Seamos VIDA en medio de la muerte.
Cristo crucificado. Siresa (Huesca) s.XIII
En estos días se nos invita a “estrenar la vida”, pero ¿Cómo hacerlo?: a través
del abandono, de la confianza, del dejarnos moldear como arcilla que
somos…
Todos estamos invitados a esta
gran fiesta del cristiano que acabará en la RESURRECCIÓN, ¡qué mejor final! Para
ello solo tenemos que estar atentos a lo que la vida nos va regalando a cada uno
en estos días, hasta llegar a experimentar cómo Dios se hace presente desde
nuestras entrañas, desde lo más hondo de nosotros. Pero para llegar a ese
sentir, necesitamos algo de lo que tanto carecemos: SILENCIO. Ser capaces de
silenciar nuestra vida y nuestra mente.
No nos limitemos a llenar Iglesias o
procesiones sin más, por tradición, con tantos hermanos crucificados que tenemos
a nuestro lado, sino que todo esto nos invite a VER. La resurrección es apostar
por la vida, es fiarse, saber ser signo de Dios, de tantos “sepulcros” en
nuestro mundo, es sentirnos UNO en el UNO.
Ojalá que seamos capaces de
experimentar la VIDA de Dios. De sentir que Él sale a nuestro encuentro y lo
hace en el hermano que te tiende la mano pidiéndote una moneda o un pedazo de
pan.
Entramos en la noche, pero sin miedo, al contrario, con fe, con
confianza y caminemos hasta la otra orilla. Apostemos por Él con esperanza,
lavando heridas, en una palabra: sembrando VIDA.
Ana Bou
"Un minuto para el encuentro"
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