SIEMBRA EN MI, OH SEÑOR
Tu palabra en el fondo de mi corazón
para que, nunca los pájaros de palabras vacías,
corrompan y rompan lo que Tú tienes pensado para mí.
Tu palabra en mis labios
y que, por donde yo avance,
sea pregonero de tu Reino y de tu justicia
de tu bondad, de tu gracia y de tu poder.
SIEMBRA EN MI, OH SEÑOR
Tu palabra en mi mente
para que, cuando el maligno me tiente,
sepa responder con claridad y fortaleza
a todo lo que pretende alejarme de Ti.
A todo aquello que me confunde y me mata
a todo aquello que, presentándose como noble,
no es sino confusión, abrojo, espina y zancadilla.
SIEMBRA EN MI, OH SEÑOR
Tu palabra en mis pies
Donde yo vaya, deje huella de tu presencia.
Donde yo caiga, tu mano siempre me alcance.
Donde yo ascienda, sepa encontrarte.
Donde yo descienda, sepa que Tú me esperas.
SIEMBRA EN MI, OH SEÑOR
Profundidad frente a la superficialidad.
Frutos de eternidad frente a lo efímero.
Confianza, frente a la desesperanza.
Animo frente al pesimismo.
Sí, ¡oh Señor!
Siembra en mí, aunque yo me resista,
aunque me vaya por terrenos pedregosos,
aunque, muchas veces, me venza el maligno,
aunque, otras tantas, prefiera ser contaminado
por el mal sembrador que todo lo arruina.
SIEMBRA EN MI, OH SEÑOR
Javier Leoz
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