Cristo Jesús, deseas la felicidad para nosotros y sufres hoy al lado de todos los afligidos del mundo. Cada vida humana es infinitamente preciosa ante tus ojos. Y a través de la presencia del Espíritu Santo dices a nuestro corazón: "También tú eres un hijo amado de Dios y lo serás durante toda la eternidad."
Propuesta por la Comunidad de Taizé
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