias con el medio ambiente ayudó a estimular el movimiento ecológico en las iglesias de la República Democrática Alemana, la Alemania del Este.

Sauca alabó la reciente declaración de la ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock, de que la crisis climática “es ahora el mayor problema de seguridad al que se enfrentan todas las personas de la Tierra”.

El secretario general en funciones regresó a Ginebra el 8 de agosto, tras lo que describió como una conmovedora visita de seis días a Ucrania, para mostrar su solidaridad con el pueblo de ese país y velar por que las voces de Ucrania estén presentes en la asamblea del Consejo Mundial de Iglesias en Karlsruhe.

Contó que habían dicho al equipo del Consejo Mundial de Iglesias que visitó a los cristianos y a las iglesias de Ucrania que ellos eran los primeros dirigentes religiosos de alto nivel que visitaban las parroquias locales de ese país.

“Fuimos allí con el mandato de nuestros órganos rectores de garantizar la participación ucraniana en Alemania y de dar la palabra a los ucranianos para que hablen de sí mismos”, dijo Sauca.

El principal órgano rector del Consejo Mundial de Iglesias, el Comité Central, había debatido en junio una propuesta para suspender la condición de miembros de la Iglesia Ortodoxa Rusa, pero llegó a la conclusión unánime de que el Consejo Mundial de Iglesias debe seguir siendo una plataforma abierta en la que las iglesias se reúnan y se cuestionen entre sí.

El Consejo Mundial de Iglesias reúne a las personas, “no porque estén de acuerdo, sino porque están en desacuerdo”, dijo Sauca.

“Sin embargo, decir esto no significa que estemos de acuerdo con la guerra que se inició el 24 de febrero”, continuó. El Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias calificó esa acción de guerra ilegal e injustificable infligida al pueblo y al Estado soberano de Ucrania.

En referencia a la situación en Israel y Palestina, Sauca dijo que el Consejo Mundial de Iglesias no adopta un enfoque unilateral.

El Consejo Mundial de Iglesias ha reconocido al Estado de Israel desde su creación en 1948, ha afirmado las garantías de las Naciones Unidas que velan por su existencia, ha reconocido el derecho de Israel a proteger a su pueblo en virtud del derecho internacional y ha apoyado las garantías de la integridad territorial de Israel y de todas las naciones de la región.

El Consejo Mundial de Iglesias ha pedido sistemáticamente el fin de la violencia, ha denunciado todas las formas de antisemitismo, ha pedido el fin de los asentamientos ilegales en los Territorios Palestinos Ocupados y ha promovido una solución negociada de dos Estados para el conflicto en esa zona.

“Y esperamos”, dijo Sauca, “que un día estos dos pueblos lleguen a cohabitar juntos en el camino de la paz, de la reconciliación, de la paz justa”.

El Rev. Prof. Dr. Ioan Sauca fue entrevistado por el Dr. Stephen G. Brown, editor de la revista del Consejo Mundial de Iglesias, The Ecumenical Review.


Declaración sobre la necesidad de dar una respuesta eficaz a la emergencia climática del Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias.

Décadas de investigación científica han validado la realidad de la aceleración de la emergencia climática a la que ahora nos enfrentamos como una verdadera catástrofe inminente. Décadas de actividades de promoción por parte del Consejo Mundial de Iglesias junto con múltiples asociados religiosos y de la sociedad civil han expresado la necesidad de actuar por una transición justa a un futuro sostenible y por la rendición de cuentas a las comunidades pobres y los pueblos indígenas más vulnerables, reflejando la responsabilidad histórica de los países industrializados más desarrollados.

Los últimos informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) lo dejan claro: para mantener el límite más seguro de 1,5 ºC de calentamiento global y evitar consecuencias mucho más graves para la vida en la Tierra, la comunidad mundial no tiene ya más tiempo que perder para invertir la trayectoria de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Nuestra fe cristiana nos obliga a actuar –no solo hablar– para salvaguardar la creación de Dios, proteger a los más vulnerables y promover la justicia. La comunidad mundial encara ahora la necesidad existencial de moverse y actuar de inmediato y con eficacia por el bien del conjunto de la creación, de la que todos los seres humanos formamos parte. Es un imperativo moral y espiritual.

La declaración final de la recién concluida V Cumbre de Halki –coorganizada por el Patriarcado Ecuménico y el Instituto Universitario Sophia del 8 al 11 de junio de 2022– señaló que “nos encontramos en un momento decisivo para el futuro de la familia humana” en el que las iglesias están llamadas a desempeñar un papel fundamental creando una ética ecológica común, superando la cultura del despilfarro, y “reforzando las conexiones entre nosotros y toda la creación de Dios, entre nuestra fe y nuestros actos, entre nuestra teología y nuestra espiritualidad, entre lo que decimos y lo que hacemos, entre la ciencia y la religión, entre nuestras creencias y cada disciplina, entre nuestra comunión sacramental y nuestra conciencia social, entre nuestra generación y las generaciones venideras”.

La metanoia mundial necesaria para afrontar este desafío debe, en primer lugar, conllevar la urgente eliminación gradual de la extracción y el uso de combustibles fósiles, y una transición justa a fuentes de energía renovables que proteja los derechos de los pueblos indígenas y otras comunidades marginadas, y tenga en cuenta la justicia de género. Sin embargo, en claro contraste con esta necesidad, el mundo va camino en la actualidad de producir antes de 2030 más del doble del carbón, el petróleo y el gas de lo que es coherente con limitar el aumento de la temperatura mundial por debajo de 1,5ºC, y esta trayectoria negativa se ve acelerada como resultado de la guerra en Ucrania.

El 20% de los más ricos del mundo son responsables de casi el 70% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto debe reflejarse en las decisiones mundiales para alcanzar la neutralidad climática, y las naciones y comunidades ricas deben reconocer que tienen el deber de actuar primero y llegar lo más lejos posible para reducir sus emisiones hasta niveles sostenibles, hacer frente a las pérdidas y los daños, y apoyar las medidas de mitigación y adaptación en los países y comunidades más pobres. Se trata de una cuestión de justicia y de responsabilidad moral y ética fundamental.

De hecho, seguir deliberadamente nuestro actual camino destructivo es un crimen: contra los pobres y vulnerables, contra los menos responsables de la crisis pero que sufren sus consecuencias más graves, contra nuestros hijos y las generaciones futuras, y contra el mundo vivo. Se deberían considerar nuevos mecanismos de rendición de cuentas a este respecto, y el Comité Central reconoce con aprecio las iniciativas que luchan por establecer que el ‘ecocidio’ es un crimen internacional y por un tratado sobre la no proliferación de los combustibles fósiles.

Reconocemos que los pueblos indígenas son especialmente vulnerables a las consecuencias del cambio climático aunque se encuentren entre los menos responsables de que se produzca, y son fuentes de importante sabiduría y espiritualidad para un futuro sostenible. Las comunidades indígenas ocupan el 20-25% de la superficie terrestre del planeta, y albergan el 80% de la biodiversidad que queda en la Tierra. A fin de proteger los ecosistemas amenazados por el cambio climático y las industrias extractivas, se debe reconocer, respetar y apoyar a los pueblos indígenas. No hay futuro habitable sin ellos.

Señalando que Kiribati ha declarado recientemente el estado de catástrofe natural debido a la prolongada sequía y que muchas islas están amenazadas por grandes oleadas oceánicas, planteamos el peligro al que se enfrentan las naciones insulares de litoral bajo en la región del Pacífico y otros lugares. Apoyamos a todas las comunidades que corren mayor riesgo por el aumento del nivel del mar, quienes afrontan un futuro como ‘personas desplazadas debido al cambio climático’. Reconocemos que el cambio climático se está convirtiendo ya en una de las principales causas del desplazamiento y la migración, lo que representa un grave desafío humanitario internacional.

Observamos la creciente amenaza para la biodiversidad de la abundante creación de Dios que representa el cambio climático, dado que muchas especies corren un mayor riesgo de extinción y tiene profundas consecuencias para toda la red de la vida.

Reconocemos el liderazgo de los niños y los jóvenes al cuestionar el statu quo que nos ha traído a este precipicio. Esos jóvenes están exigiendo responsabilidades a los gobiernos, los intereses creados económicos y las actuales autoridades de manera más eficaz que otros con sus esfuerzos. Defienden enérgicamente que la inacción climática por parte de la actual generación de dirigentes es una cuestión de grave injusticia intergeneracional y de violencia contra los niños.

Estamos sumamente preocupados y consternados por que, casi en el último momento para que el mundo finalmente se una para hacer frente a la amenaza existencial común que plantea la emergencia climática, un nuevo conflicto en el corazón de Europa afianza divisiones nuevas y más profundas en la comunidad internacional y nos conduce a todos todavía más rápido hacia la catástrofe climática.

Por consiguiente, el Comité Central:

Condena la explotación, la degradación y la violación de la creación para satisfacer la avaricia de la humanidad.

Insta a todas las iglesias miembros y los asociados ecuménicos del mundo entero a que den a la emergencia climática la atención prioritaria que merece –tanto en las palabras como en los hechos– una crisis como esta, sin precedentes y que abarca todas las dimensiones; intensifiquen sus esfuerzos para exigir a sus respectivos gobiernos las medidas necesarias en el espacio de tiempo preciso para limitar el calentamiento global a 1,5ºC; y atiendan sus responsabilidades históricas con las naciones y comunidades más pobres y vulnerables.

Agradece el informe conjunto del Grupo de Referencia de la Red Ecuménica de los Pueblos Indígenas y el Grupo de Trabajo sobre el Cambio Climático del Consejo Mundial de Iglesias que subraya el papel fundamental de los pueblos indígenas a la hora de definir un camino alternativo para tener una buena relación con el conjunto de la creación.

Observa con consternación que la Conferencia sobre el Cambio Climático entre períodos de sesiones de Bonn ha finalizado sin compromisos financieros adecuados sobre la mitigación y la adaptación ni con respecto a las pérdidas y los daños; y exhorta una vez más a los países industrializados más ricos que son más responsables del cambio climático a cumplir su deber con los países y regiones más pobres y vulnerables que están sufriendo las consecuencias más graves de este desastre, y a dejar de utilizar las medidas sobre el clima y su financiación como compensación o como herramienta para otros propósitos políticos.

Hace un llamamiento a todos los miembros de la familia ecuménica mundial –iglesias, organizaciones, comunidades, familias y personas individuales– para que prediquen con el ejemplo y tomen las medidas que puedan en sus propios contextos, y señala que en un contexto global la acción o inacción de un país afecta negativamente de manera desproporcionada a los países vulnerables. Con el fin de contribuir a impulsar una transición justa a un futuro sostenible, se anima a las iglesias miembros a que se inspiren en los múltiples recursos puestos a disposición por el Consejo Mundial de Iglesias y otras fuentes pertinentes.

Insta a las iglesias miembros y los asociados ecuménicos a que aboguen ante sus autoridades nacionales por la introducción de legislación para garantizar la aplicación de medidas en consonancia con el Acuerdo de París y para alcanzar los pertinentes Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, y por la reasignación de presupuestos de gasto militar a los propósitos de una transición justa a la energía renovable, el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza extrema.

Alienta los esfuerzos encaminados a promover finanzas responsables desde el punto de vista climático en los asuntos de todos los miembros de la familia ecuménica mundial garantizando que, a través de nuestros fondos de pensiones, bancos y otros arreglos de servicios financieros, no somos cómplices de financiar industrias de combustibles fósiles que destruyen el clima, sino que apoyamos el desarrollo acelerado de una economía basada en las fuentes de energía renovables y la solidaridad mutua.

Pide que la próxima 11ª Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias –la última Asamblea ecuménica mundial que se celebrará en el tiempo de que disponemos para actuar con el fin de evitar las peores consecuencias del cambio climático– se utilice adecuadamente como una plataforma para promover la metanoia ecológica que necesitamos en el movimiento ecuménico y en el mundo, gracias al encuentro de iglesias de países ricos y pobres, de los privilegiados y los que están en peligro. Invitamos a todas las iglesias miembros del Consejo Mundial de Iglesias y los asociados ecuménicos a venir a la Asamblea preparados para escuchar y aprender de las historias de lucha y resiliencia de las comunidades afectadas, compartir sus compromisos e iniciativas, y acompañar sus palabras con hechos con el fin de contribuir a garantizar un futuro sostenible para el mundo vivo que Dios creó con tanta abundancia y complejidad.

Invita a la Asamblea y los órganos rectores del Consejo Mundial de Iglesias a que consideren la creación de una nueva Comisión sobre el Cambio Climático y el Desarrollo Sostenible con el fin de centrar la atención adecuada en este asunto durante este período fundamental.

FUENTE:
https://www.oikoumene.org/


AGENDA – PRÓXIMOS ACTOS


21 - 31 agosto 2022

Peregrinea 2022
Camino Sanabrés
OURENSE – SANTIAGO DE COMPOSTELA

23 agosto 2022 - 19'00 horas

Encuentro de oración y reflexión
Tema "Testigos en la fe"
Parroquia Inmaculada Concepción en Vuelta de Obligado, 2042
BUENOS AIRES (Argentina)

27 - 30 agosto 2022

Encuentro Ecuménico de la Juventud
KARLSRUHE (Alemania)

31 agosto - 8 septiembre 2022

11ª Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias
KARLSRUHE (Alemania)

14 - 15 septiembre 2022

VII Congreso Mundial de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales
NUR-SULTÁN (Kazajistán)

15 - 22 septiembre 2022

Semana de Oración por la Paz en Palestina e Israel
“Fe, esperanza y amor en acción: hacia la justicia en Israel y Palestina”
TODO EL MUNDO

20 septiembre 2022 - 17'00 horas

Encuentro Fratelli Tutti
Caminos de reencuentro y Las religiones al servicio de la fraternidad humana. Intervienen: Marcela Mazzini, Silvina Chemen, Marcelo Figueroa y Omar Abboud
BUENOS AIRES (Argentina)




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