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domingo, 18 de febrero de 2018

ECUMENISMO A TRAVÉS DEL ARTE

La hermana clarisa Carolina Espinosa aprendió a “escribir” iconos gracias al maestro ortodoxo, Neculai Saftiu 

Ecumenismo a través del arte 


por Ana Belén Caballero 





Según José Moreno Lo­sada, delegado episcopal para el Ecumenismo de la Diócesis de Mérida-Badajoz, “to­dos somos conscientes de lo mucho que hemos avanza­do en el diálogo ecuménico que el Concilio Vaticano II proponía hace 50 años, y el acercamiento con nuestros hermanos anglicanos y lu­teranos ha sido muy gran­de. Por lo que se refiere a los cristianos orientales or­todoxos nuestra comunión en los sacramentos es plena y podemos reconocernos como iglesias hermanas, aunque todavía hemos de llegar a la plena comunión en la manera de compren­der la Iglesia universal y el primado del sucesor de Pedro, como servidor de la comunión universal de la Iglesia. 


Acercamiento a la iconografía bizantina 

Precisamente, ha sido con un maestro ortodoxo como la hermana clarisa Carolina Espinosa (del monasterio de clausura “Santa Ana” –Badajoz-) se ha adentrado en el mundo de los iconos bizantinos. Para conocer en profundidad todo el len­guaje que se esconde detrás de un icono, la hermana Ca­rolina estuvo durante 5 días participando en un taller de iconografía en una parro­quia ortodoxa de Barcelona. 

“Mi primer encuentro con un icono fue con un Pantocrátor en Colombia (de donde es natural) hace casi 20 años, cada detalle de su rostro, su mirada tierna y creadora me cautivó jus­to en el momento en el que empezaba a plantearme mi vocación y después, una vez ingresé en el monas­terio, en la orden de santa Clara, conocí el icono del Cristo de San Damián, muy importante dentro de la es­piritualidad franciscana”. 

Así narra la hermana Ca­rolina cómo nació ese de­seo de acercarse a la iconografía bizantina, que es una parte fundamental de la Iglesia de Oriente. “Los iconos son un reflejo de la espiritualidad de la Iglesia anterior a la gran división del siglo XI. Acercarse a los iconos es acercarse un poco más a la fuente de la uni­dad. Los iconos tienen su origen hacia el siglo IV en un momento de la historia en que la Iglesia se presenta en toda su unidad”, afirma la monja clarisa. 

Contacto con la Iglesia ortodoxa 

La hermana Carolina “es­cribió” (así se denomina en la iconografía a la acción de pintar) su primer icono en el año 2014 en el taller de iconografía de la parroquia ortodoxa de la Protección de la Madre de Dios de Bar­celona, con el maestro iconográfico rumano ortodoxo Neculai Saftiu. En el año 2016, dicho maestro se tras­ladó hasta el monasterio de Santa Ana, en Badajoz, don­de impartió dos nuevos cur­sos, al que se sumaron dos hermanas más de la comu­nidad, un hermano francis­cano y uno de los alumnos del taller de Barcelona. A partir de ahí, afirma la her­mana, “con mucho temor y temblor, con pudor, respe­to y mucha veneración he empezado desde mi celda, a ‘escribir’ algunos iconos para nuestra capilla, para algunas hermanas; ahora se ha empezado a conocer y otros monasterios me han encargado algunos iconos para sus capillas, también otras personas que tienen sensibilidad por la ‘teolo­gía de la luz y del color’ han empezado a interesarse por algunos iconos de Cristo, de la madre de Dios La Te­hotokos”. 


Para conocer su obra y/o encargar un icono realizado por la hermana Carolina pueden ponerse en contacto con el monasterio (teléfono: 924 221 068). 

Esto es solo un ejemplo de cómo el ecumenismo se vive en la calle en el día a día. 

Ana Belén Caballero

FUENTE:
Iglesia en Camino 
Año XXVI • Nº 1.145 • Semanario de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz • 21 de enero de 2018




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