Dios de misericordia, te alabamos por todos aquellos que son testimonio de paz y confianza con sus vidas. Siguiéndoles, también nos llamas para acoger tu presencia, nosotros que somos los pobres del Evangelio. Y nuestra poca fe es suficiente para ello.
Dios de la paz, a veces, cuando caminamos entre la niebla, sin ver nuestro camino, recordamos las palabras de Cristo: "Os enviaré el Espíritu Santo: él siempre estará con vosotros; estará en vuestro interior."
Dios, nuestra paz, te encomendamos a todos aquellos que no ven el futuro, cuya esperanza ha fallado. Tu Espíritu Santo enciende nuestra oración y queremos velar por aquellos que no son capaces de continuar. Sí, también con nuestra oración preparamos tu venida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario